viernes, 30 de diciembre de 2016

¿Por cuales razones se presentan los años bisiestos?

¡Año bisiesto, año de siniestros!


Cuando tenía escasos seis años de edad, y vivíamos en Tarroliso, un hermoso rincón del Sopetrán romántico de las viejas épocas, mi Madre y mi Abuela materna, que eran dos mujeres comunes y corrientes del pueblo y más bien mal capacitadas a nivel de estudio, en los planteles educativos, esperaban con muchos recelos los años bisiestos, porque las creencias populares de esos tiempos, anunciaban que los años bisiestos eran muy peligrosos, por la cantidad de tragedias que los acompañaban, según decía la tradición oral.


Veamos en primer lugar, que es lo que ocurre cuando un año es bisiesto:

La palabra bisiesto de idioma latino bis sextus, significa que el año en vez de tener 365 días, debe tener 366, es decir debe tener repetido el número seis dos veces.

¿Pero de donde aparecen esas 24 horas más?

Lo que ocurre es que el año calendario, tiene 365 días, pero el año trópico, que es el recorrido de la tierra, alrededor del sol es de 365 + 5 horas+ 57 minutos; que se acumulan cada cuatro años y forman el nuevo día.

Pero como quedan faltando tres minutos en cada acumulación, es posible, que dentro de algunos  años se acumule un día completo, que se le deberá agregar a uno de los años, para no descuadrar los días de los equinoccios y los solsticios.


¿Cómo se dieron cuenta de este error?

Algunas culturas de la tierra, como lo Egipcios y otras civilizaciones, por la observación de los astros, ya sabían que cada año calendario sobraba una mínima porción de tiempo y por esa razón la agregaban a los años, para no descuadrar los tiempos en que inician las estaciones del año.

Pero si recordamos la circunstancia histórica, de que América fue descubierta y conquistada por los españoles, en la mayoría de su extensión territorial, tenemos que hacer memoria de que España, pertenecía en esa época, al imperio Romano, que había venido agregando meses al año solar.

Es bueno que sepan que al año para los Romanos, era la mejor forma de agregarle meses, para recordar las hazañas de algunos de sus hombre ilustres, como Augusto y otros.

También es importante decir, que el año fue manejado de distintas maneras:

 Una de ellas era hacerlo de 12 meses de 30 días, que sumados completaban 360 día y los cinco días que sobraban eran los que dedicaban al nacimiento de los dioses: Osiris, Seth, Horus, Isis y Neftis.


Cuando el emperador Julio Cesar, llegó a Egipto, se dio  cuenta que existían calendarios más perfectos que el romano, y contrató los servicios de un sabio de Alejandría, llamado Sosígenes, para que mejorara el calendario Romano y este sabio, corrigió las imprecisiones que el viejo calendario tenía y para lograrlo, en el año 46 a.C. hizo la primera corrección que consistió en hacer un año muy largo, que duró 445, para calibrar las días que había votado el calendario a lo largo del tiempo; este año se llamó el año más largo o el año de la confunción.


Este calendario fue oficial en Roma y en todas sus posesiones  y en aquellos pueblos que eran descubiertos por personajes del imperio, como las repúblicas americanas.

En el concilio de Nicea, que fue convocado por el emperador Constantino,  y fue realizado por miembros de varias iglesias,  la católica, la ortodoxa, la copta, la luterana y la anglicana, y que fue presidido por el Obispo Osio de Córdoba, los sabios advirtieron que Sosígenes tenía un grave error, pero no se hizo nada, para corregirlo. 


Pero en el año de 1572, tomó posesión del Papado de la Iglesia Católica Ugo Buoncompani, que tomó el nombre de Gregorio XIII y gobernó hasta 1585.

Este Papa se encargó de muchas actividades religiosas y mostró muchos bríos en el manejo de la Iglesia, a pesar de  su alta edad y una de las cosas más interesante que hizo, fue la reforma al calendario Juliano, que como ya dije, había sido impuesto por Julio Cesar en el año 46 a.C.

El nuevo calendario iba a tener el nombre de su reformador y por esa razón lo conocemos como el: Calendario Gregoriano; por esta reforma, este Papa pasó a la historia universal como un gran sabio.

Instaurado el 4 de octubre de 1582, el nuevo calendario vino a solucionar el problema que planteaba el hecho de que el año Juliano tenía 11 minutos y 14 segundos más que el año solar lo que había provocado que la diferencia acumulada hiciera que el equinoccio de primavera se adelantara en diez días.


Gregorio XIII, asesorado por el astrónomo jesuita Christopher Clavius promulgó, el 24 de febrero de 1582, la bula Inter Gravissimas en la que establecía que tras el jueves 4 de octubre de 1582 seguiría el viernes 15 de octubre de 1582.

Con la eliminación de estos diez días desaparecía el desfase con el año solar, y para que no volviera a producirse, se eliminaron en el nuevo calendario tres años bisiestos cada cuatro siglos.

Los años bisiestos del siglo XXI serán:

A continuación vean ustedes el escudo de armas del Papa Gregorio XIII.


Si no hubieran diseñado la fórmula de los años bisiestos, el tiempo se iría descomponiendo y llegaría el día, que el invierno caería en pleno verano en los países en donde hay estaciones.

Hay una formula muy especial para saber si un año puede ser bisiesto:

Un año es bisiesto si es divisible por 4, excepto el último de cada siglo (aquellos divisibles por 100), que para ser bisiestos, también deben ser divisibles por 400.

Esto de ser divisible, significa que al hacer la división, no debe quedar residuo.

Hay un enredo aún más complicado, que cuando la tierra rota un poco más lento, cada cierto número de años se le agrega al tiempo un segundo, para mantener la medida del tiempo bien sincronizada; esto lo han hecho las dos últimas veces en los años de 1998 y en el 2005.


Como curiosidad, les puedo contar, que han existido cuatro formas de días, a saber:

el babilónico (que se cuenta desde la aparición del Sol hasta ese mismo momento del día siguiente), el día judaico (que se verifica desde la puesta de sol hasta el mismo momento del día inmediato posterior), el día astronómico (que se mide desde un mediodía, cuando el sol está en el cenit, hasta el mediodía siguiente) y el egipcio, que es el que utilizamos la mayoría de los pueblos de occidente actualmente y es el que se mide desde la medianoche hasta la medianoche siguiente.

Es muy sano contradecir las exageraciones que la gente dice sobre los años bisiestos, es bueno traer a la mente como en cualquier año, pasan catástrofes naturales, accidentes aéreos, y un sinnúmero de cosas, que no tienen que escoger a un año bisiesto para pasar.

Lo que ocurre, es que como estamos predispuestos a creer esa afirmación, entonces contabilizamos las cosas malas del año, para decir: 

Estas son las cosas malas que el año bisiesto nos trajo.

Claro está que si miramos algunos sucesos del año que va a terminar pudiéramos inclinarnos por esa creencia; pero si analizamos cuidadosamente las causas que produjeron los desastres, podemos llegar a la conclusión, de que hubieran podido pasar en cualquier tiempo normal.


Miremos los accidentes y tragedias del 2016:

Los atentados de Bruselas; los accidentes de los aviones de la Compañía egipcia; el colapso del puente en la India; los atentados islamitas  en Estambul; La caída del avión de la compañía Fly Dubai; El atentado de Niza: La caída del avión de Nepal; El doble atentado de Kabul; El tiroteo del estado de florida en los Estados Unidos; El accidente del avión con el equipo Chapecoense.

Pero si miramos el 2015, que no fue bisiesto, encontramos una serie de tragedias que pasan en el tiempo, sin que tengan que ver con que los años sean bisiestos o no.


Accidente de avión de Germanwings; Terremoto en Nepal; El drama de los refugiados; Avalancha de peregrinos en La Meca; Incendio en una discoteca de Bucarest; Atentados de París; La lacra de la violencia machista y muchas otras más, que no las tengo a la mano.

Estas razones deben empezar a producir un cambio en las creencias de las personas, sobre lo malo que son años bisiestos, que lo único de raro que tienen, es que en el mes de Febrero, les resulta un día más: El 29 de febrero, que solo se da cada cuatro años.

Les deseo un año 2017, lleno de felicidad, ventura y prosperidad:


Sopetrán, Diciembre 31 del 2016.


Darío Sevillano Álvarez.


domingo, 25 de diciembre de 2016

Conocimientos acerca de las nubes.


¿Qué podemos decir acerca de las nubes?

Darío Sevillano Álvarez

Con este interrogante, los llevaré a un pequeño paseo por los cielos, para que refresquemos los conocimientos que aprendimos sobre las nubes, que son un fenómeno especial que a diario, manejamos en nuestra atmósfera.


Antes de entrar en materia, refresquemos la palabra meteoro, que, es un vocablo que viene del griego: «μετέωρος» que significa ‘elevado en el aire’ y se le aplica a cualquier fenómeno atmosférico: aéreo, acuoso, luminoso o eléctrico, como el viento, la lluvia, el arco iris y los rayos; pero también se puede aplicar a las  cosas que brillan con un resplandor muy vivo y fugaz, como los pedazos de piedras que vienen del espacio, a los que llamamos: meteoritos, como los que a diario caen sobre la superficie terrestre y que nosotros llamamos estrellas fugaces, que se resbalan a toda hora en nuestra atmósfera.
Con esta explicación en las manos, ya podemos definir el concepto de nubes.
Las nubes son hidrometeoros, formados por una masa visible de cristales de nieve o gotas muy finas de agua, suspendidas en la atmósfera terrestre.

Más adelante vamos a ver, que también hay nubes en otros de los planetas y en algunos de los satélites de ellos.


Las nubes se ven blancas, porque tiene la capacidad de dispersar toda la luz solar y es esa la razón de su color.

Pero cuando son demasiado gruesas, la luz no es capaz de atravesarlas y por esa razón se vuelven de color oscuro, gris o casi negro. Estas son las nubes que a cualquier humano le anuncian que se va a desatar un aguacero, porque ya sabemos que son nubes de lluvia.

Es bueno aclarar que con la gotas de agua o con el vapor de las nubes, se mezcla el polvo atmosférico y éste compuesto de agua y polvo, puede convertirse en lluvia, en granizo o en nieve, dependiendo de las condiciones atmosféricas: grados de temperatura, presión atmosférica, frentes fríos o calientes y lo que llamamos Higrometría, que es la parte de la ciencia que se ocupa de medir el grado de humedad de la atmósfera. 

Hasta principios de siglo XIX, nadie sabía cómo se llamaban las distintas forma de nubes, pero un sabio de la época, Luke Howard, que se desempañaba como: Químico y meteorólogo, diseñó un método, que ahora es el sistema internacional, por el cual nos regimos.

Resultado de imagen para imagen de Luke Howard

En ese sistema, nuestro hombre, decidió que eran cuatro categorías de nubes, a las cuales llamó: Cirros, estratos, cúmulos y nimbos.

Miremos con toda la paciencia del caso, que significa cada uno de estos nombres.

La palabra «cirros», creo yo, fue asociada por el diseñador al gran parecido de ese tipo de nubes, con un pequeño tumor, porque este tipo de meteoros se presentan muy altas, son de consistencia sedosa, y aparecen en manadas o asociadas con otros tipos de nubes; nuestros abuelos les decían rebaños de ovejitas, porque a eso se parecen cuando están en cantidad.

Veamos unos cirros:

Las más pequeñas en forma casi redonda, son cirros.

Pero a veces se juntan varios tipos de nubes y el diseño, que se presenta es una palabra compuesta de dos nominaciones.

En este caso, hay cirros y unos cúmulos o acumulaciones grandes de cristalitos y vapor, pero como están tan altos, a estas nubes las llamamos cirros y altocúmulos.

El aparato que sirve para medir la cantidad de lluvia que ha  caído en un aguacero, se llama pluviómetro, que es casi por lo regular un cilindro, cuya tapa superior es un embudo en el cual cae la lluvia y es llevada a la base del cilindro, una escala métrica colocada entre él, mide la cantidad de milímetros cúbicos de agua que cayeron. 



Casi siempre en las horas de la tarde cuando el sol está a punto de perderse en el horizonte, las nubes toman hermosos colores, que son descomposiciones de la luz solar en los cristales de ellas, por el mismo principio que se forman los arcos iris, a estas les decimos arreboles.

Recuerden el refrán: «Arreboles por la tarde, agua por la mañana». 

Esto quiere decir que si hay muchas nubes en la tarde, posiblemente se van a conservar, hasta la salida del sol, para generar una lluvia.

Los estratos son nubes formadas por extensa capas de vapor de agua, que con alguna frecuencia generan lluvias continuas, pero suaves.


La palabra estratos, significa que son nubes globulares muy grandes que contienen mucha cantidad de agua.
Pero en meteorología, se pueden hacer una cantidad de mezcla de formas de nubes y por esa razón, cuando anuncian que un aeropuerto está cerrado, muchas veces aparecen nombres compuestos, de dos o más formas de nubes, como en el caso siguiente.


Los nimbos, son nubes de color oscuro, que tiene la capacidad de precipitar grandes aguaceros. La palabra «nimbo», significa ‘nube resplandeciente’. Casi siempre son bajas, oscuras y en la actualidad, se les llama nimbo-estratos, porque son las dos categorías que generan lluvias y casi siempre, están asociadas.

Por regla general, cuando una de estas nubes, se acomoda sobre un lugar de la tierra, es porque allí, va a llover en forma torrencial, siempre y cuando el viento, no mueva la nube para otra parte.

En este tipo de nubes, es en donde más se amañan las condiciones, para producir tormentas eléctricas o tempestades.

Veamos un nimbo-estrato, con estas dos palabras se puede hacer una contracción así: Nimbostrato. 


Los cúmulos son grandes nubes hinchadas, con sus bases planas, que divagan por los espacios celestiales, en los días de verano.

Observen como los cúmulos, casi siempre están imitando, figuras animales de gran tamaño, que pudiéramos llamar mastodontes, por esta razón algunas nubes toman el nombre de mastodónticas.

Veamos unos cúmulos:


Pero los cúmulos, también se asocian con los nimbos y dan origen a las nubes llamadas cumulonimbos:


Hay unos cirros preciosos que se forman en los días de verano, como estos:


Cuando lo cirros se alían con los estratos, hacen malabares en el cielo, como estos:


Si los cúmulos están muy elevados, se llaman altocúmulos
como en esta fotografía:


Cuando los estratos se elevan mucho en la atmósfera, hacen estas autopistas aéreas, tan de buena presencia, a las que llamamos altoestratos, también aquí podemos hacer contracción y decimos altostratos.


Ahora miremos un gráfico, que nos muestra como es la posición de las nubes en la atmósfera, es decir la altura, que la que genera los distintos tipos de nubes:


Como punto final veamos cómo son las nubes en otros planetas:

Las nubes de Venus están compuestas de
gotas de ácido sulfúrico.

En cambio las de Marte son compuestos de
agua y dióxido de carbono.

Titán, que es un satélite, tiene una atmósfera cubierta por
hidrocarburos y debajo de ella, hay nubes de metano.

Los dos grandes colosos del sistema solar: Júpiter y Saturno, tienen varias categorías de nubes, así: Unas son de amoníaco, otras son de hidrosulfuro de amonio y unas terceras son de agua.
 

Urano y Neptuno, tienen nubes de metano y
algunas parecidas a las de Júpiter.
 
En este tiempo, que está en pleno desarrollo el fenómeno natural de la Niña, es indispensable, para cualquier ciudadano, conocer un poco acerca de las nubes, por esta razón los llevé a este hermoso paseo por los cielos.
Sopetrán, Diciembre 25 del 2016.


Darío Sevillano Álvarez.