viernes, 30 de abril de 2021

Descubriendo al pastorcito mentiroso.

 

¿Quién tiene la última palabra con la famosa reforma tributaria?

Cuando hemos sido buenos analistas de los problemas que aquejan a los colombianos, lo primero que debemos reconocer, es que hace falta una reforma tributaria, pero no como la del famoso, ministro Carrasquilla, que para mí tengo, es una de esas personalidades orgullosas, que solo piensa en los asuntos técnicos, que le pueden producir dinero a los gobernantes colombianos, pero se olvida por completo de los ciudadanos comunes y corrientes que vivimos en el país.


Los buenos economistas de la nación, en su gran mayoría, coinciden en la necesidad de una reforma, pero muy pocos respaldan, el texto originado en el gobierno, por las manos mágicas de Carrasquilla, para buscarse una cantidad de pesos que el gobernó populista de Duque, necesita para seguir ejerciendo la tercera dictadura del centro democrático, porque para mí, Duque es un presidente populista, con ínfulas de dictador moderado.

Todos los politólogos de la nación, coinciden que esta jugada de Duque, podría ser un suicidio político, que le costará muchas angustias a la colectividad de mutuo elogio, conocida con el nombre genérico de: Centro Democrático, cuyo máximo jerarca es el famoso expresidente Uribe.

Es posible que están actuando con algún grado de responsabilidad, pero las estrategias que están utilizando, no son las más adecuadas y me atrevo a pensar que se van a quedar, sin la: Sonada reforma; van a perder un alto grado de gobernabilidad; y le están abriendo las puertas a un peligroso y feroz suceso, que conocemos en el mundo moderno, con el nombre de: Populismo.

Si así me atrevo a escribirlo, es porque veo a las claras, la ausencia de estrategias, para conseguirlo.

El primer defecto que le encuentro, es que no hicieron un consenso, con los distintos estamentos del estado, antes de presentarla, porque el momento que estamos viviendo, por el famoso Covid, no es lo más agradable que nos ha sucedido en los últimos veinte años.

Tengo entendido que esta propuesta, no se socializó, con los distintos líderes de la colectividad política que integran las cámaras.

Cuando estas propuestas tan desajustadas se van a presentar, es importante no sacar a luz pública, su contenido, sin haber escuchado las posibles correcciones que se hubieran podido hacer, por parte de los líderes políticos del país.

Hicieron las cosas al revés, porque el consenso lo están buscando, cuando la reforma está en el congreso para someterá a su aprobación.

Esto indica la falta de conocimientos para conducir el país por parte de los gobernantes que tenemos.

Ahora, hasta los miembros del centro democrático, con su director el expresidente Uribe, están tratando de hacerle una reforma a la tan sabida reforma.

Lo que se me antoja creer, es que en la sabiduría de los politiqueros baratos, está planteada de tal manera, que en todos los casos va a salir triunfante la colectividad que nos gobierna hace una buena cantidad de años.

Que dijeron: Yo como gobernante presento una reforma imposible de ser aprobada; y Usted, como vocero del centro democrático, va a salvar a los ciudadanos de tan terrible flagelo, con una contrarreforma, para que vean que el centro democrático, si quiere a sus gobernados.

Lo que está pasando es esto:

Duque va por 23 billones de recaudo y Uribe por 12, para lograr algún monto intermedio y así crear la opinión de que el Gobierno empujó una reforma necesaria, pero excesivamente ambiciosa, y el Centro Democrático aterrizó la propuesta para quedarse así con el mérito ante el pueblo.

Eso fue cuidadosamente calculado, recodemos la frase evangélica:

” Los hijos des tinieblas, son más sagaces que los hijos de la luz”.

Pero me parece un proceder arriesgado, porque el mejor puerto, a donde Duque puede llegar, es el centro democrático, que fue el que lo llevó a la presidencia y que, a mi modo de ver las cosas, es el músculo político del gobernante: Ingenua actitud.

Porque le está dando todo el éxito de la contrarreforma, al comandante: Uribe.

Esta famosa reforma, con los huevos a 1800 la canasta; los 24 aviones de combate; el IVA a los servicios funerarios; hicieron que Carrasquilla, no pudiera presentarse ante la colectividad legislativa a defender el articulado de su propuesta y le tocó al presidente hacerlo, con tan mala suerte, que el mismo como jefe máximo, no sabía lo de del IVA a los servicios funerarios y esta realidad nos muestra a las claras, que el equipo del gobierno que revisó con lupa, el articulado, al parecer se saltó, no sabemos si malintencionadamente, muchos de los famosos gorilas, que presentaba esta ley.

Me está pareciendo, que la reforma va a nacer, con un paro cardíaco a bordo y que a la hora del parto se va a morir.

Todos estos acontecimientos, nos están llevando, lenta pero seguramente, a que Carrasquilla, se va a tener que ir a cantar a otro gallinero.

El panorama que vislumbra la tan sonada reforma, es demasiado incierto, porque día a día las colectividades políticas que integran el cuerpo colegiado, anuncian que no respaldaran al gobierno; es tan delicado el problema, que el Centro democrático, no la ha criticado, como lo hacen las otras entidades políticas, para tampoco la respalda en toda su extensión.

Los principales representantes del cuerpo colegiado, como: Vargas Lleras, Gavirias y otros, se han manifestado públicamente en contra de tan sonado desacierto y trabajan en una manera unificada para tumbarla.

Si han observado cuidadosamente a los candidatos políticos para las próximas elecciones, ninguno ha aparecido a defenderla o a atacarla, como quien dice: No nos queremos quemar en tan delicado asunto, porque sabemos que la necesitamos, pero la que están tramitando, no corresponde a los parámetros que vive el país.

Y que, decir de los bandos de la oposición, como: Petro, Robledo, Dilian Francisca, que están aprovechando la coyuntura para armar las estrategias políticas, que los puedan llevar al triunfo en las futuras elecciones.

Si Duque, no sabe manejar esta angustia política de grandes proporciones y no le encuentra la comba al palo, todos a una, vamos a perder, porque a pesar de que el estado necesita algunos dineros, no es esta la reforma que necesitamos, porque no se enfoca en las clases más favorecidas y en las entidades, que pueden aportarle a la nación; sino que la apoyan en los más débiles, como quien dice, acabemos con la pobreza absoluta: Matémoslos a punto de impuestos y necesidades.

Pero las fabulosas y descomunales jugadas del pastorcito mentiroso, que a escondidas ha despilfarrado el presupuesto de la nación, son muchas según lo revela un artículo publicado recientemente:

“Ante esto, resulta sumamente indignante que, según un informe publicado esta semana por el Instituto Internacional de Estudios para la Paz de Estocolmo (SIPRI), Colombia ocupe el puesto 26 entre los países del planeta que más dinero han destinado a la compra de máquinas de guerra durante la pandemia, con una inversión que supera los 9.200 millones de dólares, ubicándose de esta manera, en el mapa regional, en el segundo lugar, después de Brasil. Así mismo, la Fundación para la Libertad de Prensa (FLIP) hizo público un informe en el que pone de manifiesto el gasto de más 20.000 millones de pesos que el gobierno de Iván Duque, en plena crisis sanitaria, hizo en publicidad oficial durante los primeros meses de la cuarentana. El dinero, proveniente del Fondo de Paz, fue distribuido a través de 15 contratos con los que se pretende posicionar la ya deteriorada imagen del presidente y mejorar su presencia en los medios de comunicación durante la pandemia. Solo en este ejercicio, Duque ha destinado –desde entonces– la suma de 28 millones de pesos diarios. Es decir, unos 840 millones al mes para hacer visible su rostro de hombre trabajador entre los colombianos.

Pero como este es un gobierno que engaña flagrantemente a los colombianos, intentó calificar de “fake new” los resultados de una investigación realizada por el Observatorio Fiscal de la Universidad Javeriana y publicada por Noticias Uno en el que desmiente lo afirmado por Iván Duque en uno de sus programas televisivos sobre la inversión millonaria que su gobierno ha llevado a cabo durante la crisis sanitaria.


Según este informe, es falso que el gobierno haya realizado una inversión que se acerca al 11.04 por ciento del PIB.

Es decir, una cifra superior a los 117 billones de pesos, con la que se buscaba superar las necesidades de los colombianos como resultado de la crisis social disparada por la pandemia de covid-19.

En realidad, la inversión que el presidente ha hecho en el transcurso de la crisis no supera el 2.33 por ciento del PIB, que en términos económicos reales sería lo equivalente a los 25.4 billones de pesos.

La conclusión, pues, es solo una: Iván Duque le mintió a Colombia sobre la inversión económica realizada, una que el mismo informe califica de inferior con relación a las hechas por el resto de países latinoamericanos y del Caribe, que supera en promedio el 4.5 del PIB”.

Estas circunstancias han llevado a las calificaciones de mal sabor que Colombia ha recibido, de acuerdo con lo expresado en el siguiente artículo:


“Desde esta perspectiva, no resultaría difícil entender por qué Colombia se encuentra en la clasificación de naciones con el peor manejo de la pandemia. En el más reciente informe de la consultora estadounidense Bloomberg sobre las medidas asumidas por la mayoría de los Estados para combatir la enfermedad, Colombia aparece en el ranquin de los países que peor manejo le ha dado al problema, con un puntaje de 48.1. En este sentido, Bloomberg asegura que “a medida que el covid-19 se ha extendido por todo el mundo, ha desafiado las ideas preconcebidas sobre qué lugares abordarían mejor la peor crisis de salud pública en una generación. Colombia está entre los peores países del ranquin (…) con una puntuación de 48.1 que contrasta con naciones como Finlandia, Noruega y Australia, que lideran con un puntaje superior a 80”.

La primera condición que le debemos poner al presidente Duque, es que aprenda a decir la verdad; en segundo lugar hay que obligarlo a presentar una reforma tributaria hibrida, es decir que contemple lo relacionado con lo social y con lo económico y debe ser adecuada y muy concertada, con los efectos nocivos de la pandemia, que a mi modo de ver las cosas, nos acompañará, por lo menos otros dos años; también es impotente congelar las ideas de las entidades que aplauden la reforma contra pobreza y las recomendaciones de la entidades calificadoras de riesgo, que solo piensan en la parte económica y olvidan por completa la parte social.


Como punto final, debemos pensar en que no es el momento para gravar a la clase media y mucho menos a los menos favorecidos por el dinero y para mostrar las bondades de las premisas que he anunciado, como dirían los buenos filósofos, la conclusión es esta:

Hay que acabar con todo lo que huela a modificar las condiciones de gente común y corriente, a pesar de las justificaciones técnicas que dan los grades cacaos del país; bien venidas todas las ideas, que impulsen a la clase trabajadora; esta es la oportunidad, para que las clases pudientes y las grandes entidades se presten para aportarle más dineros al herario público; hay que acabar con la evasión de aquellos que apelan a los trucos jurídicos, para no pagar sus impuestos; es indispensable que el gobierno se aprete el cinturón, porque no podemos seguir desgastando lo dineros públicos , en beneficios de las figuras políticas que nos acompañan.

Con estas consideraciones en la mano, todo parece indicar:

Que será más difícil la reforma de la reforma, que la propia reforma. Buen trabalenguas: ¿Verdad?

Pero la conclusión es contundente, la necesitamos.


Sopetrán, abril 30 del 2021.

Darío Sevillano Álvarez.





 














jueves, 29 de abril de 2021

Importante información acerca del español.

 

Curiosidades del idioma español.

El idioma español, tal vez uno de los grandes idiomas del planeta, es sin lugar a dudas, el que más vocablos tiene en sus haberes; mientras las palabras del inglés, se acomodan fácilmente en un diccionario de un tomo, las del español se prestan para escribir obras, como el diccionario de la casa: Espasa y Calpe que tiene 38 tomos de gran volumen y el más reciente es el Suplemento 2011-2012, publicado en 2013; el cuarto volumen, tras el Suplemento 2003-2004, es alfabético en vez de temático.

El español está reconocido de forma oficial como la segunda lengua más extendida del mundo, en cuanto al número de hablantes nativos, ya que más de 420 millones de personas lo hablan como lengua materna.

En total, se estima que la cifra de personas que hablan español con competencia nativa, es superior a los 470 millones, los cuales están repartidos por todo el planeta.

Por supuesto, en una lengua tan extendida, se dan muchas variantes dialectales, entre las que podemos destacar: El español de España, el de México o el del Caribe.

Si a esto unimos el hecho de que todas las lenguas vivas evolucionan continuamente, es lógico que sea prácticamente imposible, enunciar cuantas palabras conforman la lengua española.

De acuerdo con el principal diccionario de la lengua española, el Diccionario de la Real Academia Española, el español tiene alrededor de 100.000 palabras.

Sin embargo, la realidad es mucho más complicada, ya que esto no incluye las diferentes formas de una misma palabra, o palabras sinónimas, que abundan en nuestro idioma, una de las características más distintivas de la lengua española.

Tampoco incluye los neologismos (palabras nuevas), los cuales suelen tardar varios años en incluirse en los diccionarios oficiales.

Pero esto no es todo, ya que, mientras que algunas palabras de vocabulario del español, se reconocen y utilizan en todos los países hispanohablantes, hay otras que son propias de un dialecto o región y que el resto de los hablantes de español desconocen, tal y como ocurre especialmente con el español de Latinoamérica.

Y aún hay más, ya que no podemos olvidarnos de las palabras coloquiales, las cuales juegan un papel importante en el vocabulario de cualquier hablante de español.

Al abordar la cuestión de cuántas palabras forman parte del vocabulario de la lengua española, es importante entender que, al igual que ocurre en el resto de idiomas, el español contiene un gran número de palabras arcaicas o inusuales, que no están presentes en absoluto en el vocabulario de un hablante medio.


Incluso aquellos que hablan español con fluidez, solo utilizan un porcentaje relativamente pequeño, en comparación con el total de palabras del vocabulario español.

Por lo tanto, una pregunta más lógica sería:

¿Cuántas palabras utilizan de verdad los hablantes de español?

Aunque es muy difícil estimar una cifra con exactitud, hay muchas fuentes que afirman que, como media, alguien que hable español como lengua materna, tiene un vocabulario activo en torno a las 10.000 o 15.000 palabras.

No obstante, esto solo incluye las palabras que utilizan al hablar, ya que el vocabulario pasivo (las palabras que reconocen y entienden, pero no usan) seguramente ascienda a aproximadamente unas 25.000 palabras.

Asimismo, es importante dejar claro que este no es el número de palabras que una persona ha de saber para hablar español, en su vida diaria.

Como es lógico, el vocabulario de los hablantes nativos es mucho más amplio, que el de aquellos que han aprendido español como una lengua extranjera y lo hablan con fluidez.

De acuerdo con el principio de Pareto, el 80% de los efectos provienen del 20% de las causas.

Si aplicamos esta teoría al uso del lenguaje y el vocabulario del español, podemos deducir que un pequeño porcentaje de palabras es responsable de una gran parte de las conversaciones.

De hecho, la cifra sería mucho menor del 20%.

Algunos expertos en lingüística afirman, que con manejar entre el 5 y el 7% de las palabras que conoce un hablante nativo, se puede ser capaz de entender, del 90 al 95% de las palabras que se utilizan en un texto estándar.

Esta cifra del 95% es muy significativa, ya que es el umbral a partir del cual suele ser posible comprender el mensaje perfectamente, si a nuestro dominio del idioma le sumamos el conocimiento del contexto.

Si aplicamos esto a la lengua española, podemos concluir que un vocabulario pasivo de 1.250 palabras y un vocabulario activo de solo 750 palabras podría, en teoría, ser suficiente para hacer frente a la mayoría de situaciones del día a día.


Quienes hablan español con fluidez disponen de un amplio abanico de palabras y expresiones coloquiales dentro de su vocabulario habitual.

Mientras que la mayoría de ellas no aparecerían en textos escritos, ni en situaciones formales, desempeñan un papel clave en las conversaciones informales de la vida diaria.

En consecuencia, para dominar la lengua española, es imprescindible conocer el vocabulario del español coloquial.

La real academia de la lengua, publica con alguna frecuencia, las palabras más usadas por los hispanohablantes, este es uno de esos informes más recientes:


“Es así como el tercer lugar de la lista lo ocupa la palabra “que”, y el segundo puesto lo tiene “la”. Mientras que la primera posición la tiene el término “de”, según expone el listado de frecuencias del CREA.

De esta manera, los primeros puestos están ocupados por preposiciones, conjunciones, pronombres y otros tipos de palabras que tienen una alta frecuencia de uso, pues integran gran parte de las oraciones

El primer verbo de la lista está en el puesto número 19 y se trata de “es”, luego de este, siguen “está”, en la posición 50, “han” de 55 y “puede” en la 59.

Ya pasando a los sustantivos, el más en castellano es “tiempo” y aparece en la posición 70 de la lista, seguido de “vida”, 76, “gobierno” que va de 86, “día” que es 90, “país” en el puesto 98 y “mundo” que está en el 101”.

Es de mucha importancia, que un hispanohablante, conozca algunos vocablos propios de cada uno de los países latinoamericanos, para que puede disfrutar de la grandeza de nuestro idioma, a continuación, hago un pequeño muestreo de esas hermosas palabras:

ARGENTINA:

Boludo: quizá la palabra argentina más exportada. Es el equivalente al ‘tío’ en España o al ‘wey’ mexicano. “Lo usamos todo el tiempo entre amigos, familia, etcétera. En espacios informales, claro”, explica la argentina Laura. “También decimos ‘es una boludez’ cuando algo es muy fácil”. Y también puede tener un significado despectivo, como en “sos un boludo”, en el sentido de ‘eres estúpido’.

Copado: sinónimo de buenísimo, guay. Se puede aplicar a una persona, una situación o una cosa.

Macana: según la RAE, “hecho o situación que produce incomodidad o disgusto”. Por ejemplo: ″¡Qué macana que no puedas venir a la boda!”, propone Johana, argentina que vive en Madrid.

Laburo: palabra coloquial para referirse al trabajo.

Pileta: piscina.

Metegol: futbolín.

BOLIVIA:

Guagua (del quechua wawa): niño de pecho. También se dice en Argentina, Ecuador, Perú...

Kencha: palabra de origen aymara y/o quechua que se utiliza en Bolivia para hablar de alguien que tiene y da mala suerte. Sería equivalente a nuestro gafe.

CHILE:

Un carrete: una fiesta.

Filete / bacán / la raja: genial. Por ejemplo:

Cachar: comprender.

Un pololo, una polola: novio, novia. Y de ahí la expresión 'pololear con' (ser novio de).

Caleta: mucho.

Seco: inteligente.

Fome: aburrido.

Cuico: rico, de mucho dinero.

COLOMBIA:

Tinto. "En tierras colombianas, al entrar a un bar cafetería, si pides un tinto, espera un aromático café en vez de un vino tinto", comenta Isaac, un colombiano afincado en Madrid.

Cuchuflí: palabra para denominar a cualquier artefacto (a menudo electrónico) cuyo nombre exacto no se te viene a la cabeza. Ejemplo: "Pásame ese cuchuflí" (similar a nuestro: "Pásame ese chisme").

Qué pena: se utiliza para referirse a ‘qué vergüenza’. En otros países (como Cuba) también se emplea ‘qué pena’ con el mismo significado. Por ejemplo: ″ ¿Te da pena que te diga que eres bonita? ¡Te estás poniendo roja!”.

Encartado: estar metido en un problema o situación de la cual es muy difícil salir.

Mono: rubio. (Y a lo largo del artículo se comprobará la ENORME variedad de palabras para designar a una persona rubia en los diferentes países latinoamericanos).

COSTA RICA:

Pulpería: tienda de comestibles. (No confundir con una pulpería gallega)

Paco: oficial de policía. (Quién sabe si de ahí salió la idea de Los hombres de Paco...)

Macho(a): de cabello rubio. Por ejemplo: ″¿Te diste cuenta que Laura se tiñó macha?”

Bomba: gasolinera.

CUBA:

Paladar: restaurante particular.

Empatar: conquistar a una persona y, en otros contextos, conseguir algo deseado. ‘Empatarse con alguien’ sería ser novios.

Gallego: en Cuba y en otros países (Argentina, Bolivia y Puerto Rico) se llama gallego a cualquier español, independientemente de su región de procedencia. También se utiliza en Cuba para hablar de alguien que no sabe bailar, detalla Amaya, madrileña que vivió un año en La Habana.

Estar bravo: estar molesto.

Guapería: provocación. “Estar guapo’ es ir hablando mal de alguien, ir buscando problemas”, aclara Lou, francesa de nacimiento, pero cubana de corazón.

Inflar: exagerar, decir mentiras para lucirse. Por ejemplo: “No te creo, tú siempre estás inflando”.

Pinchar, la pincha: trabajar, el trabajo (de forma coloquial).

Hilo dental: tanga.

Y entramos en territorio sexual... Lou, que dedicó un fragmento de su tesis al tema de la sexualidad, documenta la riqueza de vocabulario cubano para tratar este asunto:

Singar, quimbar, chingar, echar un palo, templar, pisar (en Cuba para referirse a poner el pie encima de alguien se dice ‘pisotear’): follar. “Hay muchas más, pero estas son las que más se usan”, afirma la joven.

Bollo (y en Cuba sólo tiene este sentido), papaya, pacuanta, tota, mamey, mango: vagina.

Tirar: masturbarse (“para los hombres solamente”, matiza Lou).

Maletero, balcón a la calle: culo.

ECUADOR:

Ni de vaina: de ninguna manera.

Redondel: rotonda. Por ejemplo: ″¡Ni de vaina voy a ir hasta el redondel!”.

Faite (del inglés fighter): matón, camorrista, maleante. También se utiliza en Perú.

EL SALVADOR:

Bicho, a: niño, a; novio, a.

Chachalaca (del náhuatl chcachayaut): parlanchín.

Farolazo: trago de licor, golpe, chupito.

Fufurufo, a: bien vestido, presumido.

Paja: tonterías. ‘Hablar paja’ es decir tonterías. PERO, CUIDADO: ‘Volarse la paja’ es masturbarse.

GUATEMALA:

Hueva: pereza.

De ahuevo: muy bien o bonito, guay. Ejemplo: ″ ¡Qué de ahuevo ese celular!”.

Caquero: pijo.

Chingar: molestar, joder.

Paja: mentira. Y, por consiguiente, un pajero es alguien mentiroso.

Canche: rubio.

HONDURAS:

Macizo: bonito, guay. Ejemplo: "¡Qué macizos tus zapatos!".

Sapo: chismoso, soplón.

 

Chele: rubio.

Mínimo: plátano

MÉXICO:

Chingar. Dada la dificultad de explicar este concepto, recurrimos al escritor mexicano Octavio Paz, que en un fragmento de su libro El laberinto de la soledad, expone: "La palabra chingar, con todas estas múltiples significaciones, define gran parte de nuestra vida y califica nuestras relaciones con el resto de nuestros amigos y compatriotas. Para el mexicano la vida es una posibilidad de chingar o de ser chingado. Es decir, de humillar, castigar y ofender. O a la inversa".

Pinche. Es "la palabra más autóctona de México", según José Emilio Pacheco. Y también es muy complicado definirla. Lo que se sabe es que expresa algo negativo, "despreciable o muy mezquino, de baja calidad". Pero sus usos son variados, como detalla el escritor mexicano: "Admite grados y amplificaciones: 'Esa novela me pareció un poco pinche'. 'El racismo es una actitud pinchísima'. A veces puede ser un sustantivo inapelable: 'No te lleves con él: es un tipo de lo más pinche'. Puede adquirir el rango de injuria máxima: 'No me vuelvas a hablar, hijo de tu pinche madre".

¡Qué padre!: "Se utiliza mucho y significa 'qué bueno, qué emoción", indica Andrea, peruana que vive en México.

(El archiconocido) Wey: amigo.

Está cañón: está complicado, es difícil.

Fresa: pijo. En Perú, pijo es 'pituco'.

Güero: rubio.

Reventón: fiesta, juerga. Ejemplo: "¡Qué padre el reventón de aquel día, wey!".

NICARAGUA:

Acalambrado: asustado.

Bicha: cerveza (No confundir con la 'bicha' de El Salvador, que significa niña).

Calcetín: condón.

Charli: casa.

Tapas (vulgar): hocico. Ejemplo: "Cierra las tapas" (cállate).

Gata: mujer que ejerce una ocupación de servicio al cliente. Por ejemplo: "¿Qué ha dicho la gata del banco?" o "La gata de Iberia dice que me paso de peso", ilustra Miguel, nicaragüense residente en París.

Maje, mae: tío. "Ese maje está loco".

Cipote, chigüin: chaval. (No confundir con el sentido de 'cipote' en España: vulgarmente, el miembro viril).

Chunche: una cosa, un chisme (similar al 'cuchuflí' colombiano). Ejemplo: "Pásame ese chunche" es "pásame eso que no sé cómo se llama". En otros contextos, como en "lávate el chunche" significaría "lávate los genitales", aclara Miguel.

Tirar el cuento: intentar enamorar a alguien. Ejemplo: "Le gusto a ese maje, hace meses que me tira el cuento, pero no le hago caso".

Pajuelilla: picazón en el culo, usado muchas veces para decirle a alguien que está inquieto o hiperactivo, como en "deja de moverte tanto, ¿acaso tienes pajuelilla?". En algunos lugares de España equivaldría a "¿tienes azogue?".

 

PANAMÁ:

Ahuevado (normalmente "ahuevao"): sinónimo de huevón, lento, imbécil.

Arrecho/a: persona que está excitada sexualmente. Dependiendo del país, 'arrecho' puede tener significados muy distintos, desde estar reprimido, en Perú, hasta ser muy trabajador, en Guatemala, o estar enfadado, en Honduras.

Bochinche: chisme, cotilleo.

 

Ofi: entendido, OK (acortación de 'oficial', utilizado para aprobar o recibir aprobación). Por ejemplo: "Ofi, pero no vuelvas a contarme bochinches".

Ponchera: desorden, algarabía.

Yeyé, rabiblanco(a): persona adinerada que presume de su condición y comúnmente usa anglicismos en su habla.

PARAGUAY:

Curuvicar: hacer añicos algo.

Mataburro: diccionario.

A la taca taca: pago al contado.

PERÚ:

Guachimán (del inglés watchman): vigilante, guardián.

Chibolo: niño, chaval. En otros países chibolo tiene otros significados, como documenta la RAE.

Causa: colega. También es un plato de comida consistente en un puré de papas con ají amarillo y limón, acompañado de lechuga y aceitunas, como en la foto:

 

SPERSPER/FLICKR Causa limeña.

Bien taipado: un plato bien servido, generoso. Por ejemplo: "Mozo, una causa rellena bien taipá".

Paltearse: equivocarse. 'Palta', en Perú, significa aguacate. "¡Qué palta!" también es "¡qué vergüenza!".

Roche: vergüenza. Por ejemplo: "Me palteé y me llevé un celular que no era mío. ¡Qué roche!", sugiere Carlos, peruano que vive en Madrid.

Soroche (del quechua): mal de altura, generalmente producido en la cordillera de los Andes.

REPÚBLICA DOMINICANA:

Abombao: haber comido mucho, estar lleno.

Abur-Abur: despedida similar al "adiós, adiós".

Aguanta-gorro: persona (generalmente sin pareja) que tiene que soportar los afectos y besos de una pareja que está frente a él. Lo que en España sería un sujetavelas.

Chimichurri: bocadillo a base de pan, chorizo a la parrilla, repollo y mucha sazón. (No confundir con la salsa chimichurri, propia de Argentina y Uruguay y hecha a base de ajos, perejil, ají picante, sal, aceite y vinagre, que se emplea para aderezar la carne).

Yeyo: mareo fuerte. Ejemplo: "Le dio un yeyo y se murió".

Fuñir: molestar, fastidiar. Ejemplo: "¡Muchacho, si fuñes, ve a jugar a otra parte!".

VENEZUELA:

Catire, catira: rubio.

Burda: sinónimo de mucho. Por ejemplo: "Burda de bueno" = muy bueno; "burda de gente" = mucha gente.

Ratón: resaca.

Pana: amigo, compañero. Como dice Enrique Iglesias en su canción"Si quieres algo serio, hay que ver mañana si somos novios o somos panas.

Espero que puedan disfrutar de este artículo, que una exaltación de nuestro precioso idioma.

Sopetrán, abril 28 del 2021.

Darío Sevillano Álvarez.