viernes, 7 de abril de 2017

Importante mensaje.


Sopetrán, Abril 7 del 2017.

Respetados Visitantes del Blogger Sopetrán a la vista.

A partir del domingo, en el blogger voy a suspender la publicación de los archivos comunes, que cada dos días estoy cambiando y me voy a dedicar a publicar, documentos relacionados con la Semana Santa.

Pero para predisponerlos a estas celebraciones, hoy viernes de dolores y mañana sábado de pasión, voy a publicar unos archivos muy interesantes relacionados con la Semana Mayor.

Espero poderlos complacer con estos archivos y mis deseos son que todos los visitantes puedan estar ilustrados suficientemente sobre la celebración tan importante, que vamos a hacer, en la semana que sigue.


                                             Darío Sevillano Álvarez.

Historia de la Semana Mayor.

Historia de la Semana Santa 
o Semana Mayor


Darío Sevillano Álvarez

La Semana Santa o Semana Mayor, nació casi en los primeros años de la Iglesia y se fundamentó en los cuatro evangelios, que como bien sabemos cada uno de ellos termina con un relato muy importante, al que llamamos Pasión de Nuestro Señor Jesucristo.

En los viejos tiempos de la Iglesia, hasta las reformas del Concilio Vaticano II, esas pasiones se cantaban en idioma latino y en lo que llamábamos en el canto Gregoriano: Tono recto, pero también había versiones en tonos solemnes y eran cantadas por tres Sacerdotes, parados frente a sendos facistoles, con los antiguos misales, montados sobre velos humerales (estos son los que en la actualidad se colocan en los hombros del Sacerdote, cuando toma la custodia, para las bendiciones con el Santísimo).



Pero esta historia de la Semana Santa, es un cuento largo de contar, porque no es una fiesta estacionada en una fecha fija, sino que hay que saber encuadrarla entre dos fechas: Ni antes del 22 de marzo, ni después del 25 de abril.

Estos cambios de fecha, se deben a una circunstancia muy especial, porque tiene que coincidir el Domingo de Resurrección, con la primera luna llena o plenilunio, que se presenta después del equinoccio de primavera en el hemisferio boreal o norte, que siempre ocurre entre el 20 y el 22 de marzo, que es cuando hay el cambio de estación de invierno a primavera.




Todas estas normas se impusieron, porque a Jesucristo lo crucificaron en el primer plenilunio después del equinoccio de primavera.

Estos cambio de fecha en la celebración de la Semana Santa, influyen notablemente en el calendario eclesiástico, porque de ella dependen las celebraciones importantes de la Ascensión del Señor, que se celebra cuarenta días después de la resurrección; la venida del Espíritu Santo o Pentecostés, que traduce literalmente cincuenta días después de la resurrección; El domingo de la Santísima Trinidad; la fiesta del Corpus Christi; y la fiesta del Sagrado Corazón de Jesús.

Hay un refrán popular que anuncia tres de estas fiestas:
«Tres jueves hay en el año que causan admiración; Jueves Santo, Jueves de Corpus y Jueves de la Ascensión».

Recordemos que todas estas fiestas religiosas, tienen repercusiones en el calendario laboral, por aquello de los puentes y días festivos.

Aunque las primeras Semanas Santas, se celebraron el mismo día de la pascua o pasaje del mar Rojo de los Judíos, la religión Católica, desde muy temprana edad, quería separarla de esa fecha, para mostrar que este era otro credo religioso.


Dionisio, el Exiguo.


La palabra exiguo significa el pequeño, porque era de muy baja estatura. Este fue un monje Escita que llegó a Roma en el siglo VI y ayudó mucho a la curia romana, sobre todo con los cálculos de las fechas claves de la Iglesia católica y del tiempo antes de Cristo y después de Cristo.


Desde el año 314, el concilio de Arlés, había fijado las normas para la separación de esas dos pascuas, la judía y la católica, pero el embrollo se prolongó hasta el año 525, cuando Dionisio, el Exiguo, adoptó los criterios de la antigua Iglesia de Alejandría y emitió una normativa desde la ciudad eterna.
Es bueno hacer una aclaración sobre la fecha exacta en que se presenta el equinoccio de primavera, porque puede estar entre los días 20, 21 y 22 de Marzo y por esa razón es de suma importancia saber calcular acertadamente la fecha del primer plenilunio, después de este evento.



Observen la posición del eje en las distintas estaciones.


Al final, la Iglesia diseñó la norma perfecta, para calcular el plenilunio después del equinoccio, así:


El domingo de Pascua es el siguiente a la primera luna llena eclesiástica, después del equinoccio de primavera; esta fecha se calcula con tablas especiales y con operaciones matemáticas exactas.

Hay una condición que lleva la regla:

Cuando el plenilunio eclesiástico cae domingo, la pascua católica se celebra al siguiente domingo, para impedir que la pascua católica coincida con la judía.



Así se celebra una pascua judía.


Por fortuna, casi nunca pasa esa circunstancia y las cosas se desenvuelven normalmente en la mayoría de los años.

Por estas razones, la Pascua de Resurrección no debe ser antes del 22 de Marzo, cuando el plenilunio sucede el 21 de ese mes y además siempre es sábado; ni puede caer después del 25 de Abril, cuando hay plenilunio el 20 de Marzo y además el 18 de Abril, fecha del siguiente plenilunio, es un domingo.
Surgieron entonces unos algoritmos muy importantes que conocemos con los nombres de «epacta», «número áureo» y «letra dominical» que son tablas importantes que vienen en los misales romanos y que tienen un significado profundo para el manejo del año litúrgico.

Veamos en líneas generales que significa cada uno de estos términos: 

La epacta, es el número de días que tiene la luna de haber aparecido, el primero de enero de cualquier año y esta cantidad se incrementa en once unidades, cada año; el número áureo, es el periodo de ciclos lunares, de 19 años consecutivos, porque cada vez que eso ocurre, los ciclos lunares son en las mismas fechas del año; y la letra dominical es el empleo de las siete primeras letras del alfabeto, para denominar los días de la semana, así: el primero de Enero era A; el dos, B; el tres, C; el cuatro, D; el cinco, E; el seis, F, y el siete, G; esto quiere decir que si el primero de enero es domingo, todos los domingos del año, van a pertenecer a la denominación A; por esta razón la letra dominical identificará todos los domingos del año, o sea que si el tres de enero es domingo, como el día tres está identificado con la letra C, todos los domingos del año estarán caracterizados por la letra C.




Antes de entrar en materia, recordemos que las primeras Semanas Santas, empezaban el Lunes Santo, pero a medida que la Iglesia se expandía se le agregaron tres días más: el viernes anterior al Domingo de Ramos, para celebrar los dolores de Nuestra Señora; el sábado antes del Domingo de Ramos, porque ese día Jesús estuvo en la casa de sus amigos Lázaro, Marta y María en el caserío de Betania; y el Domingo de Ramos porque ese día Jesús entró triunfante en Jerusalén.


Ahora veamos en serio, cómo es una Semana Santa:



Jesús entra triunfante en Jerusalén, montado en un pollino, es decir en un pichón de bestia mular.

Es bueno recordar que a los sumos sacerdotes del templo no les gustó mucho este espectáculo, porque sabían que Jesús con sus obras y su predicación tenía mucha acogida del público y que esta circunstancia los podía poner en calzas prietas.

Al lunes siguiente Jesús se presenta en el templo de Jerusalén, no como un niño, sino como un adulto que quiere hacer sus oraciones y se encuentra con una situación muy desagradable:

Los sacerdotes tienen los atrios y los pórticos llenos de mercaderes que manejan los grades negocios de Anás y de Caifás(se supone que vendían animales para el sacrificio en el altar de las celebraciones y muchas otras cosas más y Jesús los expulsa argumentando que el templo es una casa de oración y no una cueva de ladrones.

Pero Jesús comete otro atropello en contra de los grandes del templo: ordena que no es necesario purificarse en las piscinas de los duros y pagar por hacerlo, porque para conversar con Dios, solo es necesario tener la buena disposición de hacerlo.




También en este día, una de las hermanas de Lázaro, enjuaga los pies de Jesús con un precioso perfume de altos costos, como preparándolo para su sepultura.

El día martes, Jesús anuncia a sus amigos y apóstoles la traición de Judas y las negaciones de Pedro.


Recordemos que Judas hace un pacto con los funcionarios del sanedrín, para entregar a su amigo por treinta monedas de plata.




Es bueno decir que Pedro, que era uno de los mejores amigos de Jesús, lo negó tres veces porque al miedo nadie le ha puesto calzones.

El día miércoles, Judas busca ansiosamente a los dirigentes religiosos para pactar la venta de su amo y logra conseguirlo. Pero les advierte que él les indicará el momento oportuno, para entregarlo.



El sanedrín estaba compuesto por los grades señores de Jerusalén y ellos eran los únicos encargados de los asuntos religiosos, porque la parte política la manejaba Roma a través de sus gobernadores.

El jueves santo, en que empieza el sacro triduo de los días más importantes de la Semana Santa se desenvolvió así:
El primer acontecimiento del día, fue el lavatorio de los pies, 
una señal de humildad de Jesús.



La última cena es como la despedida de 
Jesús para sus apóstoles.



Otro aspecto importante del Jueves Santo
es la oración en el huerto de los olivos.



Así fue el prendimiento de Jesús en el huerto de los olivos.

El viernes santo, está lleno de amarguras para Jesús, porque al amanecer en sometido a interrogatorios por los sumos sacerdotes, por Herodes y por Poncio Pilatos que era el gobernador de Galilea, por parte del imperio Romano.



Jesús es interrogado por Anás.



Jesús es interrogado por Poncio Pilatos.



Jesús es interrogado por Herodes.



Jesús, amarrado a una columna, 
es flagelado por la soldadesca romana.


Los flagelos eras bolas metálicas con ascuas adheridas a unos cordones y con ellos les daban en las espaldas a los que estaban flagelando.



Así fue la coronación de Jesús.



Recordemos que las coronas de espinas eran fabricadas con un bejuco oriental, que tiene unas espinas largas y finas, parecidas a las de los naranjos agrios.




Así cargó Jesús su cruz, observen como el Cirineo lo ayuda.


Esta es la escena más dolorosa del Viernes Santo.

Recordemos que hay varias formas de cruces en el Cristianismo, veamos esos a vuelo de colibrí, porque cada credo religioso se ha ingeniado su propia cruz, como para que se vean las diferencias entre ellos:



Cruz romana o católica.




Cruz antoniana o franciscana, que distingue a esas comunidades religiosas.





Cruz invertida y supongo que esa es para memorar la muerte de San Pedro, que pidió se le crucificara al revés porque no era digno de ser crucificado como Jesucristo.






Cruz de Olaf, un rey Vikingo.



Cruz Griega, con sus cuatro laterales iguales.








Cruz de Jerusalén o de las cruzadas.






Cruz de Malta.






Cruz negra o teutónica.





Cruz nazi.



Cruz ortodoxa.




Cruz arzobispal.



Cruz de San Jorge.



Cruz de Santiago.


Cruz celta.

Llegada la noche, José de Arimatea y Nicodemo, pidieron un poder a Poncio Pilatos, para descender el cuerpo de Jesús y sepultarlo.



Así descendieron el cuerpo del Señor.



Luego lo llevaron a un huerto cercano 
para enterrarlo.


En este instante, están colocando el cuerpo del Señor en un sepulcro nuevo.


El sábado santo, en las horas de la noche, 
celebramos la resurrección de nuestro Señor.

Así terminan las semanas santas.

Las semanas santas venideras, serán en las siguientes fechas:

En el 2017 será el 16 de abril. Y
En el 2018 será el 1.° de abril.

Para terminar les cuento que la Iglesia en sus reformas ha diseñados unos ciclos de lecturas ara las semanas santas, con el fin de poder refrescar los acontecimientos que pasaron en la última semana de vida de Jesucristo, porque como solo se leen una epístola y un evangelio, se quedarían muchos relatos sin conocer.

El Concilio de Nicea, fue el responsable de organizar la semana santa, tal como la conocemos ahora, claro está, con las debidas reformas que la Iglesia le ha hecho, para bien de todos.



Así se celebró el concilio de Nicea.

Sopetrán, Abril 7 del 2017.
Darío Sevillano Álvarez.