miércoles, 4 de enero de 2017

Gratísima sorpresa que me regala el periódico El Colombiano.



A principios del mes de Diciembre, tuve la oportunidad de ayudarle a unos ilustres sopetraneros,con relatos históricos, de nuestro Terruño, para unos turistas, entre los cuales había: Periodistas, grandes comerciantes, blogeros,  e importantes personalidades, pero nunca imaginé, que para el día de hoy, El doctor Jónathan Montoya García, uno de los periodistas que asistió al evento, fuera a publicar un artículo especial en una de las columnas del prestigioso periódico: El Colombiano, en donde narra con pelos y señales, algunos aspectos de mi diario vivir.

Dejo la constancia de que lo más llamativo del artículo periodístico, es la hermosa caricatura con que lo presenta, porque: Ese es el viejito, y así es como sale por las calles del poblado, a recoger las noticias que harán sus crónicas.

El artículo dice así:

"Darío, el bloguero y guía turístico de 76 años.


La caricatura que sigue, es la mejor representación que han  hecho de mí, en mis setenta y seis años:



POR JONATHAN MONTOYA GARCÍA | PUBLICADO HACE 17 HORAS
“Soy bloguer” podría ser una frase que pronuncia cualquier joven segmentado en el grupo de los denominados millennials. La mayoría escriben en el PCs desde sus casas, o lo llevan al último café de moda y se disponen a narrar sobre sus temáticas favoritas. Los de viajes, moda y gastronomía abundan, y las experiencias se recogen en una interfaz cuidadosamente diseñada.
Darío Sevillano dice: soy bloguer, y no es un millennial más. Tiene 76 años y vive solo en Sopetrán, Antioquia, en un lugar al que llama el rincón de las palmas, “donde hay unas matas bonitas”. Ahí, sobre la calle Córdoba, está su casa, el lugar desde el que actualiza su blog llamado Sopetrán en Colombia con temas de poesía e historia, el que montó después de casi seis meses de clases que alguien le dio para que quedara como está ahora, “con todas las de la ley”.
El blog de Darío registró su primera entrada el 22 de octubre de 2016. Pero su experiencia como bloguer empezó en los Gavirias de Sopetrán, un sitio web en el que comenzó a escribir, según él, “por gentileza del doctor Gabriel Escobar Gaviria, que prácticamente, me sacó del anonimato”.
Sin embargo, el anonimato no ha sido en realidad un estado en el que Darío haya estado en los últimos años, sobre todo en Sopetrán, donde nació y se quedó.
Él mismo cuenta que si al municipio llega un grupo de turistas la gente dice: “nosotros no sabemos nada, vaya donde Darío”; y por eso, casi que semanalmente, lo consultan personas que pertenecen a grupos de historia, de universidades, “de la edad dorada” o de “gente importante”, entonces, relata, “me dejan meter la cucharada por ahí a raticos, cada que puedo, pero no es que quiera tener el protagonismo”.
Músico y relojero
En esas visitas que Darío acompaña por las iglesias de Sopetrán o caminando por las calles del pueblo se escuchan frases como: “ojo a esto que es importante”, o alguna historia sobre los caprichos de un sacerdote que hizo “llenar por dentro de disparates” uno de los templos religiosos, “porque hacían lo que les daba la gana”.
En medio de las relatos Darío hace referencias al latín, un idioma que aprendió desde joven. Después del español es la lengua sobre la que más conoce, porque en el griego y el francés ha perdido fluidez, dice, por falta de práctica.
Todos los aprendió en los seminarios donde recibió su educación primaria y secundaria, primero en el Seminario de Santa Fe de Antioquia y después en el de Santa Rosa de Osos, de donde se retiró porque, por su costumbre al clima cálido, no aguantó el frío. Así terminó en Barranquilla, también en otro seminario, pero por un corto periodo, antes de retornar de nuevo a Sopetrán.
Según Darío, en los seminarios era indispensable ser organista, por eso aprendió desde que tenía 11 años y empezó a tocar el órgano tubular de Santa Fe que, comenta, están reparando por estos días. “Los sacerdotes me buscaban para que tocara los villancicos. Fui 18 años organista y trabajaba en otras cosas, también presidía las navidades y las fiestas parroquiales”.
Además de bloguer y guía turístico, un oficio que ha podido ejercer por su vasto conocimiento de la historia del municipio, Darío es también músico. En los seminarios aprendió además a escribir