Bendición del altar
lateral, en donde va a posar, Nuestra Señora la Virgen de Sopetrán.
Siendo las cuatro de la
tarde, del día 22 de febrero del año 2021, nos reunimos en la Basílica de
Nuestra Señora de la Asunción, para celebrar la bendición del altar que la
parroquia, hizo construir en honor de nuestra Señora de Sopetrán, devoción a la
Virgen Santísima, que nos acompaña desde el mismo momento de la fundación, que
hiciera el ilustre español: Don Francisco Herrera Campuzano, el día 22 de
febrero de 1616, en las horas de la mañana.
Pero la celebración, tuvo
un carisma especial, dada la razón, de que nuestro insigne arzobispo: Monseñor
Orlando Antonio Corrales García, estuvo celebrando la bendición del altar,
mostrando como siempre sus afectos y su buena voluntad por nuestra tierra; en
donde lo sentimos, como uno de nuestros coterráneos; lo respetamos como nuestro
insigne Pastor; lo acatamos, como el gran principio de autoridad eclesiástica
en la arquidiócesis; lo aplaudimos por su sabiduría, para gobernar el rebaño; y
lo reconocemos, como nuestro amigo y guía espiritual en el cuerpo místico de
Jesucristo.
A las cuatro de la tarde, tal como estaba estipulado, porque nuestro Pastor, nunca se hace esperar, para que la feligresía, no sienta cansancio, apareció por la puerta lateral izquierda del templo, para revestirse y empezar la celebración.
En esta forma dimos
inicio a la grata celebración del día.
El Señor arzobispo,
aplica el incienso, para comenzar la celebración eucarística.
La posesión se acerca al
altar de las celebraciones.
Esta es la ceremonia inicial
de esparcir incienso por los laterales y el centro del altar.
Nuestro querido alcalde y
su esposa, nos acompañan.
Se preparan para celebrar
la Eucaristía.
Doña Eleonora Hoyos
importante miembro de Carmelo Misionero, hace la presentación del acto
religioso.
El Señor arzobispo,
inicia la celebración.
Se canta, el Señor ten
piedad.
Este es el arreglo, no
invasivo de los cuatrocientos cinco años de la fundación de nuestro pueblo.
Se recita la primera
lectura.
Se recita la segunda
lectura.
Se proclama el evangelio.
El Señor arzobispo, pronuncia
unas palabras especiales.
Así luce, el altar mayor
de la Basílica.
Nuestro Pastor, hace la
lectura para presentar la oración de los fieles.
Uno de nuestros
seminaristas, las anuncia.
Inicia la procesión de
las ofrendas.
Llegan las ofrendas, al
altar de las celebraciones.
Así la anuncian.
El Señor arzobispo, la
recibe.
Así la explican.
La recibe, el señor arzobispo.
Así la anuncian.
Nuestro prelado, la
recibe.
La anuncian.
Monseñor la recibe.
Nuestro querido rector,
prepara los elementos necesarios para la eucaristía.
Empieza el ofertorio.
Preparan el, incensario.
Se inciensan las
ofrendas.
Estamos en el prefacio.
Se consagra el pan.
Se eleva la hostia.
Se eleva el cáliz
.
Se canta: Por Cristo, con
él y en él.
Se canta el Padre
nuestro.
Los celebrantes comulgan.
Se canta la oración
final.
Es importante advertir,
que este es el esquema, que nuestro párroco empleó, para pronunciar sus
palabras.
Palabras para la
bendición del nuevo altar de la Morena:
Hace cuatrocientos cinco
años, el Señor Francisco Herrera Campuzano, nos trajo la devoción de la Virgen
Morena, hoy, gracias a la colaboración de muchas personas; la colonia de
Sopetrán en Medellín; el Señor Fernando Muñoz, su esposa María Cecilia y su familia;
el Señor Esteban Orrego y su esposa; y muchas otras personas que nos ayudaron,
hoy vamos a realizar la bendición del nuevo altar de la Virgen Morena.
Con esa entronización de
la virgen, le estamos diciendo a María. Que ella ocupa un puesto muy grande;
que nos ha acompañado durante muchos años; y que seguirá ocupando el primer
puesto en nuestros corazones.
En esta eucaristía,
celebrada por Monseñor Orlando Antonio Corrales García, Maria nos renueva el
regalo de su corazón, junto con el de su hijo, y lo seguirá haciendo en cada
eucaristía que en el futuro celebremos.
Si queremos conocer a
Jesús; amarlo más; seguirlo mejor; es necesario que acudamos a la Morena de
Sopetrán.
Si queremos amar bien a
nuestros hermanos, es necesario que acudamos a la Morena de Sopetrán.
Si queremos encontrar el
sentido profundo del ser humano, es importante que acudamos a la Morena de
Nuestro pueblo.
Si queremos tener un
hogar bien constituido, también es necesario acudir a nuestra Morena y
colocarla en el centro de nuestras vidas.
Acudamos a nuestra
Morena, porque nadie más que ella, sabe cuidarnos en los distintos periplos de
la vida.
En el caso actual de la
pandemia del coronavirus, nuestra Morena, es la mejor opción para protegernos
de tan peligrosa enfermedad y ella siempre nos está diciendo: Que no estamos
abandonados; que ella, como madre nuestra, nos sale al encuentro; y nos dice:
No te aflija, cosa alguna.
Recordemos que nuestra
fe, es el mejor antídoto contra la angustia y la desesperación, no es buscar a
Dios, sino dejarse encontrar por él, a través de su santísima Madre.
La virgen cuida de sus
hijos, para que crezcan más y más; para que crezcan fuertes, capaces de asumir,
responsabilidades; de asumir compromisos en la vida; y de aspirar hacia grandes
ideales.
Y, para terminar, quiero
agradecer la presencia de Monseñor, Orlando; por compartir la eucaristía, por
su amor a la Virgen; y por tener un corazón, parecido al de nuestra Madre
celestial.
Tambien vaya mi
agradecimiento, a la junte de fábrica, integrada por: Darío Sevillano, Gustavo
Bustamante, Sonia García, Beatriz Muñoz, Geovany Carrillo, Gloria Parra, Sandra
Tavera, y Jaime Alberto Muñoz, que nos reunimos varias veces, para pedirla a
María, que nos diera sabiduría, para elegir.
Al Maestro Herney Herrera
que, con su amor, experiencia y dedicación, plasmó sus conocimientos, para
realizarlo.
Quiero terminar con esta
frase de San Juan María Vianey:
Claro que Dios podría
hacer un mundo más bello que este, pero no sería más bello, si en él faltase
María.
Como punto final de la
celebración eucarística, se dirigió a la feligresía, nuestra ilustre paisana
Sonia García Bedoya.
La razón para estas
palabras, es porque en ella la colonia sopetranera residente en la ciudad de
Medellín, depositó, los dineros, que se recaudaban en las diferentes
actividades, para ayudar a la construcción del precioso altar de nuestra
Señora.
También es importante
contarles que ella es una persona con unas costumbres religiosas, muy
arraigadas y que se desenvuelve en sus actividades con mucha precisión y un
alto grado de cultura.
Me parece, que es
importante, contarle a la feligresía, cuáles son los parámetros que, conforman
el altar, con el fin de respetar las normas arquitectónicas que rigen en
nuestra basílica.
Recuerden que, como los
tres altares de las naves, son del orden arquitectónico, neoclásico, es decir
la revoltura armoniosa de los tres antiguos ordenes arquitectónicos: Dórico,
jónico y corintio, cualquier altar que se quiera hacer, debe conservar estas
normas.
El altar, es una composición
de tres cuerpos o altares a saber:
La parte inferior o
tarimón, que hace las veces de primer altar, para imitar, los tarimones de los
dos altares de las naves laterales, de la Basílica, que está compuestos de: Dos
columnas planas que, soportan la estructura arquitectónica que, en sus laterales
tienen ramos de rosas y en el centro aparece el corazón de María respaldado por
diez y seis destellos luminosos.
Todos los ornamentos de
esta primera parte están dorados.
El segundo altar, está
compuesto por un juego de cuatro columnas de fuste redondo y un nicho compuesto
por un vano adintelado, con remate redondo, en donde está empotrada una corona
de reina, en tono oro; la parte baja del altar, está compuesta por cinco
frisos, adornados con almocárabes, una figura arquitectónica, de mucho
prestigio.
En este nicho va estar el
cuadro de Nuestra Señora de Sopetrán.
Es bueno traer a la
memoria, los esquineros dorados, que acompañan al nicho en la parte alta.
En los laterales de este
altar, sobre el cimacio, están colocadas, dos acróteras, un elemento decorativo,
muy utilizado por los expertos en estos temas.
Sobre las cornisas de las
cuatro columnas, hay un juego de molduras que, hacen las veces de arquitrabe, y
sobre el arquitrabe, hay unos frisos, similares a los de la parte baja,
decorados con almocárabes, en color oro.
Encima de estos frisos
aparece un juego de ménsulas, una figura arquitectónica de mucho rango, que son
las que parecen sostener el tercer altar.
El tercer altar empotrado
sobre el cimacio o recogida de las goteras del segundo altar, está compuesto,
por dos columnas; un nicho de remate redondo, en donde está colocado el
monograma de Nuestra Señora y sobre el remate redondo del tercer altar, hay una
acrótera en forma de almocárabe, que remata el altar con toda su majestad.
Bendición del
altar para Nuestra Señora de Sopetrán.
Pasada la
celebración de la Eucaristía, el Señor arzobispo y los que lo acompañaban en
esta función religiosa, se desplazaron al lugar del altar de la nave izquierda
de la Basílica, para hacer la bendición del altar de Nuestra Señora de
Sopetrán.
El señor
arzobispo, se dispone, para la bendición del altar.
El señor
arzobispo, observa la belleza de la obra.
Nuestro prelado,
canta la oración, conque se bendice el altar.
Todos los con
celebrantes están acompañando al señor arzobispo en esta importante bendición.
El señor
arzobispo asperja el altar recién bendecido.
Se aplica el
incienso en el incensario.
Se rinde
veneración a nuestra señora.
En esta placa de
mármol está la oración a nuestra señora.
El señor
arzobispo, pronuncia la oración con toda la feligresía.
Seguidamente,
pasamos a la casa parroquial y acompañamos a monseñor en una comida familiar.
En esta mesa
estaban el señor arzobispo, Fernando Muñoz y su familia, Vilma Lezcano, el
señor alcalde y su esposa, una amistad especial de la parroquia y yo.
En esta mesa
estaban el padre Rogelio, el doctor Gustavo Bustamante, el nuevo coadjutor, el
sacerdote que acompañaba al señor arzobispo y el grupo de seminaristas.
Sopetrán,
febrero 22 del 2021.
Darío Sevillano Álvarez.