miércoles, 1 de enero de 2020

Curiosidades sobre la navidad.



Los secretos profesionales que esconden las tradiciones navideñas, que en la actualidad celebramos.

La costumbre de colocar calcetines nuevos y vacíos, en la noche del 24 de Diciembre, nació de una leyenda, que a la letra anuncia:
Había un hombre muy pobre, que no tenía el dinero suficiente, para dotar a sus hijas, para el matrimonio y sabía que iban a estar condenadas al fracaso, pero San Nicolás, el famoso Obispo de Oslo, la vieja capital de Noruega, supo sus angustias y una noche llegó a su patio, en donde tenían unos calcetines secándose al sol, y los llenó de monedas de oro y este pobre hombre, tuvo el dinero suficiente para organizar a sus tres hijas.


Desde ese momento, año de 1823,  en los países del norte de Europa, se acostumbra, colocar calcetines nuevos en las chimeneas, para que entre San Nicolás a llenarlas de regalos.

Si recordamos de dónde salió la leyenda de San Nicolás, que en las navidades, salía con un talego lleno de regalos, para repartirles a los niños pobres de su ciudad, tenemos que traer a la memoria, al famoso Obispo de Oslo, que guardaba los dineros del año, para comprar regalos, a los niños pobres de su parroquia.


Cuando este nombre fue llevado a los idiomas de los países bajos, en donde se dice Sinterclas, nació la leyenda de: Santa Claus; pero cuando la leyenda fue llevada a Francia, nació el famoso: Pere Noel o viejo Noel.
Estas leyendas con los tiempos han recorrido todos los países del planeta y en cada país, les han hecho sus adaptaciones a cada cultura.


Santa Claus montada en su trineo, tirado por caribúes.

Las tarjetas de navidad fueron inventadas, por un Inglés, llamado: Sir Henry Cole, en la navidad de 1843, este editor era aficionado a estas labores y en esa fecha produjo mil tarjetas con las frase: Feliz Navidad y feliz año nuevo y se las envió a muchos: Familiares, amigos y paisanos.



Los primeros árboles de Navidad, aparecieron en Alemania y son invención de los discípulos de Lutero, que adornaban los pinos silvestres con luminarias de color rojo, y la verdad era, que se veían hermosos en las noches del invierno.


Pero la popularidad de estos árboles decorados, se propagó en Pensilvania en la navidad de 1820.
Los pasteles navideños nacieron desde la época de los romanos; pero en los siglos XVIII y XIX, tomaron importancia en muchos países y llegaron hasta nosotros, tal como los conocemos.


El buñuelo lleva siglos existiendo y hasta lo mencionaban en poemas, por allá en los años 1300.
En Antioquia, donde también están presentes hace mucho tiempo, se puede comer en cualquier mes, pero la gente lo prefiere en diciembre, así como la natilla y las hojuelas: Es como si el sabor fuera más rico por estos días.
Como muchas otras preparaciones gastronómicas, estas son una herencia española.
Allá, desde donde vinieron los colonos, no son como se comen acá, los hacen de otra manera: Con un relleno dulce, y rociados con azúcar; también tienen sus fechas especiales para degustarlos, noviembre y pascua.


Ramiro Delgado, antropólogo de la Universidad de Antioquia que investiga temas de gastronomía, resalta que el origen sí es español y, además, árabe, pues esta cultura ha tenido una presencia de siglos en Europa, por eso la receta de estos esponjosos bocados que en el momento de la fritura se ven dorados, no es tan paisa como el carriel.
Los villancicos tuvieron su origen en unos versos poco llamativos de origen oriental, pero en el periodo medieval, se perfeccionaron en las famosas Villas del medioevo, cuando se daban las felices pascuas de navidad de una villa a otra.
La palabra villancico, quiere decir: Canción de las Villas
Uno de los más románticos y hermosos, es el que conocemos con el nombre de:
 Dónde será pastores.
He aquí la letra:
¿Dónde será, pastores,
Donde la aurora bella:
Guarda de lindas flores,
De lindas flores un lecho al sol?
¿Dónde la Virgen pura,
Lirio de mil colores:
Canta dulces amores,
Dulces amores al niño Dios?
Suaves brisas del campo,
Llenas de rico olor:
Brisas que van llenando,
Trinos de ruiseñor.
Id a mecer su cuna,
De mi Jesús dormido,
Y cantadle al oído
Ecos de mi canción...
Rosas son sus mejillas, la, la, la;
Rosas del cielo son, la, la, la;
Suaves como la seda, la, la, la;
Lindas como arrebol.
Esos sus labios rojos, la, la, la;
Rojos como el clavel, la, la, la;
Frescos como el rocío,
Dulces como la miel.
Les deseo un año lleno de venturas y les comparto esta hermosa tarjeta, que me envió el doctor e historiador: Don Luis Horacio Lora Restrepo, un ilustre Santafereño, que dice todo aquello que podemos estar pensando:


Sopetrán Enero uno del 2020.
Darío Sevillano Álvarez.