lunes, 26 de junio de 2017

Un tenor muy especial.


El sinsonte.


Este es uno de los pájaros que en nuestro medio, se encuentran en vía de extinción, por esa razón, debemos ser muy cuidadosos con ellos, para no permitir esa catástrofe ecológica que sería de grandes proporciones, porque es una de las aves que más bonito cantan, toda vez que en su repertorio tiene entre veinte y cincuenta sonidos incorporados, en los cuales incluye: Los cantos de otras aves, algunos diseños propios y a veces, interpreta trozos musicales tan reconocidos, como nuestro himno nacional.


                     

Su nombre científico: Mimus polyglottos, lo identifica plenamente: ‘comediante de los muchos sonidos’; su nombre común: sinsonte, acaba de confirmar su grandeza, porque esa palabra es del idioma náhuatl (centzuntli) y traduce ‘el ave de las cuatrocientas voces’.

No se complazca con tenerlo prisionero en una jaula; admírelo cantando libremente en los bosques.

La clasificación de esta especie, podría ser:

Reino: Animal.
Philum: Cordados.
Clase: Aves.
Orden: Paseriformes.
Familia: Mímidos.
Género: Mimus.
Especie: Polyglottos.




La parte verde es el mapa de 
distribución de la especie

El cenzontle, como se le debiera decir, pues éste es su nombre clásico, habita en parte de los Estados Unidos, América central, Cuba, las Antillas menores y en la actualidad, gozamos del privilegio de su compañía en Colombia. El nombre de cenzontle es el que el Diccionario de la lengua española de la Real Academia Española define, mientras el de sinsonte lo pone como sinónimo de uso en algunos países de América Latina.

Aunque su color, no es muy llamativo, porque hay otras aves con colores preciosos, este ejemplar llama la atención, por lo refinado de su canto y por la manera como se adapta a la vida del cautiverio; pero no creamos que canta por la alegría de sentirse prisionero, sino para hacerle un llamado a sus congéneres, con el fin de que vengan a visitarlo y a liberarlo.


En Sopetrán, los sinsontes anidan en las palmas de corozo, que están más escasas que las medallas del Corazón de Jesús, en los pequeños arbustos del sotobosque, en los árboles de noro y de chagualo y en las regiones cercanas al Cauca, anida en los cascarillos o sacaojos.

Los sinsontes defienden su territorio con mucha fortaleza y cuando un enemigo es muy poderoso, todos los sinsontes del lugar, se juntan para pelear contra él.

Conocí algunos sinsontes que cantaban trozos de música colombiana y entonaban muy bien el himno nacional.

Es importante anotar que este ejemplar, se adapta fácilmente a los tres climas que tenemos en nuestro municipio y que en los tres pisos térmicos se desenvuelve en buenas condiciones.

También es bueno decir que el animal que canta bonito y en buen volumen, es el macho, porque las hembras, también cantan pero en bajo tono. A propósito de machos y hembras, se pueden conocer, porque al macho, los orificios de la nariz, le pasan de lado a lado, pero hay que tener cuidado con las trampas que hacen los que negocian con estas aves, porque les abren a las hembras los orificios, para que crean que son machos.

La mejor forma de reconocerlos es oírlos cantar.


La alimentación de estas aves, son los insectos y las bayas, que recogen en el suelo o en los árboles; a veces vuelan en picada, para capturar los insectos y de cuando en cuando hacen giros especiales con las alas, para mostrar las manchas blancas y como exhibición territorial.

Como dato especial les cuento que los sinsontes no anidan en los árboles de pino y tal vez puedo decirles la razón: El pineol y el olor acre de los pinos, molesta a sus crías y como mata la microfauna, los priva de su alimentación con insectos.

Hay una característica muy singular de esta especie y es la tendencia a posar en las ramas más altas de los árboles o en las cimas de los postes de la luz y el teléfono; también es bueno decir que en las zonas urbanas, nunca bajan al piso.

Ahora describamos el ave: es un ave de unos veinticinco centímetros de longitud con un peso aproximado a sesenta gramos; de color grisáceo y una máscara negruzca artificial; en su cola, tiene un hermoso abanico blanco, lo mismo que en el borde de las alas; la cabeza y las partes superiores, son de un gris claro; sus ojos son amarillos; su pico es delgado y de color negro, con una ligera curvatura hacia abajo; y las patas son largas y de color oscuro.


Hay un sinsonte que es más pequeño, al que llamamos: Mimus gilvus, que traduce: ‘el comediante de color amarillo desteñido’.

En la región alta de Sopetrán, en los nacimientos de la quebrada La Sopetrana, hay personas que se dedican a mantener corredores especiales en sus fincas, para que los animales silvestres tengan un lugar tranquilo para vivir y en ellos viven un sinnúmero de cuadrúpedos y aves, entre los cuales están los sinsontes.

También conozco en la región de El Pomar a un amigo, que se dedica a mantener turpiales, sinsontes y carriquíes, en estado de semicautiverio, porque los animales vienen a dormir en las perchas de su casa, pero cuando los alimenta por las mañanas, se van a vivir tranquilos en los bosques. Es importante que sepan que estos animales se dejan coger de mi amigo, el cual los acaricia y luego los lleva a las perchas en donde duermen.


Los sinsontes del bosque, comen bayas, frutos carnosos, semillas, lombrices, gusanos, lavas de insectos, huevos de lagartos y de otros pájaros, hormigas y avispas.

Estos animales, son monógamos, es decir, sólo se aparean con una sola hembra; se observa que los juveniles de nidadas anteriores, vienen a alimentar a los nuevos polluelos; solo la hembra incuba, pero el macho se encarga de llevarle alimentos; la incubación dura de 13 a 15 días y los polluelos, dejan el nido a los 15 días.

Es bueno contarles que los sinsontes defienden sus nidos a capa y espada hasta de las iguanas, de los rapaces, de los perros y de las mangostas.

Es muy preocupante saber que el sinsonte está perdiendo día a día su hábitat, porque prefiere las zonas poco pobladas del bosque y esas áreas, son las que el hombre tumba sin consideración.

Es bueno decir que los sinsontes, en medio de su canto, hacen un ritual muy ceremonioso y en medio de este es cuando cantan más hermoso.

Recordemos que las aves, no tienen laringe y que su aparato fonatorio se llama: siringe.


Recordemos que nuestra misión en la tierra, es administrar la naturaleza, con mucha sabiduría y que por esa razón, tenemos que aprender a cuidar las especies, para que no desaparezcan, como pasó en el pasado con muchos animales, que no fuimos capaces de saber manejar.

Sopetrán, Mayo 1º del 2017.

Darío Sevillano Álvarez.