jueves, 6 de febrero de 2020

Balance del gobierno de Iván Duque.



El gobierno de Iván Duque y sus inconsistencias.

Cada que los colombianos estrenamos un nuevo gobernante, nos encontramos con un cúmulo de problemas, que cada personaje oculta con mucho cuidado, en la sonrisa socarrona de sus personalidades y de todas las artimañas que manejan en sus campañas, para llegar a la presidencia de la república.


Otra cosa muy distinta es analizar las actitudes del gobernante, cuando empieza a mostrar las garras que tenía escondidas, como las uñas de los felinos, bien camufladas en los cojinetes de sus patas.

Si así me expreso, es porque recuerdo que cuando Duque, no era presidente, criticaba la actitud negligente de Santos, respecto al reajuste de los salarios mínimos de los colombianos; ahora cuando puede actuar en favor de los más menesterosos, eso no lo preocupa.
Pero si analizamos con mucho cuidado, sus actos gubernamentales, nos damos cuenta inmediatamente, que todo lo que legisla, siempre va en contra de los más desprotegidos, siguiendo las políticas, perversas del Senador Uribe, que siempre estaba legislando en contra de los pobres, cuando estuvo por espacio de ocho años en la presidencia, porque parecía que la intención que tenía era acabar, no con la pobreza de muchos ciudadanos, sino acabar con el gremio de los pobres, que parecían ser, la peor carga del estado.


Recuerdo muy claro la famosa: Seguridad democrática, que le garantizaba a los grandes señores dueños del dinero en Colombia, la seguridad para que pudieran llegar con toda la tranquilidad a sus haciendas; porque los pobres, nunca necesitamos esa famosa protección, toda vez que no tenemos, ni conque comprar, lo necesario para el diario vivir.
También recuerdo con mucha tristeza, cuando lanzaron el decreto que nos obligaba a pagar el 12% de nuestros pequeños sueldos, para mantener vigentes los fondos de Fosyga.
Cito que es Fosyga:
“El área de portafolio del FOSYGA se conforma con los recursos previstos en la Ley 100 de 1993, el Decreto 1283 de 1996 y el Decreto 2280 de 2004, para las subcuentas de Compensación Interna del Régimen Contributivo, de Solidaridad del Régimen de Subsidios en Salud, de Seguro de Riesgos Catastróficos y Accidentes de Tránsito ECAT, y con los rendimientos financieros de los recursos de las distintas subcuentas y los demás que puedan generarse”.
¿No creen ustedes, que esta entidad es una obligación del estado y que si necesitaban algunos fondos adicionales, debieron haber salido, no del bolsillo de los más pobres y peor pagados, sino de las cuentas bancarias de los grandes señores del Congreso de la República y de las cuentas de los grandes políticos chupachupas y oportunistas, que en Colombia, se encuentran en abundancia?


Mucho se critica la actitud de las centrales obreras, produciendo paros cada que les viene en gana, pero me da la impresión, que esa es la única herramienta que le queda al pueblo, para desenmascarar a los vándalos que tiene el estado, que se han especializado en recortar el poco dinero de las clases menos favorecidas y las críticas apuntan a los ciudadanos que llegan a las manifestaciones enmascarados.
Creo que esos enmascarados, son vándalos, que le están declarando la guerra al estado y si eso es así, el estado debe responderles, no con bombas lacrimógenas, ni con chorros de agua; sino con las armas que el estado tiene para destruir a sus enemigos.
Pero si recordamos que el estado también tiene vándalos y eso lo escuché por primera vez, en un programa de la Noche, en NTN noticias, cuando uno de los panelistas decía:” A esos vándalos, también hay que sancionarlos”; y creo que se deben descubrir, para retirarlos de inmediato del estado, para que no sigan acabando con lo poco que les queda a las clases menos favorecidas.


Estos son los vándalos de las manifestaciones y creo que no tienen razón para encapucharse, porque si es una protesta pacífica, que la ley respalda, nadie les podría causar daños; pero como la intención que tienen es destruir el patrimonio que a todos nos ha costado dinero, tienen que protegerse, para que las autoridades no los descubran.
Pero si analizamos el caso de los vándalos del estado, como el famoso ministro que repartió dinero a diestra y siniestra de cuenta del estado, en agro ingreso seguro; o como las personas que ordenaron retener el 12 % del salario de los jubilados; o como aquellos que se niegan a devolver esos dineros; o como aquellos que se especializan en estorbar, para que los ciudadanos de bien, no se ganen en sus sueldos, el pan nuestro de cada día; y como muchas otras cosas que no voy a escribir, en atención a que mis artículos, deben ser solo unos informes científico-políticos de poco volumen de hojas.
Así como la petición del estado es: “Basta de encapuchados en las manifestaciones”; nuestra petición debiera ser: “Basta de vándalos en las filas del gobierno, que legislan siempre en contra del buen trabajador”.


Por alguna razón estos importantes gobernantes figuran en las listas de los más populistas del pueblo colombiano.
Una de las grandes falencias que tuvimos, cuando votamos por el presidente actual, fue la de no calcular que el gobernante, no se iba a apartar de las enseñanzas, de Uribe y su credo político, el centro democrático, que más que una corporación política, parece un credo religioso, venerando a su majestad: El ilustre Senador.


Si a estos ilustres políticos colombianos los están reuniendo con Maduro, eso puede estar significando, que se están pareciendo a Él.
En el portal: Políticaespectador@gmail.com, acaba de salir un artículo que habla de los eufemismos, en que ha caído el gobierno de Duque.
Antes de empezar a comentarles este tema, voy a definirles, lo que el diccionario de la lengua dice, acerca de esta palabra:
Un eufemismo es una palabra o expresión menos ofensiva, que sustituye a otra de mal gusto que puede ofender o sugerir algo no placentero o peyorativo al oyente.
Es decir que los eufemismos, todos son un engaño; un camuflaje de algo malo que le va a pasar al pueblo; algo, que si lo aceptamos, después nos estaremos dando golpes de pecho; Etc, Etc.
Esto dice el espectador:
“Fue a finales de octubre de 2018, luego de varios meses de múltiples anuncios, que el gobierno del presidente Iván Duque radicó ante el Congreso el proyecto de Ley de Financiamiento, cuyo objetivo era obtener $ 14 billones faltantes del Presupuesto General de 2019.
 La misma iniciativa que, casi un año después, la Corte Constitucional hundió por errores de procedimiento en su aprobación en el Capitolio, por lo que la Casa de Nariño se tuvo que apresurar a presentar una nueva propuesta, a la que llamó "Ley de Crecimiento Económico".


Este es el experto en torturar al pueblo, en lo relacionado con el dinero.
Parece que a su Majestad Don Álvaro, le quedó gustando la sabiduría de este ministro.
En el fondo, en uno u otro caso, de lo que se trató fue de una evidente Reforma Tributaria”.
Y como era lesiva para los ciudadanos, se hundieron en el limbo del famoso congreso, porque la corte, no las aceptó.


Continuando con la serie de camuflajes de las leyes, que próximamente nos regirán, el gobierno por medio de otra de sus figuras claves, la Doctora Alicia Arango, proclamó, como va a ser la reforma pensional, pero su majestad, Don Iván, la llama elegantemente, para que pueda llegar a gustarle a los colombianos: Reforma de la estructura de protección a la vejez.
Este puede ser un Bom, bom bum, para meternos gato por liebre.
Fíjense en la forma como su ilustrísima Señoría, maneja las cosas:
“Este fin de semana, la ministra de Trabajo, Alicia Arango —quien, por cierto, está de salida, pues a mediados de febrero pasará a encabezar el Ministerio del Interior— comenzó a develar los pormenores de lo que será la Reforma Pensional de la administración Duque, la cual, aseguró, será llevada a la Mesa de Concertación Laboral en la que tienen asiento empresarios y trabajadores.
Posteriormente, fue el mismo jefe de Estado quien ratificó lo dicho por Arango, hablando de herramientas en las que la prioridad sea el aumento de la cobertura y que se garantice equidad.
Pero no le llamó Reforma Pensional sino “reforma a la estructura del sistema de protección a la vejez”.


A propósito de la famosa ministra del trabajo, valdría la pena, que nunca se tuviera en cuenta el criterio de otorgar trabajos por horas. ¿Si a una persona le da tanta brega cotizar el número de semanas para jubilarse, trabajando el día completo; se imaginen ustedes, cuántos años deberá trabajar, para poderlo hacer, acumulando horas?
Tan descabellada es esta idea, que el mismo presidente, admitió, que su famosa ministra, estaba muy equivocada.


El espectador continúa diciendo:
“Para los expertos en estas materias, lo que el Gobierno está haciendo no es más que utilizar eufemismos para esconder sus verdaderas intenciones en torno a reformas que, como la Tributaria o la Pensional, impactan a todos los ciudadanos en general, y más aún en estos tiempos de protestas y movilizaciones.
Ha intentado, a través del lenguaje, evitar un mayor impacto negativo.
Por eso utiliza reformas con nombres rimbombantes”, señaló un congresista cercano al Ejecutivo, pidiendo la reserva de su nombre. La Real Academia de la Lengua Española define eufemismo como la “manifestación suave o decorosa de ideas cuya recta y franca expresión sería dura y malsonante”.
Pero si ustedes analizan estas fotografías, se darán cuenta de inmediato, que la conexión entre estos personajes, es la famosa presencia del ilustre Senador Uribe.


No tengo ninguna condena especial contra este importante político, pero tengo la certeza de que todas las leyes que propone, son lesivas para el pueblo en general y por esa razón su aceptación política ante los colombianos, ha rebajado considerablemente y pocos ciudadanos lo quieren respaldar.
Sigamos con los eufemismos, para que vean que el espectador, tiene toda la razón para calificar a este gobierno, de saber camuflar las cosa malas que va a realizar, para que los colombianos, nos traguemos el entuerto.
“Por ejemplo, en el caso de la ahora llamada Ley de Crecimiento Económico, así opina el columnista Salomón Kalmanovitz, en El Espectador:
El nombre de la nueva Reforma Tributaria del Gobierno es un eufemismo.
Con ella se considera que habrá mucho crecimiento, gracias a una creencia sin fundamento que informa que mientras menos impuestos tengan las empresas invertirán más y producirán más.
Lo cierto es, que es una política que beneficia a las empresas y castiga a la clase media y a los profesionales independientes, mientras les arroja migajas a los más pobres, y es la respuesta a las movilizaciones masivas que se dieron a partir del 21 de noviembre”.

“Otros opinadores son más duros:
Para el académico y periodista Esteban Vélez, también refiriéndose a la Reforma Tributaria, llamarla de otra manera lo que busca es “darle mejor estética para que fuera bien recibida por los colombianos”.
Incluso, en un escrito en el portal Las 2 Orillas, fue más allá en cuanto a la campaña que lidera el presidente Duque frente al gobierno de Nicolás Maduro en Venezuela.
Otro eufemismo que recientemente está en boca de todos los colombianos amantes de la paz es el supuesto ‘cerco diplomático’, para obligar a maduro a dejar su gobierno.
Este se popularizó luego de la entrevista al medio de comunicación Voz de América. ‘Cerco diplomático’ es una bella manera de decir que la solución a la crisis en Venezuela es la intervención militar estadounidense, camuflada en ayudas humanitarias”.


“Y así son varios los ejemplos en el gobierno Duque:
Llamar “estabilización” a la implementación de los acuerdo de paz que firmó su antecesor con la hoy desmovilizada guerrilla de las Farc o hablar de “paz con legalidad”, un discurso que, dicen algunos, de entrada cuestiona la legitimidad de lo pactado.
O hablar de “devolución del IVA” y no de subsidios a los pobres.
O cuando se rumora en altas esferas de la Casa de Nariño de “acuerdos programáticos” con algunas fuerzas políticas, léase Cambio Radical, para tratar de garantizar gobernabilidad, cuando de lo que se trata es, advierten los críticos, de una “repartija burocrática”.


“En conclusión, una estratégica utilización del lenguaje en la que, según los analistas, la intención de disfrazar las cosas y no decirlas por su nombre.
El propósito de estos eufemismos consiste en darle un toque sutil y decoroso a reformas impopulares y claramente lesivas para las personas asalariadas del país”, enfatiza el catedrático de la Universidad Nacional, Andrés Felipe Mora.
En respuesta, desde el Ejecutivo recalcan que no se trata de disfrazar nada, simplemente de definir las leyes a partir de sus objetivos.
Lo cierto es que lo que se ve hasta el momento es que el presidente Iván Duque, en año y medio que lleva de mandato, no ha podido consolidar el “gran pacto nacional” del que habló el día en que se posesionó”.
También es bueno hablar de la devolución del 8%, que nos están robando desde que el famoso senador Uribe era gobernante.


En conclusión podemos afirmar:
Recuerdo que cuando Santos subía el salario mínimo, Duque lo criticaba y ahora entró en la moda de todos los que nos gobiernan, que se olvidan de los gobernados y se dedican a estabilizar las finanzas del estado, para que los grandes señores, tengan de donde robar.
Si los encapuchados de las manifestaciones, que son los  que están acabando con el estado y produciendo todo tipo de desmanes, se deben castigar fuertemente y opino, que como le declararon la guerra al estado, el estado debe responder directamente con las armas, para acabar con ellos.
También se pueden considerar como vándalos, aquellos funcionarios públicos que nos embolatan la mitad de las liquidaciones de las pensiones y después, es obligatorio pelearles con abogado a borde para que las liquiden y el abogado se quede con el treinta por ciento de nuestros dineros; los que siguen ordenando que no se nos pueda devolver el 8% de nuestros pequeños sueldos; los que ordenaron el descuento de esos dineros; y todos los desmanes que el estado produce en contra de los más pobres, para beneficiar a los grandes señores;  todos estos gobernantes que legislan en contra del pueblo que gobiernan deben salir del gobierno y si no salen hay que sacarlos por la fuerza.


Por estas razones me parece que Colombia va a parar en las mismas circunstancias de Chile, con las manifestaciones, que tendrán que ser tareas obligatorias del pueblo, para conseguir que haya justicia social.

Sopetrán, febrero 5 del 2020.
Darío Sevillano Álvarez.