viernes, 19 de abril de 2019

Nuestra procesión de once.


La procesión de once.

Cuando el sermón de la sentencia se estaba proclamando, teníamos un público de más de mil personas.


La primera estación fue leída por el Padre Rogelio.



La primera anda procesional estaba representada por el Santo Ecce Homo y por la sentencia que pronunció Poncio Pilatos.



Estas fueron las escenas de las primeras cuadras de la procesión.



Esta es la imagen de Jesús con la cruz a cuestas, en donde cantamos la segunda estación.


Aquí cantamos la segunda estación.


La procesión, toma la calle José María Villa.


La procesión, toma la calle José María Villa.


En esta forma cantamos esta estación.


 Así, llegamos a la cuarta estación.


Estas son las imágenes que conformaban la estación.



La estación fue leída, por nuestro Seminarista estrella.


En la quinta estación, encontramos estos elementos religiosos.


La estación fue leída, por el Señor vicario cooperador.


En esta estación nos espera: La Verónica, una imagen tallada, con todas las de la ley, obsérvenla y me darán la razón.


Así, llegó la procesión a esta estación.


La estación fue leída, por el Sacerdote que ha hecho las predicaciones.


Esta es la segunda caída de Jesús.


La estación fue leída, por nuestro rector de la Basílica.


Nos acercamos a la octava estación.


En ella encontramos, algunas personalidades de Jerusalén, llorando la muerte de Cristo.


Esta estación es leída por nuestro Seminarista y nos acompañan dos miembros ilustres de la sociedad: El Máximo representante de la Policía nacional, en Sopetrán y Don León Grisales, que gracias a su digna intervención, nos facilitan el equipo de sonido, que es el alma y vida de nuestra procesión. 


Esta es la tercera caída de Jesucristo, no se aprecia bien, porque alguien se atraviesa y por falta de tiempo, no puedo repetir el disparo con el obturador.


Así llegamos a esta estación.


La estación es leída, por nuestro Coadjutor.


Esta es la preciosa imagen de la desnudez de Jesucristo, tallada en madera maciza, a finales del siglo XIX.


Así transita, nuestro peregrinar religioso, por la plaza de Bolívar.


Aquí vamos a cantar la décima estación.


La feligresía y muchos turistas, asisten con mucha religiosidad, a este hermoso evento religioso.

El número de asistentes es incontable.






Observen la calidad de las imágenes.


Nuestro Cristo, con una gratísima historia de más de ciento ochenta años, nos espera en el atrio parroquial, para que cantemos la undécima estación.


Cantamos la estación, acompañados de todas las imágenes, que estuvieron en las once estaciones que cantamos, recuerden que las otras, se cantan en el transcurso de día.


Nuestro atrio parroquial lucía así, al terminar nuestra procesión de once.


Sopetrán, Abril 19 del 2019.
Darío Sevillano Álvarez.