Un periplo, imposible
de manejar.
La sabiduría popular, en sus
refranes, dichos y frases célebres, propone la solución para cualquier
circunstancia y podemos citar, para este caso: “La ignorancia es muy atrevida”.
En el año de 1978, por un accidente
del destino, me encontré con un ciudadano español, que era misionero y que
quería conocer la patrona de nuestro pueblo.
Con mucha tranquilidad, lo llevé a
nuestro templo parroquial y le mostré las dos imágenes, que para nosotros
representaban a nuestra patrona, que para esa época, eran: Nuestra Señora de la
Asunción, que la teníamos en bulto, tallado en madera y un cuadro pintado al
óleo en España y donado por la Reina Mariana de Austria, que gobernaba, por su
hijo, que aún no tenía la mayoría de edad.
Pero cuál sería mi sorpresa, cuando
el misionero español, me dijo con mucho respeto: “Ustedes están equivocados con
la interpretación que le dan a este cuadro, porque no es de la Virgen de la
Asunción, sino de una Virgen española, que se llama nuestra Señora de Sopetrán.
Casi que me da un infarto por la
sorpresa y la alegría, que este relato me producía, dada la razón de que mi
vocación era ser un buen historiador y este sería mi primer acierto, para
contarle a los sopetraneros, que contábamos con una virgen propia.
Y mi alegría era mayor, porque el
misionero se tomó la bondad de explicarme que significaban las figuras que el
cuadro tenía pintadas.
Cuando el misionero se marchó, me
dirigí al Sacerdote Humberto Torres Osorno, que hacía las veces de Párroco de
nuestro pueblo; Él me pidió un favor: “No hagamos ningún escándalo, hasta
cuando yo investigue, con algunos religiosos españoles, que son amistosos
conmigo y cuando tengamos esa información, le contamos a la feligresía”.
La constatación de los datos se tomó
unos ocho meses, porque para esa época, no había tecnología de punta en las
comunicaciones, como la que disfrutamos en estos tiempos.
Mientras eso ocurría, el misionero se
fue a visitar su familia, y de regreso,
me trajo unos documentos que me enviaba la Historiadora, Doña Julie Sopetrán,
que por pura casualidad, era hija, del dueño, en donde estaba el extinguido
monasterio de Nuestra Señora de Sopetrán en España.
En este mismo momento empezó mi
calvario, porque algunos feligreses, tapados, sellados y que tal vez, votaron
las llaves, con las que los habían metido en su obstinamiento, empezaron a
lazarse contra mí, porque ellos no concebían la idea de que nuestra Virgen del
cuadro, no fuera Nuestra Señora de la Asunción y lo más grave, es que hay algunas
feligreses empedernidas, que se mantienen lamiendo ladrillos en el tempo
parroquial, que sostienen que a mí no se me puede creer, porque cada que cuento
el relato de Nuestra Señora de Sopetrán, lo cambio.
Esta circunstancia radica, en que cada que sabemos
un dato nuevo de Nuestra querida Virgen, se lo agrego al relato; pero esas
pobres personas, que son cortas de cerebro y malas de cultura general, no saben
que: En las ciencias sociales, las ciencias naturales y todas aquellas, que no sean ciencias exactas,
como las matemáticas, no existen verdades absolutas y todas son relativas, a
las investigaciones que se van haciendo.
Es posible que a lo largo del tiempo,
las investigaciones modernas revelen nuevos hallazgos, sobre nuestra Especial
Virgen y tendremos que seguir cambiando los relatos, para mantenernos bien
informados, sobre la figura religiosa, más importante que tenemos en nuestro
templo parroquial.
La única circunstancia benéfica que
nos protege de esas personas brutas y atrevidas, es que Nuestro Rector de la
Basílica, el Padre Rogelio Rodríguez y sus dos colaborados en el servicio
religioso, creen en nuestros relatos y nos estimulan para que sigamos adelante
en nuestro propósito de investigar al máximo, sobre nuestra Preciosa Virgen
Negra.
A continuación, les regalo la
historia que el misionero me regaló, las oraciones que los españoles le rezan a
esta preciosa advocación que es la patrona en: Hita, Torre del Burgo,
Almoharín, Jarandilla de la Vera, Murcia y Madrid y es una virgen muy especial
en la parroquia de Badajoz.
Entre los pueblos de América, desde
Alaska hasta la Patagonia, el único pueblo que tiene la grandeza de tenerla
como Patrona, es nuestro pueblo: Sopetrán.
Oraciones a
nuestra Señora de Sopetrán, para todos los días.
Soberana Señora Virgen María Sopetrana, patrona de nuestro pueblo y nuestra especial abogada, cuya antigua advocación quiere decir sobre -
piedras, y Vos lo sois sobre la más preciosas por vuestras
virtudes, prerrogativas y gracias: A Vos, excelente piedra, no para engaste de
diademas terrenas, sí empero para coronas de los Santos, vuestros favorecidos
devotos os tributamos esta oración, compuesta de nueve preciosas piedras, que engastadas
en lo humilde de nuestros corazones, ofrecemos a vuestra Majestad, Implorando rendidamente vuestro patrocinio en todas nuestras aflicciones
de cuerpo y alma; y también para que nos alcancéis la gracia particular, que os
pedimos en ella, si es para gloria de Dios y provecho de nuestras
almas.
Sacratísima
Virgen María Sopetrana, Judit misteriosa, y graciosa libertadora de los
Cristianos, los que oprimidos del mahometano rigor, gemían entre prisiones y
grillos, implorando vuestro maternal amparo, el que no tardó a sus ruegos, pues
bajando Vos del cielo, llenando vuestra piedad de resplandores la tierra,
disteis libertad al Cristiano Pueblo y deshaciendo las huestes enemigas con su capitán el infante Alí Maimón, a quien Vos propia disteis el santo bautismo, quedó
sosegada esta tempestad. Por tanto, piadosísima María, os suplicamos nos
libertéis de los más fieros enemigos nuestros: Mundo, demonio y carne, y de las
más crueles presiones que nos atribulan: Los pecados, y nos atraigáis a la
libertad de hijos del verdadero Jesucristo nuestro Señor, a quien sea gloria
eterna. Amén.
¿Cómo llegó Nuestra Señora de Sopetrán, a
nuestra tierra?
Inmediatamente
después de la fundación de nuestro pueblo, en el caserío de Córdoba, nuestro
fundador Francisco Herrera Campuzano, contrató la pintura de la Virgen de
Sopetrán, con los pintores que estaban en Santa Fe de Antioquia y el día 14 de
Agosto de 1616, el cuadro al óleo fue traído procesionalmente desde Santa fe,
hasta la Viceparroquia de Nuestra Señora del Saladito de Córdoba, por el camino
de herradura, que pasaba por el paso real y luego tomaron el callejón del
Rodeo, hasta la placita, pasaron la quebrada la Sopetrana y se desviaron por el
sendero de la Batea, hasta Córdoba.
Imagen pintada
al carboncillo, que trajo, Francisco Herrera Campuzano, para que le pintaran la
Virgen que nos donó:
Es importante
decir que este cuadro nos acompaña hace cuatrocientos dos años y Nuestra
Señora, siempre ha estado dispuesta a concedernos sus favores.
Este cuadro,
está metido en un rincón de San Alejo en la casa parroquial de Córdoba, en
circunstancias muy desfavorables, sin que los que lo custodian, sepan la
importancia que tiene para los sopetraneros, porque fue el regalo que Don
Francisco Herrera Campuzano nos hizo, hace cuatrocientos dos años.
Con muchas
intrigas de mi parte y con la ayuda del Ilustre Sopetranero, el doctor Raúl Tamayo
Gaviria, conseguimos que el Señor Gobernador del Departamento, el Doctor Luis
Pérez Gutiérrez, mandara una comisión de expertos del museo de Antioquia, para
que miraran el cuadro y luego iban a gestionar la forma de llevarlo al museo,
para restaurarlo, pero no fue posible que el Sacerdote de Córdoba, lo mostrara
y solo les informó, que el único óleo que había en su parroquia, era el de:
Nuestra Señora del Socorro, otra importante advocación de nuestra Señora la
virgen María.
El Óleo de
Nuestra Señora del Socorro, es preciosos y conserva el marco original de la
época de la colonia española; en él se representa a Nuestra Señora protegiendo
a una niña, que satanás fuerza del mal, se quiere llevar, el óleo es propiedad de la parroquia de
Córdoba, que eclesiásticamente se llama, parroquia de San Roque, pero en la
colonia se llamaba viceparroquia de nuestra Señora del Saladita de Córdoba..
El cuadro de
nuestra Señora, está en esta situación:
Con la fotografía que logré tomarle, con el debido
permiso que me concedió el Párroco anterior al que hay, le hice una
restauración virtual en mi computador y luego con esa recreación logré pintar
un óleo muy parecido al cuadro original.
Este es el
cuadro al óleo que logré pintar:
En él, aparece
Nuestra Señora, la Virgen sobre piedras, acompañada por 21 ángeles; posando
sobre un árbol de brevas, que nació en un rocadal, o montón de piedras;
Alí-Maimón con tres de sus hombres; cinco prisionero de los que llevan, para
degollar delante del Califa: Al-Mamún; la tolda de campaña, en donde posaban; y
la fuente redonda, en donde la Virgen bautizó a Ali-Maimón.
Esta es la historia, que aprendí de boca del misionero español:
Esta es la historia, que aprendí de boca del misionero español:
La Virgen de Sopetrán o Virgen sobre piedras, es una advocación que nació
en el monasterio de los monjes Benedictinos, en España, después de que Nuestra
Señora, descendió sobre un árbol de brevas o higuera, que había nacido en un
rocadal, en el valle de Solanillos.
El cuadro al óleo, contiene los siguientes elementos:
La Imagen de la Virgen María; diez y
ocho ángeles que la acompañan; Alí-Maimón, el hijo del califa de Toledo y tres
de sus soldados, en la parte inferior izquierda; cinco de los prisioneros que
llevan, para matar en presencia del califa: Al-Mamún; El árbol de brevas, en
donde posó Nuestra Señora; la fuente redonda, en donde Nuestra Señora bautizó a
Alí-Maimón y le cambió el nombre por Petrán, palabra hebrea, que significa
piedra, porque con esta piedra, Nuestra Señora montaría la iglesia católica en
España; la escena se desenvuelve a eso de las cuatro y media de la mañana.
En España se celebra su fiesta, el día 8 de Septiembre.
Ahora vean la última pintura que
realicé de Nuestra Señora de Sopetrán, en la que suprimí, todas las joyas que
los feligreses, le han regalado, por los favores que ella les concede.
Es bueno que sepan que cuando
presenté esta pintura, ante un grupo de personas que se dicen religiosas, les
pareció muy raro que no aparecieran las joyas, que han sido, las causantes de acabar con la
textura del lienzo; recuerden que cuando el óleo llegó de España, venía, tal
como yo lo he pintado.
Por todas estas razones, he tenido
que aguantarme cuarenta y dos años, a la feligresía, diciéndome mentiroso, pero
me pueden seguir insultando, que yo me hago el loco.
Dicen que a palabras necias, oídos
sordos y eso es lo que he tenido que hacer.
A continuación el nuevo óleo de
Nuestra Virgen:
Como punto final les voy a regalar
una recreación que hacen los antropólogos y los arquitectos, que manejan el
proyecto de reconstrucción del viejo monasterio de Sopetrán en España.
Las ruinas reales de ese monasterio
son estas:
Lo único que espero, es que la feligresía
algún día, empiece a creer en las bondades de Nuestra Señora de Sopetrán,
porque esta es la advocación que produce los milagros.
No es necesario que crean en mis
relatos, porque yo no soy un profeta o un enviado especial del Señor y solo
cumplo con mi tarea de investigar, sobre las raíces de nuestro pueblo.
Sopetrán, Junio 21 del 2018.
Darío Sevillano Álvarez.
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