Los fascículos de los cuatrocientos años.


Sopetrán, Enero 24 del 2014.

Doctor
Gabriel Escobar Gaviria
Envigado.

Apreciado amigo:

Se acerca la celebración de los cuatrocientos años de la fundación de nuestra ciudad y esa efemérides debiera ser solemnizada con mucho cariño, porque ella nos muestra ante los demás pueblos de Antioquia, como una de las más rancias y prestigiosas ciudades, fundadas en tierra firme por los españoles.

Los que queremos la ciudad, con el alma y el corazón, como no manejamos el dinero en abundancia, no nos podemos dar el lujo de celebrar sus cuatrocientos años, el día 22 de Febrero del 2016, con solemnes desfiles, presentaciones costosas y grandes alardes de arte y cultura, porque nuestros presupuestos no lo permiten y estoy seguro que las dos grandes estructuras sociales, como: Parroquia y Municipalidad, casi siempre se lavan las manos, para mostrar que esas cosas no los preocupan; nos toca hacer unos esfuerzos, para poder mostrarle a toda la tierra la grandeza de nuestra raza.

Por esta razón el Blogger los Gavirias de Sopetrán, se va a meter las manos al dril, como dicen los jóvenes modernos, para producir unos fascículos que van a ser de naturaleza coleccionable, por el contenido de sus páginas, en donde vamos a mostrar la Antioquia del siglo XVI; la mortandad de los aborígenes, producida por un Virrey español; la llegada de otras civilizaciones y los aportes genéticos, culturales y sociales que ellas nos hicieron y todos aquellos periplos históricos, que hacen de nosotros: Una etnia fortalecida.

Pero estoy seguro de que las personas que nos visitan se van a preguntar: ¿Por cuáles razones Gabriel y Darío,  se están adelantando tanto a ese importante suceso?

La razón es obvia, ninguno de nosotros puede garantizar que en la citada fecha, estemos vivos, porque esos son designios de Dios y solo Él, maneja el tiempo, el universo y todos los factores que lo regulan.

El primer fascículo ya está listo, nos muestra la civilización de los Nutabes en todas sus dimensiones, pero lo estoy revisando, para que no vaya a salir con imprecisiones de tipo histórico, que son muy perezosas y crean una mala atmósfera en los visitantes, para leer nuestros artículos, que casi siempre han resultado del agrado de: Su Majestad el Público.


Agradecemos desde ya la acogida que le presten a nuestros escritos y esperamos que sean de mucha utilidad en el conocimiento de nuestro pueblo.

Darío Sevillano Álvarez.

Primer fascículo sobre los cuatrocientos años de la fundación de Sopetrán.
Como bien sabido es por todos nuestros conciudadanos, la ciudad de Sopetrán, cumple cuatrocientos años de haber sido fundada por Don Francisco Herrera Campuzano, el día 22 de febrero del año 2016, pero como ningún humano puede decir con certeza, que para esa fecha está vivo, el Blogger: http://losgaviriasdesopetran.blogspopt.com va a publicar con cierta frecuencia unos fascículos, de mucha importancia relacionados con el Sopetrán de nuestros amores, que serán coleccionables y le servirán a todos, como documentos históricos, relacionados con nuestro querido Terruño.

En el fascículo de hoy vamos a hablar, como es lógico, de los pobladores de estas tierras, antes de la llegada de Colón y su equipo de salteadores.


Recordemos en primer lugar que todo lo que ocurrió antes de la llegada de Colón, se llama en la prehistoria: El período precolombino o período prehispánico y para nosotros es muy importante, porque vamos a hablar de los aborígenes que vivieron aquí, recordemos que no eran Indios, sino americanos, muchos años antes de que pasara el descubrimiento de América, circunstancia histórica, que nunca debió pasar, porque los conquistadores españoles, no se preocuparon por el inmenso tesoro que habían descubierto y cómo cuidarlo, sino por saquear todas sus riquezas y al que se atreviera a contradecirlos, le aplicaban la santa ley de la inquisición: “Pena de muerte por no profesar la religión católica”.


Nuestro propósito en el día de hoy, es llegar con mucha precisión a las familias que habitaban las tierras de Sopetrán y por esa razón entremos en materia.

Los tres grandes grupos de aborígenes que cita la historia eran: Chibchas, Caribes y Arawacos.

Pero si analizamos cuidadosamente los grupos que nuestro departamento tenía, estos tres nombres, nada nos dicen respecto a ese tema, tal vez la razón sea: Que los grupos de familias antioqueñas, eran descendientes de los Chibchas y los Caribes.

Los Catíos que poblaban la región comprendida entre los ríos Atrato y Cauca, eran descendientes de los Caribes, personajes guerreros y antropófagos; los Nutabes que son los que realmente nos interesan, que habitaban las tierras comprendidas entre: El río Cauca y el río Porce, aborígenes cazadores y recolectores, con sangre guerrera y costumbres de buenos agricultores, eran descendientes de los Chibchas, pero hay historiadores que dicen lo contrario: Que descendían de los Caribes; lo que yo creo es que eran una buena fusión de esas dos civilizaciones.



Y el otro grupo de familias se llamaban los Tahamíes, que habitaban la parte comprendida entre los ríos Porce y Magdalena.

Todos los historiadores coinciden en decir que los aborígenes Nutabes (Otros les dicen Nutabaes), ocuparon el valle de Aburrá, es decir lo que hoy conocemos como la zona metropolitana y todas las orillas del río San Miguel o río Medellín, que después de Barbosa se llama Porce, hasta su desembocadura, asociado con el río Nechí, en el Cauca.

También dicen los historiadores, que la conquista de Antioquia, fue una de las más sangrientas, por la condición guerrera de sus moradores que parecían familiares de los Espartanos de Grecia.



Para el año de 1650, España había logrado dominar toda el área coloreada con rosa.

Los pobladores de estas tierras fueron sometidos a las más crueles humillaciones y como los españoles creían que los aborígenes eran animales, los maltrataban de todas las formas.

En la ilustración que muestro, pueden observar como era el trato para los pobres americanos, que en los primeros 20 años de conquista, fueron muriendo por la crueldad y las enfermedades que los famosos secuaces de Colón, habían traído como regalo: La Viruela, el Sarampión, los piojos y todo tipo de problemas de salud.

Como nuestros aborígenes, no estaban preparados a nivel del sistema de defensas de su cuerpo, para estos bichos, la población murió en un alto porcentaje.

 

Las batallas que se libraron en el departamento, se muestran en obras de arte de la siguiente manera


Los Nutabes, no fueron expertos en el arte lítico y como eran cazadores y recolectores, vivían en chozas miserables, metidas en la selva, pero también hacían pequeños poblados, como el que había en las tierras de Córdoba, cuando llegó Don Francisco Herrera Campuzano, que según dicen algunos historiadores era una población de unos dos mil habitantes.

Estas tribus ocupaban el 5% de la población del departamento y es bueno recordar que debido a su buena formación para la guerra, lograron sobrevivir a la cruel matanza que se desató, para poder tener bajo control, sus tierras y sus tesoros.


Hagamos un resumen de las costumbres y tradiciones de estas familias:
Como eran tribus nómadas, cambiaban constantemente los sitios en donde habitaban.

Eran muy aficionados a tomar licores y el preferido era la Chicha, recordemos que la molían con sus mandíbulas y que el mejor fermento para la preparación era la saliva.

Sus viviendas eran unas pequeñas casas con techo de iraca u hojas de palmas, que terminaban en forma cónica a las que llamamos: Bohíos.  


Elegían para construir sus bohíos lugares que estuvieran cercanos a las quebradas y los ríos, con el fin de tener agua en abundancia y buena pesca.
Solo usaban un taparrabo, que ahora llamamos: Antea, con el que cubrían sus genitales.

Don Manuel Uribe Ángel dice que andaban desnudos y que solo se ponían una ligera pampanilla que ellos llamaban: Guayuco que fabricaban con un pedazo de corteza de un árbol llamado: Damajagua.

Para las reuniones públicas, las mujeres usaban, una falda o delantal de lienzo y un pequeño manto parecido a un chal;  los hombres y las mujeres, se adornaban los cuellos con collares fabricados con plumas, objetos dorados y sartas de cuentas.


También se tienen registros de que utilizaban el tabaco, que con el licor, eran los dos mejores componentes de sus fiestas.

En sus ferias de trueque, vendían y compraban: Joyas alimentos, elementos para la cacería y la pesca, productos como sal, oro, esteras, mantas y todo aquello que necesitaban para su diario vivir.

Los trabajos eran distribuidos así: Los hombres hacían las siembras, recogían las cosechas, pescaban y cazaban; las mujeres preparaban los alimentos, cuidaban los niños y ayudaban a recoger las cosechas.

Entre las labores domésticas que hacían, estaban los canastos, las esteras, las chinas, los trastos de barro cocido, los tejidos con chaquiras y la construcción de armas.


Recordemos que los clanes o tribus, eran manejados por matriarcados; pero el infame de Colón y sus acompañantes los hicieron pasar a patriarcados.
En sus jerarquías había: Caciques, Jeques, Zaques, brujos y vasallos.

El gobierno era muy impreciso, al parecer este tema no los preocupaba.
Los Nutabes eran grandes agricultores y cultivaban: Maíz, frijol, frutales, algodón, plantas de aliño; pero también trabajaban en la pesca, la cacería y la minería.

Habían construido un puente sobre el río Cauca en el lugar que hoy está el puente de pescadero y lo llamaban en su idioma: Bredunto; pero cuando los españoles los estaban acosando mucho, los aborígenes destruyeron el puente, para obstaculizar la marcha de los enemigos; más tarde Andrés de Valdivia lo reconstruyó, dada la importancia que tenía para la conquista. 


La sociedad Nutabe, estaba constituida por pequeños cacicazgos que no tenían poder central concentrado, pero cuando había circunstancias especiales, ellos se confederaban alrededor del cacique que fuera mejor guerrero; esta circunstancia se presta para decir que una reducida familia de Nutabes, se agrupo alrededor del cacique Zuburuco o Zubsabaruza y tomó el nombre de Guamas o Guacas y se estableció en las tierras de Sopetrán,  en lo que hoy llamamos : El corregimiento de Córdoba y su extensión territorial iba hasta la quebrada Seca, que desemboca cerca del puente de Occidente, en jurisdicción del municipio de Olaya.

Don Manuel Uribe Ángel describe admirablemente la raza Nutabe de esta manera:”El hombre primitivo de estas montañas era de color moreno cobrizo; de pelo negro y lacio; de frente ligeramente achatada; de ojos pequeños, rasgados y negros; de nariz regular; de huesos salientes, especialmente en los pómulos y los juanetes; de talón prolongado hacia atrás; de fibra muscular tensa y dura; de cuerpo suelto y ligero, más bien delgado que obeso; arrogante, duro, áspero y decidido en la expresión”.


Las tierras del departamento de Antioquia estaban habitadas por tribus cazadoras y recolectoras, desde el siglo V antes de Cristo y se cree que los Nutabes estaban aquí 10.500 años, antes de la venida de los españoles.
Recordemos que la mayoría de estas invasiones habían sido por el norte, porque el punto clave era Alaska, cuando se congelaba en los inviernos el estrecho de Bering.

Los Nutabes, acostumbraban teñirse el cuerpo con la tintura que produce el Achiote y con otras sustancias que extraían de algunos vegetales; también cubrían sus dientes, para prevenirlos de las caries dentales, con el zumo de un bejuco que tiene la propiedad de matar esos microbios.


Los Nutabes, como buenos descendientes de los Caribes, practicaban la antropofagia, es decir comían carne humana y algunos historiadores cuentan que sus prisioneros eran engordados en corrales, hechos de madera, para poder disfrutar de mejores carnes; agregan algunos que los elegidos para esta infame costumbre, aceptaban con cierto cariño la decisión y no los preocupaba el golpe fatal, que casi siempre era, un fuerte golpe sobre las vertebras cervicales.

Las ejecuciones, tenían un carisma religioso y las hacían en aéreas libres; el reo debía estar mirando hacia el oriente y agachar la cabeza, con el fin de dejar ver la parte cervical del cuello, en donde le descargaban con fuerza brutal una maza, para partir la columna vertebral.

Cuando Herrera Campuzano, llegó a sus tierras, estaban más civilizados y los recibieron con mucho beneplácito, razón por la cual simpatizó mucho con ellos.


Así se muestran los indios guerreros Caribes.

Si quisiéramos hablar del idioma de los Nutabes, nos quedaríamos sin palabras, porque los crueles españoles, cuando vieron que en nada se parecía al castellano, lo borraron del planeta y no dejaron evidencias de él.

A propósito de idioma, es irrespetuoso, decirle a los idiomas de los aborígenes de cualquier lugar de la tierra: Dialecto, porque para mí tengo que los dialectos, son deformaciones de un idioma que se habla a nivel general, en un lugar de la tierra y en algunas comunidades de esa nación, lo han desfigurado y le han agregado o quitado palabras.

El idioma de nuestros aborígenes era muy escaso de palabras importantes y se limitaba a voces, gritos, ademanes, gesticulaciones, sonidos guturales, interjecciones en abundancia y algunas palabras compuestas, pero ninguna de ellas, se refería a cultura ciencia, tecnología o cosa que se parezca, a lo que en la actualidad hablamos, en términos generales se podría decir que era un idioma  que apenas se estaba configurando.


Las únicas palabras que quedan del idioma Nutabe, recuperadas por: Vázquez de Espinosa:
Español y demonio: Ai.
Vieja: Guacú.
Viejo: Tobé.
Relámpago: Urichiquisi.
Ven acá: Noretó.
Anda vete: neto.
Agua: Ni.


Lumbre: Quia.
Está bueno: Guare me.
Estoy bueno: Si guarero.
Pan: Amiguiá.
Noche: Tebuna.
Mañana: Machiquí.
Muy de mañana: Macasa.
Yo me voy a mi tierra: Sine manascua.
Estoy flaco o enfermo: Fi apacudi.
Olla: Ur.
Vaso: Tatasi.
Gallina: Otocaro.
Bueno: Taná.
Ve de prisa: Necumurtu.
Ve corriendo: Necu murtiqui.
Luna: Eua.
Estrella: Papa.
Sal: Nacú.
Pimiento: Napa.


Este es el posible mapa de los primeros pobladores de Antioquia.
En estos mapas a veces se encuentran imprecisiones, porque fueron hechos artesanalmente y sin las técnicas modernas.

Así estaba configurado el departamento de Antioquia en el siglo XVI.
Su religión era una mezcla de brujerías, rituales, y ceremonias, para complacer a un Dios que poco conocían y creían en la inmortalidad del alma; en un Dios bueno y su antagonista, el malo; no tenían templos especiales para ese Dios y solo se limitaban a una devoción en sus bohíos; ese Dios era llamado: Abirá, palabra que traducía: Sumamente bueno; Creían en el sol, la luna y las estrellas, pero sus conocimientos sobre el universo eran muy rudimentario; al demonio lo llamaban: Canicubá, que en ese idioma traducía: Sumamente malo; no tenemos registros históricos de que hubieran hecho sacrificios humanos o de otras formas, para honrar a su Dios.

La historia del diluvio universal, estaba en sus tradiciones y contaban a sus hijos, como se había salvado la humanidad de esa hecatombe; no es esta una idea rara, porque debemos recordar que los ancestros de estos aborígenes, eran humanos que habían invadido por el estrecho de Bering.

Las ranas y sapos eran animales muy apreciados por los Nutabes, tal vez porque de ellos extraían un poderoso veneno, para aplicar a sus armas preferidas; también empleaban venenos vegetales como el que hoy emplean algunas tribus: El curare.

Utilizaban unas armaduras especiales para ir a los combates y a ellos llevaban: Macanas, mazas, hondas, flechas y piedras.

A la hora de combatir, utilizaban coronas con plumas y también se las ponían en los brazos, la cintura y los muslos.


Los grandes militares de la tribu, se especializaban en adornar sus armaduras y hacer sus coronas de plumas a las cuales añadían piezas de oro bruñido.

Creían en la superstición y manejaban varios agüeros en forma de dichos, con los que se regían para las siembras, para predecir el tiempo y para consultar a Dioses.

Pero a pesar de la creencia en la superstición, en momentos especiales apresaban a los que practicaban la brujería y los condenaban a pena de muerte.



 A estos hechiceros, los llamaban: Mohanes, hechiceros, Jaimanes.

Como creían en la inmortalidad del alma, enterraban a sus muertos, con todas sus pertenecías, incluyendo sus mujeres, sus hijos y parte de los duelos más cercanos: los enterraban con la cabeza hacia el oriente y los pies hacia occidente, para que la mano derecha, con el dedo índice mirara la estrella del norte.

En su vida corriente, nuestros aborígenes se desenvolvían así: La poligamia, era una costumbre normal y cada personaje se daba el gusto de tener tantas mujeres, como fuera capaz de mantener.

Los matrimonios eran negociados por los padres de la dama y se hacían grandes fiestas para celebrarlos; lo más importante era que la dama llevaba la iniciativa.

Narremos como punto final de este documento, que los Nutabes, no fueron nuestros ancestros a nivel de genética, porque una decisión  de uno de los virreyes, de la real audiencia acabó con esa civilización, en un año, así:
Una circunstancia desafortunada, protagonizada por el Virrey Solís Folk de Cardona, acabó con los aborígenes Sopetraneros: El 24 de Enero del año 1757 ordenó que llevaran los aborígenes Sopetraneros para el resguardo de Buriticá, porque allá producían oro y nosotros solo aportábamos sal y frutas, pero como los de ese resguardo eran antropófagos, se comieron a los nuestros asados; cuando el Virrey se dio cuenta de su error ordenó traerlos nuevamente y solo regresaron los 34 más ancianos, porque su carne no servía para el consumo humano, dada la característica de que la carne humana vieja, no cocina bien.


Este es el famoso Virrey que acabó con los Nutabes.

Esta circunstancia, nos muestra que los últimos Guamas fueron los viejos que regresaron de Buriticá y como no tuvieron descendencia, a su muerte se acabó esa civilización.

En el próximo fascículo vamos a ver, cuales fueron nuestros ancestros.


Fotografía del Historiador: Manuel Uribe Ángel, que fue el mejor en su género para contarnos la historia de los Nutabes y los Guamas.

Sopetrán, Enero 29 del 1014.



Darío Sevillano Álvarez.


Segundo fascículo sobre los cuatrocientos años de la fundación de Sopetrán.


Ahora, cuando se va a presentar el cuarto centenario de la fundación de nuestra ciudad, una de las primeras poblaciones fundadas en tierra firme por los españoles, ciudad que en sus albores se llamó: Viceparroquia de Nuestra Señora del saladito de Córdoba y que hoy lleva el nombre de Sopetrán, en reconocimiento a Nuestra Señora de Sopetrán o virgen sobre piedras, de la Villa de Hita en España, hoy: Torre del Burgo, a ochenta kilómetros al noreste de Madrid, me parece oportuno aprovechar esa circunstancia histórica, para hacer un recuento de las razas puras que intervinieron en la configuración de nuestra etnia y de las distintas castas, que surgieron a raíz de los encuentros genéticos entre ellas, porque para nosotros es muy importante, interpretar la cultura regional y demostrar su vinculación con el medio social, con el territorio, con sus habitantes y sus instituciones.


¿Cómo está configurada nuestra etnia?
Aunque los nativos de estas tierras, los indios Guamas o Guacas, fueron exterminados por el Virrey Solís Folk de Cardona, en el año de 1757, no podemos olvidar la importante circunstancia de que nuestros aborígenes y los Negros de África, convivieron con los españoles y los extranjeros que estaban poblando nuestras tierras, por espacio de 141 años y en esta convivencia, generaron un gran mestizaje que favoreció nuestra etnia, porque ellos pertenecían a dos civilizaciones puras y esto en genética produce el milagro de humanos fortalecidos, con las bondades de las tres razas que intervinieron.


Veamos en un gráfico, como es eso de la fusión de razas en nuestro municipio y tratemos de entender cada uno de esos términos, para que podamos llegar a la descripción perfecta de nuestras gentes, que son: Joviales, inteligentes, alegres, identificados con todas las ramas del saber humano, astutos, con ejemplares muy puros a nivel de sus castas y con una serie de cualidades propias de etnias bien fortalecidas genéticamente.


Estas fueron las castas que produjo el mestizaje en Sopetrán:
Americano con negro: Zambo; Americano con blanco: Mestizo; Mestizo con blanco: Castizo; Castizo con blanco: casi blanco; Negro con blanco: Mulato; Mulato con blanco: Cuarterón: Cuarterón con blanco: Ochavón.
No hablo de lo que hubiera producido la unión de blanco con zambo, porque ese, era un crimen muy grande para la Santa Inquisición y hay de aquel que se atreviera a hacerlo; estoy seguro de que hubo muchos casos de estos encuentros, pero como la historia, casi siempre se ha escrito en forma sesgada nunca sabremos de ellos. 


Principales castas que se produjeron en el departamento de Antioquia:
De español e indígena – MESTIZO.
De Indio con negra – zambo.
De negro con zamba - zambo prieto.
De blanco con negra – mulato.
De mulata con blanco – morisco.
De español con morisca – albino.
De albino con blanco – saltatrás.
De indio con mestizo - coyote.
De blanco con coyote – harnizo.
De coyote con indio – chamizo.
De chino con india – cambujo.
De cambujo con india - tente en el aire.
De tente en el aire con china - no te entiendo.
De mulato con tente en el aire – albarazado.
Es bueno que busquen en sus diccionarios todos estos términos, para que puedan entender mejor el tema que estoy tratando.
A continuación les muestro en un gráfico las tres razas puras y las tres primeras castas:


 Si notaron, cuando las castas se van mezclando, mientras más puras, mejores individuos nacen, como es la de los casi blancos, este fue uno de los casos de genética, que más se dio en la conformación de nuestra etnia y esos parámetros son los que rigen la sociedad de hoy.
Es bueno traer a la memoria, que el día 22 de Febrero del año 2016, vamos a cumplir los cuatrocientos años de fundados y este acontecimiento se puede mirar históricamente, como el nacimiento de nuestra raza, de donde proviene la inmensa muchedumbre, que en la actualidad habita casi todo el departamento de Antioquia y que repercute con mucha fortaleza en la república y tal vez en todo el planeta, porque cada que vamos a cualquier lugar de la tierra, nos encontramos con sopetraneros ilustres que viven cómodamente en esos lugares; otro ejemplo de lo que afirmo, es que nuestro Blogger, tiene visitantes en todos los continentes, circunstancia que muestra la pujanza de nuestra raza, porque estoy convencido que esos visitantes, son buenos sopetraneros.


Tomo esta cita de un periódico muy prestigioso, para que vean que lo que sostengo, es una realidad:
“200 años después de la limitada independencia de Antioquia, vale preguntarse: ¿Existe una raza antioqueña? No es fácil negar un dogma civil con el cual comulgamos dos siglos y que sigue permeando nuestros imaginarios de identidad. Desde el conquistador peninsular hasta el mestizo triétnico de hoy, pasando por el criollo esclavista, se sacraliza una raza supuestamente blanca y pura, y no es otra que la española -una sangre con genes de iberos, moros, judíos, romanos, cartagineses, celtas, galos, fenicios, gitanos, bárbaros-, y encima, de negros e indios.”
Nos podríamos preguntar como un ilustre rector de la universidad de Antioquia:
“¿De dónde salió este ejemplar de humanidad, laborioso y fugaz, tenaz y aventurero, altivo y apasionado, fiel amador de su terruño y de su casa, individualista y rutinario, previsor y traficante, emprendedor y tesonero? ¿En qué raro crisol se fundieron los genes de la especie que a través de cuatro siglos, producen hoy un tipo inconfundible, en que se amoldan aquellas virtudes, a veces contrapuestas y que visto en conjunto, parece una raza especial y vigorosa, en el abigarrado cruzamiento biológico de la América hispana?”


No es gratuito, que en alguno de mis escritos dije hace unos treinta años: La etnia sopetranera es el producto de diez y seis civilizaciones de la tierra: Iberos, celtas, celtíberos, godos, visigodos, romanos, griegos, cartagineses, asirios, caldeos, nilóticos, bantúes, bosquimanos, pigmeos, melanesios y polinesios; esta fina fusión de civilizaciones, es la que hace la pujante raza sopetranera.
El peregrinaje de nuestra etnia a través de los cuatrocientos años que tenemos ha sido una ardua labor de titanes, por caminos enroscados y llenos de desfiladeros, por escarpadas montañas y cañones angostos, recorridos en busca de la fortuna y un buen porvenir para sus hijos, montando ranchos a orillas de quebradas o playas llenas de oro, con fogones de tres piedras y techos de guadua pisada, en los que nacían quince y veinte hijos, cada uno con su pan bajo los brazos.


Invoquemos pues, los nombres de: Francisco Herrera Campuzano, José Barón de Chávez, José Ignacio Tabares, Doña María de Quezada, José María Villa, Vespasiano Peláez, Alfonso Góez, Abundio Posada, Jorge Restrepo Molina, Carlos Mazo Argüelles, Germán Villa Gaviria, Luciano Carvalho, Heliodoro Rodríguez, Atanasio Girardot, Ramón Carrasquilla, Anacleto Velázquez, Tomás María Zapata, Francisco Medina Pérez, Iván Cadavid Gutiérrez, Jorge Rodríguez Villa, Justiniano Vieira, Raúl Zapata, Carlos Muñoz, Jesús María Muñoz, Teodomiro Villa, Benjamín Trespalacios y muchos otros más, sopetraneros destacados y en tan ilustre compañía, penetremos en nuestro pasado, lleno audacias, fatigas, tenacidad, alegrías, amarguras y aventuras, pero con la mejor disposición para salir adelante, en nuestro largo caminar por esta tierra.


La primera salvedad que debemos hacer es, Sopetrán no fue la primera ciudad fundada en tierra firme por los españoles, porque le antecedieron: Santa María la Antigua del Darién, San Sebastián de Urabá, Santa Fe de Antioquia, de la que los relatos históricos dicen que cuando fue fundada, llegaron a ella unos ochenta pobladores hispánicos, fuera de algunos americanos, ya cristianizados y unos cuantos negros de servicio, como se les decía a los esclavos para aquellas épocas, que habían sido traídos por, Diego Badillo y Luis Bernal de Cartagena de Indias.
Las crónicas de Indias, no mencionan, en estas primeras expediciones, la llegada de mujeres blancas españolas, lo que nos hace pensar que en ese momento empezó el mestizaje con mujeres americanas, que no eran esquivas y muy bien plantadas, como lo afirman los cronistas de la época en sus escritos:”Eran de buen cuerpo y bien dispuestas”.
Álvaro Restrepo, un buen historiador antioqueño afirma que hasta el año de 1600, no hay noticias, ni indicio alguno, de inmigración de mujeres españolas, al departamento de Antioquia, porque el Mariscal Robledo a su regreso de España, en el año de 1545, cuando llegó con los títulos de Teniente Gobernador de Antioquia, Arma, Anserma y Cartago, arribó a Cartagena de Indias con su esposa, pero la radicó en el Corralito de Piedras y se vino a buscar la muerte a garrote, que le esperaba en la Loma de Pozo, hoy Pácora, en manos del Adelantado Sebastián de Belalcazar, por querer arrebatarle sus conquistas.


Entonces se realizó el milagro de que la sangre guerrera de nuestros conquistadores se mezclara con la de los Nutabes, Guamas o Guacas, los Catíos, los Tahamíes y los Caribes, para producir la mejor de las razas: El Mestizaje de Américo.
Es bueno traer a la memoria, que al finalizar el Siglo XVI, el Departamento de Antioquia solo tenía unos 600 españoles y los mestizos llegaban a 8.000, esta población estaba distribuida en las ciudades de: Santa Fe de Antioquia, Sopetrán, San Jerónimo, San Martín de Cáceres, Zaragoza y en pequeños grupos mineros a orillas de los grandes ríos.


Hasta el año de 1550, la conquista fue un fracaso, por las continuas peleas entre los conquistadores y por las disputas entre ellos, para poseer las tierras conquistadas, pero después de la muerte del Robledo, centraron su atención en exterminar los americanos (Indios), todos los caciques de nuestros antepasados fueron matados con crueldad, como  Zuburuco, que se lo comieron unos perros bravos, entrenados en España, por orden del Rey, para apoderarse de sus tierras, que comprendían los territorios de: Peque, Sabanalarga, Sopetrán, San Jerónimo y Ebéjico.
Casi siempre mentamos con mucho orgullo el nombre de: Gaspar de Rodas, que fue uno de los primeros gobernantes de Antioquia, pero yo le tengo cierto desdén, porque fue el que más americanos y caciques mató.
Era tan dura la pelea entre los conquistadores, por poseer las riquezas de nuestras queridas tierras, que Santa Fe de Antioquia, cambió de dueños cinco veces, entre los años 1541 y 1546.
Los nativos perdieron la pelea, por la tecnología de punta que manejaban los conquistadores, pero lucharon por sus posesiones, unos 30 años que fueron muy negros para los españoles, en los cuales perdieron a muchos de sus soldados.
Para el año de 1575, los caciques de nuestras gentes, habían sido exterminados por completo y los americanos que quedaban, sin unas directivas estables y sin fuerzas, se dispersaron por las tierras de Urabá y la región del Río Atrato.


Fue así como las continuas guerras de los Catíos, los incendios de ciudades por parte de nuestros antepasados, el arrojo de los Nutabes y la crueldad de los españoles, forjaron nuestra raza, con alma tenaz y aventurera y con sangre mestiza y española y surgió, con genes de libertad y bravura.
Al crisol de nuestra raza le llega un nuevo elemento en el año de 1630, los Negros del África, que sin capacidad analítica y con adolescencia total de abstracción, nos regalan sus rasgos físicos, de resistencia para enfrentarse a los rigores de nuestros climas tropicales y su gran fortaleza para sufrir todo tipo de improperios.
Para concluir esto de los aportes genéticos, tenemos que decir que el aporte de los Negros de África, no fue muy determinante, porque para el año 1700 solo habían llegado 2.000; en el año de 1770, no pasaban de 4.500, y en el año 1800 solo contaban con 7.000 ejemplares; pero 800 de ellos fueron mandados a las campañas libertadoras y se convirtieron en escudos humanos, para que los españoles debutaran con sus armas. Para mí tengo, que el principal aporte de nuestra genética radica en la raza blanca llegada del exterior.


Veamos ahora, cómo progresaba la nueva población americana, después del exterminio total de las culturas precolombinas, obra máxima de los más distinguidos conquistadores de la mal llamada: Madre Patria.
En el año de 1700, la nueva población del departamento de Antioquia, estaba surcando el número de de 35.000 pobladores; pero en el siglo XIX, alcanzó la suma de 100.000 habitantes, claro, con la ayuda de la inmigración peninsular; si traigo a colación este relato, lo hago intencionalmente, para poder hablar de las grandes familias europeas, que llegaron a nuestro municipio, que son las responsables de muchas de nuestras bondades genéticas; costumbres ancestrales; distinguidos rasgos arquitectónicos; y todas aquellas herencias del pasado, que hacen de nosotros, un pueblo especial en América.


Es importante decir que los conquistadores veían con mucho entusiasmo nuestras tierras, porque parecían un edén en América, dadas las riquezas de pastos naturales; fruticultura silvestre; buenos bosques; abundancia de aguas; pesca y cacería garantizadas; producción de sal y cercanía a la urbe principal: Santa Fe de Antioquia, que añoraban la hora de poderlas poblar; esa circunstancia se dio a la muerte del Cacique Zuburuco y las principales familias que poblaron nuestras tierras fueron: Los Gaviria, los Blaire, los Vieira, los Tamayo, los Moreno, los Encle, los Sevillano, los Álvarez, los Pérez, los Valderrama, los Jiménez, los Miranda, los Gutiérrez, los González, los Villa, los Carvalho, los Góez, los Velásquez, los Vásquez, los García, los Aristizabal, los Zapata, los Arbeláez, los Herrera, los Ortiz, los Espinosa, los Oquendo, los Brand…


Si recordamos que los conquistadores venían financiados por prestamistas y reinos Europeos, que lógicamente debían recuperar sus inversiones, la corona española, que era la dueña absoluta de tan preciado don, debía garantizar: El dominio sobre las tierras y bienes de los aborígenes, con un control militar efectivo, que permitiera someter a las comunidades americanas, saquearlas, embolatarlas con baratijas, como tijeras espejos, herramientas, etc. obligándolas a entregar sus bienes, con un carisma comercial, que era un buen disimulo, ente los ojos de la tierra y lógico todo esto era acolitado por los famosos inquisidores.

Es bueno aclarar, que a los conquistadores también se les presentaban grandes problemas, como el saber que las provisiones que importaban cómo: Harinas, aceites, cerdos, caballos, vinos, herramientas y armamento, los debían comprar a precios desorbitantes, muchas veces, cinco o diez veces más caros que en Europa.
De estos problemas, nació la necesidad de repartirse los americanos en encomiendas para poder explotar las minas y garantizar la agricultura local, que serían las responsables de mantener bien a sus majestades: Los españoles; y fuimos pasando de la sociedad de conquista militar y basada en el saqueo y en el comercio desigual, a una sociedad metida en las normas de la colonia, centrada en la explotación del oro, con mano de obra de los negros africanos y a una actividad agrícola, sostenida por los americanos.


En este momento de la historia, sacó partido la Iglesia católica, que muy celosa por salvar las almas de estos seres indisciplinados y por conseguir el favor divino, incorporando a nuevas almas a las filas del credo religioso, cometió todo tipo de atropellos en nombre de su Dios.

Mucho se ha hablado de nuestros ancestros Judíos, pero afortunadamente ese tema no ha podido ser demostrado, porque en ese aspecto, yo me estaría dando golpes de pecho y maldiciendo mi estirpe, porque nunca me produjo placer, pertenecer a ese: Tan sonado pueblo.


Si encontramos una cantidad de nombres hebreos en los pueblos que fundaron y en los nombres que los padres ponían a sus hijos, no fue por la ingrata pertenencia a esa etnia, sino por todos los conocimientos religiosos y la historia sagrada, que los españoles les metieron a los americanos en su dieta diaria de religión.
Cito algunos de esos nombre: Jericó, Betulia, Betania, Belén; Samueles, Benjamines, Déboras y Raqueles; a veces eran tantos los nombres que tenían que poner, en las casas en donde eran veinte los hijos, que se agotaba el santoral de la Iglesia y debían apelar a los nombres del antiguo testamento, como: Moisés, David, Elías, Jeremías, Adán, Eva, Noé, etc.
Es bueno comentar que algunos Psicólogos Europeos, abominan el mestizaje que se produjo en América y le adjudican a estos pueblos indohispanos todo tipo de culpas, como:
La indisciplina política; la desorganización administrativa; el caudillismo en grado muy alto; la garrulería es decir: Hablantinosos, vulgares y petulantes; y hasta deficiencias biológicas y Psicológicas, por creer que nuestras razas no eran puras, pero creo que: Se pelaron, como decimos los montañeros.




Se olvidan los que sostienen esas tesis, que para mí son sofismas de distracción, tal vez alimentados por el sentimiento de que nosotros, nos liberamos de ellos y no soportamos sobre nuestros hombros el yugo de la opresión, por eso sostenemos: “Llevo el hierro entre las manos, porque en el cuello me pesa”


Recordemos que la historia, que nunca miente, nos cuenta que Europa, también sufrió su pubertad política y padecieron: Caudillismos, dictaduras, reinados muy déspotas y hasta el momento, no han logrado la perfección que ambicionaban.
Por alguna razón se dio la revolución francesa y por algo se publicaron los derechos del hombre; tampoco podemos olvidar la reforma del comunismo soviético que llevo a cabo: Mijaíl Gorbachov, con su Perestroika;  estos acontecimientos, no fueron gratuitos y pensemos que las repúblicas del bloque soviético y otras más, siguen luchando por recuperar la libertad en todos los sentidos.
Para mostrarles como estaban de equivocados los que hablaban de deficiencias biológicas o Psicológicas quiero contarles lo que argumentaban: “El cruzamiento de distintos elementos raciales, produce fallas de armonía en el organismo físico y en lo mental y emotivo produce graves problemas de inestabilidad; haciendo un símil con las hibridaciones de plantas, los injertos, se suponían que nuestras castas iban a ser estériles; hablaban de desproporciones en los dos sexos y un debilitamiento de las capacidades físicas y mentales”.
Pero toda su teoría se fue al suelo, porque en genética humana las cosas son diferentes y cuando dos razas puras se mezclan, el producto recibe todas las bondades de sus genitores.


Para terminar les quiero decir que nuestra etnia es única en la tierra y que debemos estar agradecidos por las bondades de Dios y de la naturaleza, que se les fue la mano en los atributos que le concedieron a nuestras gentes.
Para mantenerlos contentos a todos, cuando a mí preguntan: ¿Cómo es la etnia sopetranera?
Respondo: En nuestra tierra se consigue mico para todos los palos y Ud. Encuentra en nosotros: desde el sabio más sabio, hasta el bobo más bobo.


Esperamos que este fascículo sea del agrado de todos nuestros visitantes y que lo reconozcan como un aporte a los escritos de la historia de nuestro pueblo y a sus cuatrocientos años de fundado.

Sopetrán, febrero 7 del 2014.


Darío Sevillano Álvarez.


Tercer fascículo sobre los cuatrocientos años de la fundación de Sopetrán.

Los linajes que nos acompañan.

Para que todos disfruten las bondades de los apellidos ilustres que nos regalaron lo que hoy somos, después de muchas consultas con internet en las mejores páginas de la heráldica de apellidos, en muchos libros de heráldica de apellidos antioqueños y en unos documentos muy importantes que publicó: El Colombiano de Medellín, les voy a narrar paso a paso algunos de esos importantes linajes que formaron nuestra raza y cuáles fueron las bondades de esa herencia genética y a nivel de costumbres.


No es una preferencia especial o una extravagancia, que vaya a empezar por el apellido Álvarez, sino que los voy a escribir en el orden en que los voy teniendo listos, hoy vamos a empezar con mi segundo apellido.


Álvarez.
Como ven, es un patronímico, es decir derivado del apellido del padre, pero se cree que el primer Álvarez, fue el capitán Alvar, un personaje legendario, que acompañó al Mío Cid en todas sus correrías.

Este apellido está ampliamente difundido en: España, Iberoamérica y otros países del nuevo mundo y según los heraldistas, no tiene un origen único, porque son varias las familias que aparecieron en España, con este linaje.

Se cree que los más linajudos, por su antigüedad, son los Álvarez de Asturias, que pertenecían al Concejo de Nava una parroquia llamada: Cangas de Onís.


Como ya lo dije, hay varios escudos de armas de esta familia.

Álvarez viene de dos vocablos: All que significa: Todo y Wars que significa: Sabio. Todo sabio.

A estos Álvarez les pueden seguir en dinastía, los de León, que luego se dispersaron por: Ruanes, Trujillo y Plasencia en Cáceres.

Como consecuencia de la cantidad de casas de Álvarez, sus escudos de armas son muy variados y bonitos, pero como este no es un curso de heráldica de apellidos, voy a mostrar el con que más me identifico, que es el jaquelado de quince piezas, ocho de color gules y siete de veros, que pertenece a los Álvarez de Sevilla. Claro está que quiero que conozcan algunos de las otras casas.

Ahora veamos la herencia genética y las costumbres que este linaje nos regaló:



Los Álvarez fueron responsables de abrir haciendas ganaderas por aquello de que Fernando Álvarez, fue el que introdujo el ganado vacuno a nuestras tierras, en el año de 1541.

Dicen los historiadores que compró un buen hato ganadero en Isla margarita de Venezuela, y que los trajo con mucha paciencia, por tierra, imagínense las peripecias de ese viaje y experimentó con ellos en varios municipios antioqueños.

También abrieron minas en todos aquellos lugares que la geología lo permitía y con base en eso, montaron talleres de fundiciones de metales.


Los Álvarez se metieron de lleno en las ciencias y hubo miembros tan destacados en algunas de ellas como: En medicina, Emilio Álvarez que fue un ilustre médico y dirigió una corporación médica en la república del Salvador; fue profesor de medicina y cirugía en la universidad de Antioquia.

En arquitectura se distinguió Manuel José Álvarez Carrasquilla, que se convirtió en profesor de artes y fue un gran arquitecto; con sus conocimientos trazó muchas calles de Medellín, como Bolivia y Argentina; recogió las aguas de piedras blancas; y le dio un acueducto a la ciudad; trazó algunos barrios de la ciudad, fundó el barrio Robledo; influyó notablemente en la fundación de la empresa de energía; y dio inicio al traslado de la feria de Itagüí a Medellín.

Otro fue un distinguido profesor de matemáticas.
Los Álvarez, fueron los reconquistadores de la ciudad de Córdoba en Andalucía, cuando San Fernando llegó con 200 soldados para liberar la ciudad del régimen de los Moros, en el año de 1248.

Los Álvarez de Sopetrán posiblemente descendemos de Rodrigo Álvarez, un importante ciudadano de Sevilla en Andalucía, que se desempeñaba como un gran líder y era muy acaudalado.


Hubo un primer Álvarez en Talavera de la Reina y de él descienden los de Andalucía y por extensión los colombianos.

En términos generales los Álvarez son: Emprendedores; buenos científicos; echados para adelante y hacen lo imposible por sacar adelante sus ideas y empresas.

Sopetrán, Febrero 11 del 2014.
Darío Sevillano Álvarez.


Fascículo cuarto sobre los cuatrocientos años de la fundación de la ciudad.

Los Gaviria, Gabiria o Gavira, porque se puede escribir de las tres formas.

La familia Gaviria una de las de origen Vasco en nuestro terruño, debe su apellido al Señor: Carlos Gaviria y Troconis González, que era un hombre de noble estirpe, nacido en Victoria, en la provincia de Alava, hijo de Pedro de Gaviria Montoya y de Damiana González de Troconis.

Este ilustre Patricio, es el que dio origen a su apellido en el Departamento de Antioquia y en el viejo Caldas.


Ahora veamos el escudo de armas más utilizado por esta familia, porque como tiene varias casas, es lógico que cada una de ellas tenga sus manifestaciones heráldicas.


Como buenos guerreros de la Corona española, porque estuvieron en la batalla de las Navas de Tolosa en el año 1212 y en la reconquista de Jerez de la Frontera, acompañando al Rey Alfonso X el Sabio en el año de 1255,  pueden utilizar la celada en el timbre del escudo, que es partido en dos cuarteles, en oro y plata, con sendos árboles, terrazados de color sinople (Verde); en el cuartel diestro, hay un jabalí, de color sable (Negro), en posición pasante y en el segundo cuartel sobre el árbol hay un águila en posición azorada y en el tronco del árbol hay un gallo en posición pasmada.

Todos estos iconos hacen honor al apellido y relatan sus grandezas.



Cuando estudiaba en el Seminario de Santa Fe de Antioquia, conocí a Don Nicolás Gaviria Echavarría, que era el Padre de nuestro ecónomo, el Sacerdote Nicolás Gaviria Pérez, porque era un hombre eminente, que había escrito diez o doce libros, algunos de los cuales los teníamos de apoyo en las materias que cursábamos y allí supimos que era un ilustre profesor con dos grandes condecoraciones: La Cruz de Boyacá, en grado de comendador y la estrella de Antioquia en grado oro, porque en su larga carrera educativa, había regentado importantes puestos y porque había estado, en la Honorable asamblea departamental de Antioquia y era el gestor de una reforma educativa estructural, que fue de gran renombre en el departamento, que en esa época conducía la línea de mando de la educación colombiana; había creado el escalafón nacional en cinco categorías a saber: Cuarta, tercera, segunda, primera y primera especial; también había diseñado la ordenanza que le pagaba a los profesores y maestros del departamento, todas las prestaciones sociales legales. 


Lo último que supe de él, fue que cuando ya había muerto, lo reconocieron como el gran ejecutivo del siglo XX y la condecoración la recibió su hijo el Sacerdote: Nicolás Gaviria Pérez, que para esa época le habían ascendido al título de Monseñor.

De los libros de Don Nicolás, recuerdo con mucho cariño la Ortografía, que para mí fue su obra magna y algunos de los libros de historia universal, porque en ellos me entusiasmé, para llegar a lo que hoy soy: Un buen aspirante a historiador.

Ahora hablemos de los Gaviria en el municipio de Sopetrán: 

Cuando era solo un niño de seis años, como mi madre era una modista de alta costura, sus clientas eran señoras muy importantes de la sociedad sopetranera y a mí me tocaba, llevar los vestidos que ella les hacía, para pagar mi mandado, me daban uvas pasas, ciruelas pasas, chocolatinas extranjeras y todo tipo de confites especiales, cuando en Sopetrán, solo vendían: Gelatinas, bananos y panelitas.


Por esta razón, me podía codear con sus hijos y luego llegué a la escuela primaria y la cursé, metido entre los hijos de la creme, como se les decía en esa época a estos jóvenes.

En esas familias, conocí a cuatro personas muy queridas e importantes, que vivían en la casa que hoy llamamos: Musaendra, que es una villa preciosa, en la cual más tarde, tuve la oportunidad de vivir, era la casa de Don Jesús Gaviria y las  hijas que yo conocí eran: Sixta Tulia, Ester, Inés y Raquel, de las que recuerdo, eran personas muy queridas por la sociedad, por los políticos y por los religiosos, porque se metían de lleno en el desarrollo comunitario y a nivel de religión, tenían que ver, con todas las asociaciones:

 Las Corazonas, las Eudistinas, las Hijas de María, la congregación del Santísimo Sacramento, las limosnas de las ánimas, la compra de elementos para mejorar el templo, como candelabros de plata, floreros del mismo material, atriles en alto relieve de plata, lámparas especiales, para sacar a su Majestad, el Santísimo Sacramento a la calle, cálices, custodias, novenas, medallas, artículos religiosos de toda índole, en fin que no harían estas Señoritas, para sacar adelante la Iglesia de Cristo; “Lástima, que todos esos tesoros, se los robaron: Unos ladrones buenos”.



También conocí al Doctor José Luis Gaviria, hermano de las anteriores, que era un ingeniero civil y tuvo que ver con el trazado y construcción de la carretera que une a Sopetrán, con el puente de Occidente que construyó José María Villa, el cual era casado con una ilustre matrona, de nombre Inés Vieira, que había sido declara por su belleza, Venus de Milo; y a una de sus hermanas casadas, Doña Carlota Gaviria, que fue la Madre del dueño y editor del este Blogger, el Doctor Gabriel Escobar Gaviria.


También puedo hablar de una ilustre familia de apellido Gaviria, entre la que está la Señora Madre de nuestro gran amigo el Doctor Raúl Tamayo Gaviria, Doña Lucina Gaviria y sus otras familiares eran Doña Oliva y Doña Fanny.

Pero mi buena suerte, me hizo conocer a un Señor importante, Don Antonio Tamayo, el abuelo de nuestro amigo, que cuando le toque a ese apellido, hablaré acerca de ÉL, que era casado con Doña Tulia Gaviria, si traigo a colación este importante relato, es porque en la casa de ellos, situada en la calle del Caño, guardaban con mucho cuidado, la imagen de nuestro resucitado, talla de madera de tres metros de altura, con un estilo de santos de tipo escandinavo: Color blanco, monos, altos, de ojos azules y con una presencia de verdaderos Dioses; porque ellos eran los que habían donado la imagen.

También conocí a Don Jesús Gaviria, que en mi época de niño, era el notario público del circuito de Sopetrán, recuerden que todo lo que tenía que ver con notariado y registros de la región de occidente medio más Belmira y San Pedro, se hacía en esta notaría.


Es bueno hablar del ilustre genio político, que es el Doctor Carlos Gaviria, que fuera aspirante a la presidencia de la república y ha sido magistrado de la corte suprema de justicia y gestor importante de la nueva constitución colombiana; a pesar de que Él, no recuerda su nacimiento en nuestro pueblo, por aquello de que fue llevado a Medellín, cuando solo tenía unos días de nacido y su memoria, no tiene recuerdos de nuestro Terruño.

Otro genio importante de apellido Gaviria, es el expresidente de nuestra república, el doctor Cesar Gaviria, que fue director de la Organización de Estados Americanos y es un buen líder en el partido liberal. 

Si lo traigo a la memoria, es porque Él, es del eje cafetero y hace parte del linaje de Don Carlos Gaviria y Troconis González.

Todos los miembros de las familias Gavirias, que conocí en Sopetrán, eran personas acaudaladas, que manejaban fincas en la parte de clima cálido y en la parte de clima frio, a las que ellos llamaban: Fincas de veraneo, para alternar las épocas de verano e invierno.


Además las grandes fincas ganaderas del municipio que ellos manejaban, para la producción de carne y leche, eran de fama internacional, por la calidad del ganado, Porcino, equino y vacuno que manejaban.

Pero hablemos de los otros regalos que nos trajo este ilustre apellido:

Eran personas de muy buen ánimo, para todo aquello que significara progreso para su pueblo.

Eran personas muy inteligentes.

A pesar de su buena posición social, eran humanitarios y bondadosos.


Aunque nunca les faltó el dinero, eran personas muy austeras, para cuidar, según sus palabras, el capital que los acompañaba.

Eran personas de buena chispa para conversar con ellas, por lo agradable que conversaban.

Una de sus grandes cualidades, es la fe ciega en Dios.

Todos los Gavirias son personas distinguidas por su inteligencia y sus estudios.

No por azar, el editor de este Blogger, es un experimentado ingeniero eléctrico y un gran filólogo.


Pero antes de terminar, miremos algo muy especial de este apellido:

Es muy probable, que como buenos vascos que eran los Gaviria, hubieran influido en el nacimiento de Bambuco Colombiano, que se parece mucho al Zortziko vasco.

Influyeron notablemente, en la arquitectura de las construcciones de vivienda.

A nivel del idioma Antioqueño, ellos influyeron mucho en ciertas apócopes que hacemos, como: Amá y apá.

Para decir inservible o inepto, ellos introdujeron la palabra: Coscorria; la palabra canilla, para decir grifo; a ciertos verbos les agregaron una a, como es el caso de: Arrecostarse, arrecoger, arrecordarse.

También es de ellos la expresión: A laj-cuatro me voy pa’ Medellín, (cambio de ese por jota y recorte de una sílaba en la preposición).

Los Gaviria, han influido en: La minería, el pastoreo, la industria, las ciencias y las artes.

Los Gaviria, son buenos para madrugar y para acostarse temprano.


Son muy buenos en cuanto a la puntualidad se refiere.

Como buenos intelectuales, les gusta leer con mucha frecuencia.

En sus filas ha habido muchos maestros especiales.

Esta es una familia especial de pocos vicios.

Tienen fama de ser muy simpáticos.

Son amantes de las serenatas, pero acompañadas de tinto, porque tienen fobia al licor.

Les cuento dos anécdotas finales:

Conocí a dos hermanos Don Ricardo y Don Gustavo Gaviria Blaire, eran casados con matronas muy ilustres; el primero, vivía en lo que hoy es la esquina de la carnicería de Julián, (club la palmera) y siempre andaba con una boina vasca, que era su identidad con el lugar de donde procedía y el segundo, que vivía en una suntuosa habitación, con una finca a borde, en la parte alta de la calle central del pueblo y era un hombre muy caritativo, que logró sacar adelante el orfanato del Sagrado Corazón de Jesús, en la época de la violencia de 1948, cuando ese lugar fue llenado con ciento veinte internas, a las cuales la violencia, había dejado sin sus padres; a mí me costeó todos los estudios por correspondencia que hice con tres escuelas internacionales, a cambio de cuidarle el ganado que tenía en su finca de la calle José María Villa.



La Señorita Sixta Tulia Gaviria, tenía en su finca de la calle José María Villa, un palo de limones y las cosechas que producía eran vendidas para mandar responsos por las ánimas del purgatorio; había un loco especial que venía de Belmira, al que le decíamos: Chulo y una mañana entró a la finca de Doña Sixta Tulia y cogió todos los limones de árbol y se los alzó al hombro, cuando Doña Sixta Tulia lo ve, por una de las ventanas de su casa, le dice: ¿Chulo para dónde va con los limones que son de la ánimas? Y el loco le responde: Precisamente Doña Sixta Tulia, como mi Padre murió la semana pasada, vine por la parte de limones que le corresponde.

Sopetrán, Febrero 19 del 2014.


Darío Sevillano Álvarez.

Fascículo quinto, sobre los cuatrocientos años de la fundación de Sopetrán.

Los Sevillanos.

Como buen Andaluz que soy, con un toquecito de Flamenco y con aires de Calé, que me acompañan, me propongo hacer una descripción de lo que es mi apellido y como se ha desenvuelto a lo largo de los tiempos.

Lo primero que hay que definir, es cómo apareció: Es un gentilicio, para identificar a las personas que vivieron en Sevilla de España, después de la reconquista, que hiciera el Rey San Fernando, en el año 1248, acompañado de doscientos caballeros de buenos linajes, para liberarla de la dominación de los Moros.



Este es el escudo de armas de una de las casas del apellido, la de Baza, que corresponde a la de San Miguel de Tenerife.

Es bueno aclarar que en España, hubo miembros de familias Sevillano, desde antes de la dominación de los Moros, que se remontan a las etapas de los Visigodos y de los Romanos.

Lo cierto del caso es que al terminar la batalla de la reconquista  de Sevilla, el reyezuelo: Axataf entregó la ciudad completamente vacía y todos los pobladores Moros que la ocupaban salieron para Marruecos y hacia el reino Moro de Granada.



Los sevillanos de Castilla utilizan este escudo.

Al terminar esta batalla, el rey San Fernando III les pidió a las familias que lo habían acompañado, se quedaran poblando la ciudad que estaba vacía y les asignó casas, viñedos y olivares, pero en el año 1252, cuatro años después a la muerte del Rey, asumió el mandato su hijo el Rey  Alfonso X El sabio y este levantó actas de posesión de esas tierras para las familias que su padre había radicado en la ciudad.

No quiere decir que todos los que adquirieron este título Real, eran de apellido Sevillano, pero como era un rango otorgado por la Corona de España, había que abandonar el viejo apellido y utilizar el que ordenaba la cédula Real.

Existe un documento histórico en donde están escritos, unos doscientos cincuenta apellidos, que debieron obedecer esta orden real y seguirse nombrando: Los Sevillanos, este documento se llama: Cuaderno de repartimiento y fue escrito por el Rey Alfonso X el Sabio.



Es importante decir que los viejos Sevillanos, que habían huido a Asturias, Galicia y León, en el momento en que los Moros invadieron a Sevilla, regresaron a la ciudad y se radicaron en ella, y obtuvieron tierras y casas en el repartimiento que hizo el Rey.

No sobra explicar que en Colombia y especialmente en Sopetrán, este apellido es muy escaso, si así lo afirmo, es porque en Sopetrán solo quedamos cinco familias y para colmo de males, con muy poca descendencia; y si miramos el directorio telefónico de la Ciudad de Medellín, mientras los otros apellidos ocupaban veinte y treinta páginas, el nuestro solo ocupaba una o dos.

En cambio en España, sigue siendo un apellido muy abundante, pues en el momento actual, lo tienen 7.817 personas en su primer apellido; 7.754 en su segundo apellido; y 102 personas en ambos apellidos.


Este es mi escudo de armas.

Por lo que deja ver la heráldica, en todos los documentos que se ocupan de esta importante ciencia, en España solo hay tres casas del apellido: 

Los de Castilla; los de Baza (San Miguel de Tenerife), de origen Andaluz, que fueron nuestros ancestros; y los de las montañas de Burgos o montaña de Santander, en Alceda, que pertenece al ayuntamiento de Corbera.


Es bueno aclarar que soy andaluz, porque nuestros ancestros, vinieron de Sevilla; soy flamenco, porque uno de mis ancestros, era de Flandes; y soy Calé porque uno de mis ancestros pertenecía a la etnia Gitana o Romaníes, que se instalaron a vivir en Andalucía desde el año 1415.


El templo de Nuestra Señora, solo estaba construido hasta la línea roja encendida que hay debajo del reloj, de ahí hacia arriba, es la construcción que patrocinaron Juan Sevillano y Manuel María Dávila.

Ahora miremos cómo se comportó el apellido Sevillano en las tierras de Sopetrán:

Los ancestros de nuestro apellido que primero llegaron, fueron los hermanos Pedro, Juan y Ventura Sevillano.

De Pedro y Juan se sabe que eran hombres muy acaudalados que manejaban latifundios especializados en cultivos en gran escala, como se hacía en Andalucía y que fueron los que patrocinaron con sus fortunas, acompañados de Manuel María Dávila, la construcción de las torres y el sofito del templo parroquial de Nuestra Señora, que fue inaugurado el día 22 de Noviembre de 1882, por el Sacerdote Justiniano Madrid, estos datos están fijados en un bajo relieve en la cruz metálica que tiene el sofito del reloj del templo.


En sus fincas enseñaron el manejo de los ganados, porcino y bobino; e implantaron lo que se conoce como el Rodeo, que son las actividades relacionadas con el manejo de los caballos de paso.


Así pudo haber sido el templo cuando no tenía las torres.

Recordemos que estas familias, acompañadas de los Álvarez, eran los grandes banqueros de Andalucía y de allí salió, la idea de tener un banco en Sopetrán, con sistema de monedas y billetes propios y con un Álvarez como gerente del banco.

De Ventura sabemos que fue el Padre de: Antonio, Gregorio y Josefa y las familias que aún quedan en Sopetrán, son descendientes de Antonio y de Josefa, porque los de Gregorio, unos se marcharon a otras ciudades y otros murieron.

Es bueno contar que Antonio Sevillano, es mi abuelo paterno y Ventura es mi bisabuelo.

Antonio y Gregorio, también disfrutaron de buenas fortunas e influyeron notablemente en la industria, el comercio y todas las actividades económicas de la ciudad.


Si damos una miradita por el escudo de armas de los Sevillanos de Andalucía, que son los ancestros del nuestro, encontramos: Es un escudo entero, con el campo de azur y en él, se encuentra el sol en color oro, con diez y seis rayos que significa el ambiente de libertad en que el apellido se desenvuelve; el amor al trabajo y a la vida; la valentía para defender sus principios; la religiosidad necesaria, para combatir el mal; y el manejo de todas las ciencias, porque todos sus miembros, se han distinguido por sus grandes inteligencias.



En el timbre de nuestros escudos podemos utilizar la cimera, porque nuestros ancestros, fueron buenos soldados de la corona española.


Es muy importante contarles que la familia Sevillano, trajo de Sevilla en Andalucía, la hermosa costumbre de hacer procesiones de Semana Santa, con imágenes talladas en madera, a las que llamamos en este momento quiteñas, porque sus cuerpos solo son una estructura con cuerpo, brazos y piernas sin pintura, con hábitos talares y capas; pero sus caras, sus manos y sus pies, bien talladas y pintadas; pero también introdujeron, los santos de tallas macizas, con imitación a personas de la etnia escandinava y en tamaño colosal, para mostrar que son seres de otro mundo.


Si hago esta afirmación es por tengo investigado, que todas las familias de mi apellido que viven en Sevilla de España, son las que manejan las órdenes religiosas, que hay en Andalucía, que se dedican al mantenimiento y la protección de las imágenes religiosas y son los encargados de cargarlas en las procesiones de las grandes celebraciones eclesiásticas.


Estas familias, manejan las comunidades religiosas llamadas órdenes y cuando un miembro de la familia muere, es remplazado por uno de su descendencia y esta circunstancia viene pasando a lo largo de la historia de la ciudad, desde el momento en que el Rey San Fernando los ubicó en ella. 



Debemos recordar que esta es tarea de unas dos mil familias que en el momento actual están esparcidas por todo el territorio Andaluz, con toda la experiencia para capitanear estas órdenes religiosas.

Como punto final digamos que como los Andaluces, tienen muchos genes flamencos y estos a su vez, tienen su propio: “Modus operandi”, a nivel de la música, el baile y las artes,(recuerden que los mejores talladores de imágenes, en la antigüedad, eran de Flandes), todos estos aportes, nos llegaron a nosotros y de ahí la variedad de genios a nivel de estas disciplinas, que tiene Sopetrán; pero la cosa se complica, con las herencias genéticas de los Gitanos, que son: Bullangueros, buenos artistas, orfebres, alfareros de calidad, plomeros, grandes negociantes de objetos hechos con metales fundidos, buenos astrólogos y futurólogos; y buenos en las lides con los caballos, ese es otro caudal de genética que tenemos por delante.

Por estas razones, siempre he cantaleteado la grandeza de la Etnia Sopetranera, que es una concepción especial de genes otorgados por las grandes civilizaciones del planeta.

Sopetrán, febrero 26 del 2014.

Darío Sevillano Álvarez.


Fascículo sexto sobre los cuatrocientos años de la fundación de Sopetrán.

Los Vieira,  Viera o Beira, como también se les puede decir.

En el siglo XIX y hasta mediados del siglo XX, este era uno de los grandes apellidos de la ciudad de Sopetrán y sus miembros eran personajes muy distinguidos y de alta alcurnia, que poseían grandes latifundios destinados a actividades agropecuarias, pero algunos de sus miembros agregaban la actividad comercial.


Sin lugar a dudas, el personaje más importante de esta familia, fue Don Pedro Viera, que según decían los pobladores de nuestro terruño, era el hombre más rico de la comarca (entiéndase por comarca, el occidente medio antioqueño).


Este es el escudo de los Vieiras de Sopetrán.

Es bueno que veamos: ¿Cómo apareció este apellido?

Los historiadores, no se han podido poner de acuerdo sobre el verdadero origen de este apellido, por estas razones, vamos a ver sus tres posibles orígenes:

Unos relatan que nació al norte de España en la provincia Gallega; otros argumentan que nació en Portugal; lo que yo creo es que como la provincia Gallega limita por el sur, con el norte de Portugal, y para esa época los límites de las dos repúblicas no existían, el apellido apareció en el norte de la península Ibérica.


Otros historiadores dicen que el apellido nació en Italia, en donde se le reconoce, como unos de los apellidos nobles, pero hay quienes afirman que los de Italia, son oriundos de Portugal.



Así es el escudo de los de Italia.

¿Cómo llego el apellido a nuestras tierras?

En el siglo XVIII, llegó a Colombia el Señor Juan Bernardo Vieira, que según los historiadores españoles era hijo de la princesa Vieira de la Casa de Braganza, y en Portugal no le reconocían su linaje, por esa razón, vino a las tierras de América para hacerlo valer; otros historiadores dicen que eran dos hermanos, hijos del Rey Carlos I de España y de la Princesa de Portugal y cuando quisieron hacerse reconocer, tuvieron que viajar a América y uno de ellos, Juan Bernardo se quedó en Colombia y el otro fijó su residencia en Brasil.


Sea cual fuere el relato, lo importante es saber que los Vieira, tienen en sus dos linajes: Sangre real.



Pero es bueno preguntarse: ¿Cómo apareció este nombre?

La palabra Vieira, es un toponímico, es decir hace mención de un lugar, como un caserío en el municipio de la Cañiza (Pontevedra) y dos poblaciones Portuguesas: Vieria de Leiría y Vieria de Minho, pero en si la palabra viene de un vocablo Gallego, que traduce Venera y hace mención de la concha de un caracol, que lo utilizaban los peregrinos de Santiago de Compostela en sus correrías.

Algunos historiadores heraldistas, dicen que la suspensión de la i en algunos lugares se debe a que en gallego, la gramática, suspende la i después de e.
Pero otros afirman que Viera es oriundo de Israel y que traduce diosa de las aguas.


Este es el escudo de armas de esa forma de escribir el apellido.
Yo me atengo al relato de que en gallego, se suspende la i después de e.
Hay un escudo que no publican las casas de heráldica: 

En campo de plata tiene un solo caracol en color azur.

En el siglo XIII año 1220, en Portugal en la torre de Villa Seca, figuraba Rui Vieira; y en el libro de las reparticiones de Valencia, aparece G. de Vieira, un caballero portugués al servicio del Rey Jaime I de Aragón, en la reconquista de ese reino moro.

Este es un apellido distribuido en las provincias de Pontevedra y Orense, pero su presencia es notable en la comunidad de Madrid y en las provincias de Barcelona y León.

Simón de Vieira fue peón en la compañía del Capitán Escalante en la conquista de Tenerife en Islas Canarias, le tocó en reparto una data en Güimar y murió en Gran Canaria en el año 1522.

Por otro lado, Juan de Vieira y Sousa, oriundo de la ciudad de Veracruz, que se desempeñaba como hacendado en Tomares de Sevilla, probó su hidalguía en 1779, ante la sala de los Hijosdalgo de la real cancillería de Granada.


Esta fue la casa de Don Pedro Vieira en la calle real o Uribe Uribe.
En la actualidad este linaje en España cuenta con 3770 personas que lo llevan en su primer apellido y 3062 en el segundo.

En términos generales, el linaje está esparcido en Portugal, al norte de Porto y tiene algunos miembros en Galicia y Sevilla de España; en Italia, también tiene algunos miembros; y según se ve en internet, hay Vieiras en algunas repúblicas de América.

En Puerto Rico hay algunos Vieiras, y según mis investigaciones, son personas de clases: Media, media alta y rica y algunos de ellos son adinerados.

Ahora veamos las bondades que este linaje regaló al pueblo sopetranero:


La primera y más importantes es el rocecito de sangre real que nos trajo en sus dos líneas, porque equivale a decir, que en nuestras tierras vivieron descendientes directos de las coronas de España y Portugal; a mí esta circunstancia me parece de mucho Caché, como se diría en términos un poco altaneros, porque eso nos pone a la altura de muchas ciudades españolas y portuguesas, en donde han vivido miembros de familias reales.


Detalle de la puerta de entrada a la casa de Don Pedro Vieira.

Es bueno contarles que hubo una familia de este linaje, Don Jesús María Vieira y Doña Rita Vieira, que se desempeñaban como buenos comerciantes en nuestra plaza de Bolívar, se los cuento porque tuve la fortuna de ser amigo muy cercano de ellos y Don Jesús manejaba fincas ganaderas muy bien montadas como la Isleta en jurisdicción de las veredas del Pomar y Santa Bárbara; conozco esta finca y les puedo decir que empieza en piso térmico cálido y termina en alturas de 2.800 metros sobre el nivel del mar y en ella nace nuestra quebrada: La Yuná.


Este es el zaguán de la casa.

Pero si recordamos a Don Pedro Vieira, todos los grandes hatos ganaderos le pertenecían y él contaba con muy buen humor: 

Que no sabía cuánto ganado tenía, porque era imposible contarlo y además, como sus fincas eran tan grades y tenían bosques espesos, una hembra que se perdía y la daban por muerta, a los años aparecía con dos o tres crías.

Don Pedro se casó con Doña Clementina Gaviria una ilustre matrona de este linaje en Sopetrán y de ese matrimonio, nacieron Félix y Alicia; el primero fue propietario de grandes extensiones de hatos ganaderos, a orillas del Río Cauca y de la quebrada Juan García en Liborina, Alicia todavía vive en la ciudad de Medellín.

Doña Clementina era una buena señora, que se dedicaba a colaborar con los asuntos de la Religión y con algunas obras cívicas.


Así es su interior.

Es de mucha importancia decir que a lo largo de mis idas y venidas a las casas de estos personajes, observaba que eran muy dados a hacer obras de caridad y siempre ponían su atención en aquellas familias pobres, a las que llamaban: Pobres vergonzantes, porque eran personas que no habían nacido para la mendicidad y preferían aguantar sus tragedias que dedicarse a pedir.

Es muy importante decir que como los grandes latifundios de Don Pedro, ocupaban las tierras del Rodeo y Córdoba, para mantenerlos en forma, él daba trabajo honrado y estable a muchos sopetraneros, padres cabezas de familia y a veces les prestaba tierras a la cuarta, es decir: 

Las cosechas que producen, se reparten una cuarta parte para el dueño de las tierras y tres cuartas partes para los que las cultivan y con estas cosechas, ellos mantenían en orden sus despensas.


Esta es la fuente del patio.

También este ilustre Señor, sostenía el negocio de la leche, en el casco urbano, que se vendía a precios muy baratos y lógico sin el proceso de pasteurización.

Es bueno hablar de tres ilustres damas que llevaban este apellido con mucho honor, eran: Doña Dolores Vieira, Doña Laura Vieira y Doña Lucrecia Vieira; la primera era soltera y tenía en la calle del caño, una verdadera finca, pues en su casa encerraban los terneros por las tardes y en las mañanas ordeñaban las vacas y ella vendía la leche por: Puchas, medias puchas y chicas; las otras dos fueron casadas con dos ilustres miembros de la familia Gaviria.

Pero dada la circunstancia de la sangre real de esta familia, sus miembros eran personas muy bien presentadas y las mujeres, en especial, eran muy bonitas, como fue el caso de la Señora Doña Inés Vieira de Gaviria, la esposa del Doctor José Luis Gaviria, de la cual les narré en otro fascículo, fue reconocida como: Venus de Milo, en un concurso de belleza.

Estos miembros del linaje Vieira, eran muy generosos con la Iglesia Católica y siempre regalaban sus mejores ganados en las ofrendas de Semana Santa y Corpus Christi, para las obras parroquiales.

Sopetrán, Marzo 5 del 2014.

Darío Sevillano Álvarez.

Séptimo fascículo sobre los cuatrocientos años de la fundación de la ciudad.
Los Tamayos o Tamajos.


El apellido Tamayo fue uno de los más importantes que hubo en Sopetrán, entre los siglos XIX y XX, porque ellos eran los dueños, de las grandes haciendas que producían ganado vacuno para la industria de las carnicerías; los caballos de razas especiales, que iban a los grandes concursos equinos de la nación; y la industria casera de la venta de leche, en un servicio puerta a puerta, que hacían las personas encargadas de estos menesteres.


Este es el escudo que utiliza la casa más antigua del apellido.

Veamos cómo llegó este apellido al departamento de Antioquia:

Los primeros Tamayos en llegar fueron los hijos de: Baltasar Tamayo Tovar y de Catalina Preciado Durán, los señores: Baltasar Tamayo Preciado el Mozo e Hilarión Tamayo Preciado, pero es bueno contar, que solo Baltasar el Mozo tuvo descendencia, porque Hilarión no la tuvo.

Estos dos españoles vinieron de Alburquerque en Extremadura. 

Es bueno decir que Alburquerque, es el de España y Albunquerque es el de Nuevo México.

El apellido Tamayo, es uno de los más difundidos en España y en la actualidad lo llevan:

1.718 personas en Madrid.

1.210 personas en Barcelona.

368 personas en Sevilla.

356 personas en Málaga.

360 personas en Alava.


366 personas en Canarias.


Este es otro de los escudos del apellido.

Encontramos Tamayos en muchos países de Hispanoamérica y en Colombia hay una buena cantidad de ellos.

Se cree que su origen es catalán, pero hay indicios de que pueda haber nacido en: Burgos, Navarra o el país Vasco.


Los Eusquerólogos, proponen una etimología Vasca y lo traducen así: Pasto o del pastizal.

Recordemos que Tamayo es un pequeño poblado de España, que existe desde el año 950, cerca a Oña en Burgos.

Los Tamayos, han sido famosos en todos los países, que están residenciados:

Personajes ilustres con el apellido Tamayo.
Pero los miembros de este apellido en España, que fue donde apareció, han tenido títulos muy ilustres, entre los cuales están:


Don Francisco Tamayo de Mendoza, fue Marqués de Villahermosa en el año de 1696.

Don Andrés Tamayo y Varona, fue Marqués de la casa Tamayo en 1775.

Don Manuel Tamayo y Carvajal, fue Marqués de la Isla La Gomera en Canarias. 

Recordemos que de esta isla partió, Cristóbal Colón, para llegar a la isla caribeña de guaraní, el 12 de octubre de 1492.

Doña Ángela Tamayo y Ramírez, fue autorizada en el año de 1888, para utilizar el título Pontificio de Marquesa de Tamayo

Don Francisco Tamayo, un hidalgo de Castilla, fue vasallo del Rey Enrique IV, Alcaide de la fortaleza de Burgos, escribano de la Villa de Aranda de Duero y empadronado como notable, en el año de 1506.

Pedro Tamayo, fue capitán de caballos y contador de la capitanía del adelantado de hombres y armas en Italia, en el reinado de Doña Juana La Loca, en el año de 1561.

El Capitán Rodrigo Tamayo, fue uno de los conquistadores de Cuba.

 Luego estuvo en Nueva España (México), ayudando a Hernán Cortés en la pacificación de ese país.

Una cédula real, ordenó entregarle tierras y casas a los hijos del Capitán Rodrigo Tamayo y darles los mejores puestos (Regidores, alcaldes y alguaciles Mayores) y algunos de esta descendencia pasaron a Colombia y allí se casaron con ilustres familias de este país.


Las armas del apellido Tamayo de la casa principal, muestran en campo de plata, un castillo en color gules, cuadrado y con tres almenas y tres torres, cimentado en una roca en color natural.


Ahora veamos cuales eran los principales miembros de esta familia en Sopetrán:

La casa principal de esta familia estaba situada en la calle del caño o calle Luciano Carvalho, ahora calle 11, en donde vivía Don Antonio Tamayo y su dignísima esposa Doña Tulia Gaviria a la que todos le decían con mucho cariño: Tulila. 

Esta era tal vez la casa mejor construida de Sopetrán, con amplios espacios, suficiente altura para librar a sus habitantes del calor, ventanales amplios para dejar ver la belleza interna de la construcción y un buen calor humano.

 Cuando se fueron de Sopetrán, Tulila, me dijo: Quédese Ud. con mi casa y me la va pagando con pequeños contados, pero yo no veía la posibilidad económica de hacerlo, toda vez que para esa época, doce mil pesos eran una cantidad muy grande para tenerlos como deuda, pero quedé agradecido para siempre, por su gesto de amistad.

Los hijos de esta familia eran: Don Antonio Tamayo, Don Emilio Tamayo, el Padre del Doctor Raúl Tamayo, nuestro ilustre amigo, Don Jesús Tamayo, la Señorita Eva Tamayo, doña Alicia Tamayo, don Alfonso Tamayo y Doña Maruja Tamayo (recuerden que las Marujas son Marías del Socorro).

Estas familia, vivían en las mejores casas de las calles más importantes, como la José María Villa y la Luciano Carvalho.


Todos los miembros de esta familia, fueron propietarios de latifundios en las partes bajas del nuestro municipio y de fincas amplias y confortables en las partes altas, que ellos utilizaban para veranear en los meses más calorosos del año.

Los hijos de estas familias fueron mis compañeros de estudios en la escuela primaria, porque cuando llegó la hora de cursar el bachillerato, me interné en el seminario menor de Santa fe de Antioquia y perdí el contacto con la mayoría de ellos.

Es bueno recordar que uno de los hijos de Don Emilio Tamayo y Doña Lucina Gaviria es el Doctor Raúl Tamayo Gaviria, que fue un eminente político colombiano y terminó sus labores en el Congreso de la república, como ilustre Senador.

Si ya se dieron cuenta este es uno de los apellidos que más escudos de armas tienen, por la diversidad de casas que el linaje posee en España.

Veamos por último las bondades que este apellido le regaló a Sopetrán:

Una de las circunstancias más importantes que tienen que ver con este apellido, es el hecho de que ellos hayan manejado los grandes hatos ganaderos de vacuno y equino, pues por esta razón en esas épocas de gratos recuerdos, la economía sopetranera se apoyaba en estas dos grades ramas, para mantener el ritmo, como polo de desarrollo del occidente antioqueño.

Fueron los miembros de esta importante familia los que nos enseñaron todo lo relacionado con estas dos importantes fuentes de riqueza, acompañados de la familia Vieira.


De todos estos ilustres ciudadanos, recuerdo su gran amor por las cosas religiosas y gracias a ellos y las otras familias que he anunciado, el templo parroquial y sus ilustres dirigentes, de esa preciosa época, vivieron la edad de oro de las costumbres religiosas de los pueblos de América.

Me consta que cuando un Párroco iba a emprender una obra parroquial muy costosa, siempre buscaba el apoyo de ellos y por esa razón las obras salían adelante, sin tropiezos económicos.

Hasta la administración del Padre Reinaldo Carvajal, estas familias estuvieron acompañando las empresas parroquiales y todo era muy próspero, de la salida del Padre y el traslado de esas familias a otras ciudades en adelante, la parroquia entró en decadencia y empezaron los desajustes arquitectónicos en el templo de Nuestra Señora.

Recordemos que las grades imágenes del templo de Nuestra Señora: 

El Resucitado, la Inmaculada Concepción, la virgen de las Mercedes, el san Francisco de asís, que ya no está, el san Juan Eudes, que también desapareció, el corazón de Jesús, la virgen de la Asunción, el San José, la virgen del Carmen, el Cristo que está en reposo por haber trabajado tanto tiempo, presidiendo las funciones del culto en el altar mayor, el señor con la cruz a cuestas, el Señor Caído, el Jesús despojado de sus vestiduras y las imágenes de los santos quiteños de las semanas santas, que son talladas en madera y muy bien concebidas de acuerdo a las normas clásicas para tallar imágenes religiosas con parecidos a la etnia escandinava, fueron donados por estas familias.

Sopetrán, Marzo 11 del 2014.
 Darío Sevillano Álvarez.

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