viernes, 28 de octubre de 2016

Los resultados del plebiscito.

Sopetrán, Octubre 2 del 2016.

Carísimos amigos:

A lo largo de mi carrera política, que como ya lo he expresado, empezó cuando tenía siete años en la calle Bomboná, en el año de 1948, cuando se desató la peor violencia que haya tenido Colombia, por colores políticos, siempre he sabido pronosticar lo que va a ocurrir en la vida política, y en las últimas seis o siete predicciones, no he fallado, porque para hoy, yo decía: El pueblo colombiano, ya no es un pueblo de campesinos brutos, sino una plebe de personas cultas, que razonan, antes de actuar y a la hora de votar, saben tomar decisiones.

Cuando me ha tocado enrolarme en una tendencia política, a pesar de que no pertenezco a las filas azules, ni a las rojas, tanteo muy bien el terreno, para saber cómo voy a pisar y cuando tengo la certeza de que lo que voy a elegir es bueno, lo hago sin miedos ni dudas.

Hace pocos días, un gran amigo me decía, que las razones que estaba argumentando para votar No, en el plebiscito, eran muy pueriles y a pesar de esa puerilidad, convencí a muchas personas por el correo electrónico y por comunicación directa con mi teléfono inteligente, de que era malo refrendar ese sartal de atrocidades, que íbamos a aprobar y que luego serían leyes de la república. De paso les digo que el que escribió esas páginas debieran mandarlo para el cacho de la luna, a que aprenda el español y la elegancia con que este idioma se expresa.

Cuando se obtiene un triunfo político, como el que tenemos aquellos que votamos por el No, en el plebiscito, no se deben tener triunfalismos carajos, que solo consiguen polarizar más y más a las masas, porque estaríamos imitando a los viejos ciudadanos colombianos, que se mataban por colorcitos políticos, olvidándose de que eran sus conciudadanos, aquellos que debían caer, bajo el yugo de las armas.

Me alegra mucho que el pueblo haya aprendido a votar, porque ya no se hace por esos malditos colores, sino por ideales, que nos puedan llevar a un futuro mejor.

Me duelen las declaraciones del Doctor Serpa, cuando dice: “Que lo sorprende el pueblo colombiano, porque hay una cantidad de guerrilleros que quieren entregar sus fusiles, y no los queremos recibir”, pero esas palabras, no me sorprenden, porque Él siempre que habla mete las patas, menos mal que no le dieron palomita para la presidencia de la república.

Aplaudo la actitud de los criminales de las FARC, porque en el nido de las aves rapaces de la Habana, todavía quieren seguir en el camino del bien.

No me identifico, con la declaración de Monseñor Augusto Castro, un excelente Obispo  colombianol, cuando dijo: “Todos perdimos”, lo que creo, es que todos ganamos, porque no podíamos entregarle al país a los bandoleros de la FARC, en bandeja de plata, por anhelar una paz, que no iba a ser duradera.

Las palabras del Señor Presidente, a pesar de ser un elemento, al que no se le puede creer mucho, por su manera de ser, fueron sabias, justas, exactas y parecían de buena voluntad; me parece que era la única alternativa que le quedaba, pues Él sabe la mala aceptación que el pueblo le tiene. En caso de pensar en forma contraria, le hubiera recomendado que tomara un avión de la fuerza aérea y en compañía de los negociadores de la Habana se hubieran ido a hacerle compañía a Fidel y a Raúl, lo ídolos de los idiotas.

Me place que los resultados electorales hayan sido lo que anuncié en uno de mis correos electrónicos: El plebiscito se hacía, para mirar el bajo porcentaje de los colombianos que creen en las FARC, un dos o tres por ciento de la población, pero sigo creyendo que esa cantidad de dinero, que valió el evento, no justifica  lo que supimos, porque ese es un cuento viejo mal contado, para los colombianos.

Nos queda un camino muy peligroso para continuar, porque si las conversaciones van a seguir en la Habana, Papá Fidel no va a estar muy a gusto con los recortes que le vayan a hacer a esos peligrosos acuerdos, pero creo que tienen que ser en esa ciudad, porque los nenes de las FARC, no tienen acogida en los países civilizados.

¿Qué estarán pensando el Presidente de la ONU, el presidente Obama y todo aquellos que habían recibido, con bombos y platillos el destartalado acuerdo, ahora que fue vetado por el pueblo?

Y qué estará pensando el Papa Francisco, si fue que declaró lo que publicaron los medios de comunicación, porque a mi modo de ver las cosas, pudo haber sido un montaje, para conseguir el Sí, tan anhelado, de manera contraria, se le fueron los frenos al Pontífice. Debemos recordar que este ha sido un hombre prudente a lo largo de su Papado.

Otro truco que les falló fue el de invertir el dinero de las FARC, en reparaciones con aquellos que se sienten ofendidos; pero recuerden, algo que yo pillé, como decimos los antioqueños: El día anterior a ese aviso, las FARC publicaron un artículo, en donde le contaban al pueblo colombiano, que unos disidentes de sus manada, se habían robado gran parte de su caleta; no creen ustedes que este era el argumento perfecto, para decir que iban a emplear sus dineros en reparación y los que se robaron era lo que no iban a declarar.

Tampoco las gentes estaban muy convencidas de esas pedidas de perdón, porque los moradores de Bojaya, cuando ellos fueron a hacer la patraña del perdón, les dijeron, que habría perdón, cuando vieran reparación económica.


Podríamos seguir escribiendo muchas cosas, pero en atención a no cansarlos, podemos dejar este cuento para reanudarlo oportunamente cuando sea necesario.

Sinceramente: 

Darío Sevillano Álvarez.



No hay comentarios. :

Publicar un comentario