jueves, 13 de junio de 2019

¿Quien es Monseñor Orlando Antonio Corrales García?



Información especial, sobre Monseñor Orlando Antonio Corrales García, Arzobispo de la arquidiócesis de Santa fe de Antioquia.


Semblanza de su personalidad.


Orlando Antonio Corrales García, nació en la población de Abejorral, del departamento de Antioquia, cuando esta población todavía pertenecía a la Arquidiócesis de Medellín, porque en la actualidad, es una de las parroquias de la diócesis, Sonsón-Rionegro, el día 26 de Enero del año 1947.
Después de haber realizado sus estudios de humanidades y las materias correspondientes al seminario mayor, en la ciudad de Medellín,  fue ordenado como sacerdote, el día 5 de Diciembre de 1971.
Más tarde, viajó a Roma y en la Pontificia Universidad Gregoriana, obtuvo el doctorado en Teología Moral, en el año de 1979.


En su ministerio Sacerdotal, siempre se desempeñó, como buen eclesiástico, en los siguientes cargos:
Vicario parroquial de Nuestra Señora de la Asunción» en Copacabana; de Santa Bárbara y de Barbosa.
Párroco de Nuestra Señora de la Esperanza; de Nuestra Señora de la Anunciación; de La Vega (arquidiócesis de Popayán); de Nuestra Señora del Perpetuo Socorro; de María Reina de la Paz; y de San Judas Tadeo.
Formador en el seminario mayor de Medellín, y posteriormente vicerrector de este centro.
Director de la casa de formación sacerdotal Pablo VI.
Profesor de teología moral en la Universidad Pontificia Bolivariana.
En el año de 1998, por mandato de: Su Santidad Juan Pablo II, fue nombrado Obispo titular de Tuccabora y auxiliar de la Arquidiócesis de Medellín; Y recibió su ordenación episcopal el día 25 de Marzo de ese mismo año, de manos de Monseñor: Alberto Giraldo Jaramillo, en la Catedral Metropolitana de Medellín.


Recordemos que cuando los Papas nombran un obispo auxiliar, siempre anuncian, que son titulares de una antigua diócesis, que ya no existe.
Al año siguiente, el 29 de Julio, fue nombrado administrador apostólico de la Diócesis de Palmira, ante los quebrantos de salud de Monseñor: Mario Escobar Serna.
Pero el 13 de Octubre del año 2000, Escobar Serna presenta su renuncia y nuestro ilustre personaje, se posesiona, como tercer Obispo de la Diócesis de Palmira; a esta ceremonia asistieron grandes personalidades del clero, entre los cuales recuerdo a: El Nuncio apostólico, al Cardenal Pedro Rubiano, al presidente de la conferencia episcopal y muchos otros obispos del país.
El día 12 de Enero del 2007, fue nombrado por el Papa Benedicto XVI, como Arzobispo de la arquidiócesis de Santa Fe de Antioquia, en donde ejerce su principado, hasta el día de hoy.


Es bueno anunciar, que nuestro Arzobispo, visitó la Ermita de nuestra Señora de Sopetrán, en Jarandilla España y que allí, celebro un Misa y fue ovacionado por la feligresía y luego se entrevistó con todas las autoridades eclesiásticas y civiles del lugar.
Esto para mí, significa el interés, que nuestro Arzobispo, le ha puesta a la Parroquia de Nuestra Señora de la Asunción de Sopetrán, como se llama nuestra importante Basílica.
Recuerden Ustedes, que cuando la iglesia católica, nombra un Sacerdote, como Obispo, una de las cosas que el sacerdote debe hacer, es diseñar un escudo de armas, que pueda identificarlo en sus funciones eclesiásticas.


Ahora conozcamos el escudo de armas de nuestro Arzobispo, cuya explicación es la siguiente:


Es un escudo redondeado cuya primera figura heráldica es: Tronchado.
En el Timbre o parte superior, está la característica gorra eclesiástica, capelo o galero y debajo de él, está la doble autoridad de los Arzobispos, en la cruz con doble travesaño o cruz patriarcal.
Un capelo o galero (del latín galerum, pl. Galera) en la Iglesia Católica, era un sombrero de ala ancha usado por el clero, con cordones terminados en borlas que quedaban sobre el pecho.
Tiene su origen en los sombreros de peregrino.
Las galeras de los cardenales deben tener 15 borlas, de color rojo; las de los Arzobispos deben tener 10, de color verde; y las de los obispos deben tener seis borlas de color verde.
Se utiliza en la heráldica eclesiástica desde el siglo XIV, y sustituye a la mitra en los escudos de los cardenales y obispos
En la punta o barba, está el famoso palio con las cruces, que significa la gran autoridad de los Arzobispos.
En campo de color azur, en el cantón del jefe, un torreón redondo de oro, mazonado y aclarado de sable, cargado de un escudete jaquelado de 15 piezas, 7 azules y 8 de oro (de la casa de armas de Portocarrero), timbrado de corona antigua de oro, y superada, entre sus dos torrecillas, y la imagen de Nuestra Señora de Candelaria portando al Niño, en su brazo siniestro, y una candela en su mano diestra, rayonante y acostada de nubes nacientes.
Este escudo a su vez, es el escudo de armas de la arquidiócesis de Medellín Antioquia, y por esa razón Monseñor Orlando Antonio Corrales García, lo toma para el cantón del jefe de su escudo de armas, con el fin de mostrar su procedencia en la Arquidiócesis  Metropolitana de Medellín.
Es bueno traer a la memoria que este castillo, también está en el cantón siniestro del jefe, en el escudo de armas de la ciudad española de Medellín, de la provincia de Badajoz, en la Extremadura española.
En  campo de color sinople, en el cantón de la barba del escudo, aparece un campanario, para significar, la abundancia de los templos que tiene la sede de su Arquidiócesis, que cuenta con cinco Templos importantes.
El color sinople o verde, significa la abundancia y riqueza de las tierras Santafereñas, que reciben el limo del Tonusco, que fertiliza sus campos y producen todo tipo de frutales.
Y en la divisa, aparece la frase evangélica: Hágase tu voluntad, que es señal de sumisión.
La jurisdicción de la arquidiócesis, se puede ver en este mapa eclesiástico, muy bien elaborado:





Esta es la Catedral Basílica de Santa Fe de Antioquia, en donde Monseñor, celebra sus funciones pastorales del culto.
Es catedral, porque en ella celebra sus funciones del culto, el Señor Arzobispo; es Basílica, porque en ella esta Nuestra Señora la inmaculada Concepción, que es una Santa especialmente venerada.
La sucesión de los Obispos que ha tenido la diócesis y más tarde cuando fue elevada a Arquidiócesis, es esta:

Episcopologio:

Mariano Garnica y Orjuela, OP † (21 de mayo de 1827 Nombrado - 10 de agosto de 1832 Falleció)
José María Estévez † (19 de diciembre de 1834 Nombrado - no entró en vigor)
Juan de la Cruz Gómez Plata † (24 de julio de 1835 Nombrado - 1 de diciembre de 1850 Falleció)
Domingo Antonio Riaño Martínez † (13 de enero de 1854 Nombrado - 20 de julio de 1866 Falleció)
Sede suprimida (1868-1872)
Joaquín Guillermo González † (21 de marzo de 1873 Nombrado - 9 de agosto de 1883 dimitió)
Jesús María Rodríguez Balbín † (9 de agosto de 1883 Nombrado - 30 de julio de 1891 Falleció)
Juan Nepomuceno Rueda Rueda † (30 de enero de 1892 Nombrado - 1900 dimitió)
Manuel Antonio López de Mesa † (30 de mayo de 1902 Nombrado - 15 de mayo de 1908 Falleció)
Maximiliano Crespo Rivera † (18 de octubre de 1910 Nombrado - 7 de febrero de 1917 Nombrado Obispo de Santa Rosa de Osos)
Francisco Cristóbal Toro † (8 de febrero de 1917 Nombrado - 16 de noviembre de 1942 Falleció)
Luis Andrade Valderrama, OFM † (16 de junio de 1944 Nombrado - 9 de marzo de 1955 dimitió)
Guillermo Escobar Vélez † (1 de abril de 1955 Nombrado - 28 de julio de 1969 dimitió)
Eladio Acosta Arteaga, CIM † (6 de marzo de 1970 Nombrado - 10 de octubre de 1992 Retirado)
Ignacio Gómez Aristizábal (10 de octubre de 1992 Nombrado - 12 de enero de 2007 Retirado)
Orlando Antonio Corrales García (12 de enero de 2007 Nombrado - Presente).

Sopetrán, Junio 4 del 2019.

Darío Sevillano Álvarez.

lunes, 10 de junio de 2019

Nuestro Palacio Consistorial, acaba de perder su señorío.



El Palacio Consistorial de Sopetrán, acaba de perder su señorío.

Cuando me desplazaba por nuestro parque de La Ceiba, que esta incrustado en la plaza de Bolívar de nuestro municipio, casi me da un infarto, cuando miré el palacio de gobierno, que en esta semana lo están convirtiendo, en un parrandiadero de bobos, porque los tres colores que están combinando, no son apropiados, para este tipo de edificios.


Lo primero que debemos considerar, es el viejo dicho popular:” El olmo, no da peras”, y es casi un imposible exigirle, ese tipo de cultura,  a una persona que nunca ha sabido mostrar su personalidad, como autoridad civil del conglomerado y que diariamente lo demuestra a través de sus obras y actos administrativos.

Es una lástima, que a seis meses de su retiro definitivo, porque estamos seguros de que a este palacio, no volverá, ni a manejar los obreros, como jefe de cuadrilla, dada la razón de que se quemó políticamente y de este abismo no puede salir, ni aplicándole las indulgencias de un año santo, de los que concede la Iglesia Católica.


Estos colores, son adecuados, para: Una gallera; una plaza de toros; una casa campesina, en donde el color rojo, debe suavizar el verde de los prados y los bosques; un directorio político liberal de la época de los años cuarenta del siglo pasado, en donde se jugaban la vida, los incautos miembros de las colectividades: Manzanillos y Godos
Pero se me ocurre una idea: Creo que tengo la razón, por la que eligieron ese asqueroso color rojo; pues los antiguos miembros de las colectividades políticas colombianas, se amañaban con el rojo y el azul, colores diabólicos que acabaron con la mitad de la población colombiana
Este famoso rojo fiesta, en donde se podría tocar un paso doble, para que el toro saliera de su encierro y empezara el  derroche de sangre y calentura de locos, estará luciendo nuestro rancio Palacio de Gobierno, por los últimos seis meses de nuestro Ilustre Gobernante.


Otro de los errores garrafales de esta pintura, es que le aplicaron un color a base de agua de tono negro, a las rocas naturales de mampostería, que le daban gracia al edificio y le ayudaban a conservar su personalidad.
Un campesino de buena voluntad, pero con un gran sentido del humor  y de ironía, me dijo:
Darío, no se ofusque, que tal vez el mandatario lo que quiere, es que su palacio de gobierno, se convierta en un símbolo de amor, por los colores de nuestra bandera, que es la de Irak, aunque no seamos musulmanes; no propiciemos la guerra santa, que el famoso dios de ellos, un tal: Alá, proclama; y aunque nuestro subsuelo, no este navegando en combustibles fósiles.
Si esta fuera una buena lógica, el Palacio de Nariño, y el Capitolio Nacional, debieran estar pintados de: Amarillo, Azul y rojo; y la alpujarra de Medellín tendría que estar pintada de Blanco y Verde.
Esta mala decisión de nuestro gobernante, nos retrocede cincuenta o cien años de civilización y cultura.
Es un verdadero pesar, que por haber elegido un mal gobernante, nos tengamos que aguantar a diario, todas las injurias de un mal administrador, que pocas veces acierta y la mayoría de las veces, está metiendo, no las patas, sino: Los pies y las manos.
Alabado seas Señor por todas tus criaturas y al palacio le podemos cantar la hermosa canción, que la Iglesia católica entona en favor de nuestra Señora de Fátima:
“Es María la blanca paloma”.

Sopetrán, Junio 10 del 2019.

Darío Sevillano Álvarez.

domingo, 2 de junio de 2019

Inauguración del centro de historia en Sopetrán.



Fundación del centro histórico en Sopetrán.

El día uno de Junio, se fundó en Sopetrán, el centro de historia, entidad que de verdad nos estaba haciendo mucha falta.



El acto protocolario se realizó en las instalaciones de la Capilla del Sagrado Corazón de Jesús, el día uno de Junio a las dos de la tarde, con una muy buena asistencia, como lo muestran estas dos fotografías.

Al acto asistieron los miembros de la academia de historia del departamento de Antioquia; los miembros del centro de historia de Santa fe de Antioquia; y muchas personalidades sopetraneras, como se puede ver en estas otras fotografías.



El ilustre rector de la Basílica de Nuestra Señora de Sopetrán, Padre Rogelio Rodríguez G. también nos acompañó, como se puede ver en esta toma.


La banda infantil de nuestro municipio, estuvo dándonos un pequeño concierto y en el acto protocolario, interpretó los himnos correspondientes.


Fui elegido para hacer las palabras de inauguración con una ponencia, sobre la campaña libertadora de 1819.


Mis palabras fueron las siguientes:

Ars enim didici, in cuius adipiscendae cladem

Frase tomada del ideario político de: Simón, José Antonio de la Santísima Trinidad, Bolívar y Palacio, que era un gran pensador;  un ilustre Filósofo; y un distinguido estratega, que traduce:

“El arte de vencer, se aprende en las derrotas”.

En esta preciosa tarde tropical del mes de Junio, cuando está en plena marcha, nuestro primer período de invierno y las brisas tempraneras del Cauca, mecen las altas estípites de nuestras palmeras y las hacen bailar al son de nuestras: Cumbias,  porros y gaitas del hermoso folclor colombiano y se  menean los emblemáticos árboles de mamey de oriente a occidente y de norte a sur, mostrando la majestuosidad de los bosques secos tropicales de nuestra querida tierra; el sol empieza a declinar entre ropaje níveo sobre los picos de las más remotas montañas, anunciando que va a llegar la noche, con su tenebroso manto negro, que solo nos invita a meditar en la grandeza del milagro de la vida.
En estas circunstancias y sin dejar de ser soñadores, defecto o virtud ancestral que viene de la estirpe y que muerde la sangre más escondida de nuestros corazones; pero sin confundir, como el loco personaje de Cervantes: Manadas de carneros con escuadrones humanos; molinos con gigantes; o mesones camineros con deslumbrantes palacios; tenemos que reconocer abierta y realistamente, los grandes esfuerzos que los próceres de nuestra independencia, tuvieron que hacer, para librarnos de la esclavitud de la tiranía española; porque hay hechos y circunstancias, tan claros como el sol, que no necesitan de examen de conciencia, para afirmar de ellos, que son: Excelsos, útiles y provechosos.
Una de las grandes verdades históricas que no hemos definido con mucha precisión,  son los desgastados conceptos de que España, es una Madre: Prudente, justa y candorosa, que nos sacó de las tinieblas del error y nos llevó a la vida de los ciudadanos ilustres de la tierra; y que nos regaló un idioma y una religión; que son puras ideas fantásticas y poco ajustadas a la realidad; cuando sabemos que la verdad, es que saqueo, nuestras riquezas, por las manos de Colón y la banda de malevos, que lo acompañaban; acabó con nuestros idiomas, porque no se parecían al castellano, como se llamaba en esa época, el idioma español; destruyó nuestras religiones, porque la famosa: Santa Inquisición, que de Santa nada tenía, no aceptaba más principios religiosos, que los de la religión católica; y aniquiló a los miembros de nuestras comunidades americanas, con todo tipo de torturas y enfermedades, que nuestros nativos no conocían; a los cuales bautizó con  el nombre de indios, cuando se le ocurrió pensar, que había llegado a las indias orientales y estaba apenas  en el continente americano; y por eso nosotros hemos sido, somos y seremos siempre: La fortalecida etnia americana.
La campaña libertadora que Bolívar y sus soldados hicieron justamente, hace doscientos años, que se cumplen,  el próximo 7 de Agosto y que se prestará para celebrar, su ducentésimo aniversario, fue una verdadera epopeya sublime, como lo describe magistralmente: Rafael Núñez, en algunas de las estrofas de nuestro precioso himno.
Pero lo mejor será, que entremos en materia:
Los acontecimientos terminan en las colinas del puente que hay sobre el río Teatinos, o puente de Boyacá, cuando el Libertador Simón Bolívar y su general de vanguardia, Francisco de Paula Santander, obtuvieron la victoria definitiva sobre el bien equipado ejército del imperio colonial.
Era interesante traer a colación este párrafo, porque con esta victoria, nuestros libertadores, nos libraron de la esclavitud de España.
Pero veamos cuáles fueron los componentes más importantes de la campaña libertadora, porque los buenos historiadores colombianos, concatenan unos doscientos hechos importantes, que conforman este sublime acontecimiento; que no podemos traer a la memoria, porque no estamos escribiendo un folleto de historia:
Después de muchas idas y venidas, nuestro libertador, logró configurar un ejército de voluntarios, que se enfrentaran al gran ejército español, que lógicamente era mejor capacitado y mucho más bien dotado de: Armas, uniformes, caballos y estrategias de guerra.
Para empezar la campaña libertadora, que tuvo sus inicios en el lugar llamado Guasdualito de la hermana república de Venezuela, hoy convertida en el imperio del terror y gobernada por un demente, que solo sabe atesorar dinero en sus arcas y que estamos viendo con mucha tristeza y preocupación, que le quedó grande a la comunidad internacional; nuestro libertador utilizó una frase, que se convirtió en histórica, por la certeza y la malicia que tuvo Bolívar, para motivar a sus soldados psicológicamente:

“Preparaos al combate y contad, con la victoria que lleváis en la punta de vuestras lanzas y bayonetas”.

Me atrevería a decir: Que con su genialidad y con su arrojo, los héroes que ofrendaron sus vidas en aras de la libertad, formaron para siempre el glorioso y disciplinado espíritu de nuestro Ejército colombiano, para querer y defender nuestra soberanía, así sea con el precio sus vidas; aunque al periódico "The New York Times", no le parezca.
Hace dos siglos, Venezuela y la Nueva Granada, en el pequeño caserío de Guasdualito, se unieron para lograr una victoria histórica:
La independencia de España.
Un sueño llamado la Gran Colombia, cuya memoria debe prevalecer, sobre quienes prefieren seguir agitando equivocados clarines de guerra.
El 26 de mayo de 1819, 2.186 hombres armados de bayonetas y fusiles, partieron desde Guasdualito, acompañados por “las juanas”, centenares de mujeres que oficiaban como: Enfermeras, sazonadoras,  auxiliadoras y acompañantes de sus hombres.
En doble jornada, el 4 de junio atravesaron el río Arauca y entraron al Casanare colombiano.
Una semana después, Bolívar y Santander se encontraron en Tame y el ejército libertador, se fortalece.
En medio del inclemente invierno se fusionaron los ejércitos y el contingente de llaneros, con las aguas casi al cuello, acostumbrados a domar caballos salvajes, se enfrentaban ahora, a la crueldad de la naturaleza.
Por el camino de Pore y Paya, a finales de junio empezó el heroico ascenso al páramo de Pisba.
Después de una travesía sobre espesos pantanos, el desafío ahora eran: Los riscos, el frío extremo, los desfiladeros, y nada más que musgo y liquen para alimentar a los caballos y bueyes.
Algunos llaneros desertaron y otros murieron. 
Se podría creer equivocadamente, que el paso de la cordillera por Pisba, era un error táctico de Bolívar, pero lo hizo adrede, para despistar a los españoles, que no eran capaces de custodiar esas alturas
A alturas superiores a los 4.000 metros sobre el nivel del mar, en un camino repleto de cruces anónimas y calaveras de hombres y animales, que pagaron tributo al reto de atravesar la cordillera; el viento helado y el hambre cobraron muchas vidas.
Como lo narra el periodista y escritor Héctor Muñoz Bustamante en su obra: Diario de la Independencia, “el camino quedó regado de cadáveres”.
Todas las bestias de carga se perdieron, lo mismo que parte de la munición.
Pero el 3 de julio, en el trayecto entre Pisba y Pueblo Viejo, la compañera de un soldado, entró en dolores de parto y se produjo el milagro del nacimiento de un niño.
Acostada en la incipiente yerba, dio a luz a su hijo, que fue envuelto en camisas rotas.
Tres días después, el “ejército de pordioseros”, como lo llamaba Barreiro, llegó a Socha.
Asistidos por el cura y el alcalde del pueblo, además de alimento y descanso, el ejército libertador recibió 18 cargas de ropa.
Bolívar estableció un hospital de paso y una armería para reorganizar el avance.
No muy lejos, en Tasco, arribaron las tropas del español Barreiro y, tras hacer prisioneros, ejecutaron a 38 patriotas.
Espalda contra espalda y desnudos fueron atados por parejas.
Hasta Juana Escobar, una mujer que protestó por la acción, fue incluida en la masacre.
A lanzazos fueron asesinados.
Sus cuerpos quedaron tirados en un corral.
En un valle de seis kilómetros situado al oriente de Paipa, conocido como el Pantano de Vargas, porque no hay un desagüe natural para las aguas de lluvias y se forma un tragadal; nuestro ejército libró una de las batallas decisivas.
“¡Ni Dios me quita la victoria!”, alcanzó a decir Barreiro el comandante español, confiado en su ofensiva.
Cuando Bolívar creyó perdido el combate, bajo una lluvia torrencial, el coronel Juan José Rondón y sus lanceros cambiaron la historia.
Se puede hablar con mucha propiedad, cuando conocemos ese hermoso lugar, que se prestaba, para que Bolívar y sus hombres pudieran triunfar, en semejante pantanal.
Minutos después, cuando Bolívar vio que los llaneros de Rondón hacían estragos, ordenó que el soldado que tocaba la corneta, tocara la señal de “a la carga”, y gritó a sus comandantes:
“¡Este es el instante de triunfar o morir!”.
Desde todos los flancos, en torno al cerro, El Cangrejo, el ejército libertador demolió a su enemigo.
Entonces Barreiro, con la noche encima, ordenó la retirada.
A pesar de la victoria, el saldo de muertos y heridos obligó a un receso para reorganizar los escuadrones.
Los patriotas regresaron a Bonza y Barreiro se atrincheró con los suyos en Paipa.
El 5 de agosto, tras combates aislados en la región circunvecina, por el solitario camino de Toca, Bolívar volvió a sorprender a Barreiro y entró triunfante a Tunja.
Fue un golpe letal para los realistas, que vieron cortadas sus líneas de comunicación, mientras el ejército libertador ganaba más de 600 fusiles, además de provisiones y medicinas.
Las demás historias son muy conocidas.
 El día 7 de Agosto los hombres de Barreiro quedaron atrapados en una tenaza militar dispuesta por Bolívar, desde lo alto de una colina, en el pequeño cañón del Río Teatinos y en el paso por el puente de ese Río, se dio la batalla de Boyacá, que fue la reina de las batallas y esa misma noche cayó prisionero el oficial español.
Esta batalla se desenvolvió así:
El Coronel Barreiro Comandante en Jefe de las fuerzas españolas, al amanecer toma el camino de Samacá, por el ramal que venía a unirse con el camino de Tunja a Bogotá y se organiza cerca del puente.
Las tropas patriotas, a su turno toman el camino Tunja a Bogotá y los dos ejércitos se encuentran en el Puente de Boyacá.
Las fuerzas patriotas comandadas por Santander y Anzoátegui contaban con 2.500 hombres y los realistas disponían de 3.000 hombres; después de cuatro horas de sangriento combate los patriotas derrotan las fuerzas del Brigadier General Barreiro y lo tomaron prisionero.
En esta memorable Batalla al lado del Libertador, figuran los héroes de la lucha armada: Generales Francisco de Paula Santander, Comandante de la División de Vanguardia; José Antonio Anzoátegui; Carlos Soublette, Jefe del Estado Mayor; Coronel Juan José Rondón y muchos otros militares, héroes a quienes la Patria les rendirá siempre su tributo de admiración y gratitud.
El Libertador siguió a Ventaquemada y allí pasó la noche.
Después de 75 días de una campaña digna de ser incluida en el sitial de las grandes gestas heroicas de todos los tiempos, el Libertador entró triunfante a Bogotá, el martes 10 de agosto.
Ya el virrey Juan Sámano, el hombre petulante, más cruel y asesino despiadado y su séquito, como pasa con todos los brabucones, habían huido, hacia la costa Atlántica.
Después de una eucaristía de acción de gracias y del envío de tropas a diversas regiones para asegurar la victoria, empezó la tarea de organizar la república.
Me parece escuchar a Bolívar diciendo a sus soldados:
“Más cuesta mantener el equilibrio de la libertad, que soportar el peso de la tiranía”.
Para rematar esta pequeña disertación, quisiera decir, que estamos: Ad portas, de otra campaña libertadora, porque Colombia es un país, sui géneris, es decir:
Que cuando no le llueve, le goterea.

Porque hemos venido estando en manos de grupos al margen de la ley, que aunque dicen que hacen acuerdos de paz con los gobiernos de tuno, a las dos horas del acuerdo, resulta otro grupo con los mismos nombres o con nombres diferentes, a los que se habían amnistiado; pero otras veces, nos encontramos con gobernantes de tipo populista, que no cumplen sus promesas de campañas y que se dedican a saquear el presupuesto del estado, porque han cambiado la definición de la vieja palabra: Política, que nació en la gran Grecia  de Aristóteles, como vocablo derivado de las Polis o ciudades de esa época:
Política, arte de gobernar sabiamente a los pueblos.
Y los politiqueros baratos de estos tiempos, que abundan en el planeta,  la han convertido en:
Política, arte de robarles sabiamente a los pueblos.
Si hago esta afirmación, es porque de los 1.101 municipios que tiene nuestra nación, las dos terceras partes de ellos están quebrados por las malas administraciones de los Alcalditos, que se creen los reyes del  paseo, a los cuales nadie investiga, ni castiga, tal vez invocando el principio de que:
“Entre bomberos, no se pueden pisar la manguera”.
Hace 31 años, el 13 de marzo de 1988, por primera vez los alcaldes de Colombia fueron elegidos por los ciudadanos.
Como era de esperarse, esta anhelada conquista democrática, le dio un giro de 180° a la política nacional.
Sin embargo, también fue el comienzo de un nuevo capítulo en la cronología del conflicto armado, desde la perspectiva de la lucha por el poder local. 
La historia de este momento crucial en la memoria del país, es también la explicación de un dolor colectivo que pudo haberse evitado.
Cuando la ley que ordenaba la elección popular de Alcaldes, fue sancionada, mi exclamación fue esta:
¡Acaban de enterrar el municipio colombiano!
Y recuerdo que un politiquero barato que estaba a mi derecha, casi me pega, porque, según decía, esa elección le estaba haciendo falta a la vida democrática del país.
Ahora se puede decir que esa famosa democracia más rancia de América, es un cúmulo de problemas, que nadie sabe resolver y su estatus, es pura fafaracharía.
Para terminar, creo que podemos invocar a Bolívar con tres de sus frases más famosas:
“Los legisladores necesitan una escuela de moral”.
Y creo que los legisladores modernos, no saben cuál es el significado de este vocablo.
“El sistema de gobierno más perfecto: Es aquel que produce mayor suma de felicidad; mayor suma de seguridad social; y mayor suma de estabilidad política”.
Y creo que carecemos de estos tres bienes.
“Llamarse jefe para no serlo, es el colmo de la miseria”.
Y estoy creyendo, que esta es la dura realidad que vivimos.
Muchas gracias por haberme escuchado.

Sopetrán, Abril 24 del 2019.

Darío Sevillano Álvarez.

También intervinieron otras personalidades, como: El Presidente de la academia de historia del departamento; el Presidente del naciente centro de historia de nuestro municipio; y una estudiante universitaria, que está montando con un equipo de personas de Medellín, una presentación especial sobre la historia de Nuestra Señora de Sopetrán, escrita en los medios españoles, de la época del renacimiento.

El acto estuvo revestido de mucha solemnidad y duró aproximadamente dos horas.

Sopetrán, Junio 1 del 2019.

Darío Sevillano Álvarez.