domingo, 22 de noviembre de 2020

Las bodas de plata del Rector de la basílica de Sopetrán.

 

Las bodas de plata sacerdotales del padre Rogelio Rodríguez Graciano.

En el curso de la semana que acaba de pasar, recibimos esta importante invitación:


Inmediatamente, todos los grandes amigos del Padre Rogelio, nos pusimos en acción, para rendirle tributo a aquel, que quiere la parroquia; que la sabe administrar, que nos trata con mucho cariño, que sabe manejar con una alta dosis de humildad, en su comportamiento; y que tiene nuestra basílica, como la joya arquitectónica, que siempre fue.

El día jueves 29 de noviembre, el templo parroquial amaneció engalanado de una manera especial para la celebración eucarística que se realizaría a las 11 de la mañana:


El altar mayor de la Basílica lucía esplendoroso y anunciaba el acontecimiento que íbamos a celebrar.


La procesión presbiteral llegó al altar de las celebraciones.

 


La eucaristía empieza.


Un sacerdote especial, pronuncia la homilía, que es un discurso centrado en las bodas de plata del Padre Rogelio.

Sus palabras fueron muy sentidas y muy centradas en la amistad que los dos sostienen.


Llegó la hora de las ofrendas.



Distinguidos amigos del Padre lo acompañan.





Estos son los miembros de la familia del Padre Rogelio.




Se preparan para el ofertorio.



Recordemos que la elevación es una parte importante de la eucaristía.





Esta es la hora de Padre Nuestro.


El Padre Rogelio pronuncia unas palabras.


El Señor alcalde lo felicita.



Pronuncio unas palabras especiales para mi gran amigo:

Señor Presbítero, Doctor, Don, Rogelio Rodríguez Graciano, ilustre rector de la Basílica de Nuestra Señora de la Asunción de Sopetrán.

Et alios docere illos, qui erudiunt multos, quasi stellae in perpetuas aeternitates.

Y los que enseñan a otros brillarán como estrellas por toda la eternidad.

Palabras tomadas del profeta Daniel; Capítulo 12, versículo 13.

Mientras la tierra se desenvuelve entre problemas geo-políticos de gran importancia, para la permanencia de los humanos en el planeta, nosotros nos reunimos en torno a nuestro Ilustre Rector de la Basílica de Nuestra Señora de la Asunción, para conmemorar la celebración de sus bodas de plata en el servicio ministerial.

Sin dejar de ser soñadores, defecto o virtud ancestral, que viene de la estirpe y que muerde la sangre más escondida de nuestros corazones; pero sin confundir como el loco personaje de cervantes: Manadas de carneros, con escuadrones humanos; molinos con gigantes; o mesones camineros con deslumbrantes palacios; tenemos que reconocer abierta y realistamente, lo méritos de aquellos que con mucho empeño se han dedicado a los entes que manejan , con: Sabiduría, pulcritud, humildad y sentido de pertenencia, como es el caso de nuestro ilustre Rector, que se ha dedicado a querer la parroquia de nuestra Señora de la Asunción, con todas las fortalezas , de su misión sacerdotal, y que se traducen en verdaderas obras materiales y espirituales, que seguramente nos acompañarán, por muchos años, para bien de todos.

Recordemos que nuestro Rector recibió el templo parroquial, convertido en un edificio parecido a los que exhibe disneylandia en los Estados Unidos, que descalificaban mucho la majestuosidad de nuestro ente parroquial, que es una de las joyas arquitectónicas del país.

Su obra, que es de dimensiones incalculables, está mostrando la belleza arquitectónica de del templo, que nos acompaña por espacio de casi tres siglos; porque todos los atributos con que los constructores la habían concebido, han sido restaurados con todo el empeño y la sabiduría que se necesita para hacerlo.

También son dignas de admiración todas aquellas prácticas que nuestro Rector emplea, para mantener impecable el interior y el exterior de la fachada del templo, para que todos aquellos que desean hacer sus rezos en él, se puedan sentir cómodos y; para que los visitantes que, a diario llegan lo encuentren, como debe estar la casa de Dios.

 Una de las características especiales de la administración eclesiástica, que dirige nuestro ilustre Rector, es el hecho de que es muy hábil con el manejo de los dineros del ente parroquial y a diario estamos viendo inversiones, en todos los frentes de trabajo.

Pero si analizamos la personalidad de este eminente Sacerdote, tenemos que hacer una mención de honor, porque lo caracterizan: La humildad con que maneja a sus feligreses; la firmeza con que hace las cosas; la sonrisa que lo acompaña en todos los actos que preside, a pesar de ser un Sacerdote muy culto y preparado, que lo podían alejar del público común y corriente; la cultura con que hace los reclamos; el espíritu de sociabilidad que lo acompaña; las características de diplomático de carrera, que muestra en las distintas circunstancias que debe manejar; y la tranquilidad con que maneja a sus compañeros Sacerdotes, en las actividades del ente parroquial.

Hay una obra especial que nuestro Rector está haciendo, para que Nuestra Señora la Virgen María de Sopetrán, pueda estar en un lugar distinguido, especial y de acuerdo con lo ella se merece, por ser nuestra ilustre patrona: Un altar especial muy cercano al altar del Santísimo Sacramento y la verdad es que está quedando con todos los parámetros arquitectónicos, para no correr el riesgo de disfrazar la arquitectura de nuestro majestuoso templo.

Sinceras felicitaciones apreciado amigo y esperamos que nos acompañes por muchos años más, porque entre los últimos diez párrocos que hemos tenido, ocupas el primer lugar en todas aquellas cosas que un buen administrador debe hacer con su parroquia y con sus feligreses; si así lo afirmo, es porque tengo escritas las biografías de los Sacerdotes que han estado como párrocos desde 1946 hasta hoy.

Esperamos que el Señor arzobispo, nos quiera favorecer, con tu presencia, por muchos años más, para que el ente parroquial siga creciendo y posicionándose como un buen espacio religioso en la arquidiócesis.

Sopetrán, jueves 19 del 2020.


Darío Sevillano Álvarez.

Pasada la eucaristía, nos trasladamos a la casa Parroquial y allí le tenían una hermosa recepción:

 


Esta es la mesa principal.


 En esta estaban los sacerdotes que vinieron a acompañarlo.


El Padre Rogelio preside el acto.


Esta es la mesa de sus familiares.


En esta están unos amigos especiales del Padre Rogelio.


En esta mesa estuve, acompañado de Vilma Lezcano, su hijo y los seminaristas que vinieron a la celebración.

Las fotografías más destacadas de la celebración fueron:



El Padre lucía un ornamento de color blanco, con la imagen de nuestra señora de Sopetrán.


Mis palabras fueron cortas, unos cinco minutos.


Después de la Misa presentaron unos cortos metrajes de los testimonios de gratitud, de los miembros de los grupos parroquiales, hacia el Padre Rogelio.


Así fue la lectura de las palabras de agradecimiento del Padre Rogelio.

 


En esta fotografía, el padre Rogelio prepara las ofrendas para el ofertorio.




En esta fotografía el celebrante lee la oración preparatoria, para las preces.


Sopetrán, noviembre 29 del 2020.



Darío Sevillano Álvarez.