jueves, 19 de septiembre de 2019

Explicación lógica, de lo que es el populismo.



¿Qué es el populismo y como apareció en la tierra?

Hemos venido empleando la palabra populista sagaz, para identificar a ciertos miembros de la comunidad política colombiana, pero me parece importante, contarles a nuestros lectores:
¿Qué es en realidad ser populista?
Cuando en una comunidad, llámese: Vereda, corregimiento, municipio, departamento o república, resulta un líder carismático,  que maneja con lujo de competencia su discurso político a base de mentiras, en las cuales incluye muchos atributos, para manejar al pueblo, con propuestas de igualdad social y buena movilización popular en las urnas, hay que tenerle miedo, porque ese es un: “Lobo rapaz, vestido con piel de oveja”, tal como lo anuncia el Evangelio.


El término populismo se usa, en muchas casos, de forma peyorativa, en sí mismo no implica que el régimen pertenezca a la derecha o la izquierda, sino que describe otros aspectos como: La falta de planificación económica; la cantidad de mentiras que metió cuando estaba buscando ser elegido; la malicia con que  oculto su personalidad de tirano; la facilidad que tuvo, para no dejar conocer sus intenciones, de acabar con la democracia; la tranquilidad con que se mostraba ante los que iban a elegirlo, sin mostrar la desfachatez, conque iba a gobernar; y podríamos decir como San Pablo: “Et alibi aliorun plurimorum”, que traduce y muchas otras cosas más, para no alargar mucho el artículo.


El populismo, nació en el siglo XIX, quien lo creyera, en Rusia y en los Estados Unidos.

Los regímenes populistas han fomentado la cultura autóctona para rechazar el imperialismo, sin necesariamente reforzar el nacionalismo.
Algunos ejemplos de estos regímenes fueron el agrarismo mexicano, el populismo estadounidense, los carbonarios italianos y el cantonalismo español.
Si bien los gobiernos de estas características han intentado mantener relaciones frías con los Estados Unidos, en ese país también han existido presidentes que implementaron prácticas populistas, como por ejemplo: Roosevelt y Kennedy.
El populismo, está apoderado de América.
Analicemos el porqué de esta afirmación:
“Venezuela: Las presidencias de Carlos Andrés Pérez entre los años 1989 y 1993, Hugo Chávez de 1999 y 2013, y finalmente, el de Nicolás Maduro desde el año 2013 a la actualidad.
Ecuador: Los presidentes José María Velazco Ibarra en sus múltiples gobiernos y a Rafael Correa a partir del 2007.


Bolivia: Tenemos a la presidencia de Evo Morales desde el año 2006 en adelante.
Brasil: Tres presidencias populistas, como Vargas en sus múltiples gobiernos, Lula desde el 2002 hasta el 2006 y Dilma Rousseff desde el 2011.
Chile: Existe una única presidencia como exponente de este tipo de política, la de Michelle Bachelet.
Argentina: Varios analistas han caracterizado como populistas a los gobiernos de Perón, y recientemente a los gobiernos de Néstor y Cristina Fernández de Kirchner.
Costa Rica: Podemos ver la presidencia de Rafael Ángel Calderón Guardia entre los años 1940 y 1944.
Puerto Rico: Hubo una sola presidencia populista, la de Luis Muñoz Marín entre los años 1949 y 1965.
México: Tenemos el gobierno de Lázaro Cárdenas entre 1934 y 1940”.


En Nicaragua, no hay revolución, pero sí populismo progresista. Hablar de “revolución” o “socialismo” en el régimen de Ortega es retórica cristalina.
Sin embargo, del 2007 hasta hoy, el diseño político impulsado responde a los cánones del populismo de izquierda definido por los teóricos latinoamericanos de la dependencia.
Un bloque en el poder donde confluyen los siguientes componentes:
a) la alianza hegemónica entre el antiguo capital oligárquico y los nuevos ricos con orígenes sandinistas.
b) Una serie de providencias asistenciales que, en alguna medida, han beneficiado a las clases populares.
  c) Un margen importante de autonomía en política internacional, respecto a los lineamientos que impone USA como centro que dirige el proyecto de capitalismo imperialista en el siglo XXI.


El populismo ruso le devolvió al pueblo la fe en que podían intervenir en su devenir y al ser un sector ideológico amplio y permitirse abarcar muchas posiciones de naturalezas diferentes, consiguió muchos adeptos.
Herzen, dentro de la doctrina populista clásica, explicaba la necesidad de una revolución del tipo económico, porque una del tipo político no podría resolver la totalidad de las contradicciones en la nación.
Miremos ahora algunas consideraciones que se hacen los sabios, para alertar a los pueblos de la tierra, para descubrir a tiempo el agresivo populismo que nos está inundando por todos los rincones del planeta, para que no vayamos a caer en esa peligrosa tentación.


Los conceptos que a continuación expreso, son tomados del periódico el Mundo, por uno de mis grades amigos: El Historiador Luis Horacio Lora Restrepo, de Santa Fe de Antioquia.
1. “UN MOVIMIENTO ANTIMINORÍAS.
Una característica inherente a los populistas que quieren asaltar el poder es afirmar que no son un partido, sino un movimiento.
Es su mecanismo para mantener distancias con la que han denominado «casta» política y está basado en una fórmula que combina ilusión y miedo.
Porque el miedo es una máquina muy bien engrasada de votos.
2. INFANTILIZACIÓN DEL MENSAJE.
El tono faltón, incluso despectivo, y el estilo macho alfa son otras señales de alarma.
El canal de comunicación que emplean los maestros del populismo en sus mensajes suele ser alternativo, porque los medios de siempre están, según ellos, en manos de las élites (el poder financiero, los partidos tradicionales, los intelectuales...) que siempre han sometido al «pueblo real».
Tenemos a Trump liderando al mundo libre con exabruptos tuiteros; a Beppe Grillo, cofundador del Movimiento 5 Estrellas, expresando sus opiniones en su blog personal; mientras que Erdogan y Putin gustan más de intervenir sólo en medios estatales. Quizás de todos ellos el más original fue el difunto Hugo Chávez, que desde su programa de televisión Aló Presidente, lanzaba soflamas populacheras y ataques muy originales como el dirigido al entonces presidente de EEUU George W. Bush: «Míster Danger [Señor Peligro], eres un cobarde, asesino, genocida.
Eres un alcohólico, es decir, un borracho».


3. BOMBARDEO DE 'FAKE NEWS'.
Los populistas mienten y eso da igual.
La verdad es sustituida por cualquier cosa, no importa que el argumento sostenido sea un disparate.
Porque si alguien discute su credibilidad hordas de pitbulls digitales acosaran a quienes osen ponerlo en duda.
No pasa nada si Erdogan dice que los musulmanes llegaron a América antes que Colón o si el hoy presidente Trump acusa a Barack Obama de fundar el Estado Islámico.
Estamos en la era de las fake news, rebautizadas como «hechos alternativos» desde la Casa Blanca, y su producción es a gran escala y bien organizada.
«Los gobiernos ruso y turco tienen la misma política de pagos para sus ejércitos de troles», denuncia Temelkuran en relación a esta forma de difamación.
«Irónicamente, las fuerzas invasoras anti ciencia y anti hechos cobran más o menos el equivalente al salario de un profesor adjunto».
Lo cierto es que las mentiras son muy difíciles de contrarrestar porque internet las ha hecho más veloces que nunca.
Pero más aún si, además, la prensa libre de un país languidece, sea por presiones o por complicidad con el poder.


4. TOCOMOCHOS LEGALES.
«Se celebran elecciones, pero las condiciones y la organización de distritos promulgada, favorece al partido que está en el poder», dice Wind.
En algunos países se han registrado todo tipos de cambios para favorecer a quienes ostentan el poder, amparados en la fuerza de la mayoría.
Las reformas constitucionales están a la orden del día.
Un ejemplo claro es Putin, el omnipresente.
Si no podía ser reelegido como presidente, descansaba una época como primer ministro con un respaldo récord en la Duma (parlamento ruso).
Aún menos pudor tuvo Daniel Ortega, presidente de Nicaragua, que soñó con la reelección indefinida a golpe de reformas.


5. DESPRESTIGIO DE LAS INSTITUCIONES.
Esta operación va más allá de enchufar a los amigos del partido en los organismos de poder, requiere de una campaña de publicidad muy potente, que sirva para convencer a los votantes de que el aparato estatal vigente es inútil y superfluo y exige ser transformado.
Hay muchos ejemplos, desde los constantes ataques de Trump a la CIA hasta la invención de Nicolás Maduro, en 2017, de una Asamblea Constituyente para marginar a la oposición.
Por supuesto, en esta operación quirúrgica los jueces son muy importantes.
Si estos se muestran independientes serán acusados de obstaculizar la «voluntad popular». 
De esta tentación intervencionista no se libra casi nadie, ni siquiera un sistema con una fortaleza como el británico.
Ningún país está libre.
Cuando los magistrados del Tribunal Supremo dictaminaron que el Gobierno tenía la obligación de acudir al Parlamento para activar la salida del país de la Unión Europea sufrieron una campaña de descrédito por parte de la prensa pro Brexit.


6. INGENIERÍA CIUDADANA.
Los movimientos iliberales buscan ciudadanos regidos por un patrón ideológico de valores muy definidos.
En ese sentido, las mujeres suelen ser las primeras víctimas en la implantación de roles, una tentación en la que todas las dictaduras han caído desde sus inicios.
En Brasil, Jair Bolsonaro declaró antes de ser candidato a la presidencia que «no emplearía [hombres y mujeres] con el mismo salario.
Pero hay muchas mujeres competentes».
Por su parte, Erdogan ha dejado claro cuál es el comportamiento ideal que desea de las turcas: «Nuestra religión [el islam] ha definido un puesto para las mujeres: la maternidad.
No puedes explicárselo a las feministas porque ellas no aceptan el concepto de maternidad».


7. GENERACIONES FUTURAS
El politólogo Yascha Mounk, autor de: El pueblo contra la democracia (Ed. Paidós), fue uno de los primeros en alertar de esta decadencia cuando predijo el crecimiento de la ultraderecha alemana.
Su teoría sobre la consolidación democrática apunta que en Europa y EEUU aumenta el número de jóvenes que opinan que vivir en una democracia no es indispensable y forman parte de la generación actual más seducida por el populismo.
«Los más mayores sabían cómo se vivía en una dictadura, los jóvenes no.
Se sienten frustrados», apunta. «Cuando hablas con ellos, te dicen: '¿Qué podemos perder?'».
Responder esta pregunta debidamente puede suponer la cura de la gangrena populista.”
En estos siete parámetros, está dibujada la parrandela politiquera de los Sopetraneros y los alcaldes que hemos elegido.
Quiera el cielo que en Sopetrán, los ciudadanos aprendan a votar, porque de diez elecciones que hemos realizado, para elegir alcalde, en ocho de ellas, no hemos acertado y esto me dice que tal vez somos masoquistas, es decir, que nos gusta que el personaje que elegimos, nos dé garrote, porque casi siempre elegimos al más mentiroso.


Sopetrán, Septiembre 17 del 2019.

Darío Sevillano Álvarez.