Pinacoteca
Municipal Sopetranera.
Primer
archivo:
José
María Villa Villa.
Biografía de José María Villa.
José María Villa Villa, fue un ilustre
sopetranero, que nació en el año de 1850, en las montañas sopetraneras, que
pertenecen a la serranía de Palogrande, en la finca llamada la Siberia, que en
la actualidad pertenece al corregimiento de Horizontes, que para la época del
nacimiento de Villa, no existía.
La humilde casa en que nació, no
existe en la actualidad y la referencia que damos, como casa de nacimiento, que
está a pocos metros de la que desapareció, es la vivienda en donde Villa pasó
parte de su infancia y luego, cuando llegó de los Estados Unidos de América,
habitó en ella algunas veces, cuando hacía compañía a sus familiares.
Los padres de José María Villa
fueron: Sinforiano Villa Vergara, que era un eminentísimo Médico y excelente
abogado, fue un buen político y según algunos biógrafos de Villa, militó en las
filas del partido Liberal colombiano; su madre era Doña Antonina Villa Leal una
matrona de la época.
Como dato curioso, fue Villa uno
de los alumnos del eminente sopetranero: Juan Nepomuceno Villa, el hombre sabio
de quien se dice: Montó en su casa, hoy el sitio de la casa parroquial, una
especie de academia de ciencias y artes, para ayudar a la juventud sopetranera,
a salir adelante en la ardua terea de las letras, porque para esos tiempos, no
había en la ciudad, ningún intento de plantel educativo.
Cuando Monseñor Francisco Medina
Pérez vivía, en una charla muy amena que sostuve con él, me decía, que la fecha
que acompaña la placa de restauración del liceo José María Villa, que en la
actualidad está en un muro de la casa en donde restauró el plantel educativo,
lleva esta fecha de 1850, acompañada de
una estrella, para significar: Que en ese año brillo por primera vez en
Sopetrán la luz del saber, que era la casa del Señor Juan Nepomuceno Villa.
Cuando sus padres y su tutor,
descubrieron que Villa, con escasos 14 años, era un genio para las ciencias
exactas, Don Sinforiano, tomó la decisión de mandarlo a la ciudad de Medellín,
al colegio del estado, en donde se destacó, como buen matemático y alumno con
unas dotes especiales de líder.
Con esas importantes
manifestaciones científicas de nuestro paisano, un hombre ilustre del
departamento, el general Pedro Justo Berrío, se prendó de sus virtudes y se
convirtió en su protector y uno de sus mentores; gracias a estas influencias,
porque debemos recordar que el General Berrío, alcanzó a ser gobernador de
Antioquia, José María, recibió el patrocinio para cursar estudios en los
Estados Unidos y fue así como se matriculó en el instituto: Stevens de New
Jersey, entre los años 1876 y 1879.
No podemos pasar por alto, la
circunstancia especial de que uno de los profesores del colegio de Medellín en
que Villa estudiaba, el matemático Francés: Eugenio Luts, también se declaró un
gran admirador de nuestro genio y esas influencias sirvieron para el progreso
de Villa, a partir de esos años.
Uno de los acudientes que Villa
tenía, era un buen paisano y eminentísimo investigador, el Doctor Manuel Uribe
Ángel, que dejó huellas indelebles, en sus obras de ciencias sociales y
biológicas, a nivel internacional.
Es de mucha importancia contar:
Que en su permanencia en los Estados Unidos, Villa tuvo la fortuna de recibir
un mensaje escrito, que conservó por muchos años, en el cual el eminente
investigador e inventor de muchos de los adelantos científicos que gozamos en
este momento: Thomas Alva Édison, lo invitó a que fuera su ayudante de trabajo;
pero Villa declinó la invitación, porque carecía de tiempo para hacerlo.
Una infortunada circunstancia,
las guerras que se sucedieron en Colombia a finales del siglo XIX, puso en
apuros a nuestro genio, porque el estado colombiano, no podía seguir girando
los dineros, para pagar sus estudios; pero como a los genios, nadie los opaca,
se ingenió la manera de costearlos por su propia cuenta dictando clases de
español, oficio que no le proporcionó la renta necesaria, para mantenerlos y
fue en ese momento difícil, en que se ocurrió una idea de locos: Proponer al
consejo directivo del Instituto en donde estudiaba, que para no fracasar en su
empeño, le indicaran cuáles materias tenía que preparar y que le concedieran la
forma de presentar un examen final de ellas, para adquirir su título.
Las directivas del plantel
estudiaron la propuesta de Villa y como era un genio especial, le concedieron
lo que pedía; Nuestro hombre consiguió los textos de las materias y los llevó a
su pequeño apartamento y cuando los tuvo bien leídos y comprendidos, se
presentó a las pruebas finales y las aprobó.
A su regreso a Colombia, Villa
fue llamado por el entonces gobernador de Antioquia, el Doctor Marceliano
Vélez, el cual le propuso que analizara la forma de construir puentes sobre el
río Cauca, para lograr que la Antioquia pobre de occidente, pudiera progresar
como la Antioquia rica de oriente; fue en ese momento en que Villa se dedicó a
recorrer la margen derecha del Cauca, desde la Pintada, hasta Caucasia y
encontró cuatro posibilidades, de anclar esos importantes medios de
comunicación, para conseguir el progreso del departamento.
Los cuatro puentes fueron
construidos en un tiempo record de cinco años y es importante decir que el
ingeniero Villa, asistía su construcción en simultáneo, a lomo de mula y en
cada obra tenía un hombre de confianza, al que le daba las orientaciones del
caso, para trabajar, mientras él no estaba.
Las obras construidas fueron: El
puente Iglesias, entre Fredonia y Jericó; el puente de Pescadero, entre Yarumal
e Ituango; el puente de la pintada, entre Santa Bárbara y Valparaíso y su obra
cumbre el puente de occidente, entre Santa fe de Antioquia y Olaya.
Más tarde fue contratado para
hacer los anclajes de un puente sobre el Río Grande de la Magdalena en la
ciudad de Honda, a este puente se le conoce con el nombre de: Navarro.
Mientras esto ocurría, se estaba
construyendo el puente de Brooklyn en Nueva York, pero un acontecimiento fatal,
la caída y fracturada de la columna vertebral, del Ingeniero que lo estaba
dirigiendo, obligó a las autoridades de ese estado a buscar a Villa, por
recomendación del instituto Stevens, para que terminara las obras de esa
importante estructura.
Entre los años 1900 y 1913, Villa
fue profesor de artes y oficios de la facultad de minas de la universidad de
Antioquia en donde brillo con lujo de competencia y aún sigue brillando por sus
dotes de buen docente.
Nuestro genio matemático murió en
el año de 1913 y la honorable asamblea departamental de Antioquia, quiso honrar
su memoria, en el año de 1926, con la fundación del instituto José María Villa,
el cual tuvo que cerrar sus puertas en el año de 1929, por la depresión
económica que hubo entre las dos guerras mundiales; pero en el año de 1941, el
Sacerdote Francisco Medina Pérez, restauró la institución, que hoy es orgullo
de los sopetraneros.
Sopetrán, Octubre 4 del 2015.
Cédula de ciudadanía: 3’620.074 de Sopetrán.
Pinacoteca municipal sopetranera.
Segundo archivo.
Luciano
Carvalho.
Biografía de Luciano Carvalho.
Luciano Carvalho, nació en
Sopetrán, en el año de 1835 y murió en Medellín en el año de 1928.
El apellido Carvalho, es de
procedencia Portuguesa y tiene cuatro formas de escribirlo: Carvallo, Carvalho,
Caravallo y Caravalho.
Su niñez, la pasó en Sopetrán en
medio de las amarguras de una familia escasa de recursos económicos y la dueña
de una sancochería, que para la época había al frente de donde hoy es la
emisora Sopetrán estero, lo ayudó y se lo llevó a su casa, para que le bregara
unos cerdos que tenía en su establecimiento y cuando tuviera tiempo, pudiera
colaborar en el lavado de las vajillas que utilizaba el hotel.
Como Carvalho, era un niño distinguido
y mostraba muchos afectos por el estudio, y para esa época en Sopetrán, no
había centros educativos, la Señora lo mandó a estudiar a la ciudad de
Medellín.
En su adolescencia, Carvalho, se
preocupó por hacer sus estudios y logró graduarse como: Jurisconsulto.
Cuando se graduó como
Jurisconsulto, se dedicó a la educación y fue profesor universitario,
ensayista, buen literato, disciplina en la que escribió varias obras, entre las
cuales están: Soberanía del Pueblo y La
civilización y la Iglesia.
Cuando el Doctor Mariano Ospina
Rodríguez, dirigió los destinos de la república, entre los años de 1857 y 1861,
Luciano Carvalho fue su Secretario privado.
El Doctor Mariano Ospina
Rodríguez, en uno de sus escritos, describió a Luciano Carvalho así:” Si la
ciencia tiene frontera, Luciano Carvalho es el límite de ella”.
Después de haber ejercido este
cargo, Carvalho volvió a Medellín y allí se dedicó a la docencia, en la cual
dictaba clases de Jurisprudencia, en la universidad de Antioquia; es bueno
narrar que también fue profesor en el seminario de Medellín; y se desempeñó con
mucho éxito, como notario de la ciudad capital.
En la vida política, Luciano
Carvalho llegó a ser diputado de la honorable asamblea departamental de
Antioquia.
En los finales del siglo XIX, llegó
a ocupar la rectoría de la Universidad de Antioquia, cargo que ejerció por
espacio de cuatro años, entre 1892 y 1896, en el cual sucedió al Doctor
Marceliano Vélez, que también fue gobernador del departamento.
También nuestro genio, ocupó la
silla de: Director general de instrucción pública del departamento de
Antioquia.
Dicen algunos autores, que al
final de su vida, fue desterrado a la república de Venezuela, por sus ideas
filosófico-políticas, pero regresó al país y murió en la ciudad de Medellín.
La municipalidad de Sopetrán,
rindió un homenaje de gratitud y reconocimiento a este ilustre hombre, cuando a
su escuela pública de Varones le colocó el nombre de: Escuela Luciano Carvalho;
pero no contentos con ese homenaje, el Honorable Concejo Municipal, aprobó un
acuerdo que ordenaba: Colocar el nombre de su ilustre hijo, a la que hasta
entonces se llamara coloquialmente: Calle del Caño.
Sopetrán, Octubre 3 del 2015.
Darío Sevillano Álvarez.
Pinacoteca virtual
sopetranera.
Tercer archivo.
Carlos Mazo Argüelles,
ilustre poeta.

Biografía de Carlos Mazo Argüelles.
Carlos
Mazo Argüelles, es uno de los grades hombres que ha dado la tierra sopetranera
y según la opinión de muchos, Era: Poeta, declamador, escritor, educador y lo
más importante un enamorado de la naturaleza.
Casi
siempre estuvo viviendo, con gentes muy humildes y en lugares, en donde se
vivía en condiciones infrahumanas, como Vigía del Fuerte, Quibdó y Urrao, cien
años atrás.
El
nacimiento de Mazo fue en la carrera Leticia, en la casa que antiguamente
perteneció a la familia García y que hoy pertenece al Señor Javier Arango, que
manejó toda su vida la secretaría del Colegio José María Villa, dos casas más
abajo de la casa de la familia Jaramillo, en donde yo nací.
Su
nacimiento fue el día 4 de Noviembre de 1895, curiosamente doce años más tarde
del nacimiento de Porfirio Barbajacob.
Sus
padres eran: Don Francisco Mazo, un gran negociante sopetranero y Doña Elena
Argüelles, una matrona antioqueña de pura cepa.
Según
palabras textuales de Gerardo Sevillano, mi tío, las gentes de los pueblos que
visitaban lo llamaban cariñosamente: Carlitos o Macito, y vivían enamorados de
sus escritos, de su sonrisa, de su sabiduría y del estilo conque declamaba,
porque todos al unánime decían siente lo que está recitando. Era un verdadero
espectáculo acercarse a una tertulia en donde estuviera Macito, porque las
gentes lloraban escuchándolo declamar.
Cuando
solo contaba con cinco años de vida, su familia partió para la ciudad de
Medellín, buscando mejorar las condiciones de sus hijos y dejando atrás
nuestras tierras llenas de luz y calor, que tal vez hubieran sido de mejor
calidad, que aquellas en que le tocó vivir en su infancia y adolescencia.
Con
solo ocho años de edad, empezó a recoger aplausos y felicitaciones por los
poemas que publicaba en las revistas y volantes de la escuela en que estudiaba;
pero en esa etapa tan floreciente, su familia tuvo que viajar a la ciudad de
Urrao, un paraíso escondido que nuestro
genio sabría explotar a nivel de sus escritos.
Cuando
terminó los estudios de educación primaria, volvió a la ciudad de Medellín,
para continuar con el bachillerato y fue así como lo matricularon en el colegio
de San Ignacio de los Padres Jesuitas, en donde tuvo la fortuna de codearse con
un antioqueño de muchas virtudes, méritos y saberes como era el político:
Gonzalo Restrepo Jaramillo que coincidencialmente, había nacido en el mismo año
de nuestro protagonista.
Mientras
cursaba sus estudios en este plantel se fue perfilando como un escritor, poeta
y declamador con muchas capacidades y el gran público de la ciudad, empezó a
ver en él, al gran poeta que se pudiera comparar, con Porfirio Barbajacob, Nito
Restrepo, Gregorio Gutiérrez González y otros de esa misma generación, que
engrandecieron al departamento.
A la
muerte de su padre, ocurrida en el año de 1912, tuvo que volver a Urrao y
aunque fue un fracaso en la vida de los negocios, se convirtió en lo que de
verdad era: Un mago de las artes literarias.
En esta
ciudad, funda el periódico: Ladillas, en donde se caracteriza por su capacidad
para: Escribir, polemizar, conmover y controvertir.
En el
año de 1916, empieza una carrera contra reloj en la profesión de maestro, pero
como él mismo lo advierte esa no es su verdadera misión y fue así, como
recorrió muchos pueblos del departamento, como: Ciudad Bolívar, Anorí, La
Estrella, Envigado, Betania, Jardín, Andes y Amagá, en donde no encontró ni
paz, no sosiego, porque estaba destinado para cosas más sublimes.
Los
tres cargos más importantes que ejerció en su docencia, fueron: Profesor de
tiempo completo del colegio Carrasquilla de Quibdó; rector del instituto Manuel
Uribe Ángel de Envigado; y director de la escuela de varones del municipio
antioqueño de Andes.
Para el
año de 1921, según palabras de Gerardo, mi tío, Macito había recorrido todo el
departamento de Antioquia, repartiendo la semilla de sus poesías, sus
declamaciones y su forma de ser; esta razón es tal vez una de tantas, para que
su obra esté en todos los recovecos del departamento y por eso no ha sido
posible recopilarla.
Nuestro
genio tenía una pasión por pertenecer a todas las tertulias literarias y él
decía: “Que las tertulias lo habían hecho un buen poeta”. Por esa razón
perteneció a las siguientes: La del negro Cano, en donde conoció grandes
poetas; La Gruta simbólica; el mosaico; los trece panidas o tertulia de
Manizales.
Para el
año de 1922, Carlitos viaja a la ciudad de Quibdó y en esa hermosa urbe a
orillas del río Atrato, escribe su: Canto al Atrato, tal vez uno de los mejores
escritos que hizo; también a partir de esta fecha escribe el canto a Santa Rosa
y el Canto a Gregorio Gutiérrez González, que lo hicieron un poeta famoso.
En el
año de 1926, la alcaldía de Quibdó, publicó un libro que tituló: Poesías, con
toda la obra de Mazo; de aquí partió para el caserío de Vigía del Fuerte, en
donde pasó algunos años.
Entre
1926 y 1937 Mazo se dedica de lleno a sus andanzas y tertulias por muchas
partes de Antioquia y el viejo Caldas; pero al final de su vida, regresa a
Sopetrán: Enfermo Viejo y cansado de vivir y muere en su ciudad natal el día 10
de Julio de 1939.
Con
este verso, Mazo describe su regreso a Sopetrán:
A ti,
que estás escrito en mi memoria.
A ti,
que con tus brisas me meciste.
Hoy,
¿Qué te traigo? Ni siquiera gloria,
Pues
vuelvo a ti desengañado y triste.
Este
poeta, aunque es más profundo y filosófico que Barbajacob y otros grandes de
nuestra querida Antioquia, no goza de fama mundial, porque como él mismo lo
decía: No perteneció a los grades círculos políticos, no tuvo contacto con
grandes magnates, y nunca estuvo en grandes ciudades o eventos y la fama, es
una presea que hay que saber comprar y debe estar respaldada, con dinero, con
mucha gloria o con buena pinta política.
Sopetrán
está en deuda con este importante sopetranero, porque no hay un solo tributo de
gratitud, que anuncie su gloria.
Uno de
los reconocimientos que se le ha tributado, es que un buen sopetranero, el
Doctor Hernán Echeverry Coronado, hijo de la ilustre Matrona, Doña Ester
Coronado y jubilado en el Senado de la república, escribió un libro al que
llamó: “Biografía y obras completas de Carlos Mazo”.
Otro
reconocimiento para exaltar la memoria de este ilustre genio, fue contratar al
artista dibujante, pintor y escultor Don
Alfonso Góez González, para que esculpiera un busto de nuestro ilustre paisano,
y fue colocado por primera vez, en la plazoleta que está cerca del banco
agrario, pero ahí estorbó y fue trasladado al pequeño parque que hay frente a
la casa parroquial, pero también sirvió de obstáculo, para quitarle belleza a
Torres de la Asunción y fue trasladado para una de las eras del atrio
parroquial, lugar al que van todos los bustos de nuestros grandes hombres, esperemos que en ese lugar se amañen con
ellos y no los vayan a llevar, para un rincón de la casa de la cultura, a donde
llevan todas aquellas cosas que no prestan servicios a los administradores.
Hay una
de sus poesías que describe su lucha del diario vivir que él la apellidó
Cansancio, que a la letra dice:
Anclado esta mi barco. . .con que pujante vuelo
Rompiendo fue las olas del vasto mar jocundo. . .
Mas ya reposa inmóvil tras el
viaje infecundo
En éste golfo henchido de témpanos de hielo.
¡Qué juventud inútil¡ Que estéril ese anhelo
De descubrirlo todo; y ese deseo profundo
De beberme de un sorbo los raudales del mundo
Y salvar en un salto las escalas del cielo. . .
¡Ah! ¡Qué cansancio inmenso! Ni el amor, ni la gloria,
Ni el “Vellocino de oro” ni el lauro de victoria
Me incitan en su loco frenético turbión. . .
Mi mano a veces, alzo para luchar. . .y cede. . .
Ya en luchas y en amores, mi mano solo puede
Cerrarse en la caricia y abrirse en el perdón. . .
Sopetrán, Octubre 11 del 2015.
Biografía de Manuel Atanasio Girardot
Díaz.
Los
padres de Atanasio Girardot, eran: Don Luis Girardot, un comerciante francés,
instalado para la época de la colonia en la ciudad de Santa Fe de Antioquia y
de una antioqueña de pura cepa, la Señora Doña Josefa Díaz Hoyos.
Hay una
circunstancia muy especial que rodea el natalicio de este ilustre patriota y
por esa razón, nos peleamos su nacimiento, cuatro ciudades, cada una de ellas
con razones de mucho peso, para asegurar que nació en nuestras tierras.
Doña
Josefa, su madre, tenía un gran problema de salud, que le iba a causar muchas
amarguras a la hora del nacimiento del niño y por esa razón su médico de
cabecera de Santa fe, le recomendó que debía trasladarse a la ciudad de
Medellín, en donde había un galeno con mejores saberes que él, para asistir su
parto.
Cuando
llegaba la hora del nacimiento, su padre ordenó el traslado de la señora, para
la ciudad de Medellín, pero debemos recordar que la travesía era por caminos de
herradura y que al principio había que pasar el río Cauca en una canoa o en una
balsa.
Cuando
pasaron el río, la señora se sintió muy mal, por el susto que le causó la
montada en la balsa y de inmediato empezó a sentir los dolores del parto.
Contaba
con mucho acierto Don Miguel Martínez, el historiador Santafereño, que el niño
nació en las orillas del río, que pertenecen a la ciudad de Sopetrán y que acto
seguido tuvieron que trasladar la señora a la casa más cercana de la comarca,
para que se repusiera del parto y fue así como llegaron a la hacienda Corral
Falso de nuestra jurisdicción territorial, que dista unos dos kilómetros de las
playas del río.
La
señora estuvo reponiéndose unos diez días y luego siguieron la travesía, para
la ciudad de Medellín, tomando el callejón del Rodeo, en donde Lastra dirigió
los comuneros de Sopetrán; pasando por nuestro pueblo; luego subieron por el
camino de la banca, hasta gallinazo, hoy el Llano de Ovejas de San Pedro de los
Milagros; allí pernoctaron y al día siguiente, bajaron por San Félix, tomaron
la margen izquierda del río Medellín y llegaron a la ciudad, en la que
bautizaron el niño, trece días después de haber nacido, en la iglesia de la
Veracruz, un acontecimiento insólito en la época de la colonia, porque según
decía la Santa Inquisición, lo primero que se hacía con los niños, era
bautizarlos después de su nacimiento, para sacarles al demonio conque nacían.
Sin
embargo, los ciudadanos del municipio de San jerónimo, cuentan una historia muy
distinta a esta, porque dicen: Que la señora fue llevada a una finca de
jurisdicción de ese ente territorial, cosa imposible de pasar, porque las
tierras de SanJerónimo, distan de las playas del Cauca, unos quince o diez kilómetros y esta pobre señora, no hubiera aguantado ese trajín.
¿Por
qué cuatro municipios nos peleamos el nacimiento de este joven patriota?
La
razón salta a la vista, pues si fuera un personaje desechable, nadie estaría
peleando por él.
Santa
Fe argumenta: Sus padres eran de aquí y lo engendraron aquí, luego es hijo
nuestro.
Sopetrán
dice: nació en nuestras playas y estuvo diez días viviendo en nuestro
territorio, luego es uno de nuestros paisanos.
San
Jerónimo opina: Estuvo alojado en una casa finca de nuestro ente territorial y
por esta razón, lo consideramos uno de nuestros habitantes.
Y
Medellín, tiene la prueba reina: Su partida de Bautismo está registrada en la
Iglesia la Veracruz de sus tierras, razón suficientemente poderosa, para
considerarlo su hijo.
Cada
persona tómese su propio criterio, yo solo estoy haciendo la narración de los
hechos.
Ahora
veamos quien fue este importante colombiano: Girardot, inició sus estudios en
el Colegio de Nuestra Señora del Rosario en la ciudad de Bogotá, en donde se
habían radicado sus padres para esta época.
En esta
institución, recibió el título en leyes, el día 30 de Octubre del año 1810,
recordemos que tres meses antes, se había proclamado el grito de independencia,
en la ciudad de Bogotá, suceso que había ocurrido el 20 de Julio retropróximo.
Desde
el momento en que se graduó, Girardot se vinculó al batallón auxiliar de las
fuerzas emancipadoras de nuestra patria, al mando del general Baraya, con el
grado de teniente.
Sus
primeras luchas las tuvo en su región natal, cuando apoyó a la junta suprema
del gobierno y a la confederación de ciudades, para liberar a Popayán de la
esclavitud española, al vencer al realista Tacón.
Una de
las grandes hazañas de nuestro líder, fue la del puente del río Palacé, en
donde Girardot, con muy pocos soldados, tomó la decisión de vencer o morir,
para desalojar al ejército realista que tenía el doble de sus hombres; esta
batalla la ganó el día 28 de marzo de 1811.
Cuando
Antonio Nariño, gobernaba la provincia de Cundinamarca, Girardot fue ascendido
al grado de capitán, acto seguido marchó con sus soldados para someter las
provincias de Tunja y Socorro.
Mientras
se desenvolvía el período de la patria Boba, entre 1810 y 1816, cuando los
criollos, como nos llamábamos los colombianos, estábamos peleando entre
centralistas y federalistas, Girardot cambió de bando y se asoció con los
federalistas, entidad en la que obtuvo algunos éxitos militares, pero el
ejército federal fue vencido en el mes de Enero de 1812.
Más
tarde Girardot se une a Simón Bolívar, para iniciar la campaña admirable, en la
que se destacó como un luchador de mucho peso y finalmente el día 30 de
Septiembre de 1813, atacó la montaña del Bárbula, en donde estaba atrincherado
Remigio Bobadilla y fue herido mortalmente.
Bolívar
ordenó que se le rindieran honores póstumos y que su corazón fuera llevado
a un mausoleo de la catedral de Caracas.
Una de
nuestras carreras la que figura con el número 8ªA, lleva su nombre, para
recordar aquel que fue su hijo adoptivo.
Sopetrán, Noviembre del 2015.
Darío Sevillano Álvarez.
No hay comentarios. :
Publicar un comentario