lunes, 26 de marzo de 2018

Nuestra Semana Santa.


La Procesión de Ramos.



Los ministros inician el acto con la lectura del 
Evangelio y la bendición de los ramos.



La feligresía agita sus ramos para 
aclamar al Redentor.



Empieza la procesión.



En la bocacalle de la carrera Córdoba, se incorporan 
la imagen de Nuestra Señora, San Juan y otros apóstoles.



El público se va aglutinando.



Los carros de las personas indisciplinadas obstruyen 
el paso de nuestro desfile religioso. 

Antiguamente las costumbres eran más sanas y miembros de la Policía Nacional se desplazaban con tiempo para despejar los lugares por donde se desenvolvía la procesión.



Se incorporan nuevas imágenes.




En la vanguardia de nuestro desfile, 
va la banda marcial del profesor Zapata.




Así entramos en la carrera Bolívar.



Entramos a la plaza.


El grupo de ministros preside la procesión 
al pie del paso principal.



El paso principal, que muestra a Jesucristo montado en el pollino, está muy bien decorado y en su fondo luce un arco de arte mudéjar, engalanado con vegetación.



Los ministros llegan a la basílica.



Entramos al templo en medio del 
jolgorio y los aplausos.



Llegamos al altar de las celebraciones.



Entra el Rey, montado en un pollino.


Esta es una verdadera manifestación de fe, porque unos 
dos mil quinientos o tres mil feligreses aplauden a su Rey.



Esta ceremonia es muy parecida a las que hacen las fuerzas armadas, cuando pasan revista a las tropas o cuando hay reconocimiento de nueva cúpula militar.




Sopetrán, 25 de marzo del 2018.