DÍA CUARTO.
No es cierto que la sagrada familia, fue de casa en
casa pidiendo posada y al final fueron a parar a una cueva.
“Y dio a luz a su hijo, lo envolvió en pañales y lo
acostó en un pesebre, porque no tenía sitio en el albergue” Lucas II, 7.
Los evangelistas, no hablan de éste asunto, pues
Lucas dice en el capítulo 2:”Jesús niño, es depositado en un pesebre.”
Y Mateo
dice: "Simplemente, en la casa”.
La idea de la cueva, surge, porque las casa de
esa época, eran empotradas en las rocas, casi todas tenían pesebrera y en cada
pesebrera, había un pesebre o cajón para colocar el pasto de los animales.
También es buena recordar, que los evangelios
apócrifos, y hasta los canónicos, hablan de una gruta; pero sin duda alguna,
esa gruta, es la pesebrera empotrada en las rocas, que tenían las casas.
Otro aspecto que influye en esta hecho, es que
Dionisio, Hermes, Zeus y Mitra, los antiguos dioses, habrían nacido en una
cueva, para significar simbólicamente, la fecundidad de nuestra madre tierra.
Pero si analizamos con cuidado los evangelios, en
ellos no insinúan una gruta, como tal; sino un establo. “Lo acostó en el
pesebre. “ Dice Lucas.
A nadie se le ocurre pensar que a la Sagrada Familia, le fueran a negar una posada, a sabiendas que todos eran familiares y amigos de ellos; además la ley religiosa de esos pueblos, casi que obligaba a la hospitalidad, con el prójimo.
El cuento de la cueva, nació, cuando se inventaron
aquello de que los habían rechazado en todas las casas y posadas; pero esto
nunca ocurrió, porque José y María, eran parientes de todos los habitantes de
Belén y estoy seguro de que ninguno los hubiera desechado.
El enredo consiste,
en que las Katalymas, nombre de las construcciones de la época, solo tenían una
habitación para dormir y como la Virgen necesitaba privacidad para dar a luz,
la instalaron en la pesebrera; además, la religión que ellos profesaban, no permitía
que una parturienta, durmiera con todos, porque los contaminaba.
La conclusión es obvia: Jesús nació en la pesebrera
de una casa normal de Belén.
Hablemos ahora, de unos
errores que cometió San José, al llevar a la Virgen por
un desierto y hacerla caminar unos 120 kilómetros, porque ella, no tenía que
censarse, pues hubiera bastado con que él como cabeza de familia, se hubiera
registrado y hubiera avisado, como estaba compuesto su grupo familiar.
Otro de sus errores, fue
haber dejado pasar el tiempo, casi hasta la hora del parto, para viajar a
Belén.
También era importante
saber escoger un mejor lugar, para el nacimiento de su hijo, toda vez que Belén
era un recóndito lugar que casi nadie conocía; en cambió Nazaret era una
hermosa ciudad que estaba en pleno florecimiento.
Hay unos Teólogos modernos que sostienen que Jesucristo no nació en Belén, sino en Nazaret y aunque esta teoría, todavía no es muy sólida, ellos argumentan que en la biblia siempre se habla de Jesús de Nazaret.
Y en esos países, cuando se nombraba una ciudad acompañando al nombre, la ciudad era la de su nacimiento.
Dos Evangelistas muestran a Jesús naciendo en Belén y Marcos y Juan ignoran a Belén e insinúan que pudo haber nacido en Nazaret.
En los Hechos de los apóstoles, en las epístolas de Pedro y Pablo, siempre se habla de Jesús de Nazaret.
No quiere decir que esta teoría tenga que ser la más acertada, pero recordemos que cuando un hecho tiene muchos años de haber pasado, es muy difícil, demostrar todos los intríngulis que lo acompañan.
Los reyes que visitaron al niño, aún no se sabe
cuántos eran, pues los investigadores, dicen que tres, que cuatro, que dos, que
cuarenta.
Pero lo importante es que los tres que conocemos, son fieles
representaciones de las tres razas de la tierra: Melchor, raza blanca; Gaspar,
raza amarilla; Baltasar, raza negra.
Es importante decir que la palabra Mago, se le aplicaba en esa época, a las personas estudiosas, que eran muy sabias.
También sabemos, que ni eran reyes, ni eran magos;
solo eran jefes tribales, que era la usanza de la época.
Las ofrendes que
llevaron al niño, fueron: Oro como a rey; incienso como a Dios y mirra como
hombre.
Supone uno que si los libros Sagrados hablan de oro, incienso y Mirra, es para darle al Niño Jesús, la importancia que tiene como Dios, como Rey y como Hombre; pero es posible que los reyes le hubieran llevado otras cosas personales de mucha importancia y valor.
Sopetrán, Diciembre 3 del 2016.
Darío Sevillano Álvarez.