Cuáles son riesgos de consumir alcohol?
Empecemos definiendo qué es el alcohol, para que luego entremos en algunas
consideraciones, relacionadas con su consumo.
Le decimos alcohol, al etanol o alcohol etílico, un producto químico que se
encuentra en la cerveza, en los vinos y en todos los licores; así como en
algunos productos medicinales, como enjuagues bucales, productos para el hogar
y aceites esenciales.
El alcohol se produce, cuando la levadura fermenta azúcares o almidones.
Ahora veamos cuáles bebidas utiliza su majestad: El público, en sus
celebraciones:
Los
tipos principales de bebidas alcohólicas y sus contenidos en alcohol
son los siguientes:
Cervezas y cidras con alto contenido
alcohólico: 3 a 7% de alcohol
Vinos, incluido el sake: 9 a 15% de
alcohol.
Vinos generosos (con licor agregado),
como el oporto: 16 a 20% de alcohol.
Licor,
o alcoholes destilados, como la ginebra, el ron, el vodka y el whisky, los
cuales se producen al destilar el alcohol de granos, frutas o verduras
fermentados: en general, de 35 a 40% de alcohol (en Estados Unidos, 70 a
80 proof), pero puede ser mayor.
Siempre
hemos sostenido que el consumo del alcohol es supremamente perjudicial, para la
salud de los humanos; pero como es una costumbre social de vieja data, todos creen
que es una costumbre sana y sin prejuicios para nuestra salud corporal.
Esta
suposición está muy alejada de la realidad, porque como ocurre con cualquier
producto químico que consumimos, trae consecuencias y efectos adversos a corto,
mediano y largo plazo, incluso con el consumo de pequeñas cantidades.
Cuando
consumimos pequeñas cantidades de alcohol, en nuestras celebraciones, nos
podemos exponer a sufrir las siguientes consecuencias:
Perturbar la razón y el juicio. Falsa sensación de seguridad.
Retardar los reflejos.
Dificultar el habla y el control muscular.
Provocar la pérdida del equilibrio.
Disminuir la agudeza visual y auditiva.
Relajar y disminuir la ansiedad.
Dificultar la capacidad de reacción.
Desinhibir, provocar falsa sensación de euforia, locuacidad.
Irritar las paredes del estómago e intestino.
Provocar náuseas y vómitos por irritación y lesión de las paredes del
estómago.
Alterar la absorción de sustancias nutritivas necesarias para el
organismo, especialmente las vitaminas B.
Dilatar o expandir los capilares de la piel.
En el siguiente gráfico tomada de Wikipedia pueden ver las consecuencias
que va produciendo el alcohol de acuerdo con la cantidad que vamos bebiendo.
En la siguiente ilustración podemos ver las partes del cuerpo que se afectan con el consumo del alcohol. |
Observen como casi todas las partes de nuestro organismo, son afectadas
por el alcohol.
Pero según el consumo, largo o poco prolongado, los efectos pasan de
castaño claro a castaño oscuro.
El
alcohol, produce reacciones diversas a las mismas personas según ciertas
circunstancias, así:
Miremos
las que anuncia Wikipedia.
“Características
personales:
La edad, el estado físico, el
peso, la cantidad de alimentos en el estómago, el tipo de personalidad y los
antecedentes familiares influyen en la manera en que el alcohol afecta la
conducta de cada persona.
Circunstancias
y situación temporal:
La velocidad a la que se ingiere
alcohol, el lugar donde se bebe, con quién se bebe y la ocasión en que se hace,
inciden en la conducta del bebedor.
Estado
de ánimo:
Las expectativas, los motivos y
las emociones que se tienen para beber influyen en el comportamiento de la
persona que ingiere alcohol”.
El consumo frecuente de alcohol, puede llevar a las personas a muchos
problemas de tipo laboral, personal y de salud.
Estas circunstancias las anuncia con lujo de detalles un archivo de
Wikipedia, así:
A nivel laboral:
Retrasos frecuentes de asistencia.
Incumplimiento de objetivos y
retrasos en la finalización de trabajos y reducción del rendimiento de trabajo.
Ausencia recurrente los lunes.
Absentismo laboral.
Lentitud, torpeza y escasa
eficiencia.
Desapariciones frecuentes del puesto sin justificación previa
(ausentismo por enfermedades menores como catarros, gripes o trastornos
gastrointestinales).
Salud:
Envejecimiento prematuro.
Deterioro del juicio.
Pérdida de la memoria e
incapacidad para concentrarse.
Alteraciones inmunológicas,
Gastritis crónica, úlceras del estómago o duodeno y otras, hemorragias digestivas,
Alteración del funcionamiento general del hígado provocando un daño celular que
se traduce, finalmente, en cirrosis hepática.
Hepatitis aguda, que eventualmente
puede llevar a la muerte.
Pancreatitis.
Hipertensión.
Aumento de los triglicéridos y
del colesterol LDL
En varones, reducción de
testosterona, pérdida de pelo facial, aumento del tamaño de las mamas,
reducción de la libido e impotencia y en las mujeres amenorrea, anovulación y
menopausia precoz.
Hipoglucemia, cetoacidosis e
hiperuricemia.
Diferentes cánceres del tracto
gastrointestinal (cáncer de esófago, estómago y de otras localizaciones).
A nivel personal:
Deterioro y alteración sustancial
de las relaciones personales.
Pérdida de relación con
familiares y amigos.
Consumo crónico:
Puede llegar a reducir en hasta
20 años la vida de las personas que abusan de él.
Cuando una persona se dedica a beber, en cada una de sus rascas, puede
pasar por distintas etapas de intoxicación, esto lo describe muy bien, un
artículo de Wikipedia:
Es bueno decirles que 0,5 G/L, traduce: 0,5 gramos de alcohol por litro
de sangre
“1- Fase de euforia y
excitación. Tasa de alcoholemia: 0,5 g/L. Locuacidad, euforia, desinhibición,
conducta impulsiva.
2- Intoxicación. El organismo que no está
acostumbrado al alcohol se resiste.
Poco a poco se afecta el sistema nervioso al
originarse la pérdida en la capacidad de coordinar los movimientos produciendo
el desequilibrio y a veces caídas.
Si se abusa se puede producir la ataxia locomotriz,
es decir la dificultad, para coordinar los movimientos, que es una parálisis
propia de los alcohólicos.
El alcohol produce efectos depresivos y una
aparente sensación de calor al dilatarse los vasos cutáneos, pero lo que ocurre
realmente es la pérdida de calor del organismo.
3- Fase hipnótica o de confusión. Tasa de
alcoholemia: 2 g/L. Irritabilidad, agitación, somnolencia, cefalea, disartria,
es decir la dificultad para modular el aparato fonatorio, ataxia, dismetría,
es decir la dificultad para producir las palabras, náuseas y vómitos.
4- Fase anestésica o de estupor y coma. Tasa de
alcoholemia: 3 g/L. Lenguaje incoherente.
Disminución marcada del nivel de conciencia
(obnubilación y coma) y del tono muscular.
Incontinencia de esfínteres.
Dificultad respiratoria.
5- Fase bulbar o de muerte. Tasa de alcoholemia: 5
g/L.
Shock
cardiovascular.
Inhibición del centro respiratorio.
Paro
cardio-respiratorio y muerte.
Veamos a grandes pasos los efectos del alcohol a
nivel de nuestro organismo.
Para no redactarlo con mis palabras, sigamos
utilizando el artículo de Wikipedia, que muestra con pelos y señales, la
inmensa gama de efectos destructivos de esta sustancia en el organismo humano:
En el cerebro y sistema nervioso.
El consumo de alcohol afecta gradualmente las
funciones cerebrales, en primer lugar a las emociones (cambios súbitos de
humor), los procesos de pensamiento y el juicio. Si continúa la ingesta de
alcohol se altera el control motor, produciendo mala pronunciación al hablar,
reacciones más lentas y pérdida del equilibrio.
Altera la acción de los neurotransmisores, y
modifica su estructura y función.
Esto produce múltiples efectos: disminución de la
alerta, retardo de los reflejos, cambios en la visión, pérdida de coordinación
muscular, temblores y alucinaciones. Disminuye el autocontrol, afecta a la
memoria, la capacidad de concentración y las funciones motoras.
La combinación de los anteriores efectos es causa
de múltiples accidentes laborales y de circulación, que cuestan la vida cada
año a millones de personas en todo el mundo.
El alcohol es responsable de más del 73% de los
accidentes con víctimas mortales.
El alcohol daña las células cerebrales, así como
los nervios periféricos, de forma irreversible.
La disminución de vitamina B1 producida por el alcohol puede llevar a
la enfermedad de
Wernicke-Korsakoff, que provoca
alteraciones de los sentimientos, pensamientos y memoria de la persona. Los
afectados confunden la realidad con sus invenciones.
Produce trastornos del sueño.
Las personas alcohólicas se aíslan de su entorno
social, suelen padecer crisis en los ámbitos familiares (discusiones,
divorcios, abandonos) y laboral (pérdida del empleo), lo que los conduce a
la depresión y, en algunos casos, al suicidio.
Pérdida progresiva de la memoria y de otras
capacidades mentales.
La mayor parte de sus efectos depende del grado de
consumo, centros superiores como: el habla o el juicio se deprimen en primera
instancia tiempo después centros inferiores como: la respiración y los reflejos
espinales.
En dosis mayores tanto los mecanismos inhibitorios
como excitatorios se ven disminuidos, pudiendo llegar hasta el estado de coma.
En fases avanzadas produce alteraciones mentales
serias y daño cerebral irreversible.
Periodos de amnesia, con alteración profunda de la
memoria y la conciencia de diversa duración (minutos, horas o hasta días).
En el corazón y sistema circulatorio.
Aumenta la actividad cardíaca (aunque un consumo
muy moderado mejora la circulación, una dosis superior produce daños).
En dosis elevadas aumenta la presión
sanguínea (hipertensión) y produce daño en el músculo cardíaco por sus
efectos tóxicos.
Debilita la musculatura cardíaca y por
consiguiente, la capacidad para bombear sangre.
Produce vaso dilatación periférica, lo que genera enrojecimiento y un
aumento de la temperatura superficial de la piel.
En el sistema digestivo: estómago, páncreas, hígado, esófago.
Las molestias gástricas son
debidas a erosiones en las mucosas producidas por el etanol. El ardor estomacal
será mayor si se han mezclado diferentes bebidas o combinados, ya que la
irritación gástrica se deberá a todos los componentes bebidos.
Aumenta la producción de ácido gástrico que genera irritación e inflamación en las
paredes del estómago por lo que, a largo plazo, pueden aparecer úlceras, hemorragias y perforaciones de la pared gástrica.
El cáncer de
estómago ha sido relacionado con
el abuso del alcohol. También provoca cáncer de laringe, esófago, páncreas y en
algunos casos de vejiga.
Provoca esofagitis, una inflamación del esófago,
varices esofágicas sangrantes y desgarros de Mallory-Weiss.
Puede producir pancreatitis aguda, una
enfermedad inflamatoria severa del páncreas, con peligro de muerte.
Puede provocar pancreatitis crónica, que se
caracteriza por un intenso dolor permanente.
Otras alteraciones posibles son la diabetes tipo
II y peritonitis.
El hígado es el órgano encargado de metabolizar el
alcohol, que es transformado por las enzimas del hígado primero en acetaldehído y después en acetato y otros compuestos. Este
proceso es lento y no está exento de daños (el acetaldehído despolariza
las proteínas, oxida los lípidos, consume vitaminas del
grupo B y daña los tejidos).
Al irritarse las células hepáticas es posible
que se produzca hepatitis alcohólica, debido a la destrucción celular e
inflamación tisular. Con el tiempo, el hígado evoluciona hígado graso o esteatosis)
para adaptarse a la sobrecarga metabólica, pudiendo llegar a hepatitis y
más tarde a la cirrosis hepática, producto de la muerte celular y la
degeneración del órgano. Esta grave enfermedad puede degenerar finalmente en cáncer
del hígado, insuficiencia hepática, y producir la muerte.
Otros signos de alteración hepática son la ictericia,
un tono amarillento que adquiere la piel y la esclerótica, y los edemas,
acumulación de líquido en las extremidades.
Altera la función del riñón, reduciendo los
niveles de la hormona antidiurética, provocando deshidratación y tomando
agua de otros órganos como el cerebro, lo cual genera dolor de cabeza.
El alcohol aporta abundantes calorías (7 kcal por
gramo de alcohol) con escaso valor nutritivo. No nutre pero elimina el apetito,
sustituye a otros alimentos más completos y a la larga puede generar
desnutrición. Esto se agrava pues inhibe la absorción de algunas vitaminas y
minerales.
En la sangre
Sin la suficiente cantidad de glóbulos rojos para
transportar oxígeno, sobreviene la anemia
megaloblástica.
En los sistemas
inmunitario y reproductor.
La falta de glóbulos blancos origina un fallo en
el sistema
inmunitario, aumentando el riesgo de
infecciones bacterianas y virales.
En el embarazo y
el feto.
El abuso del alcohol en el embarazo puede
desencadenar el síndrome
alcohólico fetal. Sus síntomas
son un retardo del crecimiento, alteración de rasgos cráneo-faciales,
malformaciones cardíacas, malformaciones hepáticas, malformaciones renales,
malformaciones oculares y malformación cerebral.
El mayor daño se produce en el sistema nervioso
central del feto, en el que puede aparecer retraso mental.
El bebé puede nacer con alguna enfermedad crónica.
Otro portal de internet, anuncia estos efectos
nocivos del consumo de alcohol, el artículo es el siguiente:
·
“Alteraciones en el desarrollo y crecimiento de los huesos.
·
Mayor predisposición a enfermedades
respiratorias.
·
Mayor susceptibilidad a contraer
infecciones.
·
Trastornos del sistema endocrino:
disminución de la producción de la hormona del crecimiento (GH) encargada no
sólo del crecimiento y el desarrollo sino también de los procesos de
diferenciación sexual y maduración en la pubertad.
·
Retardo en la maduración de los
caracteres sexuales secundarios (características fisiológicas que permiten
distinguir al hombre y a la mujer, diferentes del aparato reproductor, como por
ejemplo, la barba y la voz).
·
Trastornos cardiovasculares:
alteraciones del ritmo cardiaco, hipertensión arterial y miocardiopatía
dilatada por consumo crónico (afección a partir de la cual el corazón se
debilita y se dilata y no puede bombear suficiente sangre al resto del cuerpo).
·
Trastornos gástricos: irritaciones en
la pared intestinal que aumentan la probabilidad de desarrollar gastritis,
vómito y alteraciones del tránsito intestinal.
·
Cáncer: la Agencia Internacional para
la Investigación en Cáncer afirma que hay suficiente evidencia en humanos para
concluir que el consumo de alcohol causa cáncer de cavidad oral, faringe,
laringe, esófago, colon, recto, hígado y mama en la mujer. Cabe recordar que el
consumo masivo de alcohol en adultos también está asociado con esta enfermedad;
sin embargo, mientras a más temprana edad empiece una persona a tomar alcohol,
mayor riesgo tendrá.
También se encuentran otros tipos de
riesgos o daños asociados al consumo de alcohol durante la infancia y la
adolescencia:
·
Mayor probabilidad de desarrollar
problemas del estado del ánimo, como depresión o ansiedad.
·
Aumento en la probabilidad de
realizar conductas sexuales de riesgo que pueden llevarlos a contraer
enfermedades de transmisión sexual y embarazos no deseados.
·
Mayor probabilidad de ser víctima de
delitos como violación, robo y agresión.
·
Se ha visto que el inicio del consumo
a temprana edad aumenta las probabilidades de ser víctimas o estar vinculados
con crímenes violentos
·
Dificultades académicas (ausentismo,
deserción escolar, dificultades en el aprendizaje, entre otros)
·
Es importante que ahora que dispone
de esta nueva información, empiece a tenerla en cuenta para tomar nuevas y
mejores decisiones.
·
Como punto final les tengo una mala
sorpresa: La Organización mundial de la salud y el departamento de salud y de
servicios humanos de los Estados Unidos, están de acurdo en sostener que el
alcohol es uno de los peores cancerígenos, es decir que produce cáncer, que los
humanos consumen.
·
Estos datos pueden hablar sin tener
que escribir más.
Con
base en los datos de 2009, se calcula que 3,5% de todas las muertes por cáncer
en los Estados Unidos (cerca de 19 500) están relacionadas con el alcohol.
Lo peor de todo, es que un 85% de los humanos, tiene grandes afectos con el consumo de alcoholes.
Los que nos escapamos de éste flagelo, somo en realidad muy pocos..
Sopetrán,
Julio 6 del 2017.
Darío
Sevillano Álvarez.