La prosa en este blogger,


AMANECER:


Son las cuatro de la mañana, ya viene amaneciendo, los pajaritos cantan, la luna se levanta…

Así pudiéramos describir esta hora, en la que más o menos empieza a verse una pequeña claridad de la luz solar, a lo largo de la frontera oriental de nuestro suelo. El agua susurra, al despeñarse por los riscos y organales de las cañadas, suavemente pintada por la pálida luz de la luna, que deja hermosos colores, de las gamas: Cálidas, frías y neutras, al tropezar con los bucles y remolinos que forman las piedras y obstáculos, antes de llegar a la explanada.

Los búhos ululan y las lechuzas gritan, para indicar el final de su larga jornada de graciosas cacerías nocturnas, especializadas en: El vuelo silencioso; el factor sorpresa; y la sagacidad óptica.


Las aves comienzan el diario ajetreo de movimientos suaves, para hacer mantenimiento a sus máquinas voladoras, inspiradas en la más sofisticada ingeniería biológica; aplicando aquella vieja retahíla: “Una hora duerme el gallo y dos el caballo”. Publicada por la hoja vocacional que publicaran los Padres Eudistas llamada: Adsum, que traducía: Presente.

Los perros regañan en solemne coro de multifacética elegancia, tal vez molestos, porque terminó el descanso y lo gatos maúllan al compás del eco, en los griseados techos, que apenas reciben una  tenue y desenfocada claridad.

El gallo canta, anunciando que el lucero matutino, quiere trazar su ruta lumínica sobre los cielos, con el empeño de recorrer su eterno caminar y atravesar el cenit, cuando se parta el día.

El ruiseñor, hace una ronda de gorjeos especiales, imitando una sonora flauta, para desesperar a las arañas, sacarlas de sus escondites y hacer un suculento desayuno.

Los pájaros entonan  un concierto armonioso, parecido a una polifonía, en donde la fuga y el contrapunto de la armonía musical, se juegan un papel principal, que representa la oración matinal, para dar gracias a su creador por un nuevo día de vida.

A medida que el tiempo pasa, como pasan las hojas del calendario, lo rayos solares van siendo más visibles, y empiezan a dibujar, siluetas largas y prolongadas, de los objetos que más tarde tomarán color, cuando el astro rey sea el dueño de los espacios infinitos.


Las campanas suenan el ángelus, en ternas equiparadas y terminan repicando, en algarabía majestuosa, conmocionando los cielos con el zumbar de sus acordes, para llamar a los cristianos, a la reunión comunal que ofrecen las iglesias, con el fin de dar gracias el supremo hacedor, por los beneficios que nos concede.

Las primeras lumbres aparecen en el horizonte, ribeteando las colinas de formas caprichosas y trazando mapas especiales con sus crestas verde azules y el campesino común dirá: Amaneció.

Un hermoso desfile de mariposas multicolores, parecidas a una pública manifestación, empieza a desplazarse, al compás de la luz y los sonidos y con sus policromadas alas, esparcen la alegría, el diseño y todos aquellos secretos, que la madre natura, les regaló.
Los destellos solares producen la evaporación de la humedad de la noche y forman copos de niebla, que lentamente se eleva y a su paso por las plantas, las saluda con las gotas del rocío, alimento tempranero, que suavizará la sed en esos seres vivos y los preparará para la larga faena, de doce horas  de calor, que se acercan y luego se dirigirá a las alturas para formar las benéficas nubes, a las que llamamos cúmulos, que más tarde traerán las lluvias.


Los ámbitos se llenan de luz; los campos de verdor; la naturaleza revive; los hombres despiertan; las máquinas crepitan; las aves baten el aire; el bullicio aumenta; la luna pierde su melancólica lumbre y se convierte en un  masa de arenas congeladas; todo indica que ha llegado el día.

Sopetrán, Diciembre 3 del 2009.

Darío Sevillano Álvarez.


ATARDECER:


Atardecer triste y melancólico, que nos conduces lenta pero seguramente a la noche…

Empieza el crepúsculo, el sol declina entre ropaje níveo sobre los picos de las más remotas montañas. Los rayos solares atraviesan las nubes en forma perpendicular y al paso por los cristalitos del vapor de agua, encienden el cielo en un espectacular fenómeno de arte y color, con destellos de bengalas, que circulan libremente por el espacio infinito, haciendo arreboles de formas caprichosas, que ningún pintor, por profesional que fuese, sería capaz de imitar.

Los negros guales, de cabezas calvas, inundan los rincones celestes, con enjambres circulares y en caprichosos remolineos; entre vueltas y revueltas; con precisión admirable, demuestran su pericia en el arte de volar, el cual inspiró a los ingenieros, para diseñar las máquinas que surcarían los cielos.

La fuente cantarina, se desliza aceleradamente por peñascos y matojos; y entre espumas y vapores, va formando una humarada de nieblas y cristales, que empañan la colina de sima a cima; y susurra sus canciones vespertinas anunciando que la noche llega.


Los cúmulos y nimbos al perder los destellos solares, se preparan para un gran espectáculo: La brillante exposición de monstruos gigantes; cabezas de animales y formas caprichosas, como: Gorilas, elefantes, osos, leones y todo tipo de siluetas, con que el cielo se adorna, día tras día, en las últimas horas del anochecer.

Las garzas bueyeras, en planeo admirable y armonioso, gruyen y rompen el silencio del momento, cuando la manada pasa y se dirige a las playas del río, en donde se encuentran sus perchas, colocadas en los árboles nacidos en los bordes de las ciénagas. A su llegada  se arma la de Troya, con la algarabía de los polluelos, porque algunas madres traen en sus buches, el alimento que será regurgitado para nutrir a sus pichones.

Desde la entrada de la cueva, se precipita una bandada de mamíferos voladores, parecidos a los grandes alados de la prehistoria, que manchan el cielo, formando un negro manto e inundando los espacios, con un chirrido unánime y poderoso, para anunciar que es su turno, en el ajetreo de buscar las frutas e insectos, con que se alimentan. Son los murciélagos, diseños de un pasado mejor, que exhiben sus cuerpos como muestras mudas de los viejos tiempos.

Los grillos y saltamontes van apareciendo, como brotados por arte de magia, en todos los rincones; con su clásico grillar, armonizan la natura, y el agudo sonido de sus pitos, retumba por todos las latitudes, ayudado por el eco misterioso de las rocas.


Apunta la luna llena, con su lánguido plato amarillento, la noche se convierte en un espectáculo romántico, en donde todos a una, quieren disfrutar de sus bondades y su luz se refleja en las aguas, cual caricia de novio enamorado, que transportado  al infinito, besa sin cesar a su pareja.

Al suave roce del viento, las palmas se pasean, como bailarinas, danzando al son del vals; sus estípites, se destacan a lo lejos y sus abanicadas hojas, parecen remolinos, que ayudan a refrescar, el calor del trópico, que los ardores solares han generado.

El bullicio desaparece, como por encanto y una calma sutil, embriaga el ambiente, lleno de líricas proezas, anunciando que llego la noche…

Enero 3 del 2010.

Darío Sevillano Álvarez.

LA NOCHE:




La noche caminando lentamente, va mostrando con su manto la terrible oscuridad…

El sinónimo más importante de la oscuridad, es la noche, que casi siempre se presenta: Tímida, fría y tenebrosa.

Todas las culturas de la tierra, la han tenido como propia para que los mitos leyendas y espantos se presenten y es esta la razón, por la que los humanos la vemos con un poco de recelo.


El arroyo ruge en los saltos profundos y luego se menea, por entre bosques y playas, para llegar a su destino final. 

Entre tanto, por nuestros espacios públicos, en las noches brumosas de los viernes de cuaresma, cuando preparamos los espíritus, para la semana mayor, casi siempre se desplaza por todos los rincones, aquel famoso caballo, similar al de Troya, que camina lentamente por las calles principales, con su ritmo especial, por aquello de adolecer de una de sus patas delanteras. 

Pero ¡Oh¡ sin igual caballo, con sus ocho metros de estatura, su gracioso trotar y las llamas que salen por sus ojos, lengua y narices. 

Hay de aquel humano que se atreva a mirarlo, porque de repente quedará paralizado, por espacio de tres días, debido a la energía de sus llamas y al poder de su naturaleza divina.


Y mientras los perros regañan; los bueyes mugen; y los asnos rebuznan en los campos; se desplaza por los caminos reales, el desfile de esqueletos, que transportan a su jefe máximo, en una arrogante procesión de calaveras, que encrespa los pelos y pone los nervios de punta y que doblega hasta el más fuerte de los animales. 

Es la Barbacoa, que está buscando un digno lugar para que su jefe, un alma en pena, descanse con mayor tranquilidad.

Por el cañón de la quebrada, en donde sus aguas cristalinas, dibujan la grandeza del cielo estrellado, se pasea: 

La Llorona, mujer desdichada que ordenó matar a su nieto y arrojó su cabeza al arroyo, por no deshonrar a su familia. 

La composición del mito, es muy espectacular, porque la madre carga a su hija y el novio que la embarazó, las castiga, con el fin de que encuentren la cabeza del niño. 

Dicen los románticos caballeros de la noche, que la quebrada se ilumina, como si estuvieran encendidos los halógenos de una cancha polideportiva.


En el callejón de tarroliso, aquella callejuela preciosa que rigió los destinos de mi niñez y que aún conserva el romanticismo de gratos tiempos pasados, cuando la luna llena, en el tercer plenilunio del año, que marca la fecha precisa en que crucificaran al gran Rabí; e ilumina el lateral izquierdo, se aparece de repente la gran mano peluda, que se inventara Gerardo Sevillano, para alejar del vicio a: Octavio Guingue y que según el testimonio del clarividente, lo suspendió por los aires y lo tiró en el patio de de su humilde vivienda, una casucha, con techo de iraca; muros de bahareque y pisos de tierra.


Y ¿qué decir de la procesión de las ánimas, espectáculo inimaginable, cuando los difuntos enterrados en nuestro cementerio, declaran su día clásico, el dos de noviembre y a las doce de la noche, se incorporan los esqueletos y van tomando posiciones en la calle del caño, con un cirio encendido en sus manos, con el fin de subir hasta la capilla del Sagrado Corazón, voltear por la carrera Colón, bajar por la calle José María Villa y llegar al templo parroquial, para asistir a la gran función de la ánimas?


Noche, te pedimos que sigas siendo tan romántica y melancólica, como siempre, para que los espíritus se puedan recrear bajo tu sombra protectora.

Los espectáculos nocturnos que tenemos, son famosos y ojalá, nunca perdiéramos su memoria cultural, para que nuestra tradición oral permanezca metida en los corazones de los buenos Sopetraneros.

Enero 4 del 2010.


                                            Darío Sevillano Álvarez.


EL ARCO IRIS:


La naturaleza y sus secretos, a diario nos están mostrando todas aquellas grandezas, que el Creador les regaló, uno de ellos es el hermoso arco iris, que en algunas culturas lo tenían como una alianza de Dios con los hombres…

Una tarde serena, melancólica y fría, salimos de paseo, por los hermosos campos de mi ciudad natal; la brisa se deslizaba suavemente entre los árboles; las cigarras carracaban, aferradas a los vetustos troncos; la algarabía que formaban era espectacular, porque parecía un concurso de sirenas, que luchaban por imponer sus tonos; un aguilucho que posaba en los copos de un cedro amarillo, mientras trompeteaba,  miraba cautelosamente, aseaba su cuerpo y lo preparaba para el descanso nocturno; los goleros de la tarde, formaban caprichosos remolinos, mientras hacían tiempo, para llegar a sus perchas, situadas en un antiguo chachafruto, nacido a la vera de la quebrada; la brisa murmuraba con el aire frio que traía de la cordillera, anunciando que los nimbos orientales situados a lo largo de la cresta montañosa, empezarían a lagrimear; entre tanto un grupito de hermosas garzas bueyeras, castañeteaba, a la orilla de la ciénaga,  repleta de peces, tal vez su alimento, antes del descanso.

De repente empieza la lluvia serena, en la parte alta de la serranía, mientras en el lado occidental el sol alumbra glorioso el acaso, aplicando aquello de la sabiduría popular:”Lloviendo y haciendo sol, son las glorias del Señor”.



Inmediatamente y como por arte de magia, al paso de la luz por los cristales de la lluvia, aparece el arco iris, acompañado de unas réplicas, fenómenos que se producen por los reflejos que despiden las gotas del aguacero, que hacen las veces de prismas naturales.

Este fenómeno natural, que se produce por una de las leyes de la física en su tratado de óptica, es uno de los grandes secretos de la ciencia, que descresta a los científicos de la tierra y a los humanos comunes y corrientes, nos causa admiración; 

Cuando apenas tenía 9 años, el arco iris para mí, era casi un asunto de magia y me fascinaba sentarme a verlos, desde cuando aparecían, hasta que se perdían entre las nubes que habían ocasionado la lluvia que los producía.


Mi abuela que era una persona muy buena y muy creyente, decía: 

“El arco iris fue creado por Dios, para prometerle a Noé, que nunca más iba a inundar la tierra, para desaparecer la humanidad”. 

Esta no era una mala información, porque así lo dice la Biblia, en el génesis, cuando habla de la salida de Noé de su arca, después de los cuarenta días del diluvio.

La naturaleza, se paraliza ante el fenómeno luminoso; nosotros, quedamos sorprendidos; los animales se complacen; el viento acelerado, se queja; y todos a una, celebramos las grandezas del creador.


Enero 6 del 2010.

 RETRATO HABLADO DE MI MADRE:

Madre es la palabra más importante que existe en la tierra, por ser portadora de un amor sin intereses, sin reservas y sin condiciones…


Ella era: 

Esbelta cual la palmera; dominante, como ninguna; querendona a morir; elegante en extremo; cuidadosa como el que más; y preñada de un romanticismo lírico, tal vez su mejor cualidad, para con aquellos a los que se aferraba, con alma, vida y corazón.


A pesar de los años y los infortunios de la vida, lucía altiva, serena y tranquila, mostrando su fresco rostro, adornado de caireles rizados y muy plateados, por los múltiples almanaques que había tenido que contar.

Nadie pudo doblegar sus propósitos, condición que manejó, hasta el final de la jornada, y  se burló a carcajada batiente de los ratos amargos que su cruel destino le había preparado, porque la inspiraba siempre un espíritu formado a golpe de cincel y una condición de militar activo, a la que nunca renunció.


Su espíritu dotado de múltiples regalos, adquiridos a fuerza de mucho batallar, era un galardón, que la distinguía entre muchas madres, porque si de sus hijos se trataba, quería con mucha fuerza; se apegaba con gran vigor; defendía con destreza; aconsejaba con serenidad; y protegía con ternura.

A medida que pasaban los abriles, sus atributos de madre mejoraban y cuando llegó a su edad dorada, era un dechado de virtudes, lleno de muchas gracias, que todos querían imitar.

Ella era mi Madre anciana, colmada de arrugas; con su pelo más blanco que la nieve; se experiencia a granel; sus sabios consejos, que cual certeras sentencias, se cumplían uno a uno, al pié de la letra.

Es una lástima que haya tenido que entrar en la moda de la muerte, porque hubiera podido alumbrar la tierra, sin haber partido hacia la eternidad: 

Incierta, tenebrosa, silenciosa y fría.


Enero 8 del 2010.


LA LLANURA:


Imponente y desafiante, la llanura reta al horizonte, para que se meta en sus profundidades y escrute sus secretos…


Al fin llegamos al gran valle que deseábamos conocer: 

Su extensión, es ilimitada y nos hace creer que estamos presenciando una ilusión óptica, porque nuestra vista se pierde en la lejanía sin dejar rastros de su final.

La hermosura, la grandeza, la profundidad y la calidad del paisaje, perturban el cerebro, que no alcanza a comprender el espectáculo que visualizamos.


El cielo tachonado de cirros y estratos, con abundancia de cúmulos en la inmensa lontananza, dibuja caprichosamente figuras de todas las clases y condiciones, cual grandiosa exposición del más refinado gusto artístico.


Las manadas de équidos se desplazan con soltura por los abundantes pastizales, en busca del buen bocado y los potrillos se desbocan en círculos cerrados, para experimentar su agilidad en las artes de correr y patear.

El clan de los vacunos, ya comió, y se sitúa, en posiciones especiales, a la vera de los grandes cedros y piñones, para dar rienda suelta a la rumia, con que procesarán los vegetales, para que se conviertan en alimento nutritivo y delicioso.

La laguna se revuelve suavemente, por la acción del movimiento terrestre, y en sus aguas retrata la inmensidad de firmamento, en forma tan impecable, que no podríamos decidir: 

Cuál es la imagen original y cuál el reflejo.

Los pájaros revolotean a velocidades fantásticas sobre el precioso líquido y de vez en cuando, introducen sus cuerpos, para calmar los ardores del sol tropical y para menguar la sed que genera su vuelo veloz.

Un fuerte rebuznado, anuncia la pelea de dos sementales que disputan la posesión de las hembras, mordiscos van y vienen, patadas a porfía, vueltas, revueltas y saltos, dominan la escena  y al final, la querella termina, con la derrota del más débil,  que corre a pasos agigantados, para defenderse  del castigo de su contrincante.


Unas garzas que aparecen en la gran inmensidad, con maniobras muy hermosas de planeo y despegue, aterrizan en la fuente y en forma maliciosa, toman posiciones, para dedicarse a la pesca, una de sus actividades preferidas.

El sol atraviesa el cenit y sus ardores, desesperan a los seres vivos, que buscan la pantalla protectora de los abundantes bosques de frutales, los matorrales de hierbas de corte y el precioso líquido, del arroyuelo.

Una bandada de loros reales, alineados casi a la perfección, atraviesa el firmamento, de sur a norte, con el ánimo de llegar al Noral florecido y lleno de frutos frescos, para buscar su alimento.


Un avión ensordece los espacios, con la onda de choque, del ruido de sus turbinas y a pesar de su gran velocidad, calculada un dos o tres veces, sobre la del sonido, tarda cuatro minutos en desaparecer de nuestros ojos, en el cielo de la gran extensión.

Nuestros ojos no se cansan de mirar y cada vez descubrimos, más y más secretos, pero se nos hace tarde para el regreso, porque estamos muy lejos de nuestro hogar, por esa razón decidimos volver a casa y contar a nuestros amigos y familiares, las bellezas naturales que acabamos de descubrir.

Enero 10 del 2010.


QUEBRADA LA SOPETRANA:


Las aguas definen la estabilidad de los pueblos; sin ellas, grandes civilizaciones han desaparecido; casi siempre los apocalipsis milenarios han sido causados por la falta de este precioso líquido…


¿Eres tú la que nace allá en los tragadales del bosque solitario, entre nacederos y juncos y robles y carga aguas? ¿Juntando tus gotitas y saltando matones, deslizas tus cristales, por escollos y peñas, para formar tu cauce de grandes proporciones, que más tarde recibe el nombre de riachuelo?

En tu primer instante, de cima a sima corres, por tierras rojas blandas de débil contextura, que arrastras sin piedad hacia las tierras bajas, para fertilizarlas y hacerlas producir.

También en tus entrañas empujas los esquistos del ciclo de las rocas, que están en tus dominios y pules sus rebabas, cual joyero muy fino, a fuerza de chocarlas, contra tu duro lecho, para formar sus caras y sin igual hechizo.


En tu segunda fase, transitas por angostos y profundos cañones, moviendo suavemente tu fina cabellera y ocultando ante todos, tu brutal destrucción. Porque cuando te enojas,  te vuelves implacable, destruyes a tu paso, cuanto se te atraviesa: Puentes, sembrados, casas, y a veces caseríos, porque tus avalanchas, con su fuerza brutal, arrasan a su paso con todo lo que se encuentran;  todos  te conocemos cual terrible destructor.

En algunos lugares, saltas con muchas ganas, sobre las rocas duras, que nunca has taladrado y tus aguas conviertes en una nieve fina de espumas blanquecinas, que rugen con horror.

Pero al llegar al valle, moderas tus instintos, amplías tus dominios en formas caprichosas, dibujando meandros, por buscar desnivel y en romántico paso, a través de sabanas, entre los cedros viejos, susurras sin afán.


Tus arenas muy finas trasladas con cariño, desde tu nacimiento, hasta tu confluencia y en ellas vas llevando residuos de metales, trozos de cuarzos blancos y micas relucientes, que forman un conjunto de espléndido color.



En lugares estrechos, atraviesas terrazas, que tú misma formaste, con mucha precisión, en viejos torrenciales, que el invierno inclemente, en años anteriores, tu furia desató.

Al tocar el ocaso de tu valiente lucha, moderas tus instintos, aplacas tu furor y en una mezcla humilde, con las aguas del río, confundes tu grandeza, con la del gran señor.

Robaste a la Patrona, su nombre sacrosanto, como una buena prueba, por ser de Sopetrán. Conserva pues tu estirpe, de graciosa paisana, y con orgullo sumo osténtalo sin par.

¡Oh! Prodigiosa fuente, gracias te profesamos, por surtir de aguas limpias, nuestro pueblo querido. 

Esperamos que siempre tus bondades regales, para que nuestras gentes, sostengan su vivir y al final de la lucha, salgamos adelante: 

La patrona, el pueblito y la quebrada también.

Enero 12 del 2010.

Darío Sevillano Álvarez.


LA GRANJA:

Conocemos con este nombre a ciertas unidades territoriales dedicadas a la agropecuaria y cuyo mantenimiento, es auto sostenible…

Una mañana plácida de verano, en que el sol iluminaba espléndidamente los campos, decidimos salir de paseo en los caballos del Mono Tascón, mansos animales que han sido dedicados a estas labores, casi que desde que fueron domados y por esa razón, son bestias muy especiales, que no ofrecen  a los cabalgantes ningún tipo de peligro.



El viaje fue fascinante, porque tomamos el sendero que conduce a Belmira, por el viejo camino real de Montegrande, que atraviesa el arroyuelo, en el paso de la quebrada arriba.


Cuando empezamos a empinarnos en la loma de Pedro Biscocho, dominábamos la panorámica de la ciudad y apreciábamos las grandes expansiones que el poblado ha tenido, a nivel urbanístico, en los últimos cincuenta años. 

Ya no somos un pequeño pesebre metido en las entrañas de las colinas, sino una ciudad floreciente, que muestra las bondades de la civilización y se extiende silenciosa en la gran llanura, que forman los valles del Cauca y el Auras.


Al llegar al plan del guácimo, nuestra vista se deleita contemplando el horizonte, que muestra con toques de gran belleza, el valle de los ríos y a lo lejos, como por entre una visión binocular, anuncia los pueblos cercanos de San Jerónimo y Santa fe de Antioquia; pero eso no es todo, porque si elevamos el plano visual, estaremos viendo, sin ninguna dificultad: La gran vega del San Juan, por donde se desenvuelve la carretera trocal del túnel; Sevilla, el corregimiento de Ebéjico; Anzá en las estribaciones de la cordillera Occidental Colombiana; Betulia, en las laderas de la misma cordillera; Buriticá, en el alto de San Antonio; y en el lado de la cordillera central, hacia el norte, encontramos a Llanadas, montada en el alto de la bandera y a Horizontes el corregimiento nuestro, en la serranía de Palogrande.

Pero cuando remontamos la altura, al pasar por la vereda la Aguada, las maravillas del paisaje se van mostrando, cada vez, con mayor exactitud, y el plano profundo de nuestras cámaras oculares, se deleita con las crestas de la cordillera occidental, en donde de sur a norte se observa, toda la extensión territorial del departamento y con mucha precisión vemos el cerro plateado; los farallones del citará, en donde nace el Atrato; el páramo de Frontino y el nudo de paramillo, en donde la cordillera se trifurca, para entrar en las tierras de nuestro vecino, el departamento de Córdoba.


Cuando llegamos a la ceja, un descanso natural de la serranía, los oídos se deleitan con la barahúnda que forman las cigarras, los grillos y el trinar de las aves, parecida a la sinfonía pastoral que Beethoven escribiera, para imitar un fenómeno meteorológico.


En ese instante… Aparece la granja de los Gutiérrez, el lugar que habíamos escogido para visitar y al entrar en la alberca, se sienten la paz, el placer y la tranquilidad, que el lugar respira. Su patio adornado de caballones en donde las veraneras de todos los colores, florecen abundantemente; los bordes de los carriles, tapizados de guarda parques y helechos blancos; la fuente, un pequeño ojo de agua natural que nace en las endiduras del profundo cañón y que se desliza suavemente, por canoas de medias guaduas, y que el llegar al centro del patio, arrulla con su suave golpeteo sobre el piso; el jardín de novios, geranios, correos y resedas, con su multifacética coloración; y el calor humano de sus habitantes, hacen de este pequeño terruño, un hermoso paraíso, de donde no quisiéramos marcharnos.



De repente, llega el coche zorra que transporta las canecas de leche al poblado, su conductor, un niño de corta edad, irrumpe con una sonrisa, que según los pobladores del lugar, nunca falta en sus labios, es Juan, un huérfano que se gana el pan nuestro, con su trabajo de carretillero y a su corta edad, es el hombre de casa y mantiene a su abuela y sus cuatro hermanitos menores. 

El caballo de su carreta, más viejo, que el uso de ruana, es el mismo que acompañó a su padre en sus quince largos años de trabajo de lechero.

Don Pedro, el tiplero de la vereda, sentado en un banco de madera, afina el instrumento, para participar en la serenata que darán esta noche, a Doña Carmen, la vecina de los Gutiérrez.


Josefina, el ama de llaves de la granja, va para el aljibe, a buscar un poco de agua pura, con el fin preparar los alimentos y recogerá los huevos, en los nidos de las gallinas, que por la alharaca que formaron, deben haber puesto todas en las primeras horas del día.


Rufino, uno de los peones, lleva la mula hacia el corredor de atrás, y la vestirá con su enjalma, para llevarla al cañaduzal y efectuar el transporte de los troncos de caña, que van  a la molienda, con el fin de hacer la panela.

El ganado manso, enseñado a las labores del ordeño, no ha salido del patio delantero, esperando que Manuel el mayordomo, les pique unos vástagos de matas de plátano, alimento especial que abunda la producción lechera.

Pudiéramos decir sin correr el riesgo de las exageraciones, como dijeron los apóstoles al Señor el día de la Transfiguración: 

“Señor hagamos tres chozas y nos quedamos aquí para siempre”.

El día corre aceleradamente y a las dos de la tarde debemos partir, porque tenemos que estar en la ciudad, para asistir a las funciones vespertinas del culto.

Enero 15 del 2010.




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