A principios del mes de Diciembre, tuve la oportunidad de ayudarle a unos ilustres sopetraneros,con relatos históricos, de nuestro Terruño, para unos turistas, entre los cuales había: Periodistas, grandes comerciantes, blogeros, e importantes personalidades, pero nunca imaginé, que para el día de hoy, El doctor Jónathan Montoya García, uno de los periodistas que asistió al evento, fuera a publicar un artículo especial en una de las columnas del prestigioso periódico: El Colombiano, en donde narra con pelos y señales, algunos aspectos de mi diario vivir.
Dejo la constancia de que lo más llamativo del artículo periodístico, es la hermosa caricatura con que lo presenta, porque: Ese es el viejito, y así es como sale por las calles del poblado, a recoger las noticias que harán sus crónicas.
El artículo dice así:
"Darío,
el bloguero y guía turístico de 76 años.
La caricatura que sigue, es la mejor representación que han hecho de mí, en mis setenta y seis años:
POR JONATHAN MONTOYA GARCÍA | PUBLICADO
HACE 17 HORAS
“Soy bloguer” podría ser una frase que pronuncia cualquier joven
segmentado en el grupo de los denominados millennials. La mayoría escriben en
el PCs desde sus casas, o lo llevan al último café de moda y se disponen a
narrar sobre sus temáticas favoritas. Los de viajes, moda y gastronomía
abundan, y las experiencias se recogen en una interfaz cuidadosamente diseñada.
Darío Sevillano dice:
soy bloguer, y no es un millennial más. Tiene 76 años y vive solo en Sopetrán,
Antioquia, en un lugar al que llama el rincón de las palmas, “donde hay unas
matas bonitas”. Ahí, sobre la calle Córdoba, está su casa, el lugar desde el
que actualiza su blog llamado Sopetrán en Colombia con temas de poesía e
historia, el que montó después de casi seis meses de clases que alguien le dio
para que quedara como está ahora, “con todas las de la ley”.
El blog de Darío registró su primera entrada el 22 de octubre de
2016. Pero su experiencia como bloguer empezó en los Gavirias de Sopetrán, un
sitio web en el que comenzó a escribir, según él, “por gentileza del doctor
Gabriel Escobar Gaviria, que prácticamente, me sacó del anonimato”.
Sin embargo, el anonimato no ha sido en realidad un estado en el
que Darío haya estado en los últimos años, sobre todo en Sopetrán, donde nació
y se quedó.
Él mismo cuenta que si al municipio llega un grupo de turistas
la gente dice: “nosotros no sabemos nada, vaya donde Darío”; y por eso, casi
que semanalmente, lo consultan personas que pertenecen a grupos de historia, de
universidades, “de la edad dorada” o de “gente importante”, entonces, relata,
“me dejan meter la cucharada por ahí a raticos, cada que puedo, pero no es que
quiera tener el protagonismo”.
Músico y relojero
En esas visitas que Darío acompaña por las iglesias de Sopetrán
o caminando por las calles del pueblo se escuchan frases como: “ojo a esto que
es importante”, o alguna historia sobre los caprichos de un sacerdote que hizo
“llenar por dentro de disparates” uno de los templos religiosos, “porque hacían
lo que les daba la gana”.
En medio de las relatos Darío hace referencias al latín, un
idioma que aprendió desde joven. Después del español es la lengua sobre la que
más conoce, porque en el griego y el francés ha perdido fluidez, dice, por
falta de práctica.
Todos los aprendió en los seminarios donde recibió su educación
primaria y secundaria, primero en el Seminario de Santa Fe de Antioquia y
después en el de Santa Rosa de Osos, de donde se retiró porque, por su
costumbre al clima cálido, no aguantó el frío. Así terminó en Barranquilla,
también en otro seminario, pero por un corto periodo, antes de retornar de
nuevo a Sopetrán.
Según Darío, en los seminarios era indispensable ser organista,
por eso aprendió desde que tenía 11 años y empezó a tocar el órgano tubular de
Santa Fe que, comenta, están reparando por estos días. “Los sacerdotes me
buscaban para que tocara los villancicos. Fui 18 años organista y trabajaba en
otras cosas, también presidía las navidades y las fiestas parroquiales”.
Además de bloguer y guía turístico, un oficio que ha podido
ejercer por su vasto conocimiento de la historia del municipio, Darío es
también músico. En los seminarios aprendió además a escribir
para un gran
número de instrumentos, y ese conocimiento le sirvió para “manejar la banda del
pueblo”, y escribir las partituras de casi 20 músicos.
Asimismo, compuso para El combo tropical y Los príncipes. “Me
dediqué a escribir música, le hice un himno a Nuestra Señora de Sopetrán,
también unos pasillos, boleros y bambucos. Eso está bien conservado, partituras
escritas a lápiz, hace unos 50 años, no recuerdo las fechas y no tuve la
precaución de marcarlas”.
Y entre todos los oficios a los que se dedica hay uno que parece
en extinción y tiene a cargo, el de relojero. En Sopetrán el reloj de la
iglesia principal da la hora gracias a él, y como es el único que sabe
manejarlo, cuenta que está capacitando cuatro jóvenes, “porque si al viejito le
da un infarto quedamos en la olla”.
Quedan cosas por hacer
De sombrero o gorra, o sin ellos. Vestido de gris o de blanco,
pero siempre de colores claros. Con lentes dorados de patas café y con una
Canon colgada en el hombro, la que le enviaron sus hijos desde Alemania para
que tomara fotos, así se ve Darío
Sevillano caminando
por Sopetrán, solo, con sus amigos o con un grupo de turistas.
“Como la edad la muestra el rostro para qué no decirla”,
menciona. Él, a sus 76, siente que lo ha hecho todo, que ya quemó todas las
etapas “bien quemadas”. Cuenta que también fue presidente del Centro de
Estudios Pedagógicos de Sopetrán y que todo lo que ha aprendido se lo debe a su
pasión por leer, sobre todo, temas de ciencia.
Le queda, dice, viajar, algo que no ha hecho; ir a Egipto, a
Tierra Santa y a España. También quisiera escribir un tratado de métrica
“porque ser poeta es una cosa muy complicada” y quiere enseñarle, por lo menos,
ese tema a la gente. También desea hacer una monografía de Sopetrán “bien
ilustrada”, pero para eso, como para viajar, dice que se necesita plata y “yo
soy solo un jubilado”.
Por ahora espera seguir escribiendo las historias que la gente
goza leyendo, “alimentando el blog, porque si uno no lo alimenta se aburren de
mirarlo”.
CONTEXTO DE LA NOTICIA
DESDE ADENTRO DARÍO LE DA UNA MIRADA AL
ARTE
Darío Sevillano
Historiador, músico y artista
“Tengo un taller bueno donde también hago pintura, escultura y dibujo. A veces
la gente me dice que soy un genio, pero cuál genio, las cosas que he aprendido
las aprendí a la berraca, muchas de ellas a mi papá que también se dedicó a la
pintura. Y como yo le aprendí todo ahora dicto cursos para que la gente aprenda
esas disciplinas que son muy importantes, pero los estudiantes son escasos”.
Gracias mil al periódico El Colombiano y al periodista Jónathan Montoya García, por tan noble gentileza.
JONATHAN MONTOYA
GARCÍA
JONATHAN MONTOYA
GARCÍA
Periodista de la Universidad de Antioquia. Interesado en temas
de tecnología y cultura. Disfruto del cine y la música
http://www.elcolombiano.com/entretenimiento/turismo/dario-sevillano-memoria-de-sopetran-GF5700080
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