La era del fuego con los
grandes incendios que sufre el planeta, se está convirtiendo en la era del:
Piroceno.
La raíz Piro, Del griego
antiguo πῦρ ("fuego") y la raíz
ceno del
griego: καινός (kainos = joven,
nuevo), dan
origen a un nuevo vocablo que traduce: Era del fuego desbordado que, se está
presentando en todos los lugares del planeta y que tiene muy preocupados a los
científicos modernos, porque esa cantidad de incendios sin poder controlar,
están acabando con nuestro dulce hogar: La tierra.
Los
incendios de los últimos años nos han estado ganando la partida, una vez tras
otra, a lo largo y ancho del globo terráqueo.
El
paisaje tiene un papel clave en las emisiones de metano de los arroyos y los
ríos.
Los
incendios modernos no son como de los otros tiempos, se han vuelto más
agresivos y están alterando profundamente las condiciones de la vida en el
planeta y nos están exponiendo al albor de lo que podríamos llamar: El Piroceno
Un mundo donde los incendios están sustituyendo al
hombre en su papel de escultor de paisajes.
Voy a tratar de explicar lo que ha venido cambiando
y hasta que puntos los incendios actuales están afectando la tierra y como
pudiéramos revertir esta peligrosa situación.
Es importante advertir, que no siempre fue así y
hasta hace muy pocos años, el fuego había sido nuestro mejor amigo.
La domesticación del fuego supuso un acontecimiento
fundamental para nuestra especie, tanto a nivel evolutivo como para el desarrollo de las sociedades
modernas.
Con el control del fuego llegó la gestión del
paisaje, y también aprendimos a cocinar.
Y con la cocción aumentó el valor nutritivo de los
alimentos, mientras disminuían el tiempo de digestión y los problemas
sanitarios.
Cocinar alimentos permitió aumentar el tamaño de
nuestro cerebro y por tanto, nuestra capacidad para razonar.
Si avanzamos el reloj de la historia
aceleradamente, nos encontramos con una
revolución industrial que fue, en realidad, una revolución pírica.
Aprendimos a controlar las llamas para poder
obtener energía de la quema y se inventaron todo tipo de máquinas, motores,
instrumentos y artilugios que nos facilitaron la existencia.
Los
fuegos de la industria no se alimentaban de combustibles vivos, vegetales, sino de combustibles fósiles, líticos.
La combustión de paisajes fósiles alteró la
atmósfera, y empezamos a calentar el clima.
El abandono del campo cambió la fisionomía de
la tierra, y ahora la biomasa se está acumulando.
Más calor y más combustible: más leña para los
incendios.
Y los incendios de ahora se nos escapan.
Ya no los podemos controlar.
Llevábamos décadas manteniendo las llamas a raya.
La superficie quemada en los bosques había
disminuido gracias al desarrollo de nuevas estrategias en la extinción, a
mejorar en la formación, y también al aumento desproporcionado en el gasto en
medios de extinción.
Pero eso ahora se ha truncado.
Un momento en el que, quizás por primera vez desde
la conquista del fuego, estamos perdiendo su control.
Los incendios forestales se escapan con cada vez
más frecuencia, estamos dando pasos atrás en su dominio.
Ahora
es el fuego quien nos está conquistando.
El dominio del fuego hizo posible el Antropoceno, la Edad del Hombre.
Y la
pérdida de su control nos está llevando al Piroceno, la Edad del Fuego.
Una
edad donde es la llama, y no el azadón, la principal modeladora de nuestros
paisajes.
El poder de los nuevos incendios es descomunal.
Los gigaincendios de hace tres años en el sudeste
de Australia, por ejemplo, engulleron el 21 % de sus bosques, agrandaron el agujero de la capa de ozono y enfriaron
el clima localmente.
Esto ocurrió porque las partículas suspendidas en la columna de humo, los aerosoles, bloquearon la
entrada de los rayos del Sol.
Y la destrucción de la capa de ozono alteró las corrientes atmosféricas.
Cuando los aerosoles finalmente sucumbieron a la gravedad, una gran parte se depositó en
el océano Antártico, favoreciendo un crecimiento desorbitado de algas.
Los aerosoles contienen micronutrientes que, como
el hierro o el nitrógeno, son esenciales para el fitoplancton.
Así, los
incendios en Australia reverdecieron el océano Antártico.
Aparte de los efectos sobre el planeta, gigaincendios como los de
Australia impactan notablemente en infinitud de aspectos sociales como: La
salud, la economía y la educación.
Pero
esto no solo ocurre en Australia.
En muchas zonas del mundo, a orillas del
Atlántico y del Pacífico, nos encontramos procesos parecidos.
Y si
bien es cierto que siempre ha habido incendios catastróficos, y
fuera de control, es ahora cuando los vivimos de forma continua.
Todavía es posible abandonar la senda del Piroceno.
El Pacto Verde Europeo y la imperativa transición
energética y ecológica nos dotan de un marco para el desarrollo de políticas
efectivas para frenar el Piroceno.
Y las
ciencias e ingenierías nos aportan sugerencias e instrucciones detalladas sobre
cómo lograrlo:
Favorecer a la ganadería extensiva. Incluyendo el fomento, apoyo y
asesoramiento a los pastores en sus tradicionales quemas pascícolas, es decir
abundancia de terrenos con pastos para los ganados.
El
pastoreo es un gran aliado para romper la continuidad del combustible, disminuir la intensidad del incendio y aportar una oportunidad a la
extinción.
Recrear la dinámica natural del fuego.
Implica introducir el fuego técnico, a través de quemas prescritas de baja
intensidad.
Hablamos
de quemas que no dañan, obras de ingeniería basadas en principios ecológicos.
- Desarrollar cortafuegos verdes. La periferia de
los ambientes urbanos debería incluir franjas anchas, de gran extensión,
desprovistas de vegetación. Pero también se pueden mantener los árboles, si se
prefiere, implementando sistemas de riegos prescritos.
Se trata de unos aspersores montados sobre grúas,
que empapan la vegetación con aguas regeneradas y, por tanto, frenan el avance
del fuego.
Disminuir la espesura de los bosques. Implica cortar árboles y mejorar su
estado de salud.
Cortar árboles no es deforestar. Al revés, cortar árboles de forma sostenible, disminuyendo la cantidad
de combustible, es un gran escudo para proteger los montes de un fuego
deforestador.
-
Fortalecer la actividad agrícola.
El
freno más efectivo contra los incendios lo encontramos en los cultivos.
El
abandono rural no es cosa del pasado, sino que sigue aumentando a tasas
desenfrenadas. Esto resulta paradójico, ya que seguimos comiendo cada día. Por
tanto, necesitamos al sector primario.
Estamos
viendo los primeros resultados de tener campos fantasmas, deshumanizados.
En el
Antropoceno, durante los últimos 12.000 años, los humanos
habitaron y aprovecharon el 90 % de los bosques tropicales y el 95 % de los
bosques mediterráneos y templados.
Pero el reciente abandono del campo y la
concentración de la vida en las ciudades están alimentando las llamas del
Piroceno.
Necesitamos paisajes vivos, habitados. Es la forma de evitar que el fuego siga
ocupando el espacio ecológico que dejamos libres los humanos cuando nos
marchamos del monte.
Es bueno que recordemos que las naciones unidas
tienen un organismo especializado en estos temas
UNEA es el órgano de toma de decisiones relacionadas con el medio
ambiente más poderoso del mundo. Es responsable de abordar algunos de los
problemas más críticos de nuestro tiempo. Este año, cientos de tomadores de
decisiones clave, empresas y representantes de organizaciones
intergubernamentales y de la sociedad civil se reunirán para la segunda parte
de UNEA-5, que tendrá lugar en la sede del
Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente en Nairobi.
El PNUMA es la autoridad ambiental líder en el mundo. Proporciona liderazgo
y alienta el trabajo conjunto en el cuidado del medio ambiente, inspirando,
informando y capacitando a las naciones y a los pueblos para mejorar su calidad
de vida sin comprometer la de las futuras generaciones.
La Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Humano de 1972 en
Estocolmo, Suecia, fue la primera conferencia de la ONU en elevar la
importancia de los asuntos ambientales. La creación del PNUMA fue uno de los
resultados más visibles de esta reunión. El PNUMA fue creado para ser la
conciencia ambiental de la ONU y del mundo. Las actividades de conmemoración
que se llevarán a cabo hasta 2022 analizarán los significativos avances
realizados, así como lo que se avecina en las próximas décadas.
Si no ponemos de nuestra parte, sin lugar a dudas estaríamos en el final
de los tiempos, producidos por el famoso: Piroceno.
Es importante que todos los moradores del planeta, seamos conscientes de
que en nuestras manos está, poder combatir el famoso Piroceno, si no lo hacemos
en cuestión de un lustro, nos estaremos lamentando de no haber tomado cartas en
el asunto.
Las eras o períodos que ha tenido nuestra tierra son:
Cenozoico significa la etapa en que empezaron
a aparecer los primeros seres vivos.
Mesozoico significa la etapa en que apareció
la vida intermedia.
Paleozoico es la etapa de la más antigua
manifestación de la biodiversidad.
Precámbrico es la etapa en que aparecieron las
algas, las cianofíceas, los estromatolitos y los flagelados.
Proterozoica es la etapa en que aparecieron
las primeras formas de vida.
Arcaica fue la etapa en que aparecieron los
elementos fundamentales de la vida.
Azoica fue la etapa de la tierra en que no
hubo ninguna forma de vida.
Pirozoico es el período de los grades
incendios que están acabando con el planeta
Sopetrán, agosto20 del 2023.
Darío Sevillano Álvarez.
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