Nuestra Ilustre amiga: Julie Sopetrán, la historiadora, escritora y compañera de luchas, en todo lo que se relaciona, con Nuestra Señora de Sopetrán, me sorprendió, esta semana, con su publicación en el blogger, de su propiedad: Sopetrán de América.
Mis más sentidos agradecimientos a aquella que durante cuarenta y dos años, ha luchado, como yo, por extender la devoción de la Virgen de Sopetrán o Virgen aparecida sobre piedras.
La publicación, es la siguiente:
"UN ÓLEO RESCATADO DE LA HISTORIA
Cuadro enmarcado
Quiero plasmar aquí la carta recibida hace dos días del Dr. Darío Sevillano Álvarez, historiador de Sopetrán, amante del arte y de las conservaciones de los vestigios auténticos, artífice entrañable, músico y sobre todo, gran persona, que siempre aporta altos valores a su pueblo y a la transcendencia de Sopetrán en el mundo. Su carta me emocionó gratamente al ver recuperado el cuadro donado por Doña Mariana de Austria, esposa de Felipe IV. Realmente el óleo es digno de toda alabanza y está recuperando no sólo el color, también la esencia de su historia. Mi felicitación más sincera a Darío por hacérmelo llegar a través del correo electrónico. Tesoro que no puedo dejar de compartir con mis lectores. Transcribo literal su correo y el cuadro enmarcado. Mi abrazo para todos y mi sincera felicitación al gran restaurador que es Darío.
“Especialísima amiga:
Cada vez que me dirijo a ti, siento el mismo placer, conque lo hice la primera vez, aquella tarde en que recibí, al ilustre amigo Domingo García y García, que fue mi primer contacto, con el maravilloso mundo de Nuestra Señora de Sopetrán.
Si hoy lo repito nuevamente, es porque estoy terminando el cuadro de Nuestra querida Patrona, que fue donado por Doña María, a la cual en Austria le decían Mariana. que tuvo que regentar el reinado español, mientras su hijo, cumplía la mayoría de edad.
El óleo, esta quedando precioso: Es una representación pintada en un estilo Barroco, que desgraciadamente, fue descuidada en la administración del Padre Humberto Torres Osorno, tal vez, no por despreciar a la Virgen, sino, porque su salud era supremamente mala y el mal de parkinson Severo, que lo acompañó por catorce de los diez y seis años, que regentó la parroquia, no le daba tiempo de pensar en otra cosa, que su enfermedad.
Fue así como al cuadro, que para esa época estaba en el altar mayor del templo, recibió los efectos de una gotera que tenía el techo y los efectos del agua de lluvia en los óleos, son terribles.
Con las herramientas que trabajo, la pintada de mis obras, me he acostumbrado a someter a un estudio cuidadoso, cada cosa que voy a pintar y es así, como resultaron cuarenta y siete figuras humanas en la obra; fuera de que apareció el espacio en donde estuvo colocada a fuente redonda; también se visualizó el tronco grueso de la higuera; dos árboles que al parecer, son unos alcornoques o árboles de corcho; y me parece genial esa idea, porque el bosque seco mediterráneo, en España, tiene esos dos componentes; también es bueno que sepas que el número de prisioneros, asciende a ocho personas; la Virgen, no es una negra refinada, sino una morena, color canela, tal vez quemada, por los rigores del clima de Israel; el vestido talar de ella, es de color lila, o morado desteñido y el manto, que aparenta ser negro, cuando miré con mucho cuidado el espectro que me producía la descomposición del color, me mostró, con mucha precisión, que es de un color azul oscuro y por esa razón; se dejó matizar con un color azul cerúleo; las pequeñas figuras , que están en la presentación de Nuestra Señora, en el Templo de Jerusalén, son: San Joaquín, Santa Ana, la Niña María y cuatro Sumos Sacerdotes del templo; la cantidad de ángeles que acompañan a Nuestra Patrona, en este cuadro, son veinticinco.
El pintor que realizó esa obra en España, me perece que era un buen físico, porque la Virgen al posar en la higuera, por efectos de la inercia de movimiento, quedó un poco inclinada hacia el lado izquierdo; esto no lo veo como un defecto, sino como mucha ciencia y por esa razón, lo conservé en mi obra.
Vas a ver lo hermosa que está quedando.
Una anécdota importante es esta: Cuando observé que el cuadro era toda una caja de Pandora, llamé al Padre Rogelio, al Padre Henry, a unos seminaristas que había en la casa parroquial y a Gustavo Bustamante y le mostré el cuadro con todos los megapiceles que podía ampliarlo, para que no fueran a pensar que mi pintura era un invento, que podía acabar con la fe de muchos sopetraneros.
Supongo que cuando lo vean, porque pienso mostrarlo para el día primero de Diciembre y luego lo exhibiré, ya enmarcado el día siete del mes, cuando celebramos el acontecimiento de la proclamación de Nuestra Señora La Inmaculada Concepción; lo van a admirar y aprenderán a quererlo, como quieren el viejo óleo.
Te adjunto en este correo la fotografía del cuadro que pinté como réplica del que hay en Córdoba, para que veas la personalidad, que el óleo adquirió con el marco.
Un abraso muy sentido;
Darío "
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