miércoles, 10 de enero de 2018

Presentación ante la feligresía sopetranera del nuevo óleo de Nuestra Señora de Sopetrán.

Sopetrán, Enero 7 del 2018.

Distinguidos amigos:

Sopetrán, es el único pueblo de América, que lleva ese nombre, y de verdad, nos debemos sentir orgullosos de tenerlo, porque revela una historia fantástica de la vida religiosa del pueblo español.
Fueron muchas las idas y venidas, que tuvimos que hacer, para saber con toda la precisión histórica, lo que quiere decir ese hermoso nombre: Super petran, que traducido literalmente es: Sobre piedras; esa es la realidad de nuestra historia religiosa, porque nuestra Señora de Sopetrán, fue una advocación de la Madre de Dios, que se apareció en el valle de Solanillos en España, que para esa época era un bosque caducifolio mediterráneo, integrado por higueras, olivos y alcornoques; ahora ese lugar es totalmente distinto, al que había cuando se apareció Nuestra Señora, porque es su gran extensión, están construidas cinco ciudades importantes de Nuestra Madre España.
La aparición fue una mañana, cuando la aurora despuntaba, según dice el Historiador; Andrés Pastrana, claro está, que no es el nuestro, que fue uno de los presidentes de Colombia; y aterrizó, sobre una higuera, que había fijado sus raíces en un rocadal; por esta razón en la antigua novena, uno de los gozos dice:
El valle de Solanillos, de lágrimas era un valle, y llegando tú a pisalle, quedó sin ayes, ni grillos.
Lo que traduce: Que la Virgen, no aterrizó en el piso, sino sobre el árbol de higuera; porque el arcaísmo del idioma Castellano: A pisalle, traduce sin tocar el suelo.

Lo que la palabra Sopetrán, significa para este caso, es que la Virgen se apareció sobre unas piedras (las que sostenían el árbol de higuera), para rescatar a unos cristianos que el Infante Alí Maimón, llevaba para la ciudad de Toledo, en donde estaba el Califato de Al Mamún, para degollarlos delante de él, por pertenecer a una religión contraria al musulmanismo. 


Réplica de cuadro de Córdoba.

Desgraciadamente, los dos cuadros de esa escena que posee la parroquia, no sirven para acreditar esta historia, porque las administraciones eclesiásticas anteriores a la que tenemos, porque esta es una excepción a la regla, dada la razón de que sus tres administradores, se preocupan por todo lo que tiene que ver con el culto; están deslustradas a tal punto, que la de Córdoba, la vieja parroquia, está condenada a morir guardada en un cuarto de San Alejo, porque sus colores desaparecieron por completo y la restauración, puede estar valiendo una millonada; y la que posee la Basílica, está en condiciones muy delicadas, porque el agua de lluvias que le cayeron encima, por goteras de los techos o por malas sacadas en los días de procesiones, y tal vez, producirá mucha brega restaurarla, por la razón de que el lienzo, está totalmente desteñido y deshilachado; circunstancias, que no permiten disfrutar de la historia de los lienzos.
Estas razones, sumadas a la necesidad de mostrar a Nuestra Señora de Sopetrán, con todo su esplendor, me llevaron a intentar dos hazañas, totalmente peligrosas, para una persona, que no es un gran pintor y solo es aficionado a las artes plásticas, para pintar dos oleos, que puedan cubrir esa necesidad sentida.
En mi caso, mientras pintaba los dos cuadros, nunca sentí el llamado de la Virgen, para no permitir que se pintaran las obras, o para que se hicieran con todo el respeto que una labor, tan delicada, se merece.
Si así lo escribo, es porque otros pintores, muy reconocidos en las artes plásticas, han acompañado la pintura de sus cuadros, con algunas fantasías, que hubiera querido compartir con Nuestra Señora.


Réplica del cuadro de la Basílica.

El cuadro de Córdoba, que fue el que nuestro fundador: Francisco Herrera Campuzano, le regalo a la Viceparroquia, el día 14 de Agosto del año 1616 y que en la actualidad tiene cuatrocientos dos años, lo terminé en el mes de Octubre retropróximo y el que posee la parroquia en la actualidad, que nos lo envío de España, la reina María de Austria, que gobernaba el reino, por encargo, ya que su hijo, no tenía la mayoría de edad, que está ajustando unos trescientos cincuenta años, y que es el cuadro oficial de nuestras actividades religiosas, lo acabo de terminar, hoy 7 de Enero del 2018.
No son dos grandes obras de arte, dada la razón de que mi aspiración no pretendía tanta grandeza, pero en ellas se puede contar la historia verdadera de Nuestra Virgen y con ese propósito logrado, quedo totalmente satisfecho.
Es muy importante aclarar, porque el óleo replica, no es igual al que posee la Basílica : Las estrellas, el rosario, los corazones y otras figuras doradas, que tiene el cuadro, que fueron donaciones de los feligreses, por milagros que nuestra Señora hacía y que son las responsables de parte del deslustre de la obra, las suprimí, para poder ver a Nuestra Virgen con todo su esplendor; un pequeño recuadro que hay al lado derecho de la media luna, es el pasaje bíblico de la presentación de La Virgen en el Templo de Jerusalén y me dirán; Porque esta ese pasaje en este cuadro. Así como nuestra Señora empezó a figurar en los relatos católicos, cuando la presentaron en el Templo de Jerusalén; la religión católica, empezó a figurar en España, cuando apareció la Virgen Sobre Piedras; recordemos que España llevaba ocho siglos y medio de dominación de la civilización musulmana.
Cuando este último cuadro esté debidamente enmarcado, porque un óleo sin marco, no tiene buena personalidad, los llevaré a mi pinacoteca y estarán a disponibilidad de todos los sopetraneros, que deseen saber, ese precioso relato.
No resisto la tentación de mostrarles el otro óleo de Nuestra Virgen, que está muy bien tenido, en un museo religioso de Santa fe De Antioquia.


Observen como todas las interpretaciones de su aparición, muestran la fuente redonda, porque en ella, Nuestra Señora, bautizo a Alí Maimón y lo hizo cristiano.


Darío Sevillano Álvarez

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