La procesión de los Cristos.
Esta procesión, que tiene unos treinta años de ser concebida, fue diseñada para mostrar la belleza de los cristos, que posee nuestro inventario parroquial.
Les parecerá un poco extraño que empiece la crónica de hoy con una fotografía del plenilunio, en que estamos, pero el tercer plenilunio o luna llena del año es el que da paso a las semanas santas, y por esta razón hay que acomodar estas festividades en este tercer plenilunio, porque Jesucristo fue clavado en la cruz en el tercer plenilunio de ese año.
Ahora, les voy a hablar de nuestros cristos, que son imágenes de madera por grandes artistas y solo uno de ellos es de origen quiteño, porque los demás, fueron concebidos, en tallas de madera completas.
Este es el Cristo del prendimiento, noten que no está coronado de espinas, ni esta flagelado; solo está sudando sangre.
La imagen que lo acompaña es un soldado romano.
Observen la amargura de este rostro,
pidiéndole al Padre que aparte de él ese cáliz.
El soldado romano, un hombre déspota,
que no tiene sentimiento de dolor, solo cumple con su deber.
Esta es la imagen de la desnudez de Cristo,
El Señor de la peña o Jesús despojado de sus vestiduras.
Esta cara es digna de respeto y consideración, porque Jesucristo con la mirada elevada al cielo, en busca de su Padre, le suplica valor, para manejar los dolores de la crucifixión.
Vale decir que es una imagen tallada en madera y que tiene la estatura de un humano.
Esta imagen de La Pietá, parecida a la que hay en el Vaticano esculpida en mármol, tiene los colores propios de cualquier imagen normal, es la representación de la estación Jesús en brazos de su Santísima madre.
Observemos los rasgos escultóricos de sus rostros.
Este es uno de los tres caídos que tenemos; pero creo que es el mejor de ellos y es importante decir que es tallado en madera.
Observen la calidad de su rostro,
en este acercamiento.
Este es nuestro Jesús con la cruz a cuestas,
es tallado en madera.
Para mí tengo que es la imagen más hermosa
que tenemos y su peso son 18 arrobas (225 kg).
Disfruten de las bondades de su rostro.
Este es el cristo que ha presidido el altar mayor de nuestro templo, por espacio de 138 años; también es tallado en madera y para nosotros es de un valor muy grande, porque es la mejor joya de nuestra semana santa, todos lo queremos, como a nuestro hermano mayor.
Ayer les hable de nuestra dolorosa alegre; esta es nuestra dolorosa triste, la que acompaña a Jesucristo en el calvario; la que llora por la pérdida de su hijo.
Este rostro es la personificación del dolor materno.
Esta es nuestra María Magdalena,
deléitense con el perfil de su rostro.
San Juan, mira el rostro de su maestro, totalmente
descompuesto por el sufrimiento y se estremece de dolor.
Se canta la primera estación.
La procesión avanza entre los feligreses.
Tomamos la calle José María Villa.
Entramos al templo.
Sopetrán, 28 de marzo del 2018.
Darío Sevillano Álvarez.
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