Análisis cuidadoso del discurso del Presidente
Duque.
Para ser un eminente político, se
necesitan unas condiciones importantes y de ellas adolecen la mayoría de los
personajes de la vida pública del país.
Una de esas virtudes, es la
prudencia, conque se debe manejar el lenguaje, para dirigirse a sus públicos,
con el fin de no ofenderlos.
Al Presidente Duque, lo acompañó esa
virtud durante todo su discurso, que fue de unas 4.500 palabras.
Para mí tengo que la frase más
llamativa, fue: “No tengo enemigos”,
porque con ella abrió las puertas del poder, para todos los colombianos.
Las palabras de un político para su
público, no pueden ser incendiarias, porque sus partidarios, las pueden
interpretar como un llamado a la guerra; a la indisciplina social; y a la
descomposición.
Otra de las buenas expresiones de su
discurso, fueron las conque empezó, cuando dijo: “Gracias a todos”, pues estaba diciendo que no excluía a ningún
colombiano, de su manifestación de agradecimiento.
Como buen analista que siempre he sido,
su discurso fue ecuánime, justo, bien concebido, cordial, pacífico, y sobre
todo con un lenguaje apropiado, para calmar la polarización que ha mantenido en
jaque mate a los colombianos, en la última década.
Pero me parece de suma importancia
analizar con mucho entusiasmo, algunos de los temas que el Señor Presidente
puso sobre el tapete político, relacionados con los planes de su gobierno.
Claro está que debemos recordar, que
machas de las promesas que los personajes políticos hacen en sus campañas y en
sus discursos, algunas veces, no se pueden lograr, por muchas razones y
circunstancias ajenas a la voluntad del gobernante.
Estos fueron según muchos analistas
del país, los principales anuncios que el presidente Duque hizo en su discurso:
“Este
será el gobierno del Bicentenario y todos construiremos la Colombia del
Bicentenario, para lo cual más allá de las celebraciones tradicionales debemos
hacer reflexiones profundas sobre nuestro pasado y nuestro futuro”.
Recordemos que el futuro de cualquier
ente público se construye, montado en los acontecimientos del pasado que lo
originaron.
Muchos gobernantes modernos, ni
siquiera tienen en sus agendas, las fechas importantes que originaron nuestro
caminar político, en la meta colectiva de la historia.
Una de las verdades que anunció
respecto a este tema, fue:
Los Padres de la Patria
fueron capaces de dejar sus egos y forjar un propósito común.
Otro enfoque importante de su
discurso fue:
“Saber
valorar lo que somos y hemos sido como país es la base para construir un mejor
futuro”.
Siempre hemos sostenido que pueblo
que se respete, siempre tiene como base de su accionar, su pasado.
Me atrevo a creer que tiene muy claro
este concepto:
Una de sus metas es
saber llamar las cosas por su nombre, abordar los retos con la mejor
disposición y compromiso.
Miremos otra cara de su discurso:
“Los
invito a que todos construyamos un gran pacto por Colombia (…) que por encima
de las diferencias estén las cosas que nos unen”.
El mensaje es muy claro: Se pueden
tener diferencias, pero por encima de ellas deben estar aquellas cosas que nos
unen.
Es bueno traer a la memoria el viejo
dicho popular: “La unión, hace la fuerza”.
Recordó una frase que ha pronunciado
muchas veces:
“Siempre he dicho y lo seguiré diciendo: Los colombianos esperan
Soluciones y No Agresiones”.
La máxima aspiración de su
gobierno es esta:
“Quiero
una Colombia donde todos podamos construir la paz”.
Es bueno analizar el contexto de la
frase: Nos involucra a todos en este proyecto que será el futuro de la nación.
Sin embargo, dejó claro que este
proceso se debe dar en un cese absoluto de toda actividad que envuelva la
criminalidad, “pero el pueblo no se dejará intimidar por la violencia”.
Para los que creían que iba a hacer
trizas los acuerdos de paz, dejó muy claro su criterio:
“Creo en la
desmovilización, el desarme y la reinserción de la base guerrillera”.
Esta frase, puede ser el silenciador
de muchos críticos, que sostenían que iba a acabar con el proceso de paz, ya
firmado por el anterior gobernante.
Tambien mandó un mensaje contundente
a aquellos que se pueden pasar por encima la constitución y las leyes:
“El que la hace, la
paga”.
Los grandes criminales, deben estar
alertas, porque con esta frase tienen un pie en la cárcel y el otro también.
Esto está significando, que como
comandante supremo de las fuerzas del orden está dispuesto a decir como Trump:
Cero tolerancia con el crimen.
Me da la impresión de que con esta
frase, les abrió el corazón a muchos ciudadanos, que tienen sus esperanzas puestas
en el Él, para llenar sus vidas de un alivio económico:
“Colombia debe ser un
país donde micros, pequeñas, medianas y grandes empresas progresen de manera
sostenible para generar empleos de calidad”.
Si esta expresión es para ponerla en
práctica, se resolverán los problemas de las clases menos favorecidas y
empezaremos a ver como se reducen las diferencias sociales entre pobres y
ricos.
Me llenaría de alegría, si nuestro
presidente va a poner en práctica la frase que a continuación cito de su discurso:
“Vamos a eliminar
gastos innecesarios, haciendo más eficiente la administración pública”.
Si así opino, es porque las
administraciones anteriores, se han dedicado a gastar el dinero y lo que sobra,
no alcanza para cubrir los gastos del pueblo.
Muchas de las realidades que expresó
en su discurso, apuntan a corregir este mal.
Esta frase refuerza lo que estoy
afirmando:
“Un crecimiento
potencial superior al 4 por ciento del PIB”.
Hay un largo párrafo que le dice mucho
a la juventud, al deporte y a la cultura:
“Quiero que los jóvenes
de Colombia escuchen esto con atención: Estamos comprometidos con el impulso a
la Economía Naranja para que nuestros actores, artistas, productores, músicos,
diseñadores, publicistas, joyeros, dramaturgos, fotógrafos y animadores
digitales conquisten mercados, mejoren sus ingresos, emprendan con éxito,
posicionen su talento y atraigan los ojos del mundo”.
Creo que no hay necesidad de hacer
comentarios, porque todo está dicho en la frase.
Valdría la pena complementarla con
este otro aparte de su discurso:
“Equidad es darle vida al
Deporte y a la Cultura como medios para que el talento se traduzca en
progreso”.
Remató su discurso con una
frase, que a mi modo de ver las cosas, anuncia la buena voluntad que tiene de gobernarnos:
“No haremos milagros, pero
lo daremos todo por el porvenir de Colombia”.
Y
como un sabio en el arte de gobernar, como sabe que a su amigo especial: Álvaro
Uribe, muchos colombianos lo miran con cierto recelo, solo hizo una alusión
hacia Él, cuando le agradeció por postularlo a este cargo público y a su
partido, por acompañarlo, en la difícil tarea de gobernar.
Sopetrán,
Agosto 8 del 2018.
Darío
Sevillano Álvarez.
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