miércoles, 17 de abril de 2019

Nuestra ceiba del parque, se esta muriendo por descuido de las autoridades.



Al que no ha manejado ganado, la boñiga lo enviste.

Los ciudadanos y las autoridades del pueblo, están muy preocupadas, porque a pesar de que en el mes de Abril, nuestra ceiba del parque, ya contaba, con todo su follaje;  este año no ha logrado recuperarlo, después de la votada de hojas, en el mes de Enero.


Según me contaron en el correo de las brujas, las autoridades, van a ordenar una poda de las partes, que no se han recuperado y si esas operaciones, las hicieran, dos o tres veces, estarían acabando con nuestro árbol emblema, porque el parque, sin su sombra termorreguladora, no se podría visitar entre las ocho de la mañana y las cuatro de la tarde.

Pero no han visto, la verdadera razón, por la que el árbol, no se ha podido recuperar y están buscando el ahogado agua arriba..
Los treinta y cuatro huecos, para llegar con el agua del aneguio, a las raíces profundas del termorregulador, están totalmente obstruidos, llenos de tierra que se ha cristalizado por efectos del calor.


Así están los treinta y  cuatro huecos, a pesar de que estamos en pleno invierno, la tierra que los obstruye, está totalmente seca, lo que quiere decir, que al árbol, no le llega agua hace muchos meses.
Otro factor determinante de esta falta de progreso en la recuperación de las hojas del árbol, se encuentra en el redondel, que le hiciera el constructor del nuestro última remodelación del parque, que se ve a las claras, que es un contratista: Barato, buen explotador del dinero fácil que producen los municipios y que tal vez no conoció en sus estudios la palabra: Biología.
Nuestra ceiba, que es un árbol que puede tener un peso aproximado de quince o veinte toneladas, debe recibir diariamente, cinco toneladas de agua, para que pueda cumplir, con sus funciones de termorregulador de nuestro mejor espacio público.


Miren el estado de los huecos, por donde debiera llegar el agua a las raíces del árbol, es imposible, así tengan la mejor voluntad para anegarlo que el agua pueda entrar a la parte en donde están las raíces.


Observen el redondel que le dejaron los constructores, que parece para un árbol de naranjas de una vivienda y miren con detenimiento que esta cantidad de tierra, hace muchos días que no recibe agua a pesar de que estamos en invierno.


A pesar de que todos los días ha estado lloviendo, miren el estado de sequía de la tierra del redondel.
Les pedimos muy encarecidamente, que no se atrevan a cortarle ramas, al árbol, para lograr recuperarlo; sino que se preocupen por hacerle llegar el agua en abundancia a sus raíces.
Recuerden que el constructor de la última remodelación del parque, le colocó una placa de cemento de 14 centímetros de espesor y esa es la razón técnica de que nuestro apreciado termorregulador se esté secando, porque la única forma de hacerle llegar el agua a sus raíces, sería, pedirle al Espíritu Santo que la haga llegar, por obra y gracia de Dios.
Para que un árbol de ceiba, pueda progresar y ser muy frondoso, lo único que necesita es tener un buen redondel, que le garantice el consumo de agua, como se ve claro en la ceiba que cultivan en la ciudad de Gigante, en el departamento del Huila, en donde se ve muy claro que las personas que tomaron la decisión de sembrar este termorregulador, sabían con pelos y señales, como debieran manejarla.


Observen la frondosidad de esta hermosa ceiba, pero fíjense como el redondel, es de casi diez metros a la redonda y está protegido por una verja, que no deja arrimar: Ni animales, ni humanos.

Sopetrán, Abril 17 del 2019.

Darío Sevillano Álvarez.

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