jueves, 9 de mayo de 2019

Carta de agradecimiento a las directivas de la Normal Santa Teresita.


  
      Sopetrán, Rincón de las Palmas. Carrera Córdoba #11-29. Teléfonos: 8542021 y 3206093059

Sopetrán, mayo 8 del 2019.

Mtr.
Jaime Alberto Ocampo Olarte
Rector de la normal santa teresita y demás miembros de los cuerpos docente y discente del establecimiento.

Apreciados amigos:

El profeta Daniel dice en uno de sus escritos:” Et qui alios docent, fulgebunt quasi stellae in perpetuas aeternitates”. Capítulo 12, versículo 3.
Esta frase traduce: “Y los que enseñan a otros, brillarán como estrellas por toda la eternidad”.

Y a vosotros, queridos compañeros de la profesión más hermosa, que existe en el planeta, se os puede aplicar esta bella sentencia del Profeta, porque ser maestro, es ser tres veces, más sabios; tres veces, más comprensivos; tres veces más, buenos didactas y muchas otras características importantes relacionadas, con esta profesión divina.

Cuando la normal llegó a su octogésimo aniversario de fundada, alcancé a decir en una entrevista, que me hiciera, don juan Ospina Ruiz, para la emisora comunitaria de nuestro pueblo, que por sus aulas había pasado una pléyade de adolescentes Sopetraneros, que allí habían recibido: Buena cultura; excelentes normas sociales de comportamiento; magníficas bases de cultura religiosa; importantes orientaciones, para al manejo de nuestro diario vivir; y una hermosa formación, para decir: Caminante, no hay camino; se hace camino al andar.

De verdad, apreciados compañeros, es un verdadero pacer haber estado en sus aulas, como yo lo hice, cuando en los años de 1946 y 1947, estuve cursando mis primeros años de educación, en el kínder Garden que manejaba, con lujo de competencia, nuestra ilustre y recordada religiosa: La Hermana leonilda, importante educadora, que predispuso nuestros cerebros, para recibir las enseñanzas de la educación primaria colombiana.

Otro de mis grandes placeres, fue la afortunada circunstancia, de haber llegado a presidir los destinos educativos de nuestra patria chica, en el año de 1962, como presidente del centro de estudios pedagógicos del municipio y desde esta posición empecé a servirle a la normal, como un pion de estribu, para que se pudieran realizar en las escuelas de nuestro terruño, todas las prácticas correspondientes al pensum, que para la época regía, en las normales rurales colombianas.

Más tarde y por una petición de la madre maría del buen pastor, ingresé como miembro del consejo de práctica docente y en él estuve, por espacio de diez y ocho años y por esa razón era su decano,  por ser el miembro con más años de permanencia en ella.

Pero mi anhelo de servicio, con nuestra querida normal, no se detuvo ahí, porque llegué, en la etapa final de mis días como maestro, a manejar como director técnico, la anexa a la institución y en ese cargo, llegó la hora de mi jubilación, que para mí tengo, es como el premio a mis esfuerzos, por sacar adelante el ente educativo de nuestra patria chica.

Sin embargo, a pesar de ser un jubilado, seguí pensando en la normal, que para mí, era una obsesión, y me dediqué a ayudarle a los profesores del ciclo profesional, a dictar algunas charlas, con carácter muy didáctico, sobre aquellas materias, que manejo a las mil maravillas, como son: las ciencias biológicas y las de cultura plástica y las artesanales.

Os pido muy respetuosamente, que sigáis pensando en esta que es una de las grandes obras socio-culturales de nuestro pueblo, para que cada día, pueda crecer y mostrar la riqueza y el imperio de sus conocimientos.

Para terminar, os quiero agradecer el reconocimiento, que hacéis de mis esfuerzos y os manifiesto, que para mí, ese reconocimiento significa, tanto como haberme ganado un baloto.

Sinceramente:

                  cédula de ciudadanía número: 3 620 074.

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