viernes, 11 de junio de 2021

Una democracia, no es lo que estan creyendo los vándalos del paro.

 

Una mejor definición de las democracias, para que podamos entender lo que pasa en la nuestra.

Me parece importante empezar por definir muy bien, lo que significan estas dos palabras:

República y democracia.

Porque estos dos vocablos, definen entidades muy diferentes:

La república es el gobierno de la ley, es decir el manejo de la cosa pública y la democracia es un término que significa el gobierno de las gentes, como se le dice en griego al pueblo (demos).


La palabra democracia, viene de un vocablo griego: Δημοκρατία que traduce el manejo del pueblo.

O sea que democracia es la forma de gobernar incluyendo a todos los grupos y opciones que lo componen.

Por esa razón, hay cabida para todos aquellos dirigentes políticos transparentes y responsables que velan por los intereses de los ciudadanos.

Pero en las democracias modernas, se han infiltrado unos ciudadanos que, no les importa el pueblo, sino sus conveniencias personales, como es el caso de los dirigentes de la protesta, que tenemos en Colombia.

A los políticos responsables y transparentes, la democracia les permite tomar decisiones en favor del país y la comunidad humana que lo integra.

Pero en ningún caso las democracias, admite la filtración de aquellos elementos que solo buscan su propio beneficio.

Por desgracia, las democracias modernas, se están viendo amenazadas a nivel mundial y está en nuestras manos tomar decisiones que protejan y mantengan la filosofía de las antiguas democracias.

 

Veamos una buena historia de cómo nacieron las democracias:

Ese acontecimiento histórico, se registró en Atenas, entre los siglos VI y V antes de Cristo.

Recordemos que Atenas fue fundada por los Jonios en el centro de lo que hoy es Grecia, esta zona conocida con el nombre genérico de: Ática, era pobre, con escasas cosechas, circunstancia que la preservó de la invasión de los pueblos vecinos.

La leyenda atribuye a Teseo el rey legendario que en el siglo VIII antes de cristo, haberle dada supremacía, sobre el resto de las ciudades Áticas.

Esta es la síntesis de la evolución que sufrió la democracia antes de ser perfecciona por los gobernantes de Grecia:

Atenas fue evolucionando desde el siglo VIII a. C. al V a. C. desde una oligarquía (gobierno de pocos) hacia una democracia (gobierno del pueblo).

Esta es la síntesis de la evolución que sufrió la democracia antes de ser perfecciona por los gobernantes de Grecia:

Atenas fue evolucionando desde el siglo VIII a. C. al V a. C. desde una oligarquía (gobierno de pocos) hacia una democracia (gobierno del pueblo).

En un principio gobernaba un rey, que dirigía los asuntos políticos y militares, asistido por el Areópago, consejo de nobles, con amplios poderes especialmente en la justicia.

Estas instituciones sólo representaban los intereses de las clases privilegiadas y esto provocaba constantes rebeliones populares.

Algunos nobles pensaron que era mejor ceder algo antes que perderlo todo y encararon una serie de reformas.

El primero fue Dracón, quien en 621 a. C. elaboró el primer código de leyes escritas de Atenas.

 Otro miembro de la nobleza, Solón realizó grandes reformas en el siglo VI a.C.: suprimió la esclavitud por deudas, dividió a los ciudadanos atenienses en cuatro grupos según su riqueza sin tener en cuenta su origen familiar y creó nuevas instituciones.

Finalmente, Clístenes, en el 510 a.C., le dio a Atenas su organización política definitiva: el areópago, compuesto por tres miembros.

El arcontado, integrado por diez arcontes, que se dedicaban a funciones administrativas y dirigían el ejército.

El Consejo de la bulé o de los 500, que redactaba las leyes, controlaba a los magistrados y se encargaba de la política exterior. 


 La Asamblea Popular o ekklesía, integrada por todos los ciudadanos atenienses mayores de 20 años, es decir, los propietarios, reunidos en el ágora proponían las leyes que una vez redactadas por la bulé volvían a la Asamblea para su aprobación.

El tribunal de los heliasta estaba compuesto por 6.000 ciudadanos mayores de 30 años, duraban un año en su cargo y se encargaban de administrar justicia.

Sólo participaban de la toma de decisiones los ciudadanos atenienses y para ser ciudadano era necesario ser varón y libre.

Durante el gobierno de Pericles se exigía además ser hijo de madre y padre ateniense.


 A pesar del espíritu democrático de la vida ateniense, se mantuvo la esclavitud de unas 200.000 personas que realizaban, la mayoría de las tareas productivas de Atenas.

Podían ser griegos o extranjeros y en su mayoría eran propiedad de particulares que, los consideraban objetos sin ningún tipo de derechos sociales o políticos.

Si analizamos estas condiciones, nos damos cuenta de que a muchos que dicen ser ciudadanos colombianos, les faltan muchas condiciones para poder integrar nuestra democracia.

 No me identifico con muchos de los miembros de la famosa protesta actual en Colombia, porque son diseños de los grupos armados y de aquellas naciones que, quieren acabar con las democracias modernas.


Aunque existen diez formas de democracias, estas son las más importantes a mi modo de ver las cosas:

Hay democracia directa y representativa cuando la decisión es adoptada por personas reconocidas por el pueblo como sus representantes.

Hay democracia participativa cuando se aplica un modelo político que facilita a los ciudadanos su capacidad de asociarse y organizarse de tal modo que puedan ejercer una influencia directa en las decisiones públicas o cuando se facilita a la ciudadanía amplios mecanismos plebiscitarios consultivos.

Finalmente hay democracia directa cuando la decisión es adoptada directamente por los miembros del pueblo, mediante plebiscitos y referéndums vinculantes, en elecciones primarias, facilitación de la iniciativa legislativa popular y votación popular de leyes, concepto que incluye la democracia líquida.

 Estas tres formas no son excluyentes y suelen integrarse como mecanismos complementarios en algunos sistemas políticos, aunque siempre suele haber un mayor peso de una de las tres formas en un sistema político concreto.



Antes de terminar quiero traer a colación un artículo que publicó Santiago Montenegro que a la letra dice:

Los que, entusiasmados por las marchas callejeras, las muchedumbres de las plazas y las manifestaciones de las últimas semanas, argumentan que la verdadera democracia se materializa en la calle o en la plaza, sin intermediarios ni representantes, deberían ser más conscientes de lo que es y no es una democracia. Por las razones que hemos visto, la democracia directa de la Antigüedad no es posible en Estados de amplias extensiones territoriales y de grandes poblaciones.

Por supuesto, los que marchan y se reúnen en las plazas tienen todo el derecho a protestar, si lo hacen pacíficamente.

Pero se equivocan si creen que esas congregaciones representan legítimamente a todo el pueblo, porque los convocados son una pequeñísima minoría, mientras la gran mayoría del demo está ausente.

En las democracias modernas existen, por supuesto, mecanismos de consulta directa, como el referendo, el plebiscito o la consulta popular, pero solo para decidir temas muy específicos.

 


Por otra parte, a los grupos de activistas que están acudiendo al bloqueo y a la violencia, que afortunadamente no son la mayoría de quienes protestan, debemos recordarles no solo que con esas acciones están violando derechos fundamentales de las mayorías que no protestan, sino que, contrario a la democracia que reclaman, sus acciones son las mismas que utilizaron el fascismo y el leninismo para imponer sus regímenes de poder opresor.

 

Sopetrán, junio 9 del 2021.

Darío Sevillano Álvarez.














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