Una maldición que cayó
con todos sus parámetros.
Desde los tiempos en que
el famoso Yeison, estaba gobernando con todo su orgullo y con la tendencia de
conseguir mucho dinero, le diagnostiqué a su majestad que no volvería a ser
elegido, ni como presidente de la acción comunal de Morrón, pero no crean que
lo hice por petulancia, sino porque veía todas las atrocidades que hacía en su
gobierno.
La maldición que le eché
fue esta:
“Lo que tengo muy seguro,
es que estos gobernantes que se van quemando, si se sometieran al voto popular
en nuevas elecciones, no alcanzarían a llegar ni a la categoría de presidentes
de una junta de acción comunal veredal”
Esto fue en abril 17 de
2017,
Seguramente todos está
enterados de los resultados electorales del 29 de octubre, en los que nuestro
ilustre gobernante quedó eliminado de la lista para siempre.
Creo que esta fábula de
Tomás de Iriarte, se pudiera aplicar a nuestro caso:
La rana y la gallina de Tomás de
Iriarte.
Desde su charco, una parlera rana oyó cacarear
a una gallina.
«¡Vaya! -le dijo-; no creyera, hermana,
que fueras tan incómoda vecina.
Y con toda esa bulla, ¿Qué hay de nuevo?»
«Nada, sino anunciar que pongo un huevo».
«¿Un huevo sólo? ¡Y alborotas tanto!»
«Un huevo sólo, sí, señora mía.
de oírte cómo graznas noche y día?
Yo, porque sirvo de algo, lo publico;
tú, que de nada sirves, calla el pico».
La moraleja de la fábula:
Al que hace algo se le puede perdonar que lo
pregone; el que nada hace, debe callar.
Durante toda la campaña se empeñó en decir que
era el mejor y que nadie le podría competir, pero a las seis de la tarde del
día de elecciones le tocó llorar, porque no esperaba que la Señora Tatiana lo
derribara de su trono de orgullo y ganas de plata y de la angustia de no poder
gobernar con zanahoria y garrote, como lo había prometido en la emisora, el día
de su entrevista.
La moraleja que saco de todas estas peripecias
electorales es:
Los
sopetraneros tenemos una memoria colectiva, de los acontecimientos que
acompañan a los gobernantes y a la hora de unas elecciones, nos sacamos el
clavo, como decimos los antioqueños.
Este es el equipo que va a ganar la contienda
electoral.
Aprendamos con estos acontecimientos a
controlar nuestro orgullo, porque es muy doloroso que todos a una se rían a
carcajadas batientes, de las bobadas que hacemos.
En el acontecimiento de la terminada de
campaña de nuestro ilustre emperador, uno de los asistentes al evento, tomó la
palabra y le dijo al publico esta famosa expresión.
Este hombre es tan importante, que ha sido
exalcalde de Sopetrán por dos veces; es bueno que ahora proclame que no son dos
veces, sino tres.
Sopetrán, octubre 30 del 2023.
Darío Sevillano Álvarez.
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