¿Qué podemos decir acerca de los rayos?
Darío Sevillano Álvarez
La inmensa mayoría de los humanos les tiene pavor a las tempestades, por los rayos que con mucha intensidad se producen en ellas, porque los destellos electromagnéticos producidos por la electrostática natural, de estos fenómenos, acompañados de truenos y todas las cosas impresionantes, que en ellas pasan, son factores que los humanos no vamos a aprender a manejar.
Así empieza una tempestad.
Personalmente, siempre fui un enamorado de las tempestades y recuerdo que desde cuando era muy niño, me situaba en lugares estratégicos en donde no me fuera a mojar, con la lluvia que generalmente las acompaña, para disfrutar del espectáculo natural, con los juegos de luces y todos los ruidos que anuncian la caída de un rayo.
Recuerdo que siempre pensaba:
—Es en una tempestad cuando más se ve la grandeza de Dios.
Mi padre, que era un humilde carpintero me decía:
–No hagas eso, porque los ojos atraen los rayos y te va a salir matando uno de ellos.
Claro está, que esta afirmación de mi padre, era una de esas leyendas populares que circulan acerca de los fenómenos naturales, pero que casi nunca pasan.
Digámoslo de otra manera:
—Son coincidencias, a las que el pueblo les da valor de axiomas.
Observen este espectáculo multicolor.
Pero en esencia, ¿qué es un rayo?
Es una poderosa descarga electrostática (recordemos los experimentos de Física, que hacían nuestros profesores, para mostrarnos el poder de este tipo de energía, uno de tales experimentos era el de la peinilla y los trocitos de papel), que se produce en una tormenta eléctrica y que logra generar un pulso electromagnético, que va acompañado de un haz de luz al que llamamos relámpago y de un ruido ensordecedor que genera calor en la atmósfera, con su onda de choque, que se expande rápidamente por el aire al que llamamos trueno.
Recuerden que estos conceptos nos los desarrollaron muy bien nuestros maestros de primaria. En el tiempo, en que no se ponían las famosas consultas para la internet, porque en esa gratísima época los maestros eran supersabios y no sentían pereza para hacer entender a sus alumnos todas aquellas cosas que, siendo difíciles, se convertían en hermosas realidades en la sabiduría de los docentes.
Todos nos postramos ante la majestuosidad de un rayo.
Es casi imposible, ser alcanzado por un rayo, pero los humanos tenemos que ser lo suficientemente maliciosos, para evitarlo.
Las posibilidades son una entre dos millones trescientas veinte mil personas.
Esto solo les pasa, a los que quebrantan las orientaciones, que damos para estos casos.
El haz luminoso de un rayo, cuando es normal, puede medir hasta kilómetro y medio; pero un rayo en Texas, alcanzó 190 Km de longitud.
Un rayo puede iluminar, hasta 200.000 hectáreas; un rayo es cinco veces más caliente que la superficie del sol; en un rayo, pueden estar presentes 1.000 millones de voltios; en la tierra se generan en un año, hasta 16 millones de tormentas eléctricas con rayos.
Este podría ser el superlativo de la belleza natural.
Por norma general, los rayos son producidos, por partículas positivas que hay en la tierra y partículas negativas que hay en cierto tipo de nubes, a las que llamamos cúmulo-nimbos, es decir, nubes de agua cuyo color es grisáceo y viceversa.
Cuando un cúmulo-nimbo está bien cargado de energía negativa, le podemos decir que logró la tropo-pausa. Y se puede producir un rayo de nube a tierra.
Cuando esa carga de energía, está llegando a la tierra, una carga positiva se eleva y se encuentra con la carga que va de la nube y eso es lo que produce el haz de luz. Para que me entiendan, se forma un corto circuito.
Un rayo puede generar una energía de un gigavatio, es decir un millardo de vatios.
Pero si han observado con tranquilidad las tempestades, los rayos casi siempre se presentan en ráfaga, es decir, uno tras otro; este fenómeno consiste en que el rayo que se formó, genera dos nuevas descargas, que en norte América las llaman J y K; estas a su vez, forman nuevos destellos de luz, con sus respectivos truenos.
Esto es lo que produce las ráfagas de rayos.
Pero hay veces en que los rayos nube-tierra, se precipitan de la parte positiva de la nube y estos no son tan ramificados, pero tienen las mismas características de los anteriores: Sus ramificaciones se parecen a las raíces de las plantas, mirando hacia abajo, en el siguiente gráfico podemos ver este fenómeno con más claridad.
Rayos positivos, nube-tierra, estos son menos brillantes que los otros.
Recordemos que la energía destructiva de un rayo
es comparable con una explosión nuclear.
es comparable con una explosión nuclear.
Por último, digamos que también se generan rayos tierra-nube, que para diferenciarlos es muy fácil, porque las ramificaciones del haz luminoso, se parecen a las ramificaciones de los pequeños tallos de las plantas.
En estos dos casos, vemos rayos tierra-nube y en ellos el haz luminoso y la energía del rayo ascienden de la tierra hasta las nubes.
Los invito a que observen con gusto las tempestades, para que aprendan los secretos de la naturaleza.
Es bueno que sepan que la ciencia, que estudia los rayos, su composición y su comportamiento se llama Ceraunología. Esta palabra, viene del griego Κεραυνός, que traduce: Rayo, trueno o relámpago, y se pronuncia: keraunos y logos, que traduce tratado.
Este cielo parece una fiesta patronal en Sopetrán,
imitando las luces pirotécnicas.
imitando las luces pirotécnicas.
¿Por cuál razón, el relámpago y el trueno, no son simultáneos?
Si refrescamos algunos conocimientos de Física, que aprendimos desde el grado quinto de la primaria, recordaremos que la luz recorre 300.000 kilómetros por segundo; en cambio el sonido se propaga a 343 metros por segundo. Esta gran diferencia para desplazarse, es la que separa el relámpago del trueno.
Si observan con mucho cuidado esta fotografía, de inmediato se darán cuenta que este destello, salió de una nube para otra y a estos rayos les decimos rayo nube-nube.
Árbol destrozado por un rayo.
Con mucha frecuencia los científicos anuncian que en un lugar de la tierra cayeron en un año equis cantidad de rayos y uno se pregunta:
—¿Esa información será certera o será una tomadura de pelo?
Pues cómo les parece que con la tecnología de punta de última generación en los satélites artificiales, los científicos han colocado unos instrumentos que miden cuidadosamente, la cantidad de rayos que caen en las distintas partes de la Tierra y mandan la información a las estaciones terrestres, para que los sabios en esta materia, puedan decir con precisión, cuantos rayos caen en cada tempestad. Esos instrumentos se llaman detectores ópticos de observación transitoria y su sigla es OTD, y los sensores de imágenes de relámpagos, cuya sigla es LIS.
Este es un planisferio terrestre, en donde se muestran las regiones más propensas para que caigan rayos. Los lugares coloreados de amarillo, son los más peligrosos; observen como en los polos, esos fenómenos se producen con mucha dificultad.
Es importante agregar que también en la Tierra, los científicos tienen algunos sensores especializados en este tipo de tareas y por todas estas razones, ellos pueden anunciar con, toda la capacidad científica, la cantidad de rayos que caen sobre el planeta en determinado número de tempestades.
Si tenemos en cuenta que la humanidad está calculada en unos siete millardos de personas, la cantidad de muertes por rayos al año, no es tan exagerada, pues las estadísticas anuncian 24.000 muertes anuales.
¿Cuáles serían las normas que debemos guardar
para librarnos de la caída de un rayo?
para librarnos de la caída de un rayo?
Estas son algunas recomendaciones importantes, relacionadas con el tema:
Cuando hay tempestades, evite estar en terrenos planos y grandes, como campos de futbol o grandes pastizales.
Para evitar la lluvia no se refugie en cabinas telefónicas.
Si está en el campo y no encuentra una vivienda para refugiarse, puede meterse en un lugar en donde hay muchos árboles.
Cuando va en su carro y empieza una tempestad, permanezca en él y si el carro es un camión, estará mejor protegido.
Evite bañarse mientras se presenta una tormenta eléctrica.
Si está en su hogar y utiliza algún aparato eléctrico, apáguelo y desconéctelo.
Si está en su casa y empieza una tormenta, es importante cerrar las ventanas y puertas, porque los rayos son felices siguiendo las corrientes que entran y salen de los hogares.
No es una buena idea, estar en la parte más alta del edificio, ni asomarse a ver la tempestad con las ventanas o puertas abiertas.
Observen cómo los rayos no respetan a nada ni a nadie.
Hasta donde sea posible, desconectar las entradas del fluido eléctrico y las de los teléfonos, para evitar que la energía de rayo utilice esos cables como buenos conductores.
No tengas contacto con las cercas de alambre que se utilizan para dividir los potreros, porque son muy buenas conductoras de la energía que produce el rayo.
En las grades ciudades, como los edificios son tan altos, ese sería el mejor seguro de vida, para que no nos caiga un rayo.
Pero los parques, las plazas amplias y las grandes avenidas, no son muy seguras, porque el rayo puede elegir uno de esos objetivos para caer.
Si vamos por la calle cuando empieza una tormenta, debemos recordar que nuestras joyas, el paraguas o cualquier objeto metálico como el celular, puede atraer un rayo.
Casi siempre las ciudades y pueblos, tienen buenos pararrayos y esa es una buena norma de seguridad, en contra de las tempestades.
Por esta razón no debemos protegernos debajo de un árbol.
Cuando estamos en el campo y nos sorprende una tormenta eléctrica, es importante buscar en dónde protegernos y si estamos en una excursión, lo mejor será meternos en los vehículos, porque son el mejor seguro de vida, no por las llantas que aíslan el carro del factor tierra, sino por el efecto Jaula de Faraday. Este fue un gran sabio inglés de principios del siglo XVIII que demostró que trabajando con la electricidad estática demostró que la carga eléctrica se acumula en la superficie exterior de un conductor eléctrico cargado, con independencia de lo que pudiera haber en su interior.
Por el efecto Faraday, lo mismo que sucede en esta fotografía sucede en el interior de un automóvil metálico.
Observen como los rayos, buscan los edificios.
Evitemos estar cerca de los animales, cuando hay una tormenta eléctrica, porque su pelo y su tamaño son buenos objetivos de los rayos.
No nos arrimemos a grandes rocas, mientras haya tormentas eléctricas, porque ellas atraen la energía de los rayos.
No se nos ocurra estar arrimados a las torres eléctricas, cuando haya tormentas.
Si nos coge una tempestad en un lugar abierto y desolado, lo mejor es despojarnos de las cosas metálicas que tengamos y ponernos en posición fetal, mientras pasa la tormenta.
Como punto final de este artículo, veamos los grandes beneficios que nos regalan las tormentas eléctricas:
En primer lugar, los invito para que hagan estos dos experimentos:
1) Después de una tormenta eléctrica, huelan el aire y respiren profundo, para que sientan la fragancia, que la tormenta le regaló.
2) Después de una tormenta eléctrica observen los picos remotos de las montañas para que vean la hermosura de sus colores y el panorama tan profundo que se puede dominar.
Los rayos son el único purificador natural de la atmósfera.
Si recuerdan que en los meses de verano, al final de la temporada, las montañas se tapan con la calima o calina, que es el resultado de la acumulación de partículas nocivas para la atmósfera; cuando pasa una tormenta, las montañas se ven frescas y sin esos contaminantes.
Casi todos los días, a lo largo y ancho del planeta, caen ocho millones de descargas eléctricas, como regalo de las tempestades; pero estas descargas, nos regalan la ionización del aire, para que sea más puro y propician la formación de óxidos de nitrógeno, que se disuelven con las lluvias y se esparcen por toda la tierra, en forma de ácido nítrico diluido que produce los minerales de los que se alimentan las plantas, como el nitrógeno o urea, que tantos beneficios le produce a los vegetales.
Las plantas fertilizadas con los componentes de las tormentas eléctricas, mejoran un 50 % las utilidades de las que fertilizamos con productos químicos.
Otro de los grandes beneficios de las tormentas, es la cantidad de agua que generan, para mantener los embalses en su máxima capacidad.
El mejor beneficio de las tormentas eléctricas, es el hecho de que las chispas eléctricas de los rayos, son los responsables de la formación de ozono u O3 que es un isotopo del oxígeno y que como todos sabemos, es el componente de la capa protectora, contra la acción de los rayos ultravioleta.
La energía de los rayos estabiliza la región en donde caen y sirve para precipitar a tierra, todas las partículas nocivas para la atmósfera.
Recordemos de paso, que un sabio ruso de apellido Oparín, demostró ampliamente que los rayos, que caían en la atmosfera primitiva de la Tierra, fueron los responsables de crear los aminoácidos que formaron la vida en el planeta.
Oparín y su experimento.
Con el tiempo y un palito, como decimos los antioqueños, muy pronto vamos a poder capturar la energía de los rayos y la vamos a canalizar, para que nos permita utilizarla en algunos menesteres de la vida diaria.
Me quedan algunas cosas por tratar, como el hecho de que a veces estando en pleno verano y sin que se presenten tormentas eléctricas, vemos una luz remota sobre las crestas de las más remotas montañas, esto significa que muy lejos del lugar, se está desatando una tormenta eléctrica y los reflejos de los rayos, se ven en lontananza.
Hay una preciosa anécdota con una de mis abuelas, a la que una noche le pregunté:
—¿Por qué se ven esos reflejos en la cimas de las montañas?
Y ella me respondió:
—Negro, eso es una tempestad en alta mar.
Posiblemente la respuesta de mi abuela era acertada, porque la tempestad estaba muy lejos de Sopetrán.
Tempestad en el río Catatumbo.
Sopetrán, Noviembre 6 del 2016.
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