domingo, 27 de noviembre de 2016

Se aproxima una catástrofe mundial.


¿Los acontecimientos que a diario estamos viviendo, serán un anuncio del final del: Homo Sapiens?

La Tierra, nuestro dulce hogar, a pesar de sus apariencias de: Madre querida, con los humanos, ha mostrado a lo largo de su existencia, que es un planeta feroz, que es capaz de sacudirse, cada que le viene en gana y destruir todos los seres que en ella viven.

Estos eventos se han presentado cinco veces, desde cuando apareció el primer organismo con vida, hasta hoy.


Analicemos con cabeza fría estos eventos y miremos en cuales épocas de la prehistoria, tan olvidada de su majestad: El Homo Sapiens, se han presentado en forma inesperada.

El primero se presentó hace unos 440 millones de años, entre los períodos ordoviciense y el silúrico y según explican los científicos, de acuerdo con los estudios que se han hecho en las capas más profundas del planeta, fue causado, por un factor muy conocido por nosotros, en nuestros tiempos: Descongelación de los hielos polares, como está pasando en nuestros tiempos, que según creemos, el nivel de los océanos va a superar los veinte metros de altura, sobre la que en la actualidad tenemos y todos los puertos marítimos del planeta quedarán sepultados por las aguas.

En esta destrucción, desapareció el 60% de las especies que poblaban el planeta.


La segunda ocurrió hace unos 360 millones de años, en el período devónico y fue causada por las glaciaciones, es decir lluvias continuas por espacio de muchos años, que redujeron la temperatura y el nivel de los mares.

Este fenómeno se presenta en la tierra, cuando la cantidad de bosques, está desapareciendo y las lluvias continuas, regeneran la cantidad de la vegetación.

En esta destrucción llevaron del bulto las especies acuáticas en un 70% y los corales, se salvaron; pero no volvieron a ser lo que antes eran.


La tercera se presentó entre los períodos: Pérmico y triásico, hace unos 250 millones de años y en ella desaparecieron el 95% de las especies y se cree que fue causada por una explosión de un megavolcán, que alteró las condiciones de oxígeno en la atmósfera terrestre; hay otros que creen que la causó el choque con un asteroide, pero esa teoría no está plenamente demostrada.

La mayoría de los científicos, están convencidos de que tuvieron que pasar cosas muy especiales y fenómenos muy complejos, para que hubiera habido semejante destrucción; a esta se le conoce como: La Gran destrucción.
Después de esta destrucción, el planeta tuvo prácticamente que volver a empezar a poblar seres vivos, en todos los lugares.

En el momento actual tenemos en la tierra unos megavolcanes, tan peligrosos como: Yellowstone en los Estados Unidos, pero hay otros gigantes como él, esparcidos en el planeta.


La cuarta destrucción masiva se presentó aproximadamente hace unos 210 millones de años, entre los períodos: Triásico y jurásico, y fue causada, por erupciones volcánicas que afectaron notablemente la temperatura y acabaron con las formas de vida que para esa época había.

Estas erupciones pudieron haber sido en la región central del océano Atlántico y afectaron considerablemente el famoso: Pangea, que era el gran continente de donde saldrían más tarde, los cinco continentes que ahora conocemos.

Pero tengan en cuenta que estas cuatro destrucciones masivas, casi ni se enseñan en los planteles de educación, no sabe uno si por no causar terror a los humanos o porque no las creen de vital importancia, para la historia del planeta.


La quinta destrucción masiva, es la que más conocemos los humanos, porque revistió una cierta categoría, al destruir los famosos dinosaurios, que eran seres monstruosos, que estaban preparando el planeta, para la llegada del su majestad: El Homo Sapiens y esta se presentó hace unos 65 millones de años entre los períodos cretácico y triásico, que fue causada por el choque de un asteroide con nuestra tierra, en la península de Yucatán en México.


Creemos, que estamos ad portas de la sexta destrucción masiva, que tal vez será producida por los excesos de mal manejo del planeta que está cometiendo su majestad, la única forma de vida inteligente que hay, y tal vez la más peligrosa, porque se le metió en la cabeza, que con su inteligencia, puede quebrantar las normas de la física y de la química, que regulan las funciones de nuestra tierra.


Aunque la palabra ecología debiera ser sagrada, para cualquier ser vivo, es la palabra más maltratada de nuestras ciencias naturales.

La sexta destrucción masiva la está propiciando el Hombre, que viene produciendo todo tipo de problemas relacionados con el mal manejo de las leyes del planeta.

Como muestra de lo que digo, entre el año de 1500 y hoy, vuestras majestades, se han dado el lujo de destruir: 322 especies de animales vertebrados y el resto de ellos, está sufriendo una reducción del 25% de sus poblaciones; también los invertebrados están llevando del bulto, porque un 45% de las especies, han desaparecido en poder de: La Plaga, como le dicen al hombre, en un documento que se llama: La gestión del riesgo debido a las malas acciones de nuestro genio: La única forma de vida pensante.

Los científicos modernos han introducido un nuevo término: Defaunación, compañero inseparable de la palabra: Deforestación, para indicar las dos grandes angustias, que la fiera humana, le causa a su dulce hogar: La tierra.


Según la opinión de muchos científicos, la destrucción actual, es más grade que las cinco anteriores sumadas en total.

Esto quiere decir, que ya estamos viviendo la sexta destrucción masiva del planeta, acolitada por el ser más importante que vive en él.

En esta sexta extinción masiva, que se está desarrollando, las especies dominantes como el hombre, están en el mismo riesgo que las más vulnerables de todas, porque los factores que la componen, son muy preocupantes, para los científicos, dadas las razones, que el cataclismo que se aproxima, es de proporciones devastadoras y no va a respetar a ningún ser vivo.

Si los dinosaurios, que tenían grandes fortalezas en sus cuerpos y que tuvieron su reinado en el planeta, por espacio de 150 millones de años, no fueron capaces de resistir, la catástrofe anterior; nosotros que somos cuerpos más vulnerables y menos protegidos a los factores climáticos, que parecen ser los dominantes en esta extinción y que solo hemos vivido en el planeta un décimo del 1% de ese tiempo, no podremos sobrevivir.


Por la inteligencia que manejamos, los humanos podríamos resultar con algunas posibilidades de escaparnos, pero recordemos que los factores de alto riesgo de esta sexta destrucción son: Comida, Agua y energía.

Pero analicemos otros factores de riesgo, que son igualmente nocivos, para la supervivencia de nuestra especie:

Se han hecho alguna vez esta pregunta: ¿Cuántos cabemos en el planeta tierra?

Miremos esta triste historia, que nos muestra la realidad de la más grande de las amarguras, que haya vivido nuestra tierra:

Cuando el hombre empezó a administrar la tierra y a domesticar: Especies animales y vegetales, para su sustento, la cantidad de habitantes, para vivir en la extensión territorial, eran un millón de personas, que iban y venían, por todos los lugares, sin ningún tipo de tropiezos.


Pero en 12.000 años que llevamos administrando la finca, nos hemos multiplicado tan escandalosamente, que superamos los 7.200’000.000, (siete mil doscientos millones de habitantes).

Veamos los detalles de esta triste historia:

Para el año de 1804 estábamos en la cifra de 1.000’000.000.

En el año de 1930, habíamos llegado a los 2.000’000.000.

En 1960, habíamos superado los 3.000’000.000.

En el momento actual, somos 7.200’000.000.

Y si las cifras estadísticas se cumplen con la exactitud que esa ciencia maneja, para el año 2100, podríamos estar llegando a los 13.000’000.000.

Ahora hagamos estas preguntas:

¿Hasta cuándo seguiremos multiplicándonos?

¿Cuál es el límite de humanos, que puede soportar el planeta?

¿Estaremos siendo demasiados habitantes, con las limitantes del agua, la tierra, el aire, la extensión territorial, la producción de comida y muchas otras cosas más?


Para citar un solo ejemplo, la especie humana consume en seis meses, la cantidad de comida que le corresponde para un año.

A este peligroso factor de señal de destrucción, agreguémosle estas consideraciones:

Llegará el día en que los humanos, vamos a ocupar todos los lugares y no habrán cultivos, ni edificios, ni ningún tipo de infraestructura, porque solo nos podremos acomodar, cada uno en un pequeño espacio.

Si los polos se siguen descongelando, como lo suponemos, el agua de los océanos, estará copando más espacio en las tierras en que el hombre vive.


Cuando no tengamos espacios, para cultivar aquellos alimentos que nos comemos y no haya espacio para tener los animales, que nos suministran las proteínas animales: ¿Seremos capaces de sobrevivir?

Día a día las cosas se nos están poniendo más complicadas y lo peor es que la especie humana, no reacciona, porque cree que su inteligencia, será capaz de resolver los problemas que se vayan presentando.

Esto quiere decir: Que no estamos preparados para afrontar los grandes y amargos problemas que nos tocará resolver dentro de pocos años.


Las actividades del hombre sabio, están creando unos parámetros parecidos a los que acompañaron la tierra, cuando la gran destrucción del jurásico y esta destrucción masiva, no tiene reversa, porque ya está en curso.

Si damos una mirada a las extinciones de las grandes civilizaciones de América: Mayas, Aztecas e Incas, nos damos cuenta que una de las causas que produjeron su desaparición del planeta, fue: La deforestación, la cual produjo grandes períodos de sequías, que fueron acabando con estas importantes civilizaciones que alcanzaron a vivir, muchos años en la faz del planeta.

Los canales de televisión hace una década, mostraban unas películas que se llamaban: Apocalipsis milenarios, en donde se explicaban las causas que produjeron la desaparición de estas civilizaciones.

En la actualidad, hay un grupo de estudiosos, que están demostrando aquello de los alienígenas ancestrales, y tal vez la ciencia vaya a mostar otras facetas de la desaparición de muchas etnias.


Casi siempre las causas para que una civilización que lleva muchos años viviendo en el planeta desaparezca, salta a la vista la palabra: Sequía, producida por una inmensa deforestación.

Estas talas sistemáticas de los bosques las hacían nuestros antecesores, para mantener sus calderas, en donde hacían los bloques de yeso para sus grandes construcciones y los inmensos fogones con los que producían sus alimentos; además deforestaban los bosques para ampliar los cultivos con que los miembros de sus comunidades se alimentaban.

Miremos un ejemplo que tenemos muy cercano los sopetraneros: Las tierras de Córdoba, que en la Colonia eran muy fértiles, fueron atropelladas por su majestad el hombre, para mantener la leña que alimentaba los fogones de las minas de sal y los resultados son catastróficos, porque en esas tierras, en la actualidad, solo nacen pencas y vegetación propia de desiertos.


No es una mera coincidencia, que esta misma situación se esté presentando en el momento actual, cuando cada ciudadano de la tierra dice: Si yo tumbo un árbol, nada va a pasar; pero si cada habitante de la tierra tumba un árbol, serían 7.200’000.000 de árboles que se tumban y eso podría producir un colapso a los climas de la tierra y alejar las lluvias, por mucho tiempo.

Tampoco es una casualidad que se estén presentando los fenómenos del Niño y de la Niña, bautizados impropiamente, porque el primer niño, fue detectado en una navidad.

Las consecuencias fatales del Niño que estamos viviendo, en lo que va corrido de este año, ya tiene en apuros a unos trescientos municipios de la nación y muchos departamentos, han declarado la alerta roja, por falta de agua.

Otra circunstancia peligrosa que estamos viviendo, son los incendios forestales, que se están presentando por las grandes sequías y por la falta de humedad de los bosques de la tierra.

No olvidemos que cada incendio forestal, acaba con unas hectáreas de bosques naturales que necesitamos, para la producción del agua potable, tan escasa en estos tiempos.


Las consideraciones que les entrego, para que las lean con cabeza fría y para que traten de aterrizar, en la superficie del planeta, no son ideas mías, ni son relatos de libros de ciencia ficción, sino realidades tangibles, que por inteligentes que seamos, no las podemos negar, ni dejar de tener en cuenta.

Despertemos de ese letargo tan fuerte que nos acompaña y tratemos de cuidar las pocas cosas que nos quedan, de aquel que fue por muchos años: Nuestro dulce hogar la tierra.


Si a este memorial de agravios, le anexamos unas palabras más, como:

 Calentamiento global; Pérdida de la capa de ozono; Cambio climático; Efecto invernadero; Rayos ultravioleta… Comprenderemos que estamos como se dice en mi tierra: “Más perdidos que embolatados”.

Como punto final permítanme regalarles una carta, que entregábamos como material pedagógico, a las personas que hace veinte o treinta años, asistían a nuestras charlas del grupo ecológico, para tratar de convencer a los humanos, de los grandes males que íbamos a tener en el planeta, sino tomábamos una firme resolución, para ayudarle a nuestro: Dulce hogar la tierra.




Desde luego que en estos momentos, esta carta, ya no tiene valor, porque las amarguras del planeta, están ahí, y no tienen remedio.

Estas consideraciones las escribí en el mes de Septiembre del año 2015, pero en la actualidad, hoy 8 de Noviembre del 2016, apareció en los medios de comunicación, un artículo que me llenó de preocupación, porque están anunciando con pelos y señales, lo que yo había previsto:

“Alarmante: para 2020 podrían desaparecer 2 de cada 3 animales en el mundo.


Proporcionado por THX Medios S.A. La enorme contaminación es uno de los factores principales de la masiva extinción que se anuncia (iStock).

Si la tendencia actual sigue su curso, se calcula que en cuatro años, el mundo perderá dos tercios de la vida silvestre. El dato inicial provoca conmoción. Así lo indica un estudio realizado por World Wildlife Fund (WWF), una organización sin fines de lucro que hace 50 años procura defender a las distintas especies y al medio ambiente.

La alarma se desprende de otro hallazgo del reporte que sostiene que se produjo una disminución del 58% en las poblaciones de vertebrados (peces, aves, mamíferos, reptiles y anfibios) entre 1970 y 2012

Según los investigadores, existen 5 factores principales que ocasionaron tal desastre natural: la pérdida de los hábitats, la sobreexplotación, la contaminación, las especies invasoras y el cambio climático. A raíz de ello, 3.706 especies que habitan en tierra, mar y ríos se vieron debilitadas en forma notoria.


© Proporcionado por THX Medios S.A. Entre 1970 y 2012, se produjo una disminución del 58% en las poblaciones de vertebrados (iStock).

El culpable señalado no es otro que el ser humano. "A medida que la humanidad sigue exigiendo cada vez más a la tierra y ejerce presión sobre nuestro capital natural, lo que estamos viendo es la desaparición de la vida silvestre", dijo Colby Loucks, director del Programa de Conservación de Vida Silvestre de la WWF.

De acuerdo al informe, la humanidad se expandió tanto en diversas actividades que atentan contra la conservación, como la tala de selvas tropicales, la caza y la sobrepesca en los mares, que ahora requiere más de la disponibilidad que ofrece la Tierra para proporcionar los bienes y servicios que se utilizan cada año.

La entidad WWF clasifica como "huella ecológica" a este consumo desmedido de los recursos que requiere la vida de un ser humano promedio en distintas regiones. Las naciones más ricas, incluidas Estados Unidos, Canadá y Australia, tienen las mayores huellas en el mundo. "No creo que la gente conozca realmente el alcance de estos daños", señaló Loucks. "En última instancia, vamos a necesitar una acción colectiva para tratar de mantener lo que los seres humanos necesitamos, así como también el mundo natural".



© Proporcionado por THX Medios S.A. Las especies marinas de la gran barrera de coral registraron una disminución drástica (iStock).

Las especies que entraron en peligro hace algunos años y aparecen en vías extinción son múltiples. Por ejemplo, el censo de elefantes africanos demostró una caída del 30% de la especie en todo el continente y tan solo en 7 años. Por su parte, la gran barrera de coral también registró una disminución drástica en sus especies marinas.

Las especies de agua dulce fueron las más afectadas, con una disminución del 81% en sus poblaciones. En especial, las ballenas y los delfines fueron los más perjudicados a raíz de la acuciante contaminación en los mares europeos. Aunque los que mayor disminución padecieron fueron los anfibios debido a una enfermedad fúngica que se desplegó por todo el mundo.

"La sostenibilidad y la resiliencia se lograrán mucho más rápido si la mayoría de la población de la Tierra comprende el valor y percibe las necesidades de nuestra tierra cada vez más frágil", sostiene el informe. 

Su principal autor, Loucks, es consciente de que ese cambio profundo en la mentalidad de los seres humanos será muy difícil. "En algún momento, la Tierra va a decir 'basta'. Y eso va a ser catastrófico", alertó”.


Sopetrán, Noviembre 8 del 2016.

Darío Sevillano Álvarez.







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