viernes, 23 de diciembre de 2016

Noveno día de la novena de Aguinaldos.


DÍA NOVENO:


San José, no era un viejecito, ni era un carpintero.


“José hijo de David, no temas tomar contigo a tu mujer”. Marcos I,  20.

Pobre San José, con aquellas cosas que le achacan todas las tradiciones populares. 

Estudios recientes, han demostrado, que era un hombre Joven, resuelto y emprendedor.

 Se cree que cuando se unió a la virgen, andaba entre los 18 y los 30 años.

Sin embargo, un evangelio apócrifo, dice que cuando se unió a la virgen, tenía 89 años y que murió de 111 años.

Los evangelios de la biblia, dicen muy poco de él:” Vir Justus, que traduce: Varón justo”.  Mateo I, 19.

Pero la palabra τεχτων del griego, significa: Carpintero constructor.


Que pesar que las imágenes, lo muestran, un anciano de barba y de bastón, para alejar cualquier duda de que pudiera ser el padre carnal del niño Dios; fue tanta la problemática, que se prohibía representarlo en imágenes cargando al niño o llevándolo de la mano, con el fin de no crear dudas.

Algunos autores, se atrevieron a afirmar, que era un hombre viudo, con seis hijos; cuatro varones y dos damas.



Cuando lo representaban con un bastón, solo querían mostrar su vejez; pero estudios muy modernos, han demostrado que el bastón lo llevaba, porque era un caminante a toda marcha. 

Recuerden el viaje de Nazaret a Belén; el de Israel a Egipto; y el regreso de Egipto a Nazaret.


También se habla de un bastón que floreció, cuando fue llevado al templo con los bastones de otros pretendientes de la virgen. 

Pero estas afirmaciones, solo son leyendas.

Otro argumento para decir que era un viejo, fue su temprana muerte, antes de la de Jesucristo; que fue acompañada de Jesús y María y que por ésta razón es el patrono de los agonizantes.


Hay otro argumento que habla de la vejez de San José, porque como fue un patriarca, todos ellos en la biblia fueron viejos: 

Noé, Abraham, Jacob, Moisés, David, porque para ser patriarca, había que ostentar una barba larga y canosa y un bastón.

No fue José un carpintero cualquiera, haciendo banquetas y otras bobadas; fue un constructor de ciudades, casas, templos y edificios.

El San José de serrucho en mano, en una pequeña carpintería, surgió en el siglo XVI, cuando unos pintores así lo concibieron.

En resumen, las costumbres familiares de la época de San José, daban por padre y madre a aquellos que instruían a sus hijos en la Torah, la biblia de los judíos; y San José así lo hizo.

“Para los judíos del tiempo de Cristo la religión, la ley, la historia, los valores éticos y la educación constituían un todo inseparable. 



A través de la ley escrita (Torah) y de la ley transmitida oralmente (Mishna) enseñada de generación en generación, se formaba el cuerpo doctrinal del pueblo elegido. 

La familia era el medio natural de formación, después los rabinos y las sinagogas junto con el templo ocupaban un lugar privilegiado en la enseñanza institucionalizada. 

El imperio romano, del cual Israel formaba parte, se caracterizaba por un sincretismo que llevaba a mantener y respetar las tradiciones e instituciones, filosofías y religiones de los pueblos sometidos (griegos, asirios, egipcios, judíos, etc) dándoles una perspectiva romana. 

La educación judía giraba entorno a la ley, la ética, la historia desde el punto de vista de la ley, las costumbres de vida; en contraste con la educación griega, no nos olvidemos que el entorno cultural de Israel sigue siendo el helenismo, que primaba la ciencia, el arte, la lengua y el deporte. 

De otra parte se nota en la enseñanza de Israel del siglo primero la influencia de las corrientes filosóficas predominantes en Roma: el estoicismo y el cinismo”.


Es muy importante hacer énfasis en una palabra que utiliza la Madre María Margarita del Santísimo, en la novena de Aguinaldos:

Hoy en día la expresión «padre putativo» sólo se oye en aquellas novenas de aguinaldo antiguas cuando se reza la oración a San José que empieza así:

¡Oh santísimo José, esposo de María y padre putativo de Jesús!

Cómo nadie consulta el Diccionario para saber el significado, tal palabra es recibida con cierta burla por su sonido parecido al de una palabra tenida por obscena que significa ‘prostituta’, razón por la cual muchos han cambiado por: Padre adoptivo. 

Craso error, porque las dos palabras son diferentes:

La palabra «putativo», según el Diccionario de la lengua española de la Real Academia Española, significa ‘Reputado o tenido por padre, hermano, etc., no siéndolo’; mientras un hijo adoptivo es aquél que mediante una acción legal es recibido como hijo sin serlo. 

El «adoptivo» es el hijo, el padre es «adoptante». 

Como San José no denunció que el hijo de María no era suyo ni hubo acción legal de adopción, ha sido el padre putativo de Jesús durante más de 20 siglos sin que un papel legal lo certifique. 

Reír a causa del mal sonido de la palabra es demostrar ignorancia semántica.

Como ya lo expliqué, la biblia en sus cuatro evangelios, poco habla de San José y la última mención que hace de Él, es cuando el Niño Jesús, es encontrado en el Templo de Jerusalén, conversando con los doctores de la ley. Lucas II, 48.


Ahora veamos: ¿Cómo nació el árbol de Navidad?


Casi todos los historiadores narran los mismos sucesos que nos llevaron a la hermosa tradición del árbol de navidad.


Todos creen que fueron los celtas los primeros que celebraban las fiestas de sus dioses, alumbrando un árbol grande, del cual decían que sus copas altas estaban en el cielo y sus raíces llegaban al infierno.


Pero hubo un Santo especial, San Bonifacio, que fue un gran evangelizador de Alemania, que remplazó los árboles que representaban al dios Odín, por un pino gigante y lo adorno con manzanas y velas, para representar al Dios de los cristianos.

Esta costumbre se fue extendiendo por los países cercanos y luego, se difundió por toda la tierra.


Recordemos que el primer árbol de navidad, con los elementos que ahora lo conocemos, apareció en Alemania en el año de 1605.


Sopetrán, Diciembre 9 del 2016.

Darío Sevillano Álvarez. 

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