Una desgracia colectiva.
La peor de la
tragedias que le puede pasar a un funcionario público, que tenga que ver con
los asuntos políticos de una nación, un departamento, un municipio o todas
aquellas fracciones que tienen que ver con el poder, es la soledad que lo
acompaña, al finalizar su mandato; porque recordemos que todo principio tiene
su final y que el poder no es eterno, para nadie.
El presidente
Santos, es uno de los casos, de soledad, más característicos que tiene
Colombia, porque le tocó la mala suerte, de tener que tomar muchas decisiones,
que al pueblo no le gustaron, y que si nos las tomaba, se le podía venir el
mundo encima, cuando fracasó el plebiscito, que nadie calculaba que podía
perder y al pueblo, no le llamó la atención aprobarlo; como el caso del tan
sonado fast track, que para mí tengo, es el peor de los micos, que el famoso
Congreso Colombiano, ha concebido en su peligrosa carrera de éxitos y fracasos.
La soledad, es
el fruto del desgaste de manosear el poder, a veces bien manejado y otras
tantas veces, haciendo uso de él, para imponer criterios erróneos.
Si damos una
mirada a las palabras que el expresidente Gaviria pronunció, hace poco, cuando
tomo posesión de la jefatura del partido
liberal: “Al presidente Santos la ha faltado espíritu reformista y ha tomado la
decisión, muy poco sabia de apoyar la candidatura de Vargas Lleras, partiendo
cobijas con el famoso gran partido Liberal”; recordemos que hasta los días del
plebiscito, Gaviria se enfureció, con el pueblo colombiano, porque no apoyamos
ese memorial de agravios, que era el desdichado acuerdo de paz, en contra de
nuestra constitución.
Pero si miramos
la actitud del Comandante Uribe, cuando anuncia que de hacer contactos, con
Vargas Lleras, será porque han consultado al pueblo colombiano, para no caer en
problemas de celos, con sus copartidarios y con el pueblo colombiano, que ya no
quiere a Santos.
Recordemos que
Vargas Lleras, está matriculado, como posible aliado de la oposición al
gobierno de Santos, a pesar de que fue su mejor pupilo y que el gobernante le
puso una cantidad muy alta de pesos, como comandante de obras públicas
nacionales, para que pudiera posicionar su candidatura, que para esa época, era
un gran acontecimiento.
A nivel del
fenómeno político del país, con miras a las próximas elecciones, todo apunta, a
no querer cuentas que tengan que ver con Santos, por el temor de un posible
fracaso electoral.
Prueba de la que
afirmo, son los famosos retiros de aquellos que otrora fueron grandes amigos de
Santos y ahora no quieren saber nada de Él.
Los que
conforman este bando, son: Juan Carlos Pinzón que salta de ministro de defensa,
a ser un buen contradictor de las enseñanzas de su maestro; Rubén Darío
Lizaralde, que salta de ministro de agricultura, a las filas de la oposición; Juan
Carlos Henao, que era ministro de vivienda y ahora no quiere saber nada del
gobierno que ayudó a manejar; Jairo Clopatofsky, que salta de la diplomacia,
como representante nuestro en la república de Canadá, a una campaña abierta de
desprestigio, a la administración Santos.
Este es un
abanico muy amplio de opositores, que trabajaron directamente con Santos. ¿Ustedes
se han preguntado a qué obedece este mal comportamiento?
Estoy convencido
de que las astucias politiqueras que Santos manipuló, para llegar a la
presidencia, que fueron tan bien planeadas, hasta para convencer a Uribe, que
no es fruta que come mono, para nada le sirvieron, y ahora es víctima de su
propio invento; tenemos que recordar, que todos los gobernantes populistas, que
hablan y hablan, para no cumplir, siempre terminarán en este peligroso periplo.
Otra cosa que
debemos tener en cuenta, es el hecho, no menos peligroso, de que los grandes
analistas políticos, siempre han cantaleteado, que un gobierno de cuatro años,
es muy desgastador y que si se le agrega una reelección, habría que decir, como
el Topo Gigio: “Mamma mía”, que cosa tan peligrosa.
El mejor trofeo
de Santos en los ocho años que gobernó a los colombianos, fue el premio Nobel
de la paz y vaya paradoja: Es el peor enemigo de su gobierno y el que mayor
número de problemas le ha granjeado.
Recuerden lo que
anuncia el Uribismo: El acuerdo de paz, no produce esperanza, sino miedo.
Otro fenómeno
peligroso que presenta el acuerdo de paz, es que todos aquellos que lo apoyaron
en su momento, vulgarmente, se mamaron y ya no quien saber de él.
Hay otro aspecto
muy preocupante: Que al presidente Santos no lo convencen mucho las redes
sociales, para comunicar las iniciativas gubernamentales, como lo hacen Trump, Micrón y otros muchos más.
Para mí, hay un
fenómeno muy peligroso a nivel de la política: Que los candidatos a las próximas
elecciones, todos quieren respaldar sus nombres buscando firmas; esto
significa, que no creen en los partidos y solo aquellos que hablan de un cambio
profundo en las costumbres políticas, son los que llevan la delantera en las encuestas
de opinión.
En el palacio de
Nariño, la soledad, es cada día más angustiosa y si comparamos el equipo que
apoyo a Santos en el año de 2010, con el que le tiene el perro, en estos
momentos de angustia, Santos está más solo que nunca.
Ojalá esta
reflexión le sirva a algunos gobernantes, que se la pasan hablando baba y
rumiando maldades para hacer, y son un estorbo público, para la gestión
administrativa.
Sopetrán,
Octubre 22 del 2017.
Darío Sevillano
Álvarez.
Qué buena reflexión, Darío. Te felicito por palabras tan sabias que se pueden aplicar a todos los políticos del mundo. Gracias. Un fuerte abrazo.
ResponderBorrar