¿Cuál será la razón para que el
megadespilfarro de la construcción que se nos avecina, tenga que ser en Palau y
no en los terrenos adecuados para la ciudadela educativa?
No creemos que
sea una pura manía de nuestro gobernante y de los seis Concejales, que se le
torcieron a Sopetrán, para darle paso a las ideas brillantes de su jefe, el
tener que construir el mega disparate de educación, en las instalaciones de la
vieja casa, en donde funcionó la escuela Luciano Carvalho; a sabiendas de que
la mera demolición de semejante coloso, va a valer una millonada, que se va a perder, de los sagrados dineros
que están gestionando para mejorar las
instalaciones municipales de educación.
Pero después de
muchas conjeturas que nos hemos formulado, llegamos a una conclusión, que no es
la mejor respuesta a nuestra inquietud; pero que es la mejor solución económica
para los que aprobaron el proyecto en la distinguida sala de ediles y para su
majestad, que se va a dar el gusto de dirigir, tan espectacular proyecto.
En las conjeturas
de los posibles pueden estar entre cortinas, las siguientes consideraciones:
Como pasa con todas las obras que los gobernantes modernos construyen, en un
noventa y nueve por ciento de los casos, hay que premiar a los distinguidos
Concejales, con un rocecito de dinero, por sus buenos oficios en pro de la
comunidad sopetranera y es de lógica, que al comandante supremo, hay que
regalarle un buen bocado.
Y como la ley,
no permite ese tipo de componendas, también es posible, que se pueda
sobrefacturar la demolición del edificio, porque ningún experto, es capaz de
calcular, la hecatombe que ella va a generar, en el gasto de esas divisas
monetarias de educación y las entidades de control, como: La fiscalía, la
procuraduría y la contraloría, no podrán averiguar, como se comportó ese
peligroso fenómeno.
Porque sobre
facturar los gastos de adobes, cemento, varillas, tejas y otros, es un poco más
difícil, dada la razón, de que los expertos, viendo el despilfarro que los
funcionarios públicos, han cometido a lo largo de nuestra historia política,
han diseñado tablas muy sabias, que pueden decir, cuantos adobes tiene un
edificio de equis cantidad de pisos y así sucesivamente, para que los
corruptos, no puedan hacer estas malas prácticas.
Si la
construcción se hiciera, en la ciudadela educativa, estamos seguros de que con
los dineros que están gestionando, como no existe el fantasma de la demolición,
cuando la obra empieza, no va a tener gastos adicionales y todos vamos a ver
mejores resultados.
Es una lástima
que los Concejales torcidos y nuestro Burgo Maestre, no hayan analizado esta
posibilidad, que sería una solución económica y muy honrosa, para nuestras
finanzas.
Como punto final
les quiero recordar los nombres de los dos bandos que hay en el Concejo
municipal:
El bando de los
buenos, que son personas capaces de razonar adecuadamente, en favor del pueblo
que los eligió y que tienen la capacidad de abstraerse, para tomar decisiones
oportunas, sabias, y coherentes; y que pueden sustentar sus ideas con las
normas filosóficas del discurso político, para mostrarle a los del bando
pernicioso, que están actuando mal.
Estos cinco
Concejales son:
Lina Arteaga,
Jhon Alexander Lezcano, Alirio Quiceno, María Elena Valderrama y Leidy García.
Por estos amigos
de Sopetrán y de sus finanzas, se puede seguir votando, porque engrandecen
nuestro pueblo y saben cuidar nuestros intereses.
Y la lista de
los que quieren a su jefe y que tal vez, lo único que saben es aprobarle sus
proyectos, sin detenerse a analizarlos, para ver, si son oportunos o puedan
perjudicar a los ciudadanos y a sus finanzas.
Un analista
político de la nación, decía: “No hay cosa más peligrosa, que un Senador, un
Representante a la Cámara, un Diputado o un Concejal ignorante, porque
recuerden que la ignorancia es muy atrevida y a esos personajes, no se les
puede discutir, porque todo lo componen con una mala expresión y no aceptan que
están errados, solo sus planteamientos son válidos”.
Por estos
personajes, no es muy recomendable votar, porque incluirlos en las listas de
las corporaciones públicas o en las listas de personas elegidas por voto: Se
pierde el cargo, se pierde la persona, se pierde el voto y se desfalcan los
fondos oficiales.
Estos seis
ilustres personajes son:
Humberto Medina,
Ismael Uribe, Ovidio Álvarez, Gloria Montoya, Carolina Pérez y William Ramírez.
Recuerden por
estos no se debe votar, porque son enemigos de Sopetrán.
Napa: Como
tenemos muy bien analizados los sucesos políticos de nuestro entorno, a ningún
alcalde elegido por voto de los diez que hemos tenido la desgracia de elegir,
le parecen buenos los proyectos que su antecesor ha dejado empezados y como
sabemos que los millones que llegarán a las arcas oficiales, para hacer el
megadespilfarro, solo alcanzarán para la demolición y los planos, esperemos la
terminación de esa famosa obra, para dentro de vente o treinta años o de pronto
si las suerte no nos acompaña, nos dirán, como dicen los vulgares: Hay manece y
no lo prueban.
Sopetrán,
Octubre 19 del 2017.
Darío Sevillano
Álvarez.
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