Relato para el cumpleaños
de Sopetrán.
Sí aceptamos la teoría de Bering, la lógica enseña,
que el hombre americano fue invadiendo de norte a sur y esta razón nos hace
pensar que, a Colombia, el hombre llegó por Panamá. Todo esto para decir
que los aborígenes de Sopetrán son descendientes de los Caribes y no de los
Chibchas o Muiscas, como han afirmado algunos.
- Primeros Pobladores. Las tribus que los españoles
encontraron en nuestros suelos fueron: LOS GUAMAS O GUACAS, que poblaban
los terrenos que hoy ocupa el municipio de Sopetrán; LOS PEQUES, que ocupaban
la región de Liborina y Sabanalarga; y LOS EBÉJICOS, que habitaban en los
municipios de San Jerónimo y Ebéjico.
El Cacique de
las tres tribus, según Don Manuel Uribe Ángel, era ZUBURUCO y no PETRÁN.
Se preguntarán porque el valle está en jurisdicción
del municipio de Olaya, la respuesta es: En esa época, no existía la barrera de
los límites territoriales, que ahora tienen los municipios.
Recuerden una vez más que la jurisdicción del cacique
Zuburuco, comprendía las tierras de: Peque, Sabanalarga, Olaya, Sopetrán, San
Jerónimo y Ebéjico.
Las causas
más probables de su ubicación en este espacio, fueron: La belleza del paisaje;
la facilidad para compactar la sal, por medio de la evaporación del agua; la
fruticultura silvestre, que se veía fácil de administrar; la cacería en
abundancia, dada la gran cantidad de bosques naturales, que pertenecían a la
categoría de bosque seco tropical; el emporio de la pesca, por la cantidad de
grandes quebradas y ríos; y la tranquilidad propia del lugar por la falta de
competencia, con otras familias, que garantizaba la ausencia total de los
enfrentamientos y las guerras.
Con la
llegada de los españoles a nuestras tierras de Córdoba, terminó la prehistoria
y nos metemos en el cuento de la historia universal.
El Primero
en llegar parece que fue el Señor Francisco Herrera Campuzano, que venía con
las funciones de Gobernador de Antioquia y Oidor de la Real Audiencia, el
máximo organismo de control, de las actividades de la colonia española.
Por los
relatos de Don Manuel Uribe Ángel y otros historiadores antioqueños, sabemos
que el caserío funcionó en ese lugar unos cincuenta años y que fue trasladado
al lugar en que hoy está Sopetrán, desde la fecha en que iniciaron la
construcción del templo parroquial de Nuestra Señora de la Asunción.
Una
circunstancia desafortunada, protagonizada por el Virrey Solís Folk de Cardona,
acabó con los aborígenes Sopetraneros: El 24 de Enero del año 1757 ordenó que
llevaran los aborígenes Sopetraneros para el resguardo de Buriticá, porque allá
producían oro y nosotros solo aportábamos sal y frutas, pero como los de ese
resguardo eran antropófagos, se comieron a los nuestros asados; cuando el
Virrey se dio cuenta de su error ordenó traerlos nuevamente y solo regresaron
los 34 más ancianos, porque su carne no servía para el consumo humano, dada la
característica de que la carne humana vieja, no cocina bien.
Las
aborígenes guamas fueron llevados al resguardo de Buriticá a la fuerza.
Los
españoles, siempre utilizaron la fuerza bruta en contra de nuestros
antepasados, observen como eran llevados al igual que criminales, hacia el
lugar donde serían sacrificados por los antropófagos.
El resguardo
de Buriticá celebraba fiesta, cada que consumían la carne asada de nuestros
aborígenes.
Pero
analicemos los acontecimientos que se desenvolvieron en el espacio de los años
que tiene el nuevo caserío.
El gobernador
ordenó arrancar todos los cultivos ilícitos de tabaco y maíz quemar todas las
semillas, para que Viana que había comprado los derechos de producir tabacos y
aguardiente pudiera enriquecerse. Esto prendió la mecha de quinientas familias
que vivían de esos menesteres y el 20 de septiembre de 1781, los parajes de la
Nuarque, el tablazo, el Rodeo, la Miranda, Río arriba, quebrada seca, Sacaojal
y el pueblo de Sopetrán, reunieran ochocientos hombres, armados de picas,
palas, machetes, cuchillos y todo tipo de armas convencionales, capitaneados,
por el liberto Juan Lastra
Observen
como la historia se escribe sesgada, porque el movimiento del 20 de septiembre
de 1781, los historiadores se lo adjudican a Buriticá y no fue así, porque pasó
en nuestro pueblo.
Con Lastra,
se reunieron en la placita del Rodeo y caminaron hacia la población de Sopetrán
a reclamar.
Cuando las
autoridades vieron ese furioso ejército, se plegaron y capitularon, pero cuando
los ánimos estaban aplacados y ya no había forma de protestar, fueron apresados
uno a uno y luego los fusilaron, para que sirviera de ejemplo a las nuevas
generaciones.
A esto se le conoce en la historia, como los
comuneros de Sopetrán, que casi ningún historiador menciona.
Sopetrán fue
capital de un departamento o cantón, como también se les decía, y tuvo bajo su
mando los municipios de: Sabanalarga, Liborina, Olaya, San Jerónimo, Ebéjico y
Belmira y es bueno aclarar que. de esa fecha, año de 1851, hacia adelante
empezamos a figurar como un verdadero polo de desarrollo municipal.
En el año de
1875, la ciudad fue conectada a la línea telegráfica nacional.
En el año de
1913, estrenamos la primera planta de fluido eléctrico.
La educación
como tal, funciona desde el año de 1850, cuando Don Nepomuceno Villa, en su
casa, la actual casa parroquial, preparaba a los jóvenes, para que fueran a
cursar sus estudios a la ciudad de Medellín. Y en pleno siglo XX, nos
caracterizamos por tener una buena cantidad de establecimientos educativos, a
tal punto que se puede afirmar, que la cobertura es casi del cien por ciento.
Esto lo hemos logrado, gracias a la mediación de muchos hijos ilustres que
tiene la ciudad y que han ocupado cargos públicos muy representativos.
También es
bueno aclarar que los colegios de enseñanza secundaria, como la Normal Santa
Teresita, el colegio José María Villa y las concentraciones rurales, como
Horizontes, el Rodeo, Montegrande y Santa Bárbara, son obras nacidas en el
siglo XX y se perfilan como buenos centros de educación a nivel del
Departamento.
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