¿Cuáles son los mejores regalos que el Presidente
Santos y los Honorables Congresistas, nos han otorgado en este año?
La reforma
tributaria, para tapar el hueco fiscal por los malos manejos del estado; el
aumento al salario mínimo, que es una burla a los buenos colombianos; y el 'fast track', para que los
guerrilleros reciban el país en bandeja de oro.
Aunque como candidato presidencial,
se comprometió a no subir los impuestos, Santos le propondrá al Congreso la
tercera reforma tributaria en menos de cuatro años.
Empezamos el
2017, con una triste noticia, que seguramente va a golpear a todas las clases
menos favorecidas:
La famosa tercera reforma tributaria, que el ilustre
gobernante, logro hacer aprobar por sus compinches del Congreso.
Todo para
solventar el hueco fiscal del presupuesto nacional, como consecuencia de la
ineficiencia, al no saber manejar los bienes del estado.
Esta circunstancia,
no me parece rara, porque cuando escucho al Presidente del Congreso, el famoso
Doctor Lizcano, en forma inmediata me doy cuenta, que es un Leguleyo, que muy probablemente,
a base de artimañas politiqueras, ha escalado esa hermosa posición, que para
nada nos beneficia.
Si afirmo estas
verdades tan ofensivas para nuestros gobernantes, creo tener la razón por los
siguientes planteamientos:
El salario
mínimo fue manipulado así por los gobernantes:
Se fijó en $737.717. El incremento fue de 7% ($48.262).
No sabe uno en donde estuvo la
ministra del trabajo, que dice ser de izquierda y consintió esta bestialidad
contra la clase obrera, creo yo, que por honor, debiera renunciar a su cargo,
por falta de conocimiento para ejercerlo.
Hubiéramos resultado mejor librados
con una ministra de tipo oficialista o Santista o como la quieran llamar.
A la famosa excandidata a la
presidencia por la oposición, se le fueron las luces o la emoción del momento,
la despistó.
Pero si comparamos este porcentaje,
con el porcentaje de la inflación que fue calculada por el banco del estado,
que cerró el 31 de Diciembre del 2016, en un 6 %, esto quería decir, que solo
nos aumentaron el 1 % y según un estudio de la universidad de la Sabana, el poder
adquisitivo de las clases sociales, más pobres, perderá un 30 % en su capacidad
de compras.
Esto significa, que para saciar los malos
manejos de los gobernantes, el pueblo, tendrá que sacrificar muchas compras en
la canasta familiar, es decir: Rebajar la medida de lo que se comen a medias,
porque los que viven de un salario mínimo, hace muchos años vienen perdiendo
capacidad de comer, para que los grandes Señores del estado, puedan tener todo
tipo de prebendas.
A Santos, que es premio nobel de la
paz y a sus compinches del 'fast track', que es una cosa perecida a una jugada
sucia, que los bobos de Venezuela le aprobaron a Chávez, con el nombre de Ley
habilitante, que ahora tiene a ese hermoso país, en entredicho, con un idiota
loco, al frente del poder, haciendo todo tipo de carajadas, le quiero recordar:
¿Por qué, no quiso someter a un nuevo
plebiscito el segundo acuerdo de la Habana?
Él sabía que el pueblo, no lo
aprobaría, porque nosotros aunque muy mal gobernados, no somos idiotas y se
iban a quedar con las ganas de ponerse el país de ruana; pero como el que manda,
manda, aunque mande mal, los honorables padres de la patria se tomaron el poder
y lo aprobaron a los pupitrazos.
Que un pueblo mal gobernado, se le
puede salir de las manos, porque el hambre es uno de los males que más acosa, y
que esos pobres mendicantes, se pueden descomponer más, que sus amigos los
guerrilleros, que ahora están en las buenas, después de haber acabado con el
país, con su infraestructura, con sus gentes; con sus secuestros, sus
extorsiones, sus vacunas, sus incursiones sobre pueblos y ciudades y ahora van
a figurar como los grades señores de la paz.
Esperemos que pasen cinco años y en
esos días vamos a decir:
“Maldita sea la hora en que elegimos
a Santos como presidente”.
De paso les recuerdo que como la paz
es un don, solo la pueden dar, aquellos que la poseen en sus espíritus, porque
estos que siempre estuvieron cometiendo todo tipo de maldades, no saben que es
esa hermosa palabra.
Otro mal que no tiene cura en nuestro país, es el
desfase que existe entre los salarios de los grandes señores y el salario de
los que llevan en peso la nación; mientras los congresistas están catalogados
como los mejores pagados en los países americanos, con sueldos que llegan a
cantidades exorbitantes, el salario básico de senadores y representantes en el
país equivale a 27’ 929. 064 pesos; los salarios de las clases sociales, nunca
alcanzan un millón de pesos.
Cuando los gobernantes aprendan a manejar esta
injusticia social, se acabaran muchas formas de criminalidad, que diseñan los
pobres, para hacer un reajuste a sus salarios y entonces tendremos la tan
sonada paz.
Si los congresistas fueran justos con el país,
dejarían de hacer ajustes cada que les viene en gana a sus dietas, y he visto
artículos de periódicos y entrevistas de televisión, en donde ellos anuncian
que con lo que se ganan, no les alcanza para tanquear sus vehículos.
Si queremos un país en paz, tendremos que empezar por
el principio y para mí tengo que el principio, es corregir todos los males
sociales que estamos produciendo con las leyes que a diario generamos, que
siempre van en contra del buen trabajador.
A veces me pregunto:
¿Qué ocurriría
en un día de elecciones, si los ciudadanos comunes y corrientes o electores
primarios, no saliéramos a votar?
Y creo que eso un día muy
cercano va a pasar.
Sopetrán, Enero 17 del 2017.
Darío Sevillano Álvarez.
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