El turpial, un cantante
mañanero muy especial.
El turpial, es uno de los integrantes
del orden de los paseriformes, es decir parecidos a pájaros; y de la familia de
los ictéridos, es decir los pájaros de color amarillo; que vive en zonas secas principalmente
en bosques de rastrojo, zonas de cultivo y plantaciones forestales; que se
alimenta principalmente de insectos que captura saltando y explorando sobre el follaje
y complementa su dieta con frutos y néctar de las flores.
Su nombre científico: Icterus Nigergularis, se deriva de una palabra
griega: ίκτερο amarrilento; la palabra latina Niger que significa negro; y la
palabra latina: Gularis que traduce cuello; es decir el pájaro amarillento con
cuello negro.
Este
animal que es oriundo de américa y es uno de los buenos cantores del mundo
animal; tiene un canto sonoro, melodioso y variado, que suele escucharse al
amanecer, aunque emite sus llamados y fraseos a cualquier hora del día.
Los
machos suelen cantar más que las hembras.
Prefieren los lugares cálidos como
los llanos, los cardonales, los matorrales espinosos, los bosques que pierden
las hojas y los bosques en los márgenes de los ríos.
En Sopetrán lo encontramos en los
tres pisos térmicos y se adapta perfectamente a la alimentación por frutas
principalmente el plátano.
Estas
aves, son pájaros pequeños o medianos de picos robustos y puntiagudos.
En muchas
de sus especies predomina en los machos el plumaje negro, frecuentemente en
contraste con zonas amarillas, naranjas o rojas.
Las hembras
suelen ser de menor tamaño.
A esta familia pertenecen los turpiales o
bolseros de América (Icterus), los caciques o conotos, los rabiamarillos o
mochileros, los zanates y los tordos americanos.
Para su
reproducción que casi siempre es entre los meses de, marzo a septiembre, los
turpiales raras veces construyen sus propios nidos, más bien suelen utilizar
los que hayan sido abandonados, o en algunos casos expulsan de manera agresiva
a los ocupantes.
Después
que tienen el nido en su poder lo defienden ferozmente de cualquier intruso; la
puesta es de 3 a 4 huevos; la incubación
la hace sólo la hembra, por espacio de dos semanas; los pichones son alimentados por ambos
padres durante aproximadamente 15 días; intentan anidar hasta dos y tres veces
durante su período reproductivo.
Son pájaros muy fecundos y con esta
característica, a pesar de su extensa cacería, para tenerlos enjaulados, aún es
una especie abundante.
Fue introducido al Caribe hace más de
dos siglos, probablemente como ave ornamental, y se ha dispersado naturalmente
a las islas cercanas. Es nativo de la cuenca del Río Amazonas y habita en la
mitad norte de Sudamérica.
En Sopetrán, tenemos muchos turpiales
en la parte correspondiente al piso térmico cálido, en las veredas de la
Miranda, Córdoba, el Llano, el Palmar, y en las partes de las confluencias de
las quebradas con los ríos; en la zona templada y en la zona fría, abundan en
las plataneras y en ellas fabrican sus nidos.
Conocí una familia que tenía un
turpial, que vivía en el patio de la casa y que a veces llegaba a las manos de
los miembros de ella, para recibir sus caricias; también existen campesinos que
los manejan en estado de semicautiverio, es decir duermen en sus casas, pero en
el día salen a buscar alimentación en el bosque.
No es recomendable tenerlos en jaulas
permanentemente porque, ya lo anuncié cuando traté el sinsonte, si cantan, no
es de alegría, sino pidiendo ayuda a sus congéneres, para que los liberen de la
esclavitud.
El 23 de mayo de 1958, tras un
concurso promovido por la Sociedad Venezolana de Ciencias Naturales. Se nombró
una comisión de científicos y naturalistas para decidir, cuál sería el ave más
representativa de Venezuela, entre las especies candidatas estaban: El Gallito
de las Rocas, el Cucarachero Común, la Paraulata Llanera, el Zamuro, la Guacharaca, y el turpial; este último ganó
el concurso y junto a una orquídea especial, son los símbolos más
representativos de esa nación.
Para darle el nombre de turpial, en
Venezuela existen dos teorías: La primera sostiene que proviene de raíces
indígenas; y la segunda, en voz del estudioso de la flora y fauna
venezolana Bruno Manara, indica que se debe a la forma onomatopéyica
de su canto, que puede escucharse como: Turu-pio, turu pio.
La palabra turupio, es un modismo
venezolano, que traduce turpial.
Ahora, describamos el animal, como se
presenta en la naturaleza:
Su plumaje es negro en la
cabeza, encima del pecho y en la parte superior del cuerpo y las alas, mientras
que el resto del cuerpo es amarillo oscuro, casi anaranjado.
En sus alas tienen una fina franja de
color blanco.
Los ojos son de color amarillo con un
contorno de piel azul clara.
Su pico es de forma cónica, agudizado
y comprimido.
Mide aproximadamente 24 cm.
Los tonos de su plumaje van con la
edad, los turpiales amarillos son los más jóvenes, y los adultos son anaranjados.
Como punto final lo podemos
clasificar:
Reino: Animal.
Filum: Cordados.
Clase. Aves.
Orden: Paseriformes.
Familia: Ictéridos.
Género: Icterus.
Especie: Nigrogularis.
Es importante aclarar que hay una
especie, muy común, que es la que abunda en Venezuela, que se llama Icterus Icterus.
Recuerden que cuando un animal, tiene
su nombre con dos palabras iguales, es porque esa especie, es el prototipo de
los de su grupo.
Ejemplos:
Canis Canis, Felis Felis, Icterus
Icterus.
Mi hermano Jairo, que sabía hacer
unas jaulas muy cómodas para las aves, era muy aficionado a tener Sinsontes y
turpiales y mi casa, parecía una sala de concierto animal, pero en esa época
vivíamos en una casita muy humilde de propiedad de la parroquia, que colindaba
con uno de los muros de la capilla del Sagrado Corazón y por los ventanales se
metía el canto de las aves y el Sacerdote, que allí celebraba, pidió el favor
de solucionar el problema del canto de los animales, mientras estaban en las
funciones del culto y mi padre que era de temple militar, ordenó que soltaran
esas aves y así se hizo.
Los dejo en la grata compañía de esta
hermosa fotografía.
Sopetrán, Junio 26 del 2018.
Darío Sevillano Álvarez.
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