En Colombia, la falta de
educación, nos produce una ignorancia peligrosa.
Los acontecimientos que
vive Colombia a raíz del famoso paro, que no sabeos hasta donde nos va a
llevar, ni cuantas consecuencias económicas peligrosas, la va a causar al
presupuesto de la nación, que en el momento actual está vuelto pedazos.
Si así lo afirmo, es
porque cada día del paro nos está costando una millonada exagerada, que ni una
reforma tributaria, como la que perseguían los miembros del paro, podría
recuperarnos.
Entonces: ¿Para qué sirve
el paro?
Una sociedad
de ignorantes no solo es una carga social, sino también una bomba de tiempo, y
eso es lo que nos muestra la filosofía de este peligroso periplo, que al
parecer lo que está gestando es un desgaste gubernamental, para castigar a los
políticos populistas que, no nos han sabido gobernar.
La ignorancia supone la manipulación y la
esclavización; la opresión y la explotación; la alienación y la superstición;
el fanatismo y el dogmatismo del sujeto o grupo social con la condición de
ignorantes.
La ignorancia conlleva necesariamente, a la
implantación de sistemas perversos; de sociedades y Estados fallidos; de
degradación social; y la deshumanización del hombre.
Igualmente implica el freno y rezago para el
desarrollo económico; el progreso social; el florecimiento cultural; la
producción intelectual; el avance de las ciencias; y el crecimiento espiritual.
En Colombia, desafortunadamente parte de la opinión pública y la mayoría
de los integrantes del paro: Tienen enormes vacíos en política y economía; no
saben qué hace cada institución del Estado ni quiénes las dirigen; tampoco
distinguen que hay tres ramas del poder; y mucho menos cómo se financia el
Estado.
Reclaman cambios, pero no saben articular qué son los cambios a los que
aspiran.
Muchos de ellos piden a gritos la renuncia de Uribe, sin entender que
Uribe no tiene nada a que renunciar.
¡Que renuncie el que sea, claman al cielo!
Los miembros del comité del paro, que nadie sabe, identificar, ni que
tendencias políticas o filosofías perversas manejan, exigen la educación
gratuita.
El Gobierno en respuesta anuncia que la educación superior en los
estratos 1, 2 y 3 no tendrá costo alguno.
Pareciera que ni el Comité del Paro, ni quien hace los anuncios en el
Gobierno entendieran que no hay educación gratuita.
Y entre mejor sea la educación que reclaman a gritos, obviamente la cuenta va a ser más alta.
El Gobierno, para pagar a los maestros y dotar los establecimientos
educativos, solo puede distribuir el dinero que previamente ha recogido en
impuestos.
Puede endeudarse, pero los créditos también los terminamos pagando los
contribuyentes.
Lo que están buscando los que dirigen el paro, es un gobierno
cívico-militar o un diálogo nacional del cual saldrán muchas ideas muertas.
La primera salida, es casi inevitable, en estos momentos de altísima
violencia, claro está que no hablo de un golpe militar al gobierno de Duque que,
en primer lugar, no se necesita, pero si de un gobierno militarizado, porque
creo que el único capaz de mejorar las cosas, es el ejército de la nación.
El escenario que estamos viviendo, de creciente intensidad y gravedad en
contra de la famosa democracia que siempre proclamamos y que nunca se ha dejado
ver, son:
Tropas en carreteras y calles para restablecer el orden y reprimir a los
manifestantes; retorno a los tiempos más duros del estado de sitio; o a los del
Estatuto de Seguridad; o un régimen como el de Bordaberry en Uruguay; el de
Fujimori en Perú; o el de Hussein en Irak (dictaduras cívico-militares que no
admitían elecciones).
Me parece que no llegaremos a los extremos que están pensando, pero sin
duda hay circunstancias, actores y factores poderosos que inclinan al país
hacia la mano dura.
Primera y principal: el Ejército es la única fuerza organizada y capaz
de restablecer el orden público o de tomarse el poder en Colombia.
Ni las disidencias de las FARC, ni el ELN, ni Maduro, ni los Comunes, ni
los narcos, ni ninguno de los conspiradores que dice Uribe con su idiotez de la
“revolución molecular disipada”, se podrán tomar el estado.
Esa idiotez descubre, sin embargo, el segundo factor que inclina la
balanza hacia la mano dura: Álvaro Uribe, que ya estaba acabado porque las Farc
se acabaron hace tiempo, puede resucitar ahora como símbolo del orden (esta vez
en las ciudades) y ya comienza a ejercer un gobierno paralelo que, no es muy
plausible, cuando habla directamente con los mandos militares, como si fuera su
jefe supremo.
Y la razón definitiva de todo lo que estoy escribiendo, la corroboran: La mayoría
silenciosa del país; las gentes que trabajan; las que utilizan buses; los
comerciantes; las familias vecinas; sin hablar de los ricos; ni de los gremios.
Todos están
desesperados con las pedreas, los incendios y trancones.
Ellos reclaman
orden.
Y en Colombia hay
una sola fuerza que es capaz de imponerlo.
A estas grades
masas les podemos agregar a:
Los jóvenes que sueñan con un mundo mejor; las multitudes que con razón protestan; las mil tensiones sociales y regionales que desató la estupidez de aumentar los impuestos; la buena voluntad más el oportunismo de los políticos que llaman al acuerdo; y la experiencia probada de Colombia ante las crisis sociales.
Los problemas no se van a resolver, con dialogo nacional, en donde habla
mucha gente, que no tienen muchos conocimientos políticos y sociales y solo
están ahí, para representar a los líderes del desorden que, en el poder de las
tinieblas, están esperando conveniencias, para las próximas elecciones
presidenciales; porque solo saldrán pequeñas concesiones, que pueden ser
factibles; y otras que son incumplibles, que pasarán como bomba de tiempo, para
próximo inquilino del palacio de gobierno.
La jugada de Petro, para ganar electorado, ha sido el paro nacional,
según lo publicó la revista semana; aunque el muy malicioso, se está quejando
de esta acusación y pide ayuda a los medios de comunicación, parar que lo
libren de semejante entuerto.
También hay dos ilustres senadores de la república: que se han
trasladado a Estados Unidos; Gustavo Bolívar y Alexander López, no para
observar si hay balseros que huyan de ese país, para la Cuba de los Castro,
tratando de alcanzar el paraíso socialista que gobierna esa nación; sino para
rogar al Congreso de EE. UU. que suspenda el apoyo a nuestras fuerzas del orden
que, tienen el deber constitucional de proteger la vida y honra de todos los
colombianos.
Como quien dice: Tras de ladrones, bufones.
Esto significa, que los líderes del desorden en nuestra querida Colombia
desean que, al gobierno de turno lo dejen en la cochina calle, para que los
jefes de los disturbios, puedan hacer y deshacer y nadie tenga con que
combatirlos.
Sigo diciendo que:
Los hijos de las tinieblas, son más sagaces que los hijos de la luz,
según anuncia el evangelio.
Y como punto final, asumo el pronto regreso de los dos senadores para
participar en las exequias del narcotraficante y exrepresentante: Jesús
Santrich que, era su compinche principal en las nuevas FARC o nueva
Marquetalia, como ellos la apellidan.
Cuando uno los analiza a través de las fotografías, los ve: Caritas de
yo no fui; pero en realidad manejan una sagacidad peligrosa, en contra de
nuestra débil democracia.
Es hora de que todos los colombianos de bien pensemos en favorecer nuestra democracia antes de que sea tarde, porque si se presentara un golpe de estado a nivel de los militares, que es el que tiene mayores posibilidades de pasar, este paso molestaría al país por unos años, mientras se restablece el orden público; y eso es precisamente lo que Petro le está solicitando el Papa Francisco, que ore para que no vaya a suceder, porque la daña todos los beneficios que ha obtenido a lo largo de sus artimañas maliciosas,, para conducir desde su casa, las actividades no tan pacíficas de las marchas callejeras.
Su sonrisa es muy maliciosa y detrás de ella esconde mucha astucia, para
llegar al poder.
La conclusión de tanta alaraca, es que estemos con los ojos abiertos y
los oídos despiertos, para la próxima jornada electoral, porque las personas
comunes y corrientes, como no saben de las verdaderas intenciones de estos
líderes del mal, pueden favorecerlos en las urnas.
Sopetrán, mayo 23 del 2021.
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