viernes, 11 de noviembre de 2022

Colombia va a explotar, con la mala administración de Petro.

 

Petro tiene en sus manos una bomba de tiempo y como cada que legisla mete las patas, el explosivo le va a estallar.

El presidente Petro, se pasó todo el tiempo de su campaña populista, entusiasmando a los colombianos, con propuestas que no eran para cumplir, sino para ganar votos.

Los continuos castigos a las clases más pobres, con las decisiones que ha tomado hasta el momento; el odio que está inyectando en sus discursos populistas; y las promesas que no ha podido cumplir, que ilusionaron a muchos ciudadanos; está germinando el peor de los ambientes que hemos vivido, en los gobernantes de turno en el último siglo.

Las universidades gratis para todos; el incremento del Ingreso Solidario; el acabar con la corrupción; el frecuente retroceso en sus decisiones; la creación de más burocracia; el rodearse de personas muy controvertidas e ineptas para el manejo de la cosa pública y; las afectaciones causadas por la reforma tributaria, tal vez la decisión más perjudicial para las clases pobres; son algunos de los temas que se han convertido en la diaria comidilla de los colombianos, quienes están preocupados por el futuro del país y están desilusionados de quien los manipuló ideológicamente para llegar al poder.

El actual Gobierno ha demostrado que no está preparado para gobernar, lo cual se sustenta en las permanentes manifestaciones en contra del régimen, algunas en forma pacífica  y otras terriblemente violentas; las primeras rechazan, entre otros aspectos, las intenciones de politizar a la Policía y las órdenes de frenar su legítimo actuar frente a actos vandálicos, las objeciones frente a algunas propuestas ilógicas de la reforma tributaria, las inconformidades frente a la inseguridad que reina en el país, el acabar con el servicio militar obligatorio para debilitar a las Fuerzas Militares y el manoseo de la justicia con su famosa Ley de Paz y los excesos en el gasto público, como la compra de un juego de cubiertos de oro para los miembros de la casa presidencial; las marchas del vandalismo y el odio de manifestantes que destrozan todo a su paso, a los cuales hay que dejar en libertad, porque todos tienen el derecho constitucional de manifestarse; la falta sistemática de las autoridades para detener a estos vándalos; y lo peor, miembros del gobierno ordenando que suelten a esos pobres personajes, porque están en su derecho, nos están mostrando para donde vamos en los cuatro años de su gobierno.

“Los bloqueos se han vuelto costumbre, bien sea cerca de universidades públicas, bien sea en los accesos a poblaciones a las que no se les ha cumplido las promesas, o bien sea porque algún grupo de vándalos desea generar terror o inseguridad.

En Colombia se están afianzando la anarquía y el caos que preceden a una guerra civil.

En un futuro cercano las demostraciones de descontento se multiplicarán con el incremento en el costo en la canasta familiar, por la subida del valor de la gasolina, por la pérdida de empleos debido al cierre de empresas que no resisten el golpe de mayores impuestos, por el hambre y por posibles abusos de la autoridad”.

“La devaluación del peso debido a políticas erradas y a pronunciamientos ignorantes de personas no capacitadas para desempeñar altos cargos en el Gobierno, así como la incertidumbre frente al giro en la política exterior de un gobierno izquierdista que nos está llevando a la miseria, colocan en máxima alerta a la economía.

Con las decisiones de la reforma tributaria va a desaparecer la clase media, que soporta una sociedad y las personas de menos recursos van a llegar a la mayor pobreza.

¿Es este el cambio prometido?

El invierno se suma a los grandes males que nos agobian y afecta las vías, produce derrumbes y deslizamientos que ponen en peligro a muchas familias, así como el encarecimiento de los servicios públicos y los usuarios que subvencionan los servicios públicos a los menos favorecidos ya se están cansando de ser exprimidos.

La propuesta de impunidad para los criminales reincidentes que se burlan de la justicia y de la sociedad, el secuestro de 35 soldados del Ejército por comunidades campesinas, el interés por entregar la soberanía energética a Venezuela, las intenciones de afectar el sistema de salud incorporándole curanderos y trayendo médicos de Cuba, el permitir el ingreso de personas que fueron expulsadas del país posiblemente por intentar afectar la seguridad, son algunos de los aspectos que están desbordando la copa de los ciudadanos que ven con desazón como se hunde el país en las manos de la izquierda.

Esto va a explotar”.

“Se comienza a agrietar el ‘pacto diabólico’ y algunos de los acérrimos petristas están manifestando sus inconformidades con el Gobierno, al igual que algunos de los políticos de poca dignidad que se declararon afectos al partido de gobierno y que ahora gozan del Petro-confort, ya comienzan a aterrizar y a lamentarse de sus irresponsables adhesiones políticas.

Las redes sociales se están encargando de castigar la imagen de este Gobierno por sus desacertadas decisiones y buscan presionar la salida de estos personajes, lo cual se puede lograr con el verdadero cambio en las próximas elecciones regionales.

Los colombianos somos los únicos responsables de nuestro propio futuro.

No perdamos esta oportunidad”.

Petro, no fue capaz de pasar de activista de izquierda a estadista y lo esta demostrando en todas las improvisaciones que viene haciendo en los primeros cien días de gobernante.

En un acto completamente irresponsable, el presidente Petro se fue lanza en ristre en su discurso, en Egipto, contra el carbón y el petróleo, dos de las principales fuentes de ingresos de Colombia. Luego de estas declaraciones, junto con la agresiva reforma tributaria que principalmente ataca a los sectores más pobres de la economía y por esta razón me parece que los inversionistas saldrán en estampida hacia países que tengan una estabilidad monetaria.

“Petro no entiende que por intentar evitar una catástrofe climática está ocasionando una mala económica.

Las acciones de mitigación y adaptación al cambio climático son necesarias, pero también lo es el que millones de personas tengan que comer, lo cual está en duda luego de la desaceleración económica que representa para el país la reforma tributaria, en especial por la afectación que recibirán varios de nuestros productos estrellas, como lo son el petróleo y el carbón.

Nuestro jefe de Estado, cual Moisés, llegó a la tierra de los faraones con los “Diez Mandamientos” en materia climática para el mundo.

No bastando eso, su talante faraónico lo llevó a dejar plantado a su homólogo, el presidente de Francia, quien lo esperaba para desayunar.

Su administración del tiempo y respeto por los demás es tan pobre que ni siquiera llegó a tiempo a la foto oficial.

El presidente plantea poner una fecha límite para abandonar la dependencia de los hidrocarburos, pero no traza una hoja de ruta clara.

Para el caso colombiano, puntualmente, no argumenta como van a reemplazarse los ingresos gubernamentales que generan el carbón y el petróleo.

 Ese nivel de improvisación, tratándose de un primer mandatario es imperdonable”.

“La reforma tributaria es todo menos ecológica.

 Impuestos como el del carbono simplemente no funcionan.

Son inelásticos, pues las personas siguen llenando los tanques de gasolina de sus automóviles, motos, taxis, camiones.

No afectan el consumo.

Lo que si generan es un aumento de los precios, y con ello más inflación.

 Lo mismo ocurre con los tributos a los plásticos de primer uso.

Nos afecta a todos, pero sin duda mucho más a las personas que tienen menos recursos.

Las declaraciones en falso del presidente generan incertidumbre en los mercados, aumentan el precio del dólar y con ello la deuda externa.

Al tener menos recursos para la tan anhelada transición energética, esta será imposible.

 Es la debacle total”.

Líderes ambientalistas de la talla de Greta Thunberg no asistieron a la COP en Egipto, porque en su concepto estas reuniones “son principalmente utilizadas como una oportunidad para que líderes y personas con poder llamen la atención y hagan todo tipo de greenwashing”.

Esto de acuerdo con declaraciones que Thunderg diera hace pocos días a la prensa mundial.

El “lavado de imagen verde” o “greenwashing” es una mala práctica que utilizan empresas, líderes y gobiernos justamente para eso.

Lavar su imagen, mostrarse ambientalmente responsables, desviar la atención.

Por líderes como Petro, Greta Thunderg ya no se toman las COP en serio y por eso no van.

Y mucho menos si llegan a lo Moisés, con los diez mandamientos en la mano, invitando a ser parte de una nueva religión o secta que viene con Mesías incluido.

El electo presidente Lula entiende que es descabellado abandonar la exploración del petróleo, pues es un suicidio para cualquier país productor, más aún, si no se tiene una hoja de ruta alterna, clara. Así lo ha reiterado en varias ocasiones.

Esperemos que su homólogo colombiano, nuestro presidente ambientalista, entienda que preservar el Amazonas va más allá de vilipendiar del carbón y de petróleo.

Que debemos ser agradecidos por el suelo que tenemos y que nuestra responsabilidad es saber administrarlo.

Ojalá el presidente Petro al llegar a Colombia se baje de la nube de que ahora es un líder mundial en materia ambiental, para que aterrice y observe la realidad del país.

Una en la que debe continuar la exploración y explotación de combustibles fósiles para así hacer posible la transición energética.

Congraciarse con el presidente-dictador de Venezuela es un juego peligroso.

Condenar el bloqueo económico a este país en una cumbre del clima, es como jugar golf en un partido de baloncesto.

Condenar la economía de mercado en un foro multilateral como la COP 27, hace pensar a cualquiera que Colombia va por la senda del comunismo.

 Todo esto ha hecho Petro en Egipto, en poco más de 24 horas.

Una cosa es ser activista, otra muy distinta estadista. Este es el gran pasó que el presidente debe empezar a dar.

 Ya no estamos en campaña.

Petro el ecológico, en su viaje ambientalista a Egipto, por supuesto realizado en un avión privado, generó más de 13 toneladas de CO2 en su periplo entre Bogotá y Sharm El-Sheikh.

De allí viajará a París, para luego regresar a Bogotá, ocasionando la emisión de más de 26 toneladas de CO2.

La huella de carbono pudo evitarse si de verdad quisiera al planeta y a las generaciones venideras como aparenta.

   El presidente Gustavo Petro cumplió este fin de semana tres meses en el poder desde que llegó a la Casa de Nariño en agosto pasado luego de ganar las elecciones.

   Sin embargo, la oposición ha indicado que el trabajo del mandatario no ha sido para nada bueno hasta el momento.

    Mediante su cuenta personal de Twitter, el excandidato presidencial, Enrique Gómez, compartió esta semana con todos sus seguidores una pequeña reflexión sobre el gobierno del cordobés, enfatizando que sus declaraciones le han hecho mucho daño a la economía nacional.

   “Las cosas van en 3 meses de desgobierno. 

   Politiqueros de siempre haciendo lo que les viene en gana, mientras desde la cuadrilla del Pacto se desgañitan gritando cambio, el dólar disparado, las Fuerzas Armadas maniatadas y el perdón a lo peor de la sociedad”, indicó inicialmente.


   Luego, añadió: “Cada vez que Petro abre la boca empeora la situación del peso y la economía colombiana.

  Es un irresponsable que con una recesión económica en curso se niega a darle tranquilidad a los inversionistas. 

   Da la impresión de querer acabar con el país a propósito”.

   El líder del movimiento político Salvación Nacional reiteró finalmente en Twitter que la administración de Gustavo Petro ha sido más de lo mismo y que Colombia está a la deriva. Asimismo, enfatizó que el futuro próximo (según él) no tiene buena pinta.

   Mi concepto de lo que esta pasando es que este ha sido el peor de los presidentes que a tenido Colombia en su vida republicana y que si sigue gobernando nos va a entregar un país totalmente destruido por la mano criminal de aquel que las multitudes aclamaron como un gran político.


   Sopetrán, noviembre10 del 2022.

   Darío Sevillano Álvarez.

 























jueves, 3 de noviembre de 2022

Los dos grandes enemigos del planeta tierra.

 

¿Cuáles son los dos grandes enemigos del planeta tierra?

Nuestro querido planeta tierra, es decir nuestro dulce hogar, está siendo amenazado por dos grandes enemigos que, si no los sabemos manejar, nos van a llevar a un verdadero apocalipsis, en cuestión de unos veinte años.

Me di el gusto de anunciar estas cosas, desde el año de 1980, en el patio del mango de la antigua morada de la normal Santa Teresita, cuando fui invitado a hablar sobre este tema, en el día clásico del medio ambiente.


Recuerdo que muchos de los profesores y alumnos que me escuchaban se escandalizaron de mis afirmaciones y me tildaron de loco, pero yo estaba convencido de que era un loco, muy cuerdo.

Algunas de esas afirmaciones eran:

Va a valer más un vaso de agua; que un vaso de leche.

La capa de ozono se está debitando con los aerosoles y los gases de la refrigeración industrial y esa circunstancia está produciendo un efecto invernadero, que es muy perjudicial para los seres vivos.

La humanidad andaba por esa época en unos cinco mil millones de habitantes y demostré con un gráfico, que la cantidad de tierra hábil para vivir los humanos, era solo de 21% por ciento de la superficie terrestre, porque las otras setenta y nueve partes, estaban ocupadas por: Los océanos, los polos, los desiertos, las selvas vírgenes, los lagos y las lagunas.

Tambien hablé de la descongelación de los polos, por el efecto de la pérdida de la capa de ozono y el calentamiento global y advertí que todos los grades puertos marítimos de nuestra tierra, iban a ser inundados por las aguas oceánicas, porque nivel de ellas se iba a elevar a unos doce metros.

En el momento actual estoy satisfecho con lo que pronostiqué, porque todo se está presentando; pero muy triste, porque a nuestro dulce hogar la tierra, le quedan pocos años de vida, y lo peor es que, a los humanos que somos los únicos seres inteligentes de la creación, no los convencen las predicciones de los grandes ecólogos del planeta.


En esta forma vamos a tener que vivir, dentro de algunos años, porque llegará el día en que, a cada ser humano, solo le queda un metro cuadrado para desenvolverse en su vida diaria.

Los gobernantes del planeta, en vez de estar preocupados por recuperar las tierras de cada estado y las grades guerras que eso genera, como está pasando en Ucrania; debieran preocuparse por mantener los niveles de población estables, para garantizar, la supervivencia de la humanidad.

En las próximas semanas se van a producir dos acontecimientos que marcarán de distinta forma el futuro del Planeta.

El 11 de noviembre está previsto que el mundo alcance oficialmente la histórica cifra de 8.000 millones de habitantes, según las previsiones de Naciones Unidas.

Unos días antes, del 6 al 18, tendrá lugar en Egipto la cumbre climática del COP-27, donde las pérdidas y daños que se sufren ya en diferentes lugares del mundo deben ser el centro de investigaciones, según el Secretario General de la ONU , Antonio Guterres, quien expresó en días pasados en conferencia de prensa que “mientras el caos climático galopa hacia adelante, las acciones climáticas se han estancado, sabemos lo que las personas y las naciones están sufriendo ahora, por lo que se requieren decisiones significativas ya”.

La proporción de nacimientos, en relación con espacio en que estamos viviendo va, como decimos en matemáticas, en proporción inversa; es decir mientras más nacimientos; menor espacio para vivir.

¿Se imaginan ustedes los disturbios que esa circunstancia va a generar a los moradores de planeta?

Según el último informe de Panel de expertos internacionales que trabaja para la ONU desde hace 30 años, los eventos extraordinarios alimentados por la crisis climática se multiplican: “el cambio climático inducido por el hombre ya está afectando a muchos fenómenos meteorológicos y climáticos extremos en todas las regiones”.

Algunos de los efectos inmediatos de este comportamiento, son:

Los huracanes, que casi a diario generan las aguas sobre calentadas de los océanos; la destrucción de la fauna y la flora: Los osos polares y la cantidad de animales que están en vía de extinción; la desaparición de las grades selvas como la Amazonía, las selvas de África y las de Asia; La descongelación de los polos y las grandes masas de hielo como: El Himalaya y los Alpes en Europa; Etc, etc.

Creo que ya no es el momento de sembrar árboles o de rescatar las especies; sino de tratar de salvar lo poco que nos queda.

“Y ya se han puesto de manifiesto los decisivos incumplimientos de anteriores Cumbres, como la de París, respecto a los objetivos para controlar el calentamiento climático.

Por ejemplo, reducir las emisiones mundiales de gases con efecto invernadero en un 43% de aquí hasta el 2030, lo que no se está produciendo.

O los subsidios para que las naciones más ricas, que son responsables históricos del cambio climático, ayuden a los países más vulnerables”.

“Subsidios que no se cumplen, según la OCDE.

Se acordó que los países desarrollados movilizaran 100.000 millones de dólares para financiar los efectos negativos del cambio climático en los países en vías de desarrollo.

Solo les llegaron 83.300 de millones, y la mayor parte en forma de préstamos; tan solo el 21 % fueron subsidios, como se habían comprometido”.

“El Fondo Monetario Internacional, que no se ha destacado hasta ahora por su militancia ecologista, se manifiesta estos días de forma contundente respecto al cambio climático, espoleando a los países más desarrollados.

En un reciente informe, citado por el ‘Financial Times’, se señala que no hacer nada sobre el cambio climático saldrá más caro que financiar la transición energética: “cuanto más se espere para comprometer políticas de lucha contra el calentamiento global, más costosa será la transición.

Retrasar demasiado el paso a las energías renovables de aquí a 2030 costará más caro a los Estados del mundo entero en su esfuerzo para reducir las emisiones de dióxido de carbono en los próximos años.

Los costes económicos a corto plazo son eclipsados por los innumerables beneficios a largo plazo de ralentizar el cambio climático”.

La COP-27 que reunirá en pocos días en la ciudad egipcia de Sharum el Sheij a representantes de gobiernos de todo el mundo, empresas y asociaciones de defensa del medio ambiente, se centrará sobre todo, como apuntaba al inicio, en las ‘pérdidas y daños’ que denunciaba el Secretario General de la ONU, para hacer frente a las catástrofes que genera ya el calentamiento global, algo a lo que hasta ahora se han resistido los países más ricos sobre los que existe un consenso sobre su “responsabilidad histórica”.

“En el mismo sentido se pronuncia el más reciente informe de la prestigiosa organización OXFAM: el hambre extrema se ha multiplicado por dos en los países más afectados por desastres naturales ligados al cambio climático”, lo que induce a un llamamiento de emergencia.

Todo esto va unido al reto poblacional antes señalado: 8.000 millones de personas en noviembre de este año poblarán el mundo, 9.700 en 2050, según las citadas previsiones de la ONU.

 Recientes estudios relacionan la demografía planetaria con los desafíos ambientales, como el del sociólogo francés Emmanuel Pont en su libro titulado ‘¿Hay que parar de hacer niños para salvar el planeta?’ (Ed. Payot).

 Volveremos sobre el asunto”.


Si los humanos, no tomamos conciencia del grave problema que estamos afrontando, como la población aumenta diariamente y el clima se descompone a cada minuto, diría que no son veinte años los que nos quedan de vida útil sino cinco o diez al máximo.

Gracias a Dios que ya tengo ochenta y tres años y que la vida útil que me queda, no excede los cinco años.

Esta afirmación se parece al epigrama que anunciaban así:

“Gracias a Dios que ya tengo, dos camisas para mudar; una que se me acabó y otra que voy a comprar”

La norma para hace epigramas es esta:

A la abeja semejante, para que cause placer; el epigrama ha de ser: Pequeño, fácil, picante.

Para terminar, les quiero decir:

Aprendamos a cuidar lo poco que nos queda de ese hermoso planeta que nos regalaron para vivir y que no supimos cuidar.

Sopetrán, octubre 23 del 2022.

Darío Sevillano Álvarez.

















sábado, 22 de octubre de 2022

¿Hacia a donde vas Petro?

 

¿Hacia a donde nos va a llevar Petro?

Cando estábamos en el seminario, nuestros profesores nos enseñaron una anécdota preciosa que le ocurrió a San Pedro en Roma:

Dios se permite preguntarle ¿Quo vadis Petro?

Porque él, se alejaba de Roma de huida de las persecuciones de los Césares y Dios le dijo voy hacia Roma porque tu dejas el trono.

Esta misma pregunta se la podemos hacer a nuestro presidente de la república, pero no relacionada con una fuga; sino por los revolcones tan grandes que le está dando al estado en solo dos meses de gobierno.

Al presidente Gustavo Petro hay que hacerle la misma pregunta, porque a veces huye de Roma como Pedro, y a veces parece dirigirse a ella, en plan de mesías.

A mi modo de ver las cosas, el único ministro que saca la cara por el gabinete ministerial, porque demuestra estar posesionado de su papel, es el de hacienda, que muestra muchos conocimientos en esa materia y que siempre que, otro de los ministros, mete las patas, él sale a mejorar las explicaciones, para que los ciudadanos no mostremos el cansancio con sus actitudes.

Tengo la impresión de que la mayoría de los ministros fueron nombrados, para cumplir compromisos políticos del pastel burocrático; pero el presidente que en muchos de sus discursos parece estar consciente de lo que está haciendo, debiera pedir la renuncia de algunos de ellos, porque la gestión pública, se le va a complicar.

Traigo a colación este párrafo que me encontré leyendo a otro escritor:

Su gobierno refleja esas contradicciones, como lo demuestran minhacienda y minminas, quienes cada día escalan más su rifirrafe. La ministra de Minas y Energía, Irene Vélez, y su viceministra, Belizza Ruiz, anuncian una y otra vez que el Gobierno no otorgará más contratos de exploración de hidrocarburos, mientras el titular de las finanzas públicas, José Antonio Ocampo, las desmiente, alegando que “esa decisión no ha sido adoptada” por el Ejecutivo.

Minhacienda parece condenado –ojalá no se aburra– a ser la voz sensata del gabinete, como le ocurrió tras la firma del pacto del Gobierno con los ganaderos para que la Nación compre tres millones de hectáreas y las reparta entre los campesinos sin tierra. Ocampo se vio obligado a aclarar que esa compra no se puede hacer con bonos de deuda pública, como habían planteado el presidente y la ministra.

Eso para no hablar de otras inquietudes sobre el tema: ¿de dónde saldrá la financiación para esos campesinos? ¿Y la asistencia técnica? ¿Y la mano de obra que ya hoy escasea en el campo?”

Tengo la impresión de que el ministro Ocampo, se va a cansar y que no llegará a los primeros seis meses de gobierno.

“En fin, dudas sobran. Y es que el propio presidente alienta, con su doble lenguaje, todas esas confusiones que desconciertan y en ocasiones asustan.

Por momentos hay un Petro racional que se sienta a hablar de modo civilizado con Álvaro Uribe, que en tono responsable advierte que viene una recesión en 2023, y que ordena promover y votar, en la ONU, la condena a Rusia por la anexión, proclamada por Putin, de territorios parcialmente invadidos por sus tropas, que pertenecen a Ucrania.

Pero a veces asoma el Petro que amenaza a industriales y banqueros, que tuitea que va a intervenir el mercado de capitales –lo que disparó el dólar y, con ello, la inflación– y que culpa a la Unión Europea de la guerra en Ucrania, como lo ha insinuado en varias declaraciones.

O peor, el Petro que sugiere que las leyes y decretos son “el enemigo interno”, un argumento típico de quien sueña con saltarse las normas como lo hacen los dictadores”.

“Petro y algunos de sus aliados han comenzado a hacer otras delicadas insinuaciones.

“Estamos perdiendo tiempo, tiempo que yo no tengo –aseguró el miércoles, ante cientos de indígenas en el Cauca–, si algo le falta a este gobierno es tiempo”.

Lo que no tenemos es tiempo...”. Otras voces cercanas al mandatario comienzan a plantear en privado que hay que ampliar el periodo presidencial, o reabrir la discusión sobre la reelección, porque cuatro años es poco tiempo.

Algo muy distinto decía el candidato Petro cuando buscaba con desespero tranquilizar a los votantes centristas para ganar las elecciones.

 “Tengan la seguridad de que yo no buscaré la reelección”, dijo, solemnemente, en una declaración grabada en video, cinco días antes de la votación de segunda vuelta.

Y agregó, tajante: “Creo firmemente que cuatro años son suficientes para lograr grandes cosas y sentar las bases para una transformación en nuestro país”.

Estas consideraciones, me están sonando muy mal y pueda ser que no vayamos a terminar como Venezuela con Chávez.

Al fin, ¿bastan o no cuatro años? ¿A cuál Petro hay que creerle? Como en el legendario episodio de la historia cristiana, es válida la pregunta: “¿Quo vadis, Petro?”, ¿para dónde va, presidente?

El problema es que –a pesar de la similitud en el nombre- ni Petro es el apóstol Pedro, ni mucho menos es Jesús, aunque a veces el presidente se imagine como salvador.

En discursos del Cauca y el Valle dice lo que va a hacer.

Los colombianos debemos prestar atención.

Petro sabe de poder: cómo llegar a él, y cómo quedarse ahí.

Sabe que la gran mentira, la intimidación y la violencia son medios tan eficaces o más que los argumentos racionales y el apoyo popular en elecciones para llegar y mantener el poder.

Él tuvo plena confianza en esos métodos, que fueron parte importante de su vida.

Petro tiene claro y presente cómo llegaron y se quedaron Hitler, Franco, Fidel Castro y su hermano, Sadam Hussein, Chávez-Maduro, Ortega, Putin, Erdogan.

Con todo y la gravedad del daño que va a hacer el gobierno Petro con numerosas medidas económicas, eso solo distrae de la principal amenaza que representa Petro para Colombia, que es la destrucción de la democracia, para perpetuarse en el poder.

En discursos recientes en el Cauca y el Valle, dice claramente lo que va a hacer.

Los colombianos debemos prestar atención.

Según Petro, el primer obstáculo para que su gobierno pueda cumplir su mandato democrático, son todas las normas e instituciones de nuestra democracia, que no han sido hechas para beneficio de las mayorías, sino para favorecer a una oligarquía explotadora y corrupta.

"Los procedimientos construidos y escritos a través de normas, durante décadas…normas hechas por los privilegiados del Estado".

Aunque Petro acusa repetidamente a una oligarquía que: "ha gobernado a Colombia en los últimos dos siglos, llenándose de privilegios…de dinero, de fortunas, extraídos de la injusticia social", nunca dice quien específicamente hace parte de la mítica omnipotente hiper corrupta oligarquía.

Solo dice: "¿Qué es la oligarquía? Los hijos de los esclavistas".

Y todos los funcionarios del Estado (excepto los que él ha nombrado) solo sirven a esa oligarquía: "funcionarios que tienen el corazón en la codicia, en el bolsillo…a ver si se llenan de billetes".

 Y como los funcionarios que sirven a los oligarcas están enquistados en todas las instituciones y las controlan, no es posible reformarlas.

Eso hace "que no se produzcan los cambios, a pesar de que el presidente quiera".

Por todo lo anterior, en la visión que plantea Petro, el Estado, sus instituciones y sus normas (la Constitución y las leyes) no son legítimos.

No hay entonces justificación ética o política para protegerlas o defenderlas.

Todo en su discurso indica que, para él, lo que tiene legitimidad democrática, no es el Congreso elegido y menos aún la Justicia.

 

No es con ellos que va a hacer los cambios: es con la gente en la calle; "es convocando a la población a las calles, a las plazas públicas, para construir colectivamente el país que queremos".

"Lo que queremos es un millón de personas saliendo a la plaza pública".

Es "esa legitimidad" basada en "ríos de gente que salgan a apoyarme" a lo que el invita; a "que se apropien del poder", a hacer "una redefinición de la democracia".

Su proyecto no es solo para Colombia, sino para América Latina, y a veces incluye también a Norteamérica.

Les dice a los indígenas del Cauca que no pueden quedarse en el tema regional pequeño.

"Este gobierno tiene que ser de multitudes, y ustedes están para convocar esas multitudes en toda Colombia y en toda América Latina".

Petro sabe que esas manifestaciones masivas y acciones populares azuzadas por él pueden llegar a incluir, violaciones de la Ley.

 Para Petro es esencial que el Ejército y la Policía no actúen contra los que cometan delitos con el objetivo del "cambio" y respalden su gobierno.

Ningún policía o soldado hace parte de la oligarquía opresora. Repite varias veces en su discurso que el pueblo no debe luchar contra el pueblo "uniformados por el Estado, uniformados por la insurgencia, matándonos…". Sus ministros de Defensa y Justicia trabajan en neutralizar a policías y soldados, a la vez que Petro busca persuadirlos de que ellos no deben actuar como guardianes de la Ley y las instituciones, sino como parte del pueblo explotado.

Petro pretende distinguir entre el Estado y sus instituciones y "su" Gobierno.

EL es el Gobierno que representa al pueblo.

El Estado y sus instituciones sólo son instrumentos al servicio de la oligarquía que impiden que él, en toda su genialidad, transformen a Colombia, a América, y al mundo.

 Pero claro, para eso va a requerir más tiempo.

Lo que se interpone ante la necesidad de tener más tiempo como líder supremo, es el plazo definido por la Constitución y la ley.

Pero esas son normas ilegítimas de un Estado al servicio de la oligarquía, que no es menester acatar.

Solo hay que obedecer la verdadera democracia, que es el pueblo. Y no el pueblo que vota, sino el que sale a las calles.

"El Gobierno del cambio se volverá del cambio, si hay pueblo en la calle".

Como complemento a lo anterior, hace unas semanas Petro anunció que su gobierno destinará un billón de pesos anuales a pagar a jóvenes excriminales, o en riesgo de convertirse en criminales. 

Sobra decir que esos exdelincuentes, o delincuentes en potencia, a sueldo de Petro, lo van a defender beligerantemente.

Que se cuiden quienes participen en manifestaciones anti-petristas en un futuro, de esas milicias, preocupantemente reminiscentes de las milicias bolivarianas (Venezuela), camisas pardas (Alemania hitleriana), camisas negras (Italia de Mussolini).

Petro está montando el andamiaje, y nos está contando exactamente lo que va a hacer.

Nosotros, personas comunes y corrientes, no alcanzamos a imaginar lo que pueden hacer algunos en el poder.

 Defenderemos mejor nuestra democracia, si tenemos presente qué la amenaza.

Nadie espera que el presidente arregle el país en apenas dos meses de mandato, pero tampoco que lo destruya, lo cual ha venido haciendo a través de varias declaraciones, particularmente desde su cuenta de Twitter.

La libertad de expresión es un derecho que todos tenemos, pero tiene límites.

En su momento, las directivas de Twitter tomaron la decisión de cerrar la cuenta de Donald Trump, siendo este presidente de los Estados Unidos, ya que consideraron incitaba a la violencia a través de esta red social.

El candidato Petro en campaña en varias ocasiones promovió, desde su cuenta de Twitter, que se cometieran hechos violentos, sin que sucediera nada.

Ahora, como primer mandatario, continúa haciendo señalamientos contra periodistas, a pesar de que en el pasado la Fundación por la Libertad de Prensa (FLIP) le hiciera sendos llamados de atención.

Al parecer, al presidente no le interesa la prensa libre, o quizás sí, aquella que le hace propaganda.

Tampoco el que no haya violencia, a pesar de sus llamados a la ‘paz total’.

¿No será que deberían entonces cerrar su cuenta de Twitter, al igual que a Trump?

Las desatinadas manifestaciones de Petro en materia económica, varias veces corregidas por el actual ministro de Hacienda, lastiman la economía gravemente.

En su momento, las agresiones a la prensa o los llamados implícitos a la violencia durante el Paro Nacional pudieron generar la muerte de comunicadores o de ciudadanos del común por cuenta de declaraciones irresponsables.

Ahora sus pronunciamientos en materia económica pueden generar la muerte de empresas, y también de personas por cuenta del hambre que ocasiona la inflación y las muy mal encaminadas políticas que en materia económica y energética se empiezan a ejecutar.

Los trinos de Petro no están generando pánico, sino terror económico.

La reforma tributaria, a pesar de que se puede necesitar, va a causar la quiebra de muchos negocios; el desface de la economía doméstica; y muchas familias, entrarán a engrosar las filas de los pobres vergonzantes.


Sus pronunciamientos en materia económica afectan gravemente al país, la devaluación del peso es prueba de ello.

La inflación es el peor impuesto que se le puede poner a los pobres, aquellos que tanto ha prometido ayudar.

De continuar el presidente con sus desafortunados pronunciamientos, la clase media, ya bastante afectada por la pandemia, terminará desapareciendo.

Es entonces cuando la ciudadanía debe actuar a través de una veeduría responsable.

 Debe ponerse fin al discurso de lucha de clases, a través del cual solo se genera más pobreza.

Deben crearse políticas acordes al momento histórico que el mundo vive, no esté monigote de reformas sin sentido que terminarán destruyendo al país.

Los que podamos, debemos poner sobre relieve los atropellos que quieren cometerse contra todos los colombianos.

Entre tanto, es justo pedir una mayor ecuanimidad al Gobierno, así como seriedad en su actuar.

Los conceptos que he escrito, en este documento, se identifican plenamente con los escritos de tres grandes críticos del gobierno de Petro:

Mauricio Vargas; Enrique Peñalosa y; Alejandra Carvajal, por esa razón en el documento, inserto párrafos de los escritos de sendos autores.

Sopetrán, octubre 19 del 2022.

Darío Sevillano Álvarez.